Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca la importancia del incremento de la productividad como parte esencial del proceso de creación de nuevos y mejores empleos. Entre los diversos retos identificados por la organización,como la falta de estrategias a nivel nacional o la falta de capacitación, se encuentra también la transición digital y absorción tecnológica.
“El incremento sostenido (y sostenible) de la productividad es un motor clave para el crecimiento económico, la generación de más y mejores empleos y el desarrollo de empresas sostenibles”, señala el organismo en el informe Transición digital, cambio tecnológico y políticas de desarrollo productivo en ALC: desafíos y oportunidades.
El organismo considera que es “urgente comprender de manera sistémica los factores que concurren al incremento sostenido de la productividad, y sobre esa base animar instancias de diálogo social necesarias para acompañar y regular las inevitables transiciones que este proceso conlleva”.
Entre uno de los factores que han incidido en el estancamiento de la productividad de la región, se encuentran la falta de disponibilidad de nuevas tecnologías, su poca integración a los procesos productivos, y carencia de políticas de innovación local.
El informe destaca que, de acuerdo con la evidencia acumulada, “la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe (ALC), ya desde antes de la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia de Covid-19, ha evidenciado un estancamiento tanto de la productividad laboral como de la productividad total de factores (PTF)”.
Explica que la PTF mide la parte del nivel de actividad que no es explicada directamente por cuánto trabajo o capital (físico o humano) se utiliza en el proceso productivo, sino por cómo se utilizan dichos factores productivos. Así, una de las principales fuentes de crecimiento de la productividad que tiene una economía es el uso de nuevas tecnologías ya disponibles que potencien la capacidad productiva del trabajo y del capital, así como su capacidad de innovar.
“La agenda de la región en lo que hace a la transformación digital y productividad necesita políticas públicas que ayuden a remover los obstáculos que aparecen en el camino de dicha transformación y que asegure que esta transición propicie la creación de más y mejores empleos”, indicó la Directora Regional a.i. de la OIT para América Latina y el Caribe, Claudia Coenjaerts, durante la presentación del informe.
Según el informe, la región debe reconocer las oportunidades y desafíos que surgen de la transformación digital en curso a nivel global, la cual tiene una gran incidencia en actividades y procesos productivos a lo largo de múltiples cadenas de valor asociadas a bienes y servicios.
En cuanto a las oportunidades, la OIT indica que se debe aprovechar la masificación de soluciones digitales para favorecer, por una parte, procesos de integración y actualización de empresas locales como proveedoras a lo largo de cadenas de suministro ligadas a los sectores exportadores y productivos más dinámicos; y por otra parte, la irrupción masiva de nuevos emprendimientos orientados preferentemente a la entrega de bienes y servicios especializados, intensivos en tecnología y conocimientos.
En ese sentido, el informe señala que para masificar el acceso a tales oportunidades entre el sector de pequeñas y medianas empresas de la región, serequiere redoblar esfuerzos en materia de inversiones en infraestructura habilitante y políticas públicas activas para mejorar el acceso y adopción de herramientas digitales, conexión a plataformas Web de soporte y capacitación en el uso de tecnologías digitales por parte de las mipymes locales.
El organismo reconoce que durante la crisis de la Covid-19, se pudo registrar un punto de inflexión en el segmento empresarial, al considerar la creciente adopción de soluciones y plataformas digitales, canales de e-commerce, sistemas de entrega, teletrabajo y otras prácticas catalizadas y masificadas durante este periodo.
“El acceso y adopción masiva de las tecnologías digitales puede generar un impulso decisivo hacia una mayor inclusión económica y bienestar general. Por el contrario, la mayor amenaza para la región al respecto es que las insuficiencias y rezagos formativos y de inversión profundicen las actuales brechas de acceso y uso de estas tecnologías”, indica el informe.
Entre las recomendaciones contenidas en el informe respecto a cómo debe ser planteada una política pública para la adopción de tecnologías digitales, se encuentran:
- Políticas que aceleren procesos de transformación ya existentes entre las empresas para que sean más profundas y sostenibles.
- Promover el desarrollo de capacidades de adopción tecnológica entre empresas de menor tamaño o poco dinámicas, como condición previa a una modernización de sus procesos productivos y productos.
- Considerar los riesgos existentes de la transformación digital, por lo que la política pública debe absorber parte de ese riesgo con políticas horizontales activas como subsidios a la I+D o créditos preferenciales; así como políticas selectivas, como pueden ser compras públicas con objetivo de innovación.
- En cuanto al acceso a soluciones digitales que favorezcan la inclusión financiera y de mercados, la política pública debe incentivar una mayor conexión e intercambio de información entre la oferta y la demanda de tecnología, mediante redes institucionales de transferencia y extensionismo tecnológico.
- Estar enfocadas en el desarrollo de habilidades digitales.
Entre otros factores que han incidido en el rezago de productividad en la región se encuentran factores externos (estabilidad macroeconómica, entorno empresarial propicio, estructura del sector, mercados externos), la mejora de la cooperación en el lugar de trabajo, la representación efectiva de los trabajadores, la gestión de la calidad, la producción no contaminante, la gestión de los recursos humanos, formación profesional, y la seguridad y salud en el trabajo.
Para solventar estos retos, la OIT resaltó la importancia de formular estrategias efectivas de aumento de la productividad laboral en América Latina, ante la evidencia de un persistente rezago regional que compromete las posibilidades de encontrar el rumbo de un futuro del trabajo con crecimiento sostenible y más y mejores empleos.
CON INFORMACIÓN VÍA DPL NEWS