La enorme cantidad de contenidos y de información de la que hoy dispone la población muestra el indiscutible beneficio que genera el actual entorno digital, sin embargo, la elevada concentración en las denominadas Big Tech también explica el control y poder que ejercen en la sociedad, por lo que revisar la regulación vigente sobre este sector, nunca fue tan oportuno y necesario.
Al moderar el panel “Regulación de las “big tech” (gatekeepers) y OTT y su posible implicación”, Arturo Robles Rovalo, comisionado del IFT, detalló que datos de consultoras especializadas muestran que antes de la pandemia los ingresos combinados de las denominadas Big Tech crecían a un ritmo de sólo 12 por ciento; sin embargo, para el periodo 2020-2021, sus recursos pasaron de 1.1 billones de dólares, a 1.4 billones de dólares, registrando una tasa de crecimiento del 27 por ciento.
En el sector de las Over The Top (OTT) la tendencia es similar. En el segundo trimestre de 2021, estas empresas sumaban en conjunto 524 millones de suscriptores de pago en el mercado de streaming, con una tasa de crecimiento del 30 por ciento, respecto al 2020. La expectativa para el 2022 es que los ingresos de este sector alcancen 275 mil millones de dólares.
Robles Rovalo detalló que esta dinámica de crecimiento define por qué las Big Tech se han convertido en el intermediario indispensable para las tiendas de aplicaciones, para el posicionamiento de buscadores, en los servicios de almacenamiento en la nube y claves en los canales de distribución digital.
Su incursión en distintos modelos de negocio hace indispensable revisar la regulación vigente, pues la posición dominante que podrían tener las Big Tech en la economía digital ha “encendido ciertas alertas” en el entorno de la competencia económica, particularmente por el acceso que tienen a una enorme cantidad de datos relevantes de las telecom y las TIC, y porque llegan a definir quién puede hacer uso de tal o cuál infraestructura, incurrir en barreras de acceso a nuevos jugadores o tener dominancia de mercado en algún sector.
Maryleana Méndez Jiménez, Secretaria General de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (ASIET), destacó el desbalance regulatorio predominante desde hace muchos años entre los operadores telecom y los proveedores de OTT y Big Tech, pues mientras los primeros deben cumplir con licencias de espectro, pago de multas en casos de incumplimiento, obligaciones de servicio universal, integración al Régimen fiscal; en el caso de los segundos, ninguno de estos requisitos son obligatorios, salvo en el tema fiscal que depende de la decisión de cada mercado en Latinoamérica.
La experta llamó la atención para resaltar no sólo la penetración masiva que gozan tanto las Big Tech como las OTT, sino la facilidad que tienen algunas de ellas para hacerse de suscriptores en volúmenes de miles de millones de usuarios por mes, lo que representa un tiempo récord.
Todo ello ha propiciado que en América Latina ya se tengan algunas tendencias en materia de regulación y de carácter fiscal para las Big Tech y los OTT, incluso el inicio de algunas investigaciones por dominio de mercado, en materia de cobros y de información falsa.
La incursión de los OTT en mercados tradicionales como los servicios de TV de paga, aunque aún no se pueden considerar equivalentes, ya empiezan a mostrar una similitud bastante amplia, sin embargo, en materia de Telecom, existe evidencia de un impacto directo de los servicios que ya otorgan estos oferentes.
Méndez Jiménez destacó que ante el claro desbalance regulatorio que hay entre estos sectores (Telecom vs Big Tech y OTT), se hace evidente la necesidad de que los órganos reguladores simplifiquen la regulación hacia los operadores de telecomunicaciones para que de tal forma que faciliten la inversión que realizan.
“La innovación regulatoria será básica para hacer país por país y determinar la regulación que fuese necesaria para los OTT masivos”, concluyó.
La presencia de las Big Tech sin duda ha generado una gran competencia y una constante evolución inacabada, en tanto que las OTT continúan creciendo y expandiéndose de manera acelerada, lo que dificulta saber si es oportuno en este momento -salvo en los casos estrictamente necesarios- regular estos mercados, puesto que aún se desconoce su nivel de madurez, aseguró Miguel Flores Barnes, abogado en Greenberg Traurig LLPL.
Coincidió en el desbalance regulatorio que hay entre estos sectores, pero el nivel de evolución y la rapidez con la que se están expandiendo las Big Tech y los OTT, hace prudente esperar aún para establecer una regulación mucho más puntual, que pudiera restringir o distorsionar la competencia que han generado; “todavía no estamos listos, cuando menos en México”.
Recomendó las investigaciones de mercado que en México se tiene como recurso para evitar barreras al acceso a mercado o a insumos esenciales, mecanismos que se deben de aprovechar y que afortunadamente se tienen en la Ley de Competencia Económica.
Sin embargo, reconoció el gran poder que les otorga a las Big Tech y las OTT el gran volumen de información y datos personales que han logrado acumular y que les ha otorgado un amplio poder, por la variedad, volumen y velocidad que han logrado obtener, con lo cual han llegado a conocer más las preferencias y gustos que el propio consumidor, y que podría representar una barrera para las empresas que carezcan de esta información.
CON INFORMACIÓN VÍA CONSUMO TIC