El gobierno francés lanzó ayer una requisa de personal en un depósito de combustible, ante una huelga en seis refinerías que provoca desde hace días desabastecimientos en gasolinerías y el enojo de los automovilistas.
¡La gasolina es demasiado importante para nosotros! Hace más de una semana que intentamos arreglárnoslas”, refirió Santiago, uno de los muchos repartidores en París que necesitan su vehículo para trabajar y buscan desesperadamente combustible.
Casi un tercio de las gasolinerías carecían de algún combustible en Francia el martes por la noche —casi la mitad en la región de París— y, en aquellas con gasolina o diésel, los automovilistas esperan varias horas en la fila.
Seis de las siete refinerías en Francia —cuatro de TotalEnergies y dos de Esso-ExxonMobil— están en huelga. Pese a los llamados a desconvocarlas y las amenazas de intervenir del gobierno, los trabajadores decidieron ayer mantenerlas.
El gobierno cumplió así sus advertencias y lanzó una primera requisa de personal en un depósito de Esso-ExxonMobil en la refinería de Gravenchon-Port-Jérôme, que afecta a cuatro trabajadores.
Para permitir el funcionamiento de las instalaciones, dos deben trabajar el miércoles y dos hoy, precisó el gobierno. Los trabajadores afectados por la decisión se ven obligados a hacerlo, bajo pena de sanciones penales.
El presidente Emmanuel Macron aseguró en una entrevista con la televisión France 2 que el suministro de combustible regresaría “a la normalidad” durante la “próxima semana”.
Subrayó su apego al “diálogo social”, llamando a dirigentes y sindicalistas a negociar, pero afirmó que no se puede “bloquear” el país y advirtió de nuevas requisas si no hay resultados “en las próximas horas”.
Obligar a los huelguistas a trabajar es una medida excepcional. El precedente más importante remonta a 2010, cuando el gobierno del presidente conservador Nicolas Sarkozy lanzó una requisa de trabajadores de refinerías en huelga contra una reforma de las pensiones.
Aunque en los últimos días el gobierno de Macron se limitó a llamar al diálogo, finalmente decidió intervenir en un momento en que se encuentra bajo presión por parte de la oposición, debido a la fuerte inflación.
Además de la inflación, el contexto es delicado en Francia con los llamados a ahorrar electricidad y gas para evitar cortes durante el invierno, a causa de la guerra en Ucrania y problemas en la mitad de los reactores nucleares franceses.
CON INFORMACIÓN VÍA EXCÉLSIOR