En diciembre pasado, los comisionados del IFT, que encabeza Adolfo Cuevas, se reunieron con el presidente López Obrador y, entre los múltiples temas que se abordaron, está la problemática que enfrentaría el IFT si no se aprueban los nombramientos de los nuevos comisionados.
Éstos le explicaron a López Obrador que es urgente que envíe al Senado sus propuestas para cubrir las dos vacantes de comisionados y la del propio Adolfo Cuevas, quien termina su mandato a finales de febrero.
Hay varios temas que, de acuerdo con la ley y la normativa del IFT, requieren ser aprobados por, al menos, cinco miembros en la Junta de Gobierno, y estamos hablando de decisiones en verdad importantes que afectan al mercado de telecomunicaciones, como la revisión de las reglas para los preponderantes en los mercados de telecomunicaciones y radiodifusión, el despliegue de la red 5G y la autorización a Telmex de otorgar servicios de televisión a través de Claro Video.
En el caso de la Cofece, desde septiembre pasado, cuando Jana Palacios renunció como comisionada al terminar su periodo como presidente, la Junta de Gobierno opera con sólo 4 de sus 7 miembros y la situación es también preocupante.
La mejor forma de debilitar a los órganos autónomos, como el IFT y la Cofece, es la que está siguiendo López Obrador al no enviar sus propuestas de nuevos comisionados al Senado y el tiempo apremia, porque en febrero inicia el periodo ordinario de sesiones.
Desde luego, en Estados Unidos crecen las voces de alarma por el debilitamiento de órganos autónomos y los crecientes litigios en el sector de telecomunicaciones que se observan con lupa en el marco del cumplimiento de obligaciones de México en el T-MEC.
CON INFORMACIÓN VÍA DPL NEWS