Los índices de violencia en los lugares de trabajo y en contra de las mujeres han aumentado en el mundo, lo cual ha propiciado una disminución en el índice de la productividad y ausentismo, rotación de personal, mayor número de incapacidades y casos de deserción, además de impactar la salud física y psicológica de quienes se enfrentan a espacios hostiles, por lo que es de suma urgencia abordar estos temas y crear mejores condiciones laborales.
“En México el 80 por ciento de los trabajadores han padecido algún tipo de violencia psicológica, maltratos, insultos o gritos, y según algunas investigaciones, el riesgo de sufrir algún tipo de violencia en el trabajo es mayor para las mujeres dado que se concentran en las ocupaciones más expuestas como la docencia, el trabajo social, la enfermería, banca, el comercio minorista, además del trabajo informal”
Por ello en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) se trabaja para ser una institución vanguardista no sólo desde el punto de vista técnico y regulatorio, sino también en ser socialmente responsables en temas de respeto a los Derechos Humanos, crear condiciones de equidad de género, así como ambientes laborales libres de violencia o de acoso en contra las mujeres.
“Esto es un tema relevante para el IFT, porque refrenda nuestra visión en favor del liderazgo y acceso en condiciones de igualdad para todas las mujeres, por eso trabajamos en forma constante y decidida por mantener una institución innovadora, vanguardista, no sólo en temas de telecomunicaciones y radiodifusión, no sólo en lo técnico, sino también en donde somos socialmente responsables como es el respeto a los Derechos Humanos y en la promoción de la igualdad”.
En el contexto del conversatorio, “El acoso y la violencia laboral a la luz del Convenio 190 de la OIT”, Javier Juárez Mojica, presidente del IFT, detalló que en el instituto se realizan talleres que buscan generar conciencia sobre la importancia de la igualdad de género, prevención de la violencia con enfoque de género, discriminación en al ámbito laboral, machismos cotidianos, transversalidad de la perspectiva de género, entre otros.
De igual forma el órgano regulador ha emitido pronunciamientos en contra de la violencia laboral, así como establecido diversas políticas internas que promueven la igualdad entre mujeres y hombres, convocatorias para ocupar plazas vacantes dirigidas particularmente a profesionistas mujeres, así como talleres de liderazgo.
Juárez Mojica precisó que la ratificación y firma del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual cobró vigencia desde el pasado 25 de junio de 2021, contribuye a tener un marco regulatorio que permita prevenir, remediar y eliminar el acoso en el ámbito laboral, incluido la violencia y el acoso por razón de género.
Al participar en el conversatorio, la senadora Patricia Mercado, explicó que el Convenio 190 de la OIT, protege del acoso a todas las personas en el mundo laboral, aunque las mujeres en particular realizaron un trabajo muy intenso para que tomara vigencia.
Recordó que el Convenio 189 también es relevante pues está relacionado con las trabajadoras domésticas, el cual está vigente y que incluso propició reformar la Ley Federal del Trabajo para reconocer los derechos de este gremio, además de publicarse apenas en el Diario Oficial de la Federación la Ley del Seguro Social para garantizar los derechos de este sector conformado por más de 2 millones de mujeres dedicadas a este ámbito laboral.
“La lucha de las mujeres ha sido relevante por alcanzar mejores salarios, estabilidad laboral, protección frente al despido, seguridad social, pues las mujeres ocupan los espacios más informales, es decir, sin derechos sobre todo luego de la pandemia, además de conciliar cómo se consideran las tareas de cuidados (en el hogar), y del trabajo remunerado, dos actividades que realizan y que contabilizan más de 40 horas de trabajo”.
El apoyo de las guarderías para las mujeres que trabajan también ha sido clave, “las mujeres conseguimos el trabajo y que el Estado nos pongan estos espacios tan necesarios”.
Las mujeres además de cuidar su integridad, y preservar su salud psicológica, deben enfrentar diversos desafíos si tratan de conseguir un empleo, un ascenso o mejor salario, pues no son pocos los casos que deben enfrentar peticiones de favores sexuales a cambio de poder conseguir estos derechos.
Haber logrado la firma y vigencia de estos Convenios (189, 190 de la OIT), ha representado dar un paso adelante muy importante, ya que gran parte de los casos de acoso y violencia están normalizados, y cuando son denunciados se le califica a la mujer de “histérica”, en lugar de una persona que denuncia un acto ilegal que le resta posibilidades de desarrollo laboral.
Tampoco son pocos los casos de mujeres que han tenido que luchar con estructuras de poder, alianzas, pactos patriarcales que buscan proteger “entre unos y otros”, a los acosadores y a quienes consienten estos actos ilegales, terminando en el despido laboral, y estigmatizadas las víctimas.
Datos del INEGI mostraron que en 2018 el mayor número de casos de violencia y acoso se dieron en el ámbito laboral, al detalle indica que más de 95 mil personas tuvieron que abandonar su empleo ese año por situaciones en “violencia laboral”, siendo la gran mayoría mujeres.
“Casi 300 mil mujeres sufrieron una agresión sexual con contacto físico, besos, manoseos, arrimones, tan comunes en los lugares de trabajo. A 178 mil de esas mujeres (en ese mismo año), las castigaron por rehusarse a sostener relaciones sexuales, además que el acoso y la violencia en contra de las mujeres, sirve como un elemento para mantener la segregación horizontal en ciertos empleos”.
Por todo ello es imprescindible seguir actuando en contra de todo este tipo de prácticas ilegales y que claramente van en detrimento de los Derechos de las mujeres, la reflexión es lo relevante de salir de la “normalización de este tipo de actos”, del aprendizaje colectivo, de la capacitación permanente en los sindicatos, las empresas y las instituciones para erradicar este tipo de temas nocivos para la sociedad en su conjunto.
El ámbito digital no escapa a esta nociva tendencia, pues a pesar de ser trabajo bien remunerado, las mujeres «no le entran» por el miedo al acoso o violencia que pueden sufrir, esto pone de manifiesto que el costo por acceder a los derechos que tienen está siendo muy alto para su salud física y mental.
CON INFORMACIÓN VÍA CONSUMO TIC