Video de las compañeras del Comité Ejecutivo Nacional del STRM en el cual también participaron las compañeras de CTBR, Limsa y Tecmarketing. Agradecemos el Co. Gil Castillo el apoyo para la realización del mismo
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Video de las compañeras del Comité Ejecutivo Nacional del STRM en el cual también participaron las compañeras de CTBR, Limsa y Tecmarketing. Agradecemos el Co. Gil Castillo el apoyo para la realización del mismo
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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo que desarrolló un nuevo indicador que mide mejor la tasa de desempleo y que detecta a todas las personas sin empleo que buscan una actividad.
Esto proyecta «un panorama mucho más sombrío de la situación de las mujeres en el mundo laboral que la tasa de desempleo, más comúnmente utilizada», dijo esta agencia de la ONU en un comunicado, a dos días del Día Internacional de la Mujer.
«Los nuevos datos muestran que las mujeres siguen teniendo muchas más dificultades para encontrar trabajo que los hombres», señaló el organismo.
Según los datos de la OIT, un 15% de las mujeres en edad de trabajar en todo el mundo quisiera tener un empleo, pero no lo tiene, frente un 10.5% de los hombres.
«Esta brecha de género se ha mantenido prácticamente invariable durante dos décadas», señaló la organización.
En contraste, las tasas oficiales de desempleo de hombres y mujeres son muy similares.
Esto se debe, según la OIT, a que el criterio utilizado para determinar si alguien debe ser considerado oficialmente desempleado tiende a excluir de forma desproporcionada a las mujeres.
Según el informe, las responsabilidades personales y familiares, incluyendo el trabajo no remunerado de cuidados, afectan de forma desproporcionada a las mujeres.
Este tipo de actividades, impiden que las mujeres trabajen, que busquen empleo de forma activa o que estén disponibles con poca antelación.
«La brecha laboral es especialmente grave en los países en desarrollo, donde la proporción de mujeres que no pueden encontrar un empleo alcanza el 24,9% en los países de renta baja», dijo el organismo.
El acceso al empleo no es el único problema. La OIT señaló que las mujeres tienden a estar sobrerrepresentadas en algunos trabajos vulnerables, incluyendo la ayuda en negocios familiares.
«Esta vulnerabilidad, unida a unas tasas de empleo más bajas, repercute en los ingresos de las mujeres», dijo el organismo.
La OIT concluyó que «a nivel mundial, por cada dólar de ingresos laborales que ganan los hombres, las mujeres ganan sólo 51 céntimos”
CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA
A través de la historia diversas barreras han impedido a las mujeres su desarrollo pleno; muchas son discriminadas desde niñas, en su propio hogar; de adultas en el entorno laboral, pero en la actualidad, la lucha que libran 24 horas, siete días a la semana, cobra una nueva dimensión ante una imparable vorágine tecnológica que las enfrenta a nuevos desafíos y anima a muchas de ellas a hacer su propia revolución: la digital.
La paridad de género, la inclusión y la igualdad en todos los ámbitos son banderas que enarbola una ola de mujeres que decidieron aportar su visión al ecosistema digital, pues están convencidas que más allá de ser consumidoras y usuarias, el verdadero cambio surge desde dentro y la manera de materializarlo es a través de disciplinas históricamente estigmatizadas como «masculinas».
Hoy, cada vez más mujeres estudian, se desarrollan profesionalmente e impulsan a otras a ser parte de la revolución digital a través de las llamadas STEM, es decir, carreras relacionadas con la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Aunque el camino es largo y sinuoso, la propia tecnología que las reta en lo colectivo y lo individual, les abre posibilidades nunca antes vistas.
Myrna Lira, AVP de Technology Commercialization en AT&T México, rompió esquemas desde muy joven e inició su propia revolución al convertirse en ingeniera en telecomunicaciones; su decisión no estuvo exenta de cuestionamientos, pero nunca dudó y para ello, reconoce, su familia tuvo un papel primordial al dotarla de la primera armadura: confianza en lo que puede lograr.
“Me parece que si desde el núcleo familiar les enseñamos a nuestros niños, a nuestras niñas que tienen las mismas oportunidades y los mismos derechos creo que ahí vamos a empezar a ganar”.
Con conocimiento de causa, Myrna asegura que sembrar la semilla de la confianza en las niñas es un paso primordial, pero también trabajar en la premisa de que las profesiones no tienen género. Es posible ser una profesional en cualquier área que se desee, desde el manejo de sistemas, programación o codificación. Nada es imposible.
“Las mujeres y niñas tienen habilidades y aptitudes únicas que las hacen excelentes en el tema de tecnología, con su capacidad de trabajar en equipo, creatividad, su habilidad para resolver problemas pueden aportar muchísimo y en gran medida al desarrollo que estamos viviendo, en esta evolución tecnológica”.
El sector tecnológico y el ecosistema digital ofrecen un cúmulo de oportunidades de empleo para las mujeres, aunque de acuerdo con el informe de 2021 del Foro Económico Mundial sobre la brecha de género, ellas representan sólo el 15 por ciento de los líderes en Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC) y solo el 23 por ciento de la fuerza laboral en TIC. Ahí uno de los grandes retos.
“No ha sido un camino fácil; desde muy chiquita me gustó la tecnología y parte de mis sueños era poder aportar algo al desarrollo tecnológico. Ha sido difícil sobresalir en un mundo en el que primordialmente las oportunidades han sido para los hombres; donde debes demostrar que eres capaz de hacer lo mismo que un hombre, cuando es importante resaltar que la capacidad de una persona no depende del género”.
La formación e incorporación de más mujeres profesionales al ecosistema digital es un cuestión de desarrollo personal, social y económico; cuando una de ellas toma la decisión de dedicar su vida a aportar su visión, se sube un escalón en beneficio de las familias, las empresas y los gobiernos.
“Siempre tuve muy claro que la manera en la que podría sobresalir en la vida era estudiando. Recuerdo que alguno de mis impulsos más grandes era ayudar a mi familia, que tenía una situación económica complicada, y siempre me decían: La forma en la que tú puedes destacar es estudiando”.
En la actualidad, internet es un valioso vehículo para impulsar las capacidades y habilidades de la niñas y mujeres en actividades relacionadas con las STEM. A diferencia de antaño, hoy, el conocimiento está a un clic con una amplia oferta de cursos, talleres y conferencias en diversos formatos que combinan de manera creativa la teoría y la práctica; de hecho en muchos casos es posible acceder de manera gratuita.
Sin embargo, este mosaico de posibilidades se desvanece cuando se observa una dolorosa realidad: la brecha digital de género.
De acuerdo con el estudio “Panorama de la brecha de género en el acceso, asequibilidad y usos de la banda ancha y las competencias digitales”, aunque a primera vista la diferencia entre el número de hombres usuarios de internet y el de mujeres fue de sólo 1.5 por ciento en 2020, la desigualdad va más allá del sólo acceso a internet.
Se trata, explica el documento elaborado por el Centro México Digital (CMD) y la Coparmex, de un fenómeno en el que intervienen diversos indicadores relacionados con el acceso, asequibilidad y usos de la banda ancha y dispositivos, así como de competencias digitales.
Tan es así que en los hogares mexicanos del primer quintil, (20 por ciento de los hogares con menores ingresos) con mujeres como jefas del hogar, el costo del teléfono inteligente más económico representa casi 23 por ciento del total de sus ingresos mensuales, un dato que muestra que la brecha de género es un fenómeno mucho más profundo de lo que parece.
La Calculadora de probabilidades de uso de las TIC y actividades por internet en México, del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), muestra que una mujer de 12 a 17 años de edad, de un estrato económico medio-bajo, que tiene estudios de secundaria y que no trabaja tiene una probabilidad de 71.5 por ciento de tomar cursos o capacitaciones por Internet.
Sin embargo, esta probabilidad va disminuyendo conforme aumenta la edad, y se coloca en 66.6 por ciento en el caso de las mujeres con las mismas condiciones pero que tienen de 18 a 24 años; a 65 por ciento para las de 25 a 34 años, 57.9 por ciento en el caso de las de 35 a 44 años; y 39.6 por ciento de las de 45 a 54 años.
Este panorama obliga a revisar otro aspecto relevante expuesto en el informe “HeForShe Alliance Impact Report 2022”: la necesidad de involucrar a hombres y niños como aliados del cambio, con enfoques regionales, desde su participación en tareas domésticas y el cuidado de otras personas, y promover «masculinidades positivas».
En tiempos de cambio, la igualdad de representación en los sectores político, público y privado no es una opción, sino una obligación social. En 2022, las mujeres sólo representaban el 14 por ciento de los Jefes de Estado y/o de Gobierno. Más aún, en México, sólo 33 por ciento de los puestos directivos son ocupados por mujeres.
En plena revolución digital, una cosa es cierta: la transformación tiene un rostro, y es de mujer.
CON INFORMACIÓN VÍA CONSUMO TIC
Felicitar a las mujeres este 8 de marzo sería una contradicción a la lucha por sus derechos y reforzaría el rol de subordinación al que han sido sometidas, afirma Jimena Ávalos, abogada feminista y titular de la Unidad de Prevención y Combate al Acoso Sexual (UPCAS) en el Consejo de Judicatura Federal.
“Los comentarios como ‘felicidades a la flor más bella’ o ‘felicidades a las mujeres que tanto nos cuidan’, es contrario a la lucha por los derechos de las mujeres. Esto no significa que las mujeres no seamos bellas, o no cuidemos, o no queramos ser valoradas, pero nos devuelve a este rol donde lo único que se nos permite dentro del patriarcado es ser adornos o ser cuidadoras”, aseguró la especialista en una entrevista para El Financiero.
La abogada considera que el 8 de marzo debería ser una conmemoración por la lucha de los derechos de las mujeres y no una celebración superficial.
“El 8 de marzo originalmente era el día de la mujer trabajadora, no era el Día Internacional de la Mujer como lo concebimos hoy, sino que originalmente es algo que se propone Clara Zetkin, una feminista alemana, comunista, quien plantea esta conmemoración para enaltecer a la mujer trabajadora”.
Clara Zetkin propuso instaurar un día en homenaje a las mujeres obreras que habían dado su vida para exigir mejores condiciones laborales en 1910, durante el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas, realizado en Copenhague. A dicho encuentro asistieron más de cien delegadas de 17 países.
De acuerdo con Ávalos, años después de la iniciativa de Zetkin, se buscó incorporar el Día Internacional de la Mujer eclipsando su origen comunista por medio de la leyenda sobre la huelga de mujeres en un fábrica textil de Nueva York, de la que no existe mucha documentación al respecto. Sin embargo, la fecha conservó el sentido de reivindicación del sector femenino ante la sociedad.
La especialista afirma que es muy importante seguir recordando esta fecha, ya que desde su origen, se buscaba conmemorar el 8M desde un lugar de ”lucha que viene de la izquierda” y esa lucha por los derechos de las mujeres pasó a formar parte de los derechos humanos.
Para Jimena Ávalos, la concepción de lucha tan defendida por grupos de activistas y feministas corre varios riesgos. Uno de ellos es el el purple washingo el lavado morado, una táctica de marketing utilizada por personas, empresas y otras organizaciones para promoverse a sí mismos o a sus marcas apelando a un supuesto compromiso con la igualdad de género.
Ejemplos hay muchos, basta con revisar las redes sociales de marcas mexicanas y extranjeras cada que se acerca el mes de marzo.
“Este tema tiene que ver con querer hacer de esta fecha algo más pop, como de feminismo pop, en donde las marcas se suben y quieren vender productos. Se busca lucrar desde un lugar meramente superficial cuando estas empresas muchas veces sabemos que no tienen políticas de paridad de género, que no tienen mecanismos de atención a la violencia de género”, explicó.
También existe una tendencia a realizar acciones cortoplacistas enfocadas en el tema como las que muchas veces llevan a cabo las autoridades para aparentar que están trabajando al respecto.
Estas acciones van desde felicitaciones, iniciativas o discursos, mientras se tolera el acoso y hostigamiento sexual.
Es por ello, que la abogada sugiere romper con estas narrativas superficiales y llevar a cabo acciones que abonen a la lucha o por los menos cuestionen las relaciones de poder a profundidad.
“Qué es lo que estamos haciendo en nuestros espacios de trabajo para que sean realmente seguros para las mujeres y para las personas de la diversidad sexual, qué estamos haciendo en nuestra familia para dejar de perpetuar nuestros roles de género. Hay que recordar que el 8M siempre es un momento de mucho movimiento donde nos piden muchas cosas, pero estamos en una lucha que es muy profunda y continuada, no es algo que se va a agotar en marzo”, sostuvo.
CON INFORMACIÓN VÍA EL FINANCIERO
El 8 de marzo de todos los años, en el marco del Día Internacional de la Mujer, se conmemora y visibiliza la lucha por los derechos de las mujeres, en toda su diversidad, alrededor del mundo.
Adicionalmente, sirve como un llamado a exponer que esta lucha sucede todos los días en diferentes espacios de la vida privada y pública. La participación de las mujeres en la sociedad y el pleno ejercicio de sus derechos no es una realidad todavía. Y, en el mercado laboral, todavía hay muchas tareas pendientes.
La cifras, y sobretodo, los testimonios y las historias reflejan que hay mucho por hacer: aunque en términos generales, la precarización laboral afecta a todas las personas, las mujeres forman el grupo más vulnerable, especialmente cuando el género intersecta con otras expresiones de vulnerabilidad.
En México hay 52.3 millones de mujeres que tienen 15 años o más mientras que este grupo para los hombres es de 46.5 millones. Pero sólo el 43% de estas mujeres se encuentran económicamente activas mientras que el 75% de los hombres están en esta condición, de acuerdo con cifras a enero del 2022 de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo).
Esta tasa refleja qué proporción de la población realizó una actividad económica o buscó hacerlo durante el levamiento de la encuesta. Y nos da una idea de la participación que tienen las mujeres en el mercado laboral.
Y aunque esta participación femenina incrementó significativamente en las últimas dos décadas, ahora parece estar estancada y todavía es mucho menor que la participación masculina (apenas poco más de la mitad).
El hecho de que menos mujeres trabajen o busquen un trabajo se puede explicar, entre otras cosas, por la sobrecarga de otras actividades no remuneradas como el cuidado a adultos mayores, el trabajo del hogar, el acompañamiento a menores de edad o la organización del hogar. La violencia doméstica y la inseguridad pueden ser otras dinámicas estructurales que expulsan a las mujeres del mercado laboral.
Brecha salarial: las mujeres queremos ganar lo mismo que nuestros pares hombres
Las mujeres ganan menos. El salario promedio de las mujeres en México es más bajo que el de los hombres. Con más frecuencia las mujeres ocupan posiciones con menores remuneraciones y casi nunca están en puestos de liderazgo. Y aún cuando tienen la misma posición que algún hombre, en gran parte de los casos, reciben menor pago.
Siguiendo con las cifras de la ENOE del Inegi, se observa una vulnerabilidad salarial importante en la población ocupada femenina: 42 de cada 100 mujeres en México perciben ingresos que no superan un salario mínimo mensual.
Esta cifra para la población ocupada masculina es significativamente menor: 29 de cada 100 hombres están en este grupo de ingresos.
Las cifras muestran también que en casi todos los tipos de puesto laboral las mujeres perciben menores ingresos por hora que sus pares hombres.
Las funcionarias y directoras ganan en promedio 111 pesos cada hora mientras que los hombres en estos puestos perciben 126 pesos. Por su parte, las trabajadoras industriales y artesanas ganan 34 pesos por hora, al tiempo que sus pares ingresan 43 pesos por hora en promedio.
Es muy curioso que mientras la sociedad castiga, estigmatiza y condena a las mujeres que hacen ejercicio de sus derechos reproductivos y deciden interrumpir sus embarazos, al mismo tiempo el mercado laboral castiga severamente a las mujeres que también hacen ejercicio de sus derechos reproductivos y deciden ser madres.
Ser mujer y buscar escalar laboralmente es complicado si se es madre, e incluso aunque no lo seas, porque en algún momento puedes serlo. En México la brecha salarial puede alcanzar hasta 40% para las mujeres que son madres, de acuerdo con el estudio El efecto de la maternidad en el empleo y los salarios en México del Colegio de México.
Sólo 2 de cada 10 directivos son mujeres y cerca del 64% de las mujeres que son directoras no tienen hijos.
Esto se complementa, nuevamente, con la desproporcionalidad con la que las mujeres realizan las actividades no remuneradas fuera del mercado laboral. En México, las mujeres se encargan de poco más del 70% de este trabajo, por el que no se recibe pago.
El mercado laboral es uno de los espacios en los que la igualdad de género todavía implica un camino largo. Es fundamental reestructurar el sistema de cuidados bajo una perspectiva de género y de derechos humanos, así como inferir desde la política pública y privada para facilitar a los hombres acceder a sus paternidades y participación en el hogar, así como para que las mujeres puedan hacer ejercicio de sus derechos laborales efectivamente.
CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA
¿Sabías que casi 60% de las mujeres migrantes en Estados Unidos sufren maltrato y que 70% de las que cruzan México son objeto de algún tipo de abuso? La mayoría de ellas sufren una doble vulnerabilidad: son mujeres y migrantes.
Aunque el porcentaje de mujeres migrantes no ha variado significativamente en los últimos años (134.9 millones en 2020), sí lo han hecho las condiciones de movilidad. Cada vez más viajan solas o con sus hijos, huyendo de la violencia y de sus agresores.
En Estados Unidos, por ejemplo, más de la mitad de las mujeres migrantes violentadas no denuncian debido a que muchas de ellas no hablan inglés, desconocen el sistema legal, tienen miedo a perder su estatus migratorio o les faltan redes de apoyo.
En México, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi), el 40% de las mujeres migrantes viajan solas y más del 70% de ellas ha sufrido violencia de algún tipo, ya sea en su país de origen o en México.
El caso de las mujeres migrantes que cruzan la frontera sur es muy particular, pues huyen no solo de las pandillas o la delincuencia organizada, sino de su misma familia, sus compañeros de trabajo o las autoridades.
Las organizaciones y redes de apoyo a migrantes y mujeres denuncian que esto representa una amenaza constante a la movilidad.
No hay que olvidar que la violencia tiene muchas caras: psicológica, física, económica, patrimonial y de género.
A pesar de que el porcentaje de mujeres migrantes se ha mantenido, desde el 2013 su participación en el mercado laboral ha aumentado.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones, el 25.8% de las trabajadoras migrantes en el mundo viven en América del Norte.
Sin embargo, el Anuario de Migración y Remesas 2021 de BBVA y el Consejo Nacional de Población (Conapo) revela las desventajas salariales de las mujeres migrante en Estados Unidos: en 2020, a pesar de que su nivel educativo fue mayor, el salario anual promedio de las mujeres profesionistas fue de 51 mil 478 dólares, frente a los 84 mil 660 dólares que recibieron los hombres.
Con el aumento en las deportaciones desde Estados Unidos a México y América Latina, las mujeres migrantes han sufrido otro fenómeno: la separación familiar.
Organizaciones como DREAMers’ MOMS en Tijuana ofrecen apoyo psicológico y de refugio para aquellas mujeres que son deportadas y separadas de sus hijos, debido a que la mayoría decide quedarse en la frontera entre México y Estados Unidos para pelear sus casos.
El recuento es aterrador. Las mujeres migrantes enfrentan no solo el desafío de la movilidad, sino también el de sobrevivir a la violencia y a la violación constante a sus derechos.
Que el 8 de marzo sirva para concientizar, reconocer y visibilizarlas. No están solas.
¡Nos vemos en la marcha!
CON INFORMACIÓN VÍA LA LISTA/THE GUARDIAN
La movilización por el día Internacional de la Mujer se realizó en gran parte de los estados del país donde prevalece la impunidad ante miles de feminicidios. En la Ciudad de México decenas de campesinas llegaron al Zócalo Capitalino para exigir sus derechos y equidad así como que cese la invasión de tierras. Cientos de féminas se dieron cita en diversos puntos de la ciudad para arribar al Zócalo donde las autoridades ordenaron que se colocara un muro de metal con unos dos metros de alto para evitar el paso de las manifestantes. Por la tarde lograron derribar parte de esa barrera mientras gitaban ¡no se va a caer, lo vamos a tirar” y la policía lanzó gases lacrimógenos contra las inconformes. Entre las demandas de ese sector están: cese a la violencia, repudio a los feminicidios, presentación de las desaparecidas, igualdad de oportunidades, y empleo.
Por la mañana, alrededor de las 10 horas decenas de manifestantes desplegaron una manta con la leyenda “las mujeres campesinas e indígenas exigimos justicia y equidad”. Gritaron consignas para exigir alto a la invasión de tierras y a la discriminación. Expusieron que viven en pobreza y reclaman un trabajo con salarios justos.
El contingente salió de la estación del metro Chabacano y llegó al Zócalo. Más tarde, llegaron a ese lugar integrantes del Colectivo de Amorosas Madres contra la Alineación Infantil.
Dos días antes de que se realizara esta jornada conmemorativa, el gobierno de la Ciudad de México mandó colocar un muro de acero de aproximadamente dos metros de alto y unos cien metros de ancho que rodearon el Palacio Nacional para evitar el paso de las manifestantes y que se realizaran pintas en los edificios.
El domingo 7 de marzo grupos de inconformes que participan en diversas organizaciones se dieron a la tarea de escribir en esa valla metálica los nombres de las víctimas de feminicidio o desaparecidas. Colocaron también flores y veladoras en su memoria y lanzaron la consigna “ni una más”.
Este lunes ocho de marzo, los contingentes se dieron cita a las 14 y 16 horas para salir de la estación del metro Hidalgo y del Monumento a la Revolución rumbo al centro de Ciudad –donde sólo se podía llegar por las calles 5 de mayo y 5 de febrero. A las 13:00 en el Monumento a la Revolución se congregó el grupo del Colectivo Feministas Separatistas para protestar por la violencia que ese sector de la sociedad enfrenta de manera cotidiana
La jefa de gobierno de la capital Claudia Sheinbaum afirmó que las vallas que se colocaron frente a Palacio Nacional y otros inmuebles del Centro Histórico como Bellas Artes fueron son para proteger a quienes circulen por esa zona durante la movilización. El gobierno de la ciudad anunció que se desplegaron 2 mil 100 mujeres policías así como 300 trabajadoras de la Secretaría de Gobierno para vigilar los contingentes.
Con información vía Judith Calderón
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hizo un “llamado urgente” a las autoridades de la Ciudad de México para que investiguen y sancionen a los responsables de las agresiones cometidas ayer en contra de representantes de medios de comunicación, en el marco de las movilizaciones por el Día Internacional de la Mujer.
En un comunicado, el organismo público señaló que durante el acompañamiento que su personal realizó en las diversas movilizaciones del lunes, “se advirtió que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México agredieron” a varias periodistas que cubrieron los hechos.
Las comunicadoras agredidas fueron Graciela López, de la Agencia Cuartoscuro; Sashenka Gutiérrez, de EFE Noticias; Gabriela Esquivel, del Diario 24 horas y Leslie Pérez de El Heraldo de México, quienes fueron retenidas “en el interior de las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro, cuando se trasladaban para realizar la cobertura de la marcha #8M2021”.
Ante la “persistencia de las agresiones en contra de periodistas”, la CNDH exhortó a todas las autoridades del ámbito federal, estatal y municipal a que tomen las medidas necesarias que permitan asegurar el pleno ejercicio de la libertad de expresión, prensa y acceso a la información, además de brindar las condiciones óptimas para que el trabajo de las y los periodistas no se vea afectado de manera directa o indirecta.
La Comisión enfatizó que “ante el contexto de violencia que los periodistas continúan enfrentando en el país, las autoridades de los tres órdenes de gobierno reconozcan la relevancia de la labor que realizan en beneficio de la sociedad, con el propósito de fortalecer una cultura de respeto a sus derechos humanos.
“Asimismo, considera necesario crear un frente común para apoyar y defender a quienes, inclusive a riesgo de su propia vida, ejercen su libertad de expresión para comunicar, difundir y denunciar públicamente temas que nos atañen a todos y cuyo fin último es asegurar la participación consciente e informada de la ciudadanía en la toma de decisiones”.
Por otro lado, el organismo indicó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alertó que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en América Latina, en el que las agresiones más graves por medios directos continúan presentándose de manera alarmante.
Con información vía La Jornada
Miles de mujeres conmemoraron su día en medio de marchas en las plazas y protestas en las redes sociales para recordar que México aún tiene una deuda con ellas en lo social, educativo y económico. Así lo expresaron hoy durante las manifestaciones y así también lo confirman los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con el “Informe sobre Pobreza y Género 2008-2018”, del Coneval, el porcentaje de mujeres en esta situación se ubicó en 42.8 por ciento mientras que en los hombres fue de 41.4 en el año 2018, y aunque la diferencia no es grande, los 30 indicadores que abarca el estudio arrojan una brecha en los derechos a la salud, seguridad social, educación, alimentación, vivienda, trabajo, así como los ingresos y las características de los hogares.
Por ejemplo, la brecha entre mujeres y hombres en la tasa de participación económica aún persiste y se acentúa en situación de pobreza. En 2018, la participación de las mujeres a nivel nacional se ubicó en 52 por ciento, mientras que en los hombres fue de 83 por ciento.
En cuanto al trabajo no remunerado, para las mujeres se ubicó en 27.8 horas semanales en 2018 y para los hombres fue de 15.2.
“Nosotros nos hemos centrado en recalcar la importancia de la independencia económica de las mujeres”, dijo en entrevista María Ayala, coordinadora en Investigación en Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. “Creemos que el que la mujer no tenga autonomía económica las pone en un lugar de vulnerabilidad y ante cierto tipo de violencia”.
Debido al contexto de la pandemia, la disminución de la Población Económicamente Activa (PEA) de mujeres fue mayor respecto de la PEA de hombres, ya que entre el tercer trimestre de 2019 y 2020 disminuyó en 9.7 por ciento, situándose en 20.2 millones al final de este periodo, mientras que la PEA de hombres decreció en 4.0 por ciento al ubicarse en 33.6 millones.
Para el cuarto trimestre de 2020 si bien se observa una mayor participación económica para mujeres y hombres, en las mujeres la recuperación fue menor, de acuerdo con las cifras del Inegi.
INGRESO LABORAL
Si bien el nivel salarial en México es bajo tanto para mujeres como hombres, en contextos de pobreza y por género se deteriora aún más. De acuerdo con el Coneval, en 2018 el ingreso laboral mediano para las trabajadoras y trabajadores que no estaban en situación de pobreza se ubicó en 30.8 y 34.2 pesos por hora, mientras que en situación de pobreza fue de 12.4 y 16.9 pesos, respectivamente. Durante el periodo de estudio (2008-2018), estos niveles presentaron variaciones de menos de cinco pesos por hora.
Aunado a los bajos niveles salariales, las mujeres perciben en promedio una menor remuneración con respecto a los hombres, independientemente de su situación de pobreza y nivel de escolaridad. En 2018 a nivel nacional por cada 100 pesos percibidos por un trabajador, una trabajadora recibió 90 pesos. Esta razón se mantuvo prácticamente sin cambios durante el periodo de estudio y en 2008 se ubicó en 87 por cada 100 pesos.
Para el Coneval, la desigualdad de ingresos laborales es un fenómeno complejo que combina problemas estructurales que incluyen al sistema educativo y su correlación con el mercado laboral, así como la falta de redistribución de las responsabilidades familiares y la discriminación laboral por razón de género.
En 2018, las mujeres en situación de pobreza recibieron 73 pesos por cada 100 pesos retribuidos a los hombres. En ausencia de pobreza la diferencia se redujo a 90 pesos por cada 100.
Con información vía Sin Embargo MX