Emprender en el ámbito digital, camino cuesta arriba para las mujeres

En América Latina y el Caribe más de 72 por ciento de las personas entrevistadas para un reciente estudio del BID piensan que las mujeres emprendedoras tienen peor acceso a financiamiento porque el mundo de las finanzas está dominado por hombres y estos prefieren hacer negocios entre ellos; en tanto que para 56.3 por ciento existe la creencia de que los negocios propiedad de mujeres son por lo general menos rentables y tienen menor volumen de negocios.

“En un tercer escalón aparecen los siguientes argumentos: la consideración de que las mujeres tienen menor capacidad de negociación que los hombres (36.5 por ciento); que las mujeres tienen mayor aversión al riesgo (32.7 por ciento) y la idea de que la supervivencia de las empresas propiedad de mujeres es menor que las de los hombres”.

En el estudio “La dimensión de género en la transformación digital empresarial de América Latina y el Caribe”, el organismo internacional hace notar que cuatro de los cinco principales argumentos señalados en torno a las barreras que enfrentan las emprendedoras en el ámbito digital, tienen su base en estereotipos de género que ubican a la mujer por debajo del hombre en el plano de los negocios.

Para 73.6 por ciento las y los participantes de la encuesta regional realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el acceso a financiamiento es la principal barrera que enfrentan los emprendimientos liderados por mujeres.

A cierta distancia, se destacan otras tres dificultades: la falta de habilidades y competencias digitales (59.4 por ciento), la falta de conocimiento en gestión y creación de empresas (55.5 por ciento) y la falta de infraestructuras digitales en su país (45.2 por ciento); barreras que están directamente relacionadas con las brechas de capacitación y de acceso.

“Entre las causas que dificultan que las mujeres emprendan más en el ámbito digital destacan la elevada carga y las responsabilidades familiares que asumen las mujeres, los sesgos y estereotipos de género, la debilidad de las redes profesionales y de emprendimiento femeninas y la falta de vocación de las mujeres en disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés)”.

Gráfico: BID

El documento analiza también cómo el ámbito empresarial tecnológico y digital es un sector altamente masculinizado que responde claramente a la concepción social que existe de las ciencias como un ámbito exclusivo de los hombres.

“Debido a los sesgos mencionados, se presuponen habilidades inferiores en las mujeres que en los hombres en los ámbitos más técnicos. Esto obliga a las mujeres a tener que demostrar su valía más que los hombres, y el error se penaliza mucho más en su caso. La exigencia es mayor”.

Adicionalmente, se produce un fenómeno conocido con el nombre de sesgo de pensamiento grupal, un sesgo cognitivo en virtud del cual las personas favorecen a quienes integran su grupo por sobre quienes no pertenecen a él.

Este tipo de prejuicio inconsciente impide o dificulta el acceso de las mujeres a áreas muy masculinizadas como es el caso de muchas empresas dentro del sector digital. La fuerte masculinización implica, además, que algunas mujeres sienten que, para entrar y progresar en determinadas carreras digitales, tienen que masculinizar su aspecto y su comportamiento .

“Cuanto menos mujeres, menos acoso sufren y más probabilidades tienen de ser aceptadas. La consecuencia más grave de esta masculinización se visibiliza en la violencia contra la mujer y el acoso laboral”.

El BID señala que la región registra un mayor cierre de proyectos que afectan especialmente a las mujeres emprendedoras, pues ellas se enfrentan a una serie de barreras a la hora de establecer y mantener sus negocios, como los estereotipos de género, la falta de oportunidades, la poca capacitación (especialmente en el ámbito digital) y el acceso a financiamiento e inversiones.

Sin embargo, los estereotipos no solo afectan a la mujer a la hora de tomar decisiones respecto a su carrera profesional, sino que tienen un impacto muy importante en su decisión de emprender. “Dada la escasez de datos al respecto, la opinión de los y las agentes del ecosistema digital de América Latina y el Caribe resulta clave para entender cómo es el emprendimiento femenino en la región”.

“Una participación más intensa de la mujer en la transformación digital empresarial que está teniendo lugar en América Latina y el Caribe no es solo un objetivo de justicia social. También se trata de un elemento clave para mejorar la productividad y competitividad del conjunto del tejido productivo de la región”.

El aumento de la participación de la mujer como especialista digital es esencial para una transformación digital empresarial de éxito en la región. Una mayor presencia femenina en la cadena de valor empresarial repercute positivamente en los indicadores económicos.

Adicionalmente, una mayor diversidad de género en los estilos de liderazgo mejora la calidad de los procesos de toma de decisiones. El proceso de innovación, fundamental para impulsar el crecimiento de las compañías, también se ve positivamente influido por una mayor diversidad de género en el nivel de gestión.

CON IN FORMACIÓN VÍA CONSUMO TIC

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