PERSPECTIVAS_ AMLO telecom: precisiones a imprecisiones

En la conferencia del 5 de agosto el presidente López Obrador habló de Internet, del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), de los aspirantes a comisionados y de los preponderantes.

Dijo que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes regulaba y entregaba las concesiones a las empresas de comunicación, pero le quitaron esas facultades y se creó el IFT. Correcto. Así ocurrió con la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y radiodifusión de 2013. Ahora el IFT otorga, revoca y refrenda concesiones. Se transitó de un modelo político y clientelar a otro técnico y especializado para reducir la discrecionalidad en el otorgamiento de concesiones. Ese cambio fue positivo aunque al Presidente le gustaría volver a otorgar concesiones de radio, televisión y telecom.

AMLO dijo que con la creación del IFT ya no iba a haber monopolios y se empezó a utilizar un eufemismo para nombrarlos: preponderantes. Acá tiene razón el Ejecutivo.

En 2013 se inventó la figura de “preponderantes” para castigar el tamaño de una empresa en los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión, en particular a América Móvil y Televisa. Hasta la OCDE ha dicho que la preponderancia debería equipararse con la definición correcta de “poder sustancial de mercado”. Este cuestionamiento a la preponderancia es un buen punto del Presidente.

Sobre el procedimiento para nombrar a los candidatos(as) a comisionados(as) del IFT, AMLO aseguró que las propuestas del Comité de Evaluación (integrado por titulares del Banco de México y el Inegi) “ya vienen sesgadas, porque son puros tecnócratas”. Tiene razón.

Tanto en la convocatoria como en el examen general de conocimientos, las y los aspirantes al Pleno del IFT deben realizar por ley un examen de conocimientos generales cuyo contenido sólo contempla temas de derecho, economía e ingeniería, como si la radiodifusión, las telecom y todo el universo digital de Internet no tuvieran relación con aspectos sociales, de comunicación, cultura e incluso psicológicos, como lo hemos constatado durante la pandemia.

Dijo que “debe de haber excepciones”. AMLO lo piensa política e ideológicamente, pero la convocatoria debería ser más incluyente y que los integrantes del Pleno del IFT poseyeran una perspectiva multidimensional, diálogo social y cultural más amplios y enriquecedores en los sectores de radiodifusión, telecomunicaciones e Internet.

El Presidente aseguró que “los preponderantes dominan ese organismo supuestamente autónomo” que es el IFT. Acá nuevamente despotrica del regulador autónomo, porque no le gusta ese diseño institucional. Porque añora regular y entregar concesiones de manera discrecional, política y clientelar. Él piensa que los entes autónomos “son otro gobierno”, “un Estado dentro del Estado con el propósito de proteger los intereses de las grandes corporaciones privadas”. Se equivoca, es preferible ese diseño institucional y que el IFT sea autónomo.

¿Los preponderantes dominan al IFT? No es fácil asegurarlo, pero al Presidente le gusta provocar desde la conferencia de prensa. Al preponderante Telmex no se le permite ofrecer TV de paga a sus clientes y se le obligó a la separación funcional de sus servicios mayoristas, pero se permitió la libertad tarifaria en 63 municipios o mercados competitivos donde ya no tiene una participación superior a 50%.

Al preponderante Televisa se le abrió la competencia en TV abierta con la licitación y creación de una tercera cadena de TV y se han otorgado otras concesiones a televisoras locales, pero el IFT ha realizado investigaciones inconsistentes en el mercado de TV de paga que Grupo Televisa domina con 64%. Hay pocas evidencias de que los preponderantes dominen al IFT.

AMLO dijo que el IFT tiene más fuerza que el Presidente. Falso. El Ejecutivo ha ejercido posiciones de fuerza al no nombrar a tres comisionados vacantes y logró que vía el Congreso se le recortara en 500 millones el presupuesto desde 2020. El IFT no es más poderoso que el Presidente, pero sí es vulnerable en su autonomía y representa un equilibrio de poder en el modelo de Estado regulador.

AMLO contó que para conseguir una concesión para la empresa CFE Telecomunicaciones e Internet para todos y poder llevar conectividad a los pueblos, “tuvimos que batallar”. No es así. El IFT ha sido diligente en el otorgamiento de concesiones y autorizaciones a los proyectos de conectividad del gobierno federal, incluida la autorización de la reestructura financiera de Altán Redes. El IFT no es enemigo de los proyectos digitales del gobierno ni responsable de la mala planeación de los mismos.

AMLO dijo que se necesitan 2,500 antenas para tener Internet en todos los pueblos. Que iba a hablar con los electricistas (porque la empresa Internet para Todos es una subsidiaria de la Comisión Federal de Electricidad) “para que en una jornada juntemos las 2,500 antenas” y “a más tardar a mediados de 2023 ya tengamos resuelto el problema”. Recalcó: “vamos a usar fibra óptica, satélite, pero sobre todo antenas”.

Este entusiasmo está muy bien, pero no es sencillo y quizá tampoco realista. Para dimensionar, las 2,500 antenas que quiere instalar AMLO en un año representan 13.65% de los 18,307 sitios que tiene América Móvil en México. En los últimos 12 meses hasta junio de 2021, este operador habilitó 743 sitios con antenas. La meta de AMLO es casi 300% más ambiciosa. Se vislumbra complejo, pero sería positivo que lo lograra.

CON INFORMACIÓN VÍA DPL NEWS

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