VIDEOCOLUMNA_ #RompiendoElSilencio “Entre lo digital y lo convencional …”

Por Antonio Delgado

La semana anterior, una noticia publicada en diferentes portales y medios digitales llamó nuestra atención: se prevé que en los próximos años alrededor de mil millones de jóvenes pierdan capacidades auditivas por el uso inseguro de audífonos y otros dispositivos relacionados.

En el estudio llamado “Prevalence and global estimates of unsafe listening practices in adolescents and young adults: a systematic review and meta-analysis” (Predominio y estimaciones globales de prácticas inseguras de escucha en adolescentes y jóvenes adultos: Revisión sistémica y Meta-análisis) publicado en la revista BMJ Global Health se analizaron los datos de 33 estudios publicados en inglés, español, francés y ruso durante las dos últimas décadas y que abarcaron a más de 19.000 participantes de entre 12 y 34 años.

El resultado es desalentador, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que más de 430 millones de personas en todo el mundo tienen actualmente una pérdida auditiva discapacitante. Los jóvenes son particularmente vulnerables debido al uso de dispositivos de escucha personal (PLD), como teléfonos inteligentes, auriculares, y la asistencia a lugares con música a todo volumen, en medio de una aplicación reglamentaria deficiente.

Lo anterior, nos invita a reflexionar acerca de la actual importancia de las tecnologías de la información, entendidas como los medios y dispositivos, además de su uso y de las interacciones que realizamos con dichas herramientas cotidianamente.

Entender que a más elementos o recursos tecnológicos a nuestro alcance no necesariamente son garantía de un mejor avance o desarrollo de las organizaciones es fundamental para los sindicatos y grupos gremiales de trabajadores.

Y es aquí donde los llamados “sindicatos de nueva generación” cobran cierta relevancia. Así podemos verificar las luchas y demandas legítimas de trabajadores denominados por “aplicaciones” (como conductores y transportistas de alimentos y paquetería), o trabajadores en modalidades a distancia (como diseñadores y programadores).

Ante esto, es importante señalar que los sindicatos con carácter institucional, como el STRM, son importantes también, esto derivado de que las actuales coyunturas sociales y crisis económicas que son tema de un análisis serio en estos sindicatos verdaderamente democráticos.

            Pero más allá de hablar de un corte o quiebre generacional, debemos buscar que los objetivos generales de las organizaciones sindicales -Unidad, Democracia, Independencia y la Acción Colectiva- sean equilibrados tanto por el uso de las nuevas tecnologías y el carácter institucional que nos permita generar acuerdos y consensos con grupos cada vez mas amplios de trabajadoras y trabajadores amparados en la contratación colectiva.

La organización efectiva y la transmisión de la ideología dentro de los sindicatos legítimos, que a través de liderazgos sólidos y con formación laboral, nos permitirán revertir la desacreditación por parte de la opinión pública, generada en su mayoría por los medios tanto tradicionales como digitales, y así poder hacer frente a los retos por delante.

Estudios como el dirigido por la OMS, citado al inicio de esta columna, nos muestra que no todas las promesas de las llamadas nuevas tecnologías significan un avance hacia un mundo en donde se cierren o erradiquen las llamadas brechas sociales tan agudas y visibles como la educativa, la laboral y ahora la digital.

Debemos romper el silencio y buscar el diálogo con los diferentes actores políticos en tiempos de cambios vía el ejercicio electoral, y la pregunta cabe ¿qué promesas, harán los partidos y candidatos políticos para obtener nuestro voto?. ¿Buscarán la fragmentación de los trabajadores o entenderán que el mayor bien está en promover la veredadera unidad sindical? La respuestas pueden ser diversas, pero será sin ceder a nuestras causas y derechos laborales por el bien colectivo.

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