PERSPECTIVAS_ 5G ¿será para todos?

Los beneficios que traerá consigo la habilitación de redes de quinta generación son innumerables y prometen revolucionar la vida, tal y como la conocemos hasta ahora. Sin embargo, para los habitantes de las zonas rurales de México donde aún predomina la falta de conectividad y prevalece el poco acceso al desarrollo de habilidades digitales, 5G podría no ser la panacea y sumarse a otras deudas sociales.

Las conexiones móviles 5G están cambiando a la industria común por una “industria inteligente”; a un gobierno común, por uno “inteligente”, incluso hasta las ciudades han migrado al esquema smart city, debido a conexiones de alta velocidad y baja latencia, a la data y a las miles de dispositivos conectados al Internet de las Cosas (IoT) que de acuerdo con el Ericsson Mobility Report 2021, representarán el 51 por ciento de las conexiones móviles en el 2027.

Pero mientras estos cambios suceden en algunas partes del mundo como en Europa, Asia y Estados Unidos, donde los efectos de la quinta generación de redes móviles son una realidad y se reflejan en ciudades e industrias inteligentes, en América Latina son contados los países con servicios 5G: Uruguay, Chile, República Dominicana, Brasil y México.

Si bien algunos países latinoamericanos se están concentrando en regulaciones avanzadas, en México una de las preocupaciones principales es que con la llegada de la 5G se amplíen las brechas de desigualdad social y económica, y que esta nueva tecnología no signifique una mejora para las condiciones de la población rural, que históricamente ha sido la más relegada.

No obstante diversos estudios, como el de “La Economía Móvil en América Latina 2021” de GSMA, destacan los beneficios que aportó y que dejará el ecosistema móvil en América Latina. En 2020 generó más de 55 mil millones de dólares en valor económico y para el 2025 la contribución aumentará en más de 30 mil millones de dólares, lo que se traducirá en mejoras en productividad y eficiencia por la adopción de estos servicios.

Para esta consultora, el desarrollo de 5G se integrará a los planes de largo plazo entre la mayoría de los operadores, y pese a los lanzamientos de esta generación de tecnologías móviles, anticipa que la adopción y cobertura de tecnologías como la 4G seguirá en aumento hacia 2024. Un año después (2025) en la región las conexiones 5G representarán 12 por ciento.

Sin embargo, datos del Banco Mundial, muestran que en América Latina y el Caribe, habitan más de 123 millones de personas en zonas rurales. Entre ese total, al menos 77 millones de habitantes en 24 países de la región no cuentan con conectividad con estándares mínimos de calidad, cifras que son confirmadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Conectar objetos, más que personas

Bajo este contrastante escenario no son pocos los expertos que cuestionan, ¿cómo una tecnología que está pensada en comunicar máquinas (M2M), podría beneficiar a las personas que viven en comunidades rurales?

“La tecnología de quinta generación básicamente en lo que está enfocada es en el Internet de las Cosas (IoT), es una tecnología que busca que las cosas se comuniquen, no las personas”, afirmó Erick Huerta, coordinador general adjunto de Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad A.C.

Con este enfoque, el despliegue de las redes 5G en las zonas rurales estaría más dirigido al desarrollo de esquemas industriales de producción, probablemente en agricultura automatizada, que no forman parte del esquema en mercados no atendidos cuya agricultura es de autoconsumo.

“No es que se vayan a quedar al margen de la transformación digital si no tienen 5G, que en realidad muchas no tienen ni 2G… y tampoco es que exista una demanda 5G en estas zonas, porque la demanda probablemente que existe es de servicios de comunicación básicos o servicios de internet, que lo pueden dar bastante bien tecnologías como la LTE o 4G”.

Redes A.C junto a Rhizomática y Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias A.C. que conectaron a comunidades rurales con la primera red de Telefonía Celular Comunitaria, fue un proyecto impulsado en la lucha por los derechos a la comunicación.

En entrevista para ConsumoTIC, Huerta aseveró que se debe de pensar en estrategias diversas para la conectividad de las zonas rurales, que haya una diferenciación, como el desarrollo de políticas específicas, para atender las zonas apartadas, para evitar que sin el despliegue y desarrollo de las tecnologías 5G se amplíe la brecha digital.

“La 5G realmente nada tiene que ver con la brecha digital… La única ventaja quizá es que la acción de la tecnología de quinta generación ha hecho algunas innovaciones en materia de aprovechamiento del espectro o frecuencias y también de equipos un poco más pequeños”.

¿Una necesidad real o marketing?

Ehécatl Cabrera, maestro en urbanismo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recordó que si bien en las zonas rurales y comunidades indígenas el abandono es notorio, es anticipado decir que la tecnología 5G ampliará las brechas, pues los servicios móviles de esta generación aún no son masivos en México.

“Es un poco pronto, es aventurarse… Lo que sí alcanzo a ver es un componente de marketing importante en todas las discusiones del 5G… y veo un patrón de otros momentos, de otras tecnologías, que se construye como una especie de imaginario donde se plantea como una gran panacea”.

En entrevista, el especialista en medios de comunicación y segregación urbana opinó que ante la narrativa de los beneficios que traería una tecnología como 5G a los habitantes de comunidades apartadas y desatendidas, se pierden de vista otros factores de desarrollo como los económicos y culturales, “que no se resuelven automatizando procesos y generando sistemas basados en datos”.

“Desde antes del 5G están perdiendo… y esto se notó con la pandemia… de por sí, las clases en línea son impensables en ciertos espacios. No da el ancho de banda si es una familia. En este tipo de ejemplos, se necesita más velocidad, pero también la pandemia mostró que la gente lo resolvió como pudo. Sería ideal que estuvieran conectados, pero no es únicamente de voluntad, son muchos factores, es más complejo y el factor económico es el que pesa más”.

La persistente brecha de uso entre zonas rurales y urbanas

En México, la más reciente Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2022 reveló que la brecha respecto a la población de usuarios de internet persiste. Mientras 81.6 por ciento de la población usuaria de internet de seis años o más se concentró en las zonas urbanas, en las rurales sólo se concretó entre el 56.5 por ciento.

Los contrastes no sólo se ven en México. En América Latina el porcentaje de hogares con acceso a internet es de 33 por ciento en el área rural y 65 por ciento en la urbano, según el estudio Nuevas dinámicas de la gestión de infraestructura de telecomunicaciones en América Latina”, comisionado por American Tower Corporation y realizado por SmC+ Digital Public Affairs.

Algunos expertos piensan que los satélites resolverán de manera definitiva la conectividad global. A través de constelaciones de órbita terrestre baja (LEO, por sus siglas en inglés), se tiene una posibilidad importante de llevar el 5G a las comunidades rurales apartadas, aunque no en el corto o mediano plazo, como anticipan representantes de esta industria, puesto que se requiere de mayor capilaridad en infraestructura terrestre y de asequibilidad en este servicio.

Para otros, se necesitaría actualizar las regulaciones en materia telecomunicaciones, pero como afirmó Cabrera “habría que estar actualizándose casi día a día… se tiene que regular mucho mejor la prestación de servicios, para que el criterio no sea únicamente la rentabilidad económica, que se logre un equilibrio… tiene que haber diferentes tipos de proveedores”.

Sí, la transformación digital que ofrece 5G llegará al ámbito rural, pero quizá no de inmediato porque, probablemente, para ver aplicada esta tecnología en seguridad pública, viviendas inteligentes, servicios públicos inteligentes, educación o salud podrían pasar varios años o simplemente podría no ser adoptada de la misma manera que en las urbes, ante las realidades distintas en las que se vive en muchas zonas remotas del país.

CON INFORMACIÓN VÍA CONSUMO TIC

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