Por Israel Quiñones
Casi llegamos al final de este 2022 y hemos tenido un año vertiginoso, donde los acontecimientos han tenido una importante trascendencia histórica. Por un lado, los temas nacionales se han acotado a una fuerte confrontación por la transición electoral del próximo 2024. Por otro lado, tenemos la lucha de los trabajadores, las conquistas se han dado con movilizaciones y un proceso de unidad, a pesar de los intereses que rodeaban varias de estas mejoras para las y los trabajadores.
La vida política nacional es un área que el presidente en cada mañanera ha querido popularizar, puesto que la apatía social hacia los trabajos políticos ha sido cooptada por los medios de comunicación masiva, esto derivado de querer desasociar la participación ciudadana en las decisiones cruciales para la vida pública y ciertamente el actual gobierno se ha empeñado en generar procesos que sean contrarios a los que mediáticamente la élite ha querido mantener solamente para ellos.
En este contexto, las organizaciones sindicales han tomado la palabra al ejecutivo federal y se ha producido un proceso de unidad sindical, lo que queda demostrado en las movilizaciones que se han dado tanto en la Cámara de Senadores, como en la de Diputados en defensa de la iniciativa de “Vacaciones Dignas” y que han dejado ver que los intereses de los trabajadores van más allá de los deseos o cabildeos de los empresarios en las cámaras legislativas.
Queda asentado que el sindicalismo es la opción más viable para que los trabajadores puedan defender y acrecentar sus derechos laborales. Por este motivo, las elites empresariales y económicas han tenido que entender que su dinero no alcanza para comprar conciencias y que la unidad del movimiento obrero es una realidad que se viene construyendo para beneficios de la clase trabajadora que ha tenido que enfrentar distintas disparidades, pero que al final queda el precedente de la capacidad con la que cuentan los trabajadores al momento de generar unidad en diversidad.
Este año la transformación digital ha sufrido una serie de conflictos de carácter económico y laboral, de tal manera que los trabajadores del sector han decidido su destino por medio de la organización. El caso de Twitter es una muestra clara de esto que estamos abordando, ya que las políticas laborales que ha planteado el magnate Elon Musk han llevado a los trabajadores de esta plataforma a unirse a sindicatos en los distintos países donde hay sedes de esta compañía. ¿Si los sindicatos son tan malos, por qué siguen siendo la mejor opción para trabajadores de distintos países y de un sector como lo es el tecnológico?
A pesar de la modernidad y el inclemente proceso económico neoliberal, los trabajadores deben mantener una postura firme que les permita defender sus derechos y libertades. La democracia y la organización son las principales herramientas que pueden ser usadas por la clase trabajadora para lograr posicionar sus intereses en un marco de confrontación entre las principales fuerzas políticas e ideológicas, con ello, el sindicalismo tiene la posibilidad de establecer un proceso de mejoramiento productivo, laboral y estructural en la transformación tecnológica, industrial y laboral.
Los Telefonistas somos un ejemplo para la lucha sindical en México. Este 2022, después de 37 años se estalló una huelga y según notas periodísticas como la del diario Reforma del 23 de julio de este año, hubo preocupación en el sector empresarial por la movilización y el posterior estallamiento a huelga de los telefonistas, pues se podrían dar una serie de movilizaciones de trabajadores a nivel nacional por la exigencia de mejores condiciones laborales y este motivo de preocupación se extiende cuando entidades como la Mesa de Diálogo Sindical, la cual es conformada por centrales y sindicatos de muy diversos orígenes se hacen presentes para luchar por iniciativas como las vacaciones dignas.
Se ve una luz al final del túnel e invariablemente este tramo será el más complicado de una lucha que los trabajadores Telefonistas tendrán que enfrentar. La ventaja es que, los tiempos que estamos viviendo, en medio de una transformación política y de lucha podemos comprender que la unidad será básica para concretar la defensa de un Contrato Colectivo de Trabajo que debe convertirse en un ejemplo para los trabajadores de este país y que la única forma de conseguirlo y mantenerlo es la organización y conformación de un sindicalismo democrático y real.