Por Antonio Delgado
Ciberataques, metaverso, redes sociales, filtraciones periodísticas. Más que una novela de ficción o un thriller policiaco, estos temas son tratados en las últimas semanas como parte de la información disponible en infinidad de fuentes y medios a nuestro alcance.
El común denominador de estas temáticas que podemos observar. consumir y tratar en la arena pública del debate hoy día es -efectivamente- el “mundo” de los medios y accesos digitales de información.
Lamentablemente y, como se ha planteado en diversas ocasiones dentro de los espacios del proyecto de STRMnoticias, el discurso y las narrativas encontradas en esta epsecie de “Ágora” contemporánea del debate político-social, está llena de los riesgos que irónicamente pretendían erradicar en sus inicios: la falta de veracidad y rigor metodológico acerca de los temas que se abordan y se mediatizan a diario.
Hemos sido testigos, de como el quehacer periodístico se encuentra en boca de todos y en diferentes grupos, cuestionando su vigencia, sus plataformas y su sentido de valor para la actual Sociedad de la Información.
A lo anterior se suma, como hemos visto en el caso de la empresa Twitter, que el modelo de economía digital basado en las interacciones entre usuarios de redes sociales está llegando a un punto de agotamiento. Y es precisamente aquí donde el mundo llamado “virtual” y el real se encuentran.
Los derechos laborales de trabajadores en las llamadas empresas “Big Tech” son desplazados por las necesidades financieras y económicas de tales empresas. Despidos masivos, reducción salarial o de movilidad, incluso la marcha atrás a modelos híbridos de trabajo para sustituirlos por métodos de mayor “control” del personal entre otras medidas, tocan la delgada línea del acoso laboral y son la constante en esas empresas que hace una década generaban la falsa expectativa de un mundo más libre y convergente en modelos de creatividad, innovación y productividad.
Es en este entorno que las organizaciones de trabajadores y sindicatos deben generar redes similares o aprovechar los espacios que las mismas plataformas digitales proveen, y en cuanto a su alcance e interacción (o convergencia), generar una agenda propia que permitirá un mayor alcance en relación a las problemáticas que vivimos la clase trabajadora en México y en el mundo, así como con los consumidores de estas plataformas y redes.
Es de reconocer que algunos grupos han tomado esta trinchera digital para enfrentar “cercos” mediáticos, silencios cómplices y censura que desde el poder político-económico buscan callar las voces de la clase trabajadora y cuyas demandas legítimas son urgentes de atender.
Tal es el caso del STRM, que con iniciativas promovidas por el Co. Francisco Hernández Juárez, acompañadas por la interacción y el diálogo entre las diferentes comisiones, tanto en los Comités Ejecutivos Locales y en el Comité Nacional, sin dejar de señalar las diferentes iniciativas de grupos como los Jóvenes Telefonistas en Acción y la audiencia misma de los espacios de información de este sindicato democrático, son muestra de la capacidad de trabajo, de la unidad sindical y de la estrategia de lucha frente a las diferentes problemáticas y retos de nuestro tiempo
De continuar por este camino, estamos seguros que podremos vencer el miedo a no ser escuchados en medio de una tempestad de narrativas sin fin y podremos sortear las dificultades que como trabajadoras y trabajadores organizados, sindicalizados y amparados bajo contratos colectivos verdaderos tenemos frente a nosotros.
De tal manera es que construiremos nuestra propia narrativa.