Reformas sobre trabajo en apps de reparto, en “letra muerta”

Las líderes de organizaciones sindicales de trabajadores de plataformas coincidieron que se deben conocer las experiencias internacionales, pues el lobby empresarial opera de la misma manera en todos los países sin que se reconozcan las relaciones laborales.

Representantes sindicales y trabajadores de plataformas de España, Chile y Colombia coincidieron en que la regulación del trabajo de plataformas es un punto de partida para garantizar los derechos laborales; no obstante, no es suficiente ya que en países como España se han quedado en “letra muerta”.

En el marco del Foro Internacional, Trabajo Justo. Retos de la Regulación en Plataformas Digitales que se realizó la semana pasada en México, Nuria Soto representante de RiderXDerechos, España, expuso que “en España cuando salió este proceso de la Ley Rider causó revuelo y ha sido muy mediático y se ha vendido muy bien, pero la realidad es que después de un año absolutamente ninguna empresa está cumpliendo la Ley”.

Nuria Soto detalló que lejos de que se reconociera a los trabajadores de plataformas, las empresas “todas pasaron a la subcontratación, es decir, de un fraude a otro, la sucesión ilegal de trabajadores, de manera que son terceras empresas las que de alguna manera contratan a los trabajadores”.

La Ley Rider, entonces, “no tiene efecto porque no puede solicitar información del algoritmo porque la propietaria del algoritmo es la empresa que no contrata a ningún trabajador. Pero si no fuera poco, una de las principales empresas nacida en Barcelona, Globo, no ha cumplido la Ley, es decir siguió con el 90% de los trabajadores como falsos autónomos, por tanto tampoco se pudo aplicar la Ley Rider porque la Ley Rider sólo se puede aplicar a través de los comités de empresa; es decir, con los trabajadores contratados”.

Después de tanto tiempo Uber tomó la misma postura que la empresa Globo y también ha pasado de la sesión ilegal, otra vez al fraude del falso autónomo, igual que otra empresa denominada Stuart. “Así que el panorama no ha cambiado mucho”.

No obstante, destacó que todo este camino para llegar a la Ley Rider resaltó que aunque no se ha aplicado al 100%, es importante que haya organización sindical para seguir empujando su aplicación.

Angélica Salgado de la Central Unitaria de Trabajadores Chile, expuso que por el momento, “Chile tiene una regulación que está escondida, no se ha hecho uso de ella; y no se va a hacer uso hasta que se declare un nuevo dictamen que mejora esa Ley”.

Comentó que tomaron como punto de partida la propuesta de España que surgió de una lucha masiva internacional; “por eso Chile partió más tarde hasta que en 2019, se plantea un proyecto de ley; si bien ha estado en tribunales con intensas discusiones, ahora se está retomando”.

Lo único que dice la nueva Ley en Chile, por ejemplo, es que tú tienes un máximo de horas, “que me parece lógica, de 45 semanales; y parece lógica porque llevamos 200 años los trabajadores peleando para tener 8 horas de descanso, 8 horas de trabajo y 8 horas de vida”.

Luz Myriam Fique de la Unión Nacional de Trabajadores de Plataformas (UNIDAPP) Colombia, comentó está en proceso la reforma laboral, la cual se presentó el pasado 17 de marzo, “no fue fácil llegar a ese punto, aunque también les confieso que lo veía a más largo plazo, pensé íbamos a demorarnos más tiempo”.

Después de muchas marchas, discusiones; la llegada del presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha tomado un nuevo impulso “con un nuevo gobierno de izquierda se nos han abierto las puertas, se nos adelantaron tantas cosas que nosotros veíamos tan a largo plazo”.

A la par descubrieron que tenían dos recursos jurídicos: el derecho de petición y la tutela, que les ha permitido solicitar a las empresas información sobre los “bloqueos” que llega a aplicar a los trabajadores, sin explicación aparente y que los deja sin la posibilidad de un empleo. Hasta la fecha se han presentado 420, y se han ganado 250.

Las líderes de organizaciones sindicales de trabajadores de plataformas coincidieron que se deben conocer las experiencias internacionales, pues el lobby empresarial opera de la misma manera en todos los países sin que se reconozcan las relaciones laborales.

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA

Apps bancarias, cuesta arriba en la preferencia de usuarios

En México, donde sólo durante el primer trimestre del año se presentaron ante Condusef 3.3 millones de reclamaciones por fraude bancario, cuatro de cada 10 personas siguen prefiriendo la llamada telefónica como una forma de contacto con su banco, incluso 25 por ciento prefiere visitar la sucursal de su institución financiera, en tanto que sólo 12 por ciento apuesta por la interacción a través de la aplicación móvil.

El reporte CX Banking Report realizado por Sinch mostró que pese a los avances en la utilización de soluciones digitales y aplicaciones bancarias en México, la adopción de este tipo de herramientas aún tiene un largo camino que recorrer.

Y es que en México, los fraudes bancarios son el “pan de cada día” entre los usuarios de servicios financieros, mientras que la estafa por medio de aplicaciones bancarias es un delito que crece de forma alarmante.

De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) tan solo entre 2020 y 2021, los atracos virtuales a usuarios de la banca móvil crecieron más de 52 por ciento y aunque las quejas han bajado su ritmo, en la primera mitad del año crecieron 5.8 por ciento.

Aún en este contexto, el reporte de Sinch deja ver que 58 por ciento de los encuestados se siente cómodo discutiendo asuntos financieros personales/sensibles con su banco a través de la mensajería móvil, mientras que 30 por ciento dijo que no.

Por su parte, 53 por ciento de los encuestados manifestó haber cambiado alguna vez de banco para obtener una mejor experiencia móvil, en tanto que 45 por ciento dijo no haberlo hecho.

«Este reporte muestra que las instituciones financieras deben de comprometerse con la respuesta a través de diferentes canales (omnicanal) para mejorar la experiencia de sus clientes (CX)”, señala Alejandro Murcia, Bussines Development Director Finance de Sinch.

Desde la perspectiva del ejecutivo, existe una gran necesidad de comunicaciones interactivas y personalizadas de suma importancia para el día a día de transacciones financieras para los clientes, por ello, los bancos que se asocien con un proveedor confiable de CPaaS como Sinch tendrán una ventaja única frente a sus competidores.

Entre los resultados del estudio también se encuentra los relacionados con la función de mensajería dentro de la app bancaria, pues 49 por ciento de las personas entrevistadas aseguró que sí usaría esta alternativa.

Sin embargo, un nada despreciable 43 por ciento asegura que prefiere más hablar con un ser humano que con un chatbot, lo que tampoco es una buena noticia ya que esta alternativa sigue enfrentando renuencia de los usuarios cuando se trata de abordar asuntos financieros delicados a través de la mensajería móvil.

Una ventana de oportunidad importante es la que muestra el hecho de que 61 por ciento de quienes participaron en el estudio, asegura que sería de “gran utilidad” poder recibir y responder alertas del banco como movimientos en su estado de cuenta y alertas de fraude.

CON INFORMACIÓN VÍA CONSUMO TIC

Lanzan app de recursos humanos para los trabajadores del hogar

El Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (Sinactraho) estima que el 34.5 por ciento de las empleadas domésticas y el 16.3 por ciento de los hombres que laboran en los hogares perciben un salario mínimo al día o menos.

En medio de este panorama, el próximo jueves la plataforma de origen colombiano Symplifica, fundada por Salua García Omar Perdomo, presentará sus servicios que ayudan a las personas a calcular y gestionar las prestaciones a las que tienen derecho los trabajadores del hogar.

Al descargar la plataforma, los usuarios podrán afiliar y pagar de forma fácil a los empleados del hogar, de acuerdo a lo que dicta la ley, además de que podrán gestionar la relación laboral con empleados domésticos, niñeras, enfermeras o cuidadores de adultos mayores, choferes y jardineros.

Parece simple, pero los trabajadores del hogar cumplen horas extras y reportan incapacidades o licencias, o incluso demandan gestiones adicionales como licencias por maternidad, préstamos o anticipos, que en muchos de los casos los empleadores no saben cómo manejar y que en algunas situaciones pueden generar riesgos de demandas, además de que al usar plataformas como estas se avanza en el camino a generar mejoras en la calidad de vida de este tipo de colaboradores, quienes incluso pueden acceder a subsidios para vivienda.

De acuerdo con los datos de Symplifica, en Colombia, alrededor de 22 mil empleados domésticos han sido beneficiados al operar sus contratos a través de esta plataforma, lo que implica que 500 mil empleadores han podido gestionar efectivamente sus contratos.

Empresas europeas van por la energía solar

Empresas de alimentos y bebidas en Europa apuestan por los paneles solares para enfrentar los cortes de suministro de gas y el encarecimiento de la energía eléctrica, tras el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania.

“Estamos planeando hacer inversiones en un sistema de captación de energía solar, para los techos, por la variación de precios que estamos enfrentando hoy en día, que es realmente alta”, comentó Jan Koubek, gerente de producción y tecnología en la vitivinícola AnnoVino, localizada en Lednice, República Checa.

Los cortes de suministro de gas han llevado a que la compañía francesa Duralex, una de los mayores fabricantes de vidrio del mundo, detuviera la producción durante cuatro meses este invierno, con lo que el precio de las botellas se encarecieron en al menos un 25 por ciento.

“El vidrio igual ha sido un problema, cuando inició el corte de suministro de gas, en Francia unas 4 a 5 empresas productoras cerraron, y para nosotros el vidrio normal se incrementó un 25 por ciento, y probablemente siga elevándose, y el problema viene con las compras del siguiente año. Sumado al alza de precios en materias primas como el papel, el cartón, hasta las etiquetas”, puntualizó Koubek.

Armadora alemana presenta nuevas versiones de su subcompacto

Este viernes, el fabricante alemán Volkswagen lanzará sus versiones económicas de Virtus, un subcompacto que se prevé podría ocupar el lugar que dejó el Vento, una modelo que llegó a ser de los más vendidos para la marca, pero que ya no fue renovado. Se espera que los precios de las nuevas unidades vayan de los 300 a los 400 mil pesos. El lanzamiento contará con la presencia de Blue Demon Jr. Cabe destacar que de enero a septiembre, la alemana Volkswagen, que encabeza en México Holger Nestler, ostenta una participación de mercado del 11 por ciento en la venta de unidades en el país.

CON INFORMACIÓN VÍA EL FINANCIERO

Ganan menos en reparto con apps

Desde inicios de diciembre y en lo que va de enero, los repartidores que trabajan con apps como Uber Eats, Rappi y DiDi Food han tenido una reducción en sus ganancias en cada entrega que hacen. Señalan que ello coincide con el “aprovechamiento” de 2 por ciento sobre las ventas totales de las plataformas que el Código Fiscal 2022 establece.

Desde diciembre bajó (el pago) por los impuestos, por la parte de que ya nos van a empezar a cobrar el 2 por ciento”, de acuerdo con Paola Ángel, líder de #NiUnaRepartidoraMenos.

Saúl Gómez, líder de #NiUnRepartidorMenos, coincidió en que desde inicios del mes pasado “los compañeros percibían una reducción en el pago. Antes ganábamos en promedio 20 pesos por pedido, luego fue menos y para enero ha bajado a 17, 18 pesos por pedido”.

Paola agregó que el pago por entrega “ha bajado hasta a 17 pesos, e incluso a 14 pesos; luego hay compañeros a los que les hacen pedidos dobles, es decir, dos pedidos al mismo tiempo, y les pagan 14 pesos por los dos, entonces sólo les pagan 7 pesos por cada pedido”.

Además, aunado al hecho de que los repartidores no son reconocidos como empleados de las apps, debe agregarse que ellos sí tienen que pagar impuestos.

En una de las entregas de ayer me pagaron 21.86 pesos, pero a eso hay que quitarle el 8 por ciento del IVA y el 2.8 por ciento del ISR”, explicó un repartidor que trabaja con Didi Food, quien pidió omitir su nombre.

Consultada al respecto, DiDi Food señaló que, “en promedio, dependiendo la ciudad en donde el repartidor haga las entregas, la ganancia es de $30 a $50 pesos por pedido completado”, sin embargo, aceptó que “en las últimas dos semanas el 80% de las ganancias por pedido han fluctuado entre $19 y $35 pesos” para los repartidores.

Por su parte, en Uber Eats rechazaron que la disminución responda al aprovechamiento impuesto en la actualización del Código Fiscal.

Respecto al impuesto del 2% sobre las ventas totales de las plataformas que entregan en la Ciudad de México, no se descuenta ningún monto de las ganancias de socio repartidor y esto no cambiará”, dijo María Fernanda Reséndiz, gerente de comunicación en Uber.

De acuerdo con un repartidor que trabaja con Didi Food, “si haces 10 viajes, llevas 250 pesos (25 en promedio) o menos, y es peor si andas en bici. Sólo los de motocicleta, si superan los 7 kilómetros, son a los que les pagan 35 pesos”.

De acuerdo con Saúl Gómez, líder de #NiUnRepartidorMenos, en la Ciudad de México hay alrededor de 900 mil repartidores, cifra que obtuvo después de consultar padrones de organizaciones independientes del ramo.

En marzo pasado, al hablar de la precariedad laboral de este sector, el secretario de Movilidad, Andrés Lajous, ya había señalado “que la base principal del número de personas que vemos en bicicleta es el reparto, hay un incremento gigantesco del reparto”.

No se les está tratando como trabajadores, sino como usuarios”

La doctora María Xelhuantzi López, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, señala que “a un trabajador no se le pueden mermar sus percepciones, eso no es legal. Tendría que intervenir la Procuraduría de la Defensa del Trabajo.

El problema de fondo es que las empresas no reconocen a los repartidores como trabajadores; al no existir una relación laboral formal la Procuraduría no puede intervenir”.

Por ello la especialista consideró que “se está dejando a una generación muy importante de trabajadores fuera de la posibilidad de acceder a derechos y prestaciones.

La autoridad debe reflexionar sobre estos nuevos segmentos de trabajadores, sobre todo jóvenes, a los que no se les está tratando como trabajadores, sino como usuarios”.

La académica sentenció que es urgente una reforma a las plataformas, en la que se reconozca a los repartidores como trabajadores a los que no se les pueden reducir las percepciones y a los que se les garanticen sus derechos.

Lo único que nos está alivianando son las propinas que  pagan los clientes”, concluyó Saúl.

CON INFORMACIÓN VÍA EXCÉLSIOR

México I Lyft puede bajar precios de viajes en la CDMX

Lyft, la aplicación estadounidense de transporte bajo demanda, puede ayudar a bajar los precios de estos servicios en la Ciudad de México. La plataforma, que es prácticamente el único competidor de Uber en Estados Unidos, publicó más de 20 ofertas de empleo en LinkedIn, en su mayoría para desarrolladores de software en la Ciudad de México y Guadalajara, con lo que podría convertirse en el sexto jugador de un mercado que en México está altamente concentrado.

La llegada de Lyft a México podría romper con la dinámica de un mercado que espera un crecimiento agregado de 28% entre 2021 y 2025, según Mordor Intelligence, y en el que participan sólo cinco empresas: Uber, Didi, Cabify, Beat y BlaBlaCar. De la misma forma, Lyft también podría mantener los precios altos y consolidar la concentración del mercado, por lo que para Jesús Carrillo, director de Economía Sostenible del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), este debería ser analizado por la Comisión Federal de Competencia.

En diciembre de 2021, usuarios de plataformas de transporte se quejaron por el aumento de las tarifas de las aplicaciones en la Ciudad de México. Esto provocó que Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la capital, le ordenara a su secretario de Movilidad, Andrés Lajous, revisar la regulación de estos servicios. En respuesta, representantes de Didi dijeron a El Economista que las tarifas de los viajes eran un asunto entre conductores y pasajeros y que su aumento se debía al incremento de la demanda durante la temporada decembrina.

Para Carrillo, en ocasiones, el aumento de los precios es una señal de la escasez o del exceso de demanda, lo que suele ocurrir en una temporada como la decembrina. El transporte durante la época navideña es inelástico, es decir que las personas tienen la necesidad de moverse de forma más intensa durante los últimos días del año. “Esto es muy normal que se refleje en un aumento en precios”, dijo.

La concentración del mercado de plataformas de transporte, que en México cuenta sólo con cinco participantes, añade una capa de complejidad al problema del aumento de los precios del transporte. Según el economista, con una estructura de mercado poco competitiva, como la de México, las empresas con mayor poder de mercado ─Didi y Uber─ pueden subir los precios más allá del incremento de la demanda.

“No lo sabemos a simple vista, pero dado que es un mercado bastante concentrado, es natural pensarlo, pero no hay evidencia”, dijo Carrillo, quien cree que, por esta razón, la autoridad de competencia en México, la Cofece, debe analizar estos casos para ver si hay condiciones de competencia en este mercado.

Otra de las respuestas del gobierno de Claudia Sheinbaum ante los reclamos por el alza de los precios en estas aplicaciones fue el impulso de la aplicación Mi Taxi, con la que los taxistas pueden contar con una aplicación similar a las de Uber, Didi o cualquiera de las otras aplicaciones de transporte y que, para Jesús Carrillo, es una buena medida siempre y cuando la aplicación sea de calidad y se le dé mantenimiento.

La llegada de Lyft, que busca ciudades de alta demanda como la Ciudad de México y Guadalajara, sí puede cambiar la dinámica del mercado en estas localidades, según Carrillo. El hecho de que la compañía cotice en Bolsa, es decir que está capitalizada, y que opere en Estados Unidos y Canadá, hacen que Lyft pueda competir y quitarle una parte del mercado a las empresas más grandes, el caso de Uber y Didi.

“Si entra con suficiente fuerza, podría ser que empuje los precios hacia abajo”, dijo Carrillo, aunque matizó que la plataforma podría mantener también los precios elevados cuando sus competidores los incrementen. Esto quiere decir que, si bien la entrada de un competidor es necesaria para que los precios disminuyan, no es suficiente, por lo que es necesario que la Cofece analice este mercado para verificar que cuenta con condiciones de competencia.

Fundada en 2012, Lyft es una plataforma de transporte bajo demanda (ride hailing). Opera en Estados Unidos y Canadá y comenzó a cotizar en 2019 en el Nasdaq, donde alcanza un valor de capitalización de más de 14,000 millones de dólares.

Con información de El Economista

El Legislativo retoma el tema de condiciones laborales para los repartidores

Durante la pandemia, 42.5 por ciento de quienes se quedaron sin empleo se registraron como repartidores de alimentos y productos en plataformas digitales o apps como Uber Eats, Didi Food y Rappi.

Pese a las ganancias millonarias de esas empresas en línea, los repartidores laboran en un entorno precario y con riesgo permanente en la calle, afirmó el Secretario de Trabajo y Fomento al Empleo, José Luis Rodríguez.

Al participar en un foro sobre la situación laboral de ese sector, organizado por el Congreso de la Ciudad de México, el funcionario indicó que apenas 30 por ciento de ellos cuentan con seguridad social, pero por alguna actividad diferente que realizan o porque otro familiar les comparte el servicio. Además, su promedio salarial es de 2 mil 242 pesos por semana.

De acuerdo con los datos, 39.7 por ciento de los repartidores son menores de 25 años; 41 por ciento de 26 a 40 y 18 por ciento tienen más de 40.

Rodríguez negó que dicha actividad sea un complemento para recibir ingresos, pues es la principal fuente de trabajo para 80 por ciento de quienes se dedican a ella. Incluso, la mayoría le destina poco más de nueve horas diarias, “por lo que a todas luces es una actividad de carácter principal”.

Dicha información es parte de los resultados que arrojó un estudio en el que se entrevistó a mil personas que se dedican a la entrega por medio de aplicaciones móviles.

Rodríguez afirmó que a partir de los resultados, se identificaron las necesidades de los repartidores, las cuales deben estar plasmadas en el diseño de políticas públicas y en un marco legal, por lo que llamó a los legisladores locales a presentar iniciativas sobre el tema ante el Congreso de la Unión, mismo que tiene esa facultad.

A su vez, el representante de la Nueva Central de Trabajadores, José Luis Téllez, mencionó que con la última reforma federal se avanzó para abatir la subcontratación, aunque quedó pendiente el análisis de los empleados por plataformas.

“El tema de los repartidores por aplicación es diferente comparado con el teletrabajo, si bien es cierto que utiliza medios digitales, tienen una dinámica diferente. Ellos están implicados en una situación de reconocerle lo básico y bajo un discurso de espíritu emprendedor niegan esa calidad de trabajadores.”

En tanto, la presidenta de la comisión de Asuntos Laborales en el Congreso local, Isabela Rosales, afirmó que la Organización Internacional del Trabajo considera que esta modalidad de empleo trae consecuencias adversas para los derechos laborales, tales como irregularidad en los ingresos, las malas condiciones laborales, se carece de protección social, vida sindical y en el derecho a la protección colectiva.

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA

TENDENCIAS_ ‘Los cursos en línea me rescataron del desempleo’: crece la cifra de mujeres que estudian online

Covid-19 golpeó con fuerza a las mujeres en todos los ámbitos de su vida, desde la intimidad de sus hogares hasta en niveles laborales. Liliana Arreola, de 40 años y madre de dos niños de 10 y 14 años, se quedó sin empleo en noviembre de 2020, después de trabajar una década en Aeroméxico.

Aunque sabía que la liquidación era una posibilidad, tenía la esperanza de que no le tocara a ella. No tenía un plan B. Sin empleo y con tiempo libre, en enero de 2021 comenzó a tomar cursos en línea. “Desde entonces me he dedicado a reinventarme y a prepararme con cursos de todo. Pasé de ser godín a estar en casa y buscar qué estudiar y qué hacer”, recuerda. No te pierdas: Atender desigualdades y reducir brechas de género es imperativo para la economía: Inmujeres

En la pandemia, las mujeres vieron en la educación online una alternativa para prepararse. Así lo demuestra el Informe sobre Mujeres y Habilidades, de la plataforma global de aprendizaje Coursera, que indica que las mujeres en México están aprendiendo en línea a tasas más altas que antes de la emergencia sanitaria. En 2021 representaron el 56% de los nuevos estudiantes, cifra mayor a la registrada en 2019, cuando el porcentaje fue de 52%.

“Las mujeres, en general, tienen vidas complicadas con hijos, responsabilidades en casa, labores y múltiples cosas que deben realizar al mismo tiempo. La pandemia ha influenciado negativamente, por lo que muchas se han visto en la necesidad de mejorar sus habilidades y seguir adelante, encontraron en la educación en línea una muy buena opción”, dice Betty Vandenbosch, directora de contenido en Coursera, en entrevista exclusiva para La-Lista.

 ‘Ya no pude parar’

Para Arreola, la experiencia de aprender en línea fue satisfactoria, porque podía estar en la comodidad de su casa con sus hijos. Desde la primera clase en línea ya no se detuvo.  

Hasta ahora ha tomado seis cursos de distintos temas, como marketing digital, reiki, numerología y tarot terapéutico.No te pierdas: La-Lista de recomendaciones de grupos civiles contra el impacto de la pandemia en mujeres

“Pensaba en tomar cursos para trabajar y ganar dinero, después llegó la idea de emprender, pero encontré que mi mejor arma iban a ser los conocimientos que pudiera darle a las personas a través de mis servicios”, afirma Arreola. 

Vandenbosch explica que la tendencia a interesarse cada vez más en la educación en línea generará un círculo positivo: traerá como consecuencia mayor preparación, mayores posibilidades de insertarse en el mercado laboral y autonomía económica. 

Antes de la pandemia, Arreola no hubiera podido tomar estos cursos por su ritmo de trabajo, no le daba espacio ni energía para hacerlo. “Tomarlos en línea se me hacía algo impersonal, hasta que nos alcanzó la pandemia y no hubo otra opción. Estos cursos me rescataron”, señala. Hoy le dedica de dos a cuatro horas diarias por las mañanas para prepararse. “Mi mejor momento para estudiar es cuando ellos (sus hijos) están en clases; a veces es un poco volverte loco pero lo importante es hacer equipo con tu familia”.

De acuerdo con el informe de Coursera, hay una tendencia por aprender habilidades de comunicación, emprendimiento, liderazgo y gestión, además de técnicas empresariales como probabilidad, estadística, finanzas y contabilidad.   No te pierdas: Reducir la brecha digital es clave para empoderar a las mujeres, señala la ONU

“Necesitan un empujoncito para ir hacia adelante, muestra de ello es que las mujeres están tomando certificaciones a nivel básico para trabajos digitales a una mayor tasa que antes de la pandemia, lo que les permite entrar a puestos y participar en la economía sin tener un título universitario o experiencia”, dice Vandenbosch, quien prevé que esta tendencia no será pasajera.

Para la directora de Coursera, el futuro está lleno de oportunidades. “Entre más personas, especialmente mujeres, estén interesadas en prepararse podrán recomendar a otras y, aunque apenas comiencen su carrera o se encuentren al cuidado de las familias, deben tomar el tiempo para sí mismas, porque cuando tienen aprendizaje además de apoyarse a sí mismas también lo hacen a las personas que las rodean”.No te pierdas: La brecha salarial de género: la constante que pone en desventaja a las mujeres mexicanas

Lo que Arreola ha aprendido en los cursos le ha generado ingresos durante el desempleo, pero no deja de pensar en volver al trabajo formal y continuar con su preparación. “A veces es muy difícil buscarnos un tiempo por todas las responsabilidades que tenemos, pero si nos tomamos un espacio para algo que alimenta el alma y el corazón, no solo nos enriquece, sino también a los que están a nuestro alrededor. Fácil no es, pero la vida nos pone estos retos para transformarnos de una forma inesperada”.

CON INFORMACIÓN VÍA LA LISTA/THE GUARDIAN

Ante discriminación, migrantes encuentran trabajo en las plataformas digitales

Por su naturaleza flexible y dinámica, las plataformas digitales ofrecen una oportunidad de trabajo a los grupos de la población que tienen más dificultades para ingresar a la economía tradicional, como los migrantes, las mujeres, personas con discapacidad y jóvenes.

Un 17 por ciento de los colaboradores de las plataformas de Internet de todo el mundo ―que trabajan de manera independiente― son migrantes; en los países desarrollados, el porcentaje sube a 38 por ciento, con una participación incluso mayor de las mujeres (39% contra 36% de los hombres).

Así lo muestran datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su último informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo.

De acuerdo con el estudio, en algunos países los migrantes obtienen empleo a través de las aplicaciones de Internet, debido a que en ellas encuentran mayor facilidad de acceso, mientras que en otros lugares les ponen más barreras de entrada aunque tengan cierto nivel educativo, les discriminan por su nacionalidad o no hay suficientes opciones de trabajo.

Las plataformas de entrega a domicilio (delivery) han sido una de las principales fuentes de trabajo para los migrantes. En este sector, el 15 por ciento de los repartidores provienen de un país distinto a donde laboran.

Argentina y Chile son las naciones del mundo donde hay una mayor presencia de migrantes en las plataformas de delivery. Más del 70 por ciento de los trabajadores de este tipo de aplicaciones son migrantes en ambos países. En especial, esto se debe a que muchas personas de Venezuela se han desplazado a estos mercados en busca de oportunidades que no encuentran en su país de origen.

De los colaboradores migrantes de las plataformas en Chile y Argentina, el 43 y 47 por ciento, respectivamente, cuentan con un título universitario. Pero no han conseguido un empleo que corresponda con su educación debido a los obstáculos de la discriminación e incluso explotación laboral.

También algunas personas con discapacidades o problemas de salud han encontrado trabajo en las plataformas de Internet, ya que les proporcionan condiciones más flexibles si las actividades se pueden realizar desde casa o en los horarios que mejor les acomode.

El 2 por ciento de los colaboradores independientes de las aplicaciones tiene un estado de salud deficiente o precario. Sólo en las plataformas de movilidad (delivery y servicio de transporte), el porcentaje va hasta los 4 puntos porcentuales, según datos del informe.

Para las mujeres, el empleo mediante las plataformas de Internet representa una fuente importante de ingresos para alcanzar la independencia económica, dado que les permite elegir los horarios y balancearlos con otras actividades (como las de ciudades).

A pesar de las ventajas que pueda traer para ellas esta modalidad de empleo, su presencia es menor respecto a la de los hombres: el 38 por ciento de las personas que trabajan a través de aplicaciones en todo el mundo son mujeres.

Si bien la economía digital ha potenciado las oportunidades de trabajo para estas y otras personas, la OIT advierte que el empleo en las plataformas de Internet trae consigo desafíos para garantizar condiciones adecuadas de trabajo y de protección social.

La Organización Internacional del Trabajo señala que las personas pueden percibir una volatilidad de los ingresos, cancelación injusta de sus cuentas, acceso limitado a la seguridad social como los servicios médicos, jornadas largas de empleo, obstáculos para participar en más de una plataforma y situaciones de inseguridad y estrés.

En ese sentido, el estudio resalta que la regulación de las plataformas digitales debe abordarse tomando en cuenta las leyes del trabajo, los códigos jurídicos laborales, la normativa de competencia, la rendición de cuentas de los algoritmos, el uso correcto de los datos y otros ámbitos relacionados, para maximizar las ventajas de la economía digital y al mismo tiempo garantizar un conjunto de derechos y protecciones.

CON INFORMACIÓN VÍA DPL NEWS

PERSPECTIVAS_ Los repartidores resuelven tu vida… exponiendo la suya, y la de su familia

Es la tarde del 27 de noviembre de 2018. Saúl, uno de los repartidores de comida rápida en México, está acostado en su cama. Desliza el dedo por la pantalla de su celular y encuentra, en Twitter, una noticia que lo alarma: “Muere ciclista arrollado en San Antonio y Periférico”. Salta a la vista la imagen de una bicicleta aplastada junto a una mochila de Rappi rota. Abre el link, lee la nota de la agencia Quadratín:

“Los hechos que le costaron la vida al repartidor ocurrieron pasadas las 16 horas luego de que, según testigos, un pesado camión tomara el trébol para incorporarse a Periférico sin notar la presencia del ciclista.

En ese momento, añadieron, las llantas traseras del camión pasaron por encima de la cabeza y tórax del hombre de 25 años de edad, quien pese a que portaba casco, este de nada le sirvió”.

Luego siente una rabia inmensa, lacerante, y ganas de encerrarse, de no salir, de guarecerse debajo de una losa de sábanas y cobijas.

Desde 2017, Saúl trabaja como repartidor de comida en Rappi. “Me pudo haber pasado a mí”, piensa. Se imagina el inmenso dolor de la familia del ciclista, a quien no conoce, pero identifica como uno de los suyos.

Entonces se levanta de la cama. Y se dice a sí mismo, como si las palabras que brotan en su conciencia las pronunciara alguien más, otra voz: «A veces uno camina un largo trecho con pies ajenos».

Y entiende que eso es un principio de empatía, así que se arma de valor para acudir al lugar de los hechos. Una vez ahí, con su mochila de Rappi al hombro, se le acerca un reportero y le pregunta: “¿Sabes quién es el fallecido?”.

Saúl niega con la cabeza.

Arriban los peritos a la escena. También llegan otros repartidores. Saúl, junto a sus colegas, se acerca al cadáver, a fin de buscar su cartera, o su INE, o su celular.

Los policías les piden que despejen la zona para que los peritos hagan el levantamiento del cuerpo.

Saúl y compañía sólo desean una cosa: conocer la identidad del joven fallecido, con el fin de avisarle a sus familiares.

A Saúl le informan que el cuerpo será enviado al anfiteatro de la agencia 45 del ministerio público. Así que decide trasladarse a ese sitio. Al llegar, un policía le impide el paso y le dice que ahí no ha llegado ningún cuerpo.

En México, Uber Eats, Rappi y DiDi Food, por ejemplo, no reconocen la existencia de una relación laboral entre las empresas y los repartidores, a quienes llaman “socios”. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

Le informan, a través de WhatsApp, que otros repartidores, a bordo de sus motocicletas, siguieron al vehículo de los servicios periciales. Y que el cuerpo fue llevado al anfiteatro de la coordinación territorial Álvaro Obregón 4, ubicada en Tizapán San Ángel.

Saúl no acudirá hasta ese lugar, pero se enterará que, a las 11 de la noche, el hermano del occiso llegará a las afueras del lugar y les informará a los repartidores que el joven fallecido no tenía 25, sino 22 años, y que se llamaba José Manuel Matías Flores.

Días después, Saúl participará en ese acto solemne, funesto, que ha sembrado de luto los cruces de esta ciudad furiosa: colgará la bicicleta de José Manuel, pintada de blanco, en la intersección entre el Eje San Antonio y Periférico.

Días después, un grupo de ciclistas y repartidores, encabezados por Saúl, realizará también una manifestación que saldrá del parque Luis Pasteur, a las afueras del Senado, rumbo a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, a fin de reclamar justicia por la violencia vial y las muertes de sus colegas. En el camino arrojará su bici al piso, sobre el asfalto, y la cubrirá con una sábana blanca y le gritará a los automovilistas: “¡Podría ser tu hijo!”. Pero los conductores, indiferentes, invadirán el carril del Metrobús, a fin de sortear la marcha. Pero eso no detendrá a los ciclistas furiosos, indignados, y cerrarán Insurgentes.

Esos serán sus primeros actos de protesta.

Y así, sin proponérselo, Saúl Gómez, un joven que entonces tiene 30 años, fundará el colectivo: “#NiUnRepartidorMenos”.

***

“En la última década, en América Latina hemos presenciado el acelerado desarrollo de la economía digital. Bajo la triple promesa de no tener jefes, ni turnos fijos, ni límites (salvo los que uno se ponga a sí mismo), las plataformas digitales ofrecen oportunidades de trabajo e ingreso a personas de distintas edades que no cuentan con alto nivel de competencias”, se lee en el informe «Trabajos precarios y el COVID–19: repartidores de plataformas digitales», elaborado por Leyla Acedo Ung y Roberto Castillo, bajo el auspicio de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS).

No obstante, este tipo de empleos están asociados a condiciones de precariedad laboral. Uber Eats, Rappi, DiDi Food, Cornershop (adquirida por Uber), entre otras, conforman las plataformas de reparto de alimentos que, bajo el argumento de la flexibilidad laboral, enmascaran la ausencia de derechos laborales para sus trabajadores.

En México, Uber Eats, Rappi y DiDi Food, por ejemplo, no reconocen la existencia de una relación laboral entre las empresas y los repartidores, a quienes llaman “socios”.

“La figura de ‘socio’ pues, es una estrategia que la empresa ha desarrollado con el fin de no verse obligada por los marcos legales de distintos países a reconocer y pagar seguridad social, medidas de protección, capacitaciones y demás derechos laborales a sus trabajadores”, escriben Acedo Ung y Castillo, en el referido informe.

La pandemia, sobre todo el confinamiento, derivó en un aumento de los pedidos de comida en línea. El llamado #QuédateEnCasa, para los repartidores, se tradujo en un aumento de trabajo, pero no de sus ingresos. Según el estudio Consumo en apps de comida a domicilio durante el Covid–19 en México, elaborado por Fintonic, los pedidos de comida al domicilio, al inicio de la pandemia, crecieron un 10.98 por ciento en Rappi y un 6.24 por ciento en Uber Eats.

Protestas de repartidores en calles de la Ciudad de México. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

Paola Ángel tiene 25 años, un hijo pequeño, y desde hace tres años trabaja como repartidora en Rappi. Calcula que en 2018 ganaba hasta 500 pesos por cada seis pedidos; ahora gana 150 pesos por el mismo número de órdenes. Saúl coincide con Paola: en su primer semana de trabajo, hace cuatro años, realizó 50 viajes y obtuvo 4 mil pesos de ganancia, algo inimaginable en las condiciones actuales. Añade que todos los instrumentos de trabajo, como la bicicleta, el casco e, incluso, la mochila, son gastos que corren por cuenta del repartidor.

Lo anterior pese a que, en el tercer trimestre de 2020, Uber Eats, por ejemplo, reportó –a nivel global– un incremento de 135 por ciento en sus ganancias, en comparación con el mismo periodo de 2019, con lo que generó 8 mil 550 millones de dólares y tuvo un crecimiento de 113 por ciento en el número de pedidos.

Este año, en México, se prevé que los ingresos por pedidos de comida online superen los 2 mil millones de dólares, de acuerdo con las previsiones de Statista Digital Market Outlook. Sin embargo, a juicio de Paola, eso no significará un aumento en los ingresos para los repartidores.

Rappi tiene presencia en 31 ciudades del país y presume contar con 15 mil restaurantes inscritos en su plataforma. A inicios de 2021, la app contaba, de acuerdo a cifras dadas a conocer por Alejandro Solís, director general de Rappi en México, con 50 mil repartidores, de los cuales 20 mil se integraron durante 2020, año de inicio de la pandemia.

Dicha aplicación cuenta con varios servicios dentro de su aplicación, así que sus repartidores no sólo llevan comida a domicilio, sino que hacen todo tipo de tareas: compras en supermercado, farmacias, tiendas de ropa, pedidos de dinero en efectivo, adquisición de videojuegos, entre otros.

Paola sostiene que las políticas de Rappi son leoninas: si un cliente no sale de su domicilio a recoger un pedido, tras 10 minutos de espera (o incluso más), el repartidor se puede retirar, pero tiene la obligación de obsequiar la comida a una persona en situación de calle (el repartidor debe de tomarle una fotografía, lo que vulnera el derecho a la imagen de esa población).

“Si el vagabundo no está limpio, o sea: si sus ropas no están sucias o rotas, la aplicación rechaza la entrega de la comida y te carga el pedido”, denuncia.
Paola y Saúl se lamentan de que, en los últimos tres años, sus ingresos se hayan mermado aún más, debido a las cargas impositivas.

Uber Eats, Rappi, DiDi Food, Cornershop conforman las plataformas de reparto de alimentos que, bajo el argumento de la flexibilidad laboral, enmascaran la ausencia de derechos laborales. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

Ahora, con las disposiciones fiscales, aplicables para este año, cualquier persona que desee emplearse en Rappi, Uber Eats o DiDi Food, tendrá que darse de alta en el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y proporcionar el RFC a la aplicación para que les retengan el impuesto sobre la renta (ISR). La tasa de retención antes se calculaba en función de los ingresos mensuales de este tipo de trabajadores, pero ahora se estableció una tasa única de 2.1 por ciento.

De acuerdo a la plataforma Glassdoor, mientras el Android developed (desarrollador del sistema operativo Android) de Rappi gana 708 mil 600 pesos al año, un repartidor tiene ingresos mensuales en promedio de 10 mil 149 pesos al mes. Y eso depende de la cantidad de pedidos, las propinas, y de que el trabajador no acumule “deudas fantasma”. Saúl lo explica así: “las deudas fantasma son cargos no reconocidos. Un ejemplo: en la aplicación nos aparece una deuda por rechazar cierto número de pedidos. Eso es una multa arbitraria, ¿pues no que somos ‘socios’?”, pregunta.

Y añade: “Cada actualización de Uber Eats, DiDi Food y Rappi no es porque la aplicación requiere una adecuación técnica, que nos favorezca, sino que cada actualización modifica sus condiciones para dejarnos más precarizados”.

Con las disposiciones fiscales, aplicables para este año, cualquier persona que desee emplearse en Rappi, Uber Eats o DiDi Food, tendrá que darse de alta en el SAT y proporcionar el RFC. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

REPARTIDORES ABANDONADOS POR EMPRESAS

Las empresas Rappi y DiDi Food se negaron a otorgarme una entrevista virtual, o telefónica, para tratar el tema de las condiciones laborales y la seguridad de los repartidores de comida.

Optaron por responder a mi petición a través del envío de dos respectivos comunicados. En dichos documentos no hay respuestas concretas a mis preguntas, mismas que les hice llegar, vía correo electrónico, a través de las tres distintas agencias de relaciones públicas que los representan en México.

Rappi, en su postura, sostiene que las “personas repartidoras son trabajadores independientes que buscan una fuente de ingresos adicional mediante la prestación de un servicio, de manera totalmente flexible y que les permita cumplir con sus obligaciones cotidianas como puede ser ir a su trabajo principal, atender a su familia, estudiar, etc. La plataforma es un instrumento facilitador entre los comercios, los usuarios y la persona que quiera hacer la entrega a domicilio. Las personas repartidoras no trabajan bajo el concepto de exclusividad con Rappi, por lo que muchos prestan sus servicios a otras plataformas”.

DiDi Food, a su vez, emite un comunicado similar, como si fuese una calca del mismo argumento de Rappi: “En DiDi Food tenemos claro que la gran mayoría de los socios repartidores buscan alternativas a las jornadas fijas y horarios estrictos de trabajo, ya que el 80% de los socios repartidores se conectan menos de 30 horas a la semana y lo hacen en horarios muy variados. Es decir, somos una alternativa flexible para el autoempleo y la generación de ganancias adicionales. Además, gracias al esquema de economía colaborativa, los socios repartidores tienen una tasa preferencial de retención de impuestos respecto a otros esquemas de empleo tradicionales, al tiempo que fomentamos que más personas se incorporen a la formalidad tributaria”.

Uber Eats me permitió charlar con uno de sus voceros, pero no bajo el formato habitual de una entrevista pregunta–repuesta, sino bajo el formato de presentación, a fin de detallarme todos sus programas en torno al tema de seguridad, con lo que sólo me permitieron formular —on the record— algunas preguntas relativas a ese tema, lo que dejó fuera otros que quedaron sin respuesta.

Para las aplicaciones de comida rápida, las personas repartidoras son trabajadores independientes que buscan una fuente de ingresos adicional. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

Cecilia Román, gerente de comunicación de seguridad de Uber Eats, la vocera encargada de explicarme el tema, sostiene que para la plataforma de reparto “lo más importante es cómo contribuimos a mejorar la calidad del trabajo independiente”.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), a nivel regional, —le pregunto— califica a los repartidores de comida como jornaleros digitales, debido a las carencias que enfrentan. ¿Qué dirías respecto a la acusación de que Uber Eats precariza el trabajo de sus repartidores?

“Tenemos identificado —responde— que este modelo de trabajo independiente es, ahorita, clave en nuestras economías. Y es una discusión activa e importante el mejoramiento de esta situación. Nuestra apuesta es, a partir de respetar la independencia y flexibilidad, construir juntos y mejorar”.

Al respecto, César Salazar, investigador en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, sostiene: “Las personas que no quieren tener un horario fijo compran el argumento de que serán su propio jefe, aunque esta idea no es más que un disfraz para precarizar las condiciones laborales, pues no tienen acceso a ninguna prestación social. Y las plataformas son las que se llevan los mayores beneficios”.

Los que trabajan en las plataformas, explica, son personas excluidas del mercado laboral. “La existencia de las plataformas lo que hace es facilitar la inserción de estos jóvenes al mercado laboral, aunque en las peores condiciones”.

Paola señala al respecto: “Nadie trabaja por pasatiempo, sino por necesidad. No conozco a ningún repartidor que tenga otro trabajo y haga esto para compensar sus ingresos. Al contrario, es un empleo tan demandante que hay personas que trabajan hasta 15 horas seguidas”.

Evelyn Sánchez durante la protesta #Viernesdefuria. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

REPARTIDORES LUCHAN POR SUS DERECHOS

Evelyn Sánchez, conocida entre la comunidad de repartidores y ciclistas como “La tía”, se convirtió en una conocedora de los procesos legales no por decisión propia, sino por la omisión de las autoridades. “Si en este país —dice— hubiera una cultura vial de respeto a la vida de los peatones y ciclistas, y acceso a la justicia, no habría necesidad de convertirse en su propio abogado”. Su vida cambió después del 6 de noviembre. Ese día, su sobrino, Mario Trejo, repartidor de comida, que se empleaba con diferentes aplicaciones, fue arrollado por un camión de transporte público concesionado.

Así consignó los hechos el colega Israel Aguilar Esquivel, para Infobae: “Alrededor de la 1:30 de la tarde, el pasado viernes, Mario circulaba en su bicicleta sobre el carril confinado del paso a desnivel ubicado en el Eje 2 Norte ‘Eulalia Guzmán’, en la delegación Cuauhtémoc. Al ingresar al túnel, un autobús de pasajeros con placa 0012514, perteneciente a la empresa Corredor Peñón–San Isidro, S.A. de C.V. (COPESI), embistió al ciclista. El golpe del vehículo provocó una fractura expuesta en la pierna derecha del repartidor. El conductor del autobús huyó del lugar y escondió la unidad involucrada, de acuerdo con un comunicado emitido por la familia de la víctima”.

Desde ese momento, Evelyn se encargó del proceso legal y recibió el apoyo de Saúl Gómez, y del colectivo #NiUnRepartidorMenos.

“Después de lo que pasó con Mario, mi sobrino, en las protestas se me acercaban familiares de otros chicos accidentados. Y me preguntaban cómo hacer el proceso, así que empecé a acompañarlos. Yo, en ese momento, no sabía que lo que estaba haciendo era activismo”.

Respecto a la responsabilidad de las plataformas en estos casos, señala: “Los repartidores se exponen a una violencia vial de una brutalidad espantosa. Y eso no les preocupa a las aplicaciones porque creen que no es su culpa. Si a ellos los atropellan en el trayecto de un pedido, los ampara el seguro, pero cuando ellos se trasladan a sus casas pierden toda la protección. Son empleados a lapsos, sin protección garantizada”.

Román, sobre ese tema, afirma que la seguridad es una prioridad para Uber Eats. Y responde: “Desde la aplicación, los socios repartidores tienen acceso a una línea telefónica 24/7 para reportar cualquier incidente”.

Asegura que el tema de seguridad vial es uno de los ejes principales de la empresa. Y que el reto de las víctimas de la violencia vial es mundial, no sólo de México.

En vez de garantizar condiciones para que un conductor no trabaje más de 12 horas, a través de un salario digno, Uber implementa acciones con un tufo coercitivo.

La empresa cuenta con una estrategia de prevención de fatiga, la cual desconecta a los “socios conductores” después de 12 horas de trabajo ininterrumpido. Y tienen que permanecer al menos 6 horas en desconexión antes de regresar a trabajar. “Pequeños detalles de tecnología”, así lo llama Román. #NiUnRepartidorMenos juzga estas acciones como reactivas, que no atienden los problemas de fondo. Y que, además, desliza de responsabilidad a las empresas de reparto.

“Hemos manejado también alertas de ciclovía. A los usuarios de Uber la aplicación les avisa, antes de bajar, sobre la presencia de una ciclovía para prevenir accidentes a la hora de abrir la puerta del auto”, detalla Román.

La Organización Internacional del Trabajo califica a los repartidores de comida como jornaleros digitales, debido a las carencias que enfrentan. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

Sin embargo, en México, cinco de cada 10 repartidores de estas aplicaciones han sufrido un accidente laboral, lo que convierte a México en el país con la mayor tasa registrada a nivel global, de acuerdo con cifras de la OIT.

La Ley Federal de Trabajo (LFT), en su artículo 132, numeral XVII, establece que los patrones deberán “cumplir las disposiciones de seguridad e higiene que fijen las leyes y los reglamentos para prevenir accidentes y enfermedades en los centros de trabajo y, en general, en los lugares en que deban ejecutarse las labores”. Para las apps —dice Paola— la ley laboral es letra muerta.

Con relación a eso, Evelyn denuncia que, ante los casos de enfermedad, como el de la COVID–19, los repartidores son “abandonados a su suerte por la aplicación”.

Y sostiene que es una enfermedad adquirida por trabajo que ninguna app cubre.

Román afirma que eso no aplica en el caso de Uber.

“Tenemos una política de apoyo económico extraordinario de hasta 14 días, para los casos en los que haya contagio, y no sólo contagio, sino una orden de cuarentena por COVID”.

Saúl confirma lo que señala Evelyn: el seguro contra accidentes que tiene como repartidor sólo funciona en el momento en el que un viaje se activa; es decir, a la hora en que él va en camino a recoger un pedido y en el trayecto que dure la entrega.

“Antes o después no estoy protegido. Por ejemplo, ahorita que estoy conectado no me cae un pedido, cruzo la calle y me atropella un auto, estoy desprotegido, no estoy amparado.

No cubre, siquiera, los traslados de ida y vuelta a mi casa. Así funciona en todas las apps”.

Román confirma que, en efecto, así funciona el seguro de Uber y ella lo justifica de la siguiente forma:

“Todos los viajes de Uber Eats están asegurados. Como en la app tenemos el registro en GPS de los viajes, la canalización es bastante ágil. Todos los repartidores, incluso los que trabajan a pie, están asegurados”. Y reitera: “La cobertura de seguro es desde que recibe el pedido hasta el momento de la entrega. ¿Por qué? Porque el modelo de trabajo independiente implica que ellos pueden realizar otras actividades; es decir, después de entregar un pedido pueden irse al cine o a cenar o a estudiar”.

—Pero, en la práctica, ¿los repartidores trabajan con ustedes más de 10 horas al día? —le cuestiono.

—La mejor forma de atenderlos, desde el diseño de las coberturas y de los programas con las aseguradoras, fue determinar el tema de los periodos. Esa es la razón por la que las coberturas existen de esa forma. Incluso sabemos que los repartidores usan más de una aplicación.

Los representantes de #NiUnRepartidorMenos, en respuesta a este último punto, confirman que muchos repartidores trabajan en más de una aplicación, pero aclaran que eso se debe a la necesidad de sumar más ingresos, debido a las bajas ganancias por pedido.

¿Qué ocurre cuando un repartidor tiene un accidente? En Uber Eats, como explica Román, tiene dos opciones: reportarlo a través de soporte técnico o llamar a la aseguradora.

“En diciembre del año pasado se hizo un ajuste en la aplicación, a petición de los socios repartidores, para agilizar la atención. Se hizo más accesible”, aclara Román.

Aún así, los repartidores señalan anomalías. “Ha ocurrido que tienes un accidente leve y avisas a soporte y, de pronto, de la nada, el viaje, la ruta y el cliente desaparecen de la aplicación. No sabemos si eso es deliberado, no tenemos pruebas de ello, pero esa situación nos ha orillado a muchos a recurrir a la segunda opción: llamar directo a la aseguradora”, denuncia Saúl.

Saúl y Paola sostienen que, por esa razón, ellos han aprendido que las capturas de pantalla son vitales cada que un repartidor tiene un accidente, pues “a la velocidad de una tecla ellos [las apps] pueden desaparecer tu historial”. Y denuncian que ellos, en ninguna plataforma, cuentan con respaldo alguno de sus viajes, rutas, calificaciones, etcétera. Es decir, las evidencias de su trabajo están en manos de las empresas.

Saúl nunca ha tenido un accidente grave, hasta ahora. Pero siempre que le ocurre un percance a uno de sus colegas, alza la voz. “En algún momento, por reclamar por un compañero, llamado Virgilio, al que atropellaron y perdió una pierna, me desconectaron”.

Saúl habló con representantes de Uber y les reclamó por los 100 mil pesos que le entregaron a Virgilio, por concepto de reembolso por sus gastos médicos.

“Con esa cantidad no se resuelve el problema de una pierna”, les reprochó. A la postre, por fortuna, el caso de Virgilio se resolvió de manera favorable.

“Uber, después de esa protesta, me desconectó porque, según ellos, violé términos y condiciones”, cuenta Saúl.

—¿Eso lo sentiste como una represalia por tu labor como activista? —le pregunto.

—Sí, supongo que sí.

Román sostiene, por otro lado, que Uber Eats tiene una política de cero tolerancia hacia actos de discriminación o violencia de género. En el caso de los clientes la sanciones contemplan la inhabilitación de la cuenta.

Saúl comparte un caso: una repartidora, compañera suya, fue acosada por un cliente que, en su departamento de Polanco, la recibió desnudo. Y no sólo eso, sino que el cliente trató de llevar la mano de ella hacia sus genitales.

“Cuando hemos documentado eso, los responsables de las aplicaciones nos dicen: ‘No podemos hacer nada, pues el cliente está en su casa’. Así que las aplicaciones son omisas. Siempre protegen al cliente”, reclama.

La Ley Federal de Trabajo establece que los patrones deberán “cumplir las disposiciones de seguridad e higiene que fijen las leyes y los reglamentos para prevenir accidentes y enfermedades en los centros de trabajo». Pero para las apps la ley laboral es letra muerta. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

Le formulo mis últimas preguntas a Román:

—En el caso de Omar Nilk Peña Cordero [repartidor de Uber Eats, de 39 años, quien fue reportado como desaparecido el 5 de diciembre de 2020 y hallado muerto cinco días después en la colonia El Rosal, en la alcaldía Magdalena Contreras] se les acusó de no coadyuvar con la fiscalía, pues ustedes se negaron a proporcionar la información, a través del GPS, de la última ubicación de Omar. ¿Qué ocurrió en este caso?, ¿cuáles son las razones de esa supuesta omisión?

–Por un lado, si nos lo permites, te mandamos la información que enviamos a medios sobre el caso, pero lo que sí puedo decirte, a grandes rasgos, es que no estamos facultados a darle la información a los familiares, en ningún caso.

–Perdón que te interrumpa, pero la nota de Pie de página, firmada por el colega José Ignacio De Alba, dice que Uber Eats hizo caso omiso al requerimiento de la Fiscalía, no de los familiares…

–Exacto, pero es importante clarificarlo porque a veces ocurre esa confusión. Sabemos que muchas veces los familiares, como es comprensible, son quienes están haciendo la presión con la Fiscalía. Nosotros, cuando la Fiscalía hace la solicitud, tenemos esa posibilidad de responder con urgencia y, cuando es así, se responde en las primeras dos horas.

Y sostiene que Omar, en el momento de su desaparición, no se encontraba en un viaje de reparto con la aplicación. Uber, tras este tipo de hechos, habilitó el Portal para Autoridades de Seguridad, con el fin de que, a través de él, los funcionarios soliciten información.

“Para que puedan usar ese portal nuestros equipos han hecho capacitaciones, varias veces, con agentes del ministerio público y policías de investigación, para que podamos facilitarles el requerimiento”, concluye.

La pandemia, sobre todo el confinamiento, derivó en un aumento de los pedidos de comida en línea. El llamado #QuédateEnCasa para los repartidores se tradujo en un aumento de trabajo, pero no de sus ingresos. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

REPARTIDORES SIN APOYO

Se calcula que, para 2025, 540 millones de personas buscarán trabajo en las plataformas digitales.

Le pregunto al investigador César Salazar:

—¿ El Estado debería de obligar a las plataformas a cumplir la ley laboral?

Responde:

—Sí, por supuesto. Y también debería de contar con instituciones más fuertes de protección al trabajo. En realidad el tema de la precarización y la debilidad de las instituciones de protección no es algo exclusivo de México, sino un fenómeno mundial. En mayor o en menor medida la precarización laboral está extendida en el mundo. Hubo un fallo judicial —no recuerdo en qué país— que obligó a una plataforma a reconocer a sus conductores como empleados. Eso demuestra que el Estado puede limitarlas.

Salazar se refiere al caso de la aplicación Lyft, con sede en San Francisco. En 2013, 20 mil conductores y exconductores presentaron una demanda en contra de dicha app, con el fin de obtener el reconocimiento como empleados. No lo obtuvieron, aunque sí llegaron a un acuerdo —aprobado por Vince Chhabria, juez de distrito—, con el que la plataforma digital pagó 27 millones de dólares a los demandantes, con la condición de seguir con la denominación de contratistas independientes.

Saúl cuenta que #NiUnRepartidorMenos mantiene una mesa de negociación con Rappi. “No es una mesa tersa, sino ruda. Es un diálogo firme. Y es algo que agradecemos de la plataforma: la apertura. No obstante, en otras ciudades de América Latina, Rappi no tiene la misma consideración con los repartidores. Creemos que este ejemplo de Rappi en México se debe de replicar en otras partes del mundo porque ya no es posible trabajar bajo las mismas condiciones: precarias e inseguras”.

#NiUnRepartidorMenos trabaja, desde hace dos años, con la organización civil Nosotrxs, quien apoya su causa y con quienes trabajan en una agenda conjunta, misma que quieren llevar al Congreso.

Para ejemplificar, Saúl se refiere a la ausencia de un contrato laboral, que las aplicaciones sustituyen a través de la aceptación de sus términos y condiciones. Saúl se pregunta: “¿Creen que al darle clic en ‘acepto’ es el equivalente a firmar un contrato con ellos? Eso es un tema administrativo. No tiene coherencia. A nivel internacional, los repartidores les hemos dicho: ‘Sí, ustedes serán innovadores en términos de tecnología, pero sin el trabajo de nosotros no son nada’”.

Le pregunto a Saúl:

—¿Qué es lo mínimo que esperan para avanzar en la dignificación de su trabajo?

—La gig economy llegó para quedarse, pero necesitamos construir un marco regulatorio que nos convoque a todos. Creo que se debe impulsar una regulación inteligente, que no afecte a los más vulnerables, que son los más jóvenes, que llegan a las plataformas porque prefieren trabajar en esto que en un Oxxo.

Paola, por su parte, hace un llamado a los clientes de las plataformas: “Ojalá los clientes sean más empáticos. Cada vez que se impacientan y presionan a los compañeros, ponen en riesgo nuestras vidas. Esta ciudad es caótica y hostil con nosotros, así que ojalá los clientes se informaran más sobre nuestras condiciones y entendieran que hacemos todo para que su pedido llegue en tiempo y forma, pero habrá ocasiones en que no llegaremos. Y ahí esperamos su comprensión”. Saúl interviene: “Y esperemos que si no llegamos sea por algo menor y no porque a nuestra vida se la lleve tu pedido”.

#NiUnRepartidorMenos forma parte de la alianza Unidxs World Action, que reúne a representantes de organizaciones de 32 países que luchan en contra de la precariedad digital.

“Luchamos por los derechos laborales que nos merecemos como trabajadores, aunque a las patronales no les guste decirlo: somos trabajadores y ellas tienen que responder por nosotros. No vamos a quitar el dedo del renglón”, concluye.

Se calcula que, para 2025, 540 millones de personas buscarán trabajo en las plataformas digitales. Foto: Erick Baena, especial para SinEmbargo.

REPARTIDORES PROTESTAN

Viernes 5 de marzo de 2021. Cruce de Insurgentes con Álvaro Obregón. Un centenar de repartidores, a bordo de bicicletas y motocicletas, se reúne alrededor de la fuente con la escultura de la Venus de Milo que flanquea el camellón. La pileta está puerca y vacía, y parece un espejismo de ese esplendor arquitectónico que alguna vez tuvo.

Poco a poco llegan más jóvenes, con sus mochilas de Rappi, DiDi Food y Uber Eats en sus espaldas.

Pienso en lo irónico de la imagen: una escultura mutilada, al fondo del paisaje, ilustra las demandas de aquellos que, al trabajar para las plataformas de reparto de comida, están expuestos a los accidentes viales y a la posibilidad de perder una extremidad.

Un ciclista, ataviado con casco, cubrebocas, bermudas y playera negra, ondea una bandera con la leyenda: “La calle también es nuestra”.

Hasta ahora, durante 25 viernes seguidos, de forma ininterrumpida, han protestado en diversos puntos de la ciudad, aunque este es el más recurrente.

A las 17:08 me llega un SMS promocional de Rappi, como si fuese una cruel broma: “$75 pesos en RappiCréditos”. Bajo mi teléfono como avergonzado y pienso en la frase que hace unos momentos me lanzó Saúl: “En tu pedido va mi vida”.

La protesta aún no se inicia. Un grupo de elementos de la policía capitalina se acerca a los organizadores de la marcha. Uno de los oficiales se presenta y charla, de forma amable, aunque tensa, con Saúl y Evelyn.

Un repartidor porta una playera negra con la leyenda a sus espaldas: “#NiUnRepartidorMenos”. Las palabras se alinean en círculo y, adentro, se dibuja la ilustración de un celular en mano.

Evelyn se sube al borde de la fuente, con altavoz en mano, y se dirige a los repartidores, previo al inicio de la protesta: “Vamos a seguir manifestándonos hasta que un día no exista reporte de un ciclista fallecido. Mientras tanto, lo sentimos mucho por todas las molestias que causamos, pero nos siguen matando en las calles”.

Saúl está de pie, cerca de la fuente, tomando fotografías que luego subirá a la página de Facebook del colectivo. Me acerco, con grabadora en mano, y platico con él.

—¿Cuál es la razón de los #ViernesDeFuria?

—En un año de pandemia la chamba se incrementó, pero también las muertes. De marzo de 2020 a marzo de 2021 han fallecido 25 repartidores, que nadie va a responder por ellos, que nadie velará por sus familias.

—¿Cuáles son sus demandas?

—Nuestros tres ejes de lucha más importante son los siguientes: derechos laborales, dignificación del trabajo en plataformas y protección en vialidades. Nuestro activismo no sólo es digital, sino en las calles.

Interrumpimos nuestra conversación porque el #ViernesDeFuria está a punto de iniciar. Un repartidor, integrante del colectivo, toma el altavoz y da instrucciones previas al acto de protesta: “No vamos a responder agresiones. Vamos a cerrar Insurgentes, pero vamos a permitir el paso del Metrobús. También vamos a cerrar

Monterrey desde ahorita y ya tenemos la ruta para dirigirnos a donde atropellaron a nuestro compañero Germán”.

Se refiere a Germán García Cruz, joven de 35 años, quien murió atropellado en Avenida La Viga luego de que un taxista abriera la puerta de su auto y lo arrojara hacia un tráiler. Eso ocurrió hace apenas dos días, así que el día de hoy la protesta no sólo consiste en el cierre de vialidades, sino en una rodada, desde este punto, hasta el sitio en el que falleció Germán, quien todos los días se trasladaba en bicicleta a su lugar de trabajo, ubicado en San Pedro de los Pinos.

Los policías cierran Insurgentes y piden a los repartidores no acercarse al cruce, a fin de evitar altercados con los automovilistas. La avenida se vacía de autos y, aparecen, escritas en la carpeta asfáltica, en letras blancas, las pintas: “Justicia para todos” y “Ni una más”. Y del otro lado de la vía, en el sentido sur–centro, se leen, también en letras blancas, los nombres de los ciclistas fallecidos a la fecha: “German”, “Jonathan”, “Yoselín”, “Patricia”, “José Manuel”.

Dos chicas jóvenes se detienen, leen las pintas escritas en el piso, y una le dice a la otra: “Nos hubiéramos traído la bicicleta”. Hoy no hay mentadas de madre, salvo algunos claxonazos aislados, de algún automovilista impaciente.

Suena la melodía de la canción “Rebel, Rebel”, de David Bowie, que brota de una pequeña, pero ruidosa, bocina que cuelga del cinturón de un ciclista.

Cruz colocada, en Periférico y San Antonio, en honor a José Manuel. Foto: Saúl Gómez, especial para SinEmbargo.

Otro de los repartidores, integrante de #NiUnRepartidorMenos, que me solicita guardar el anonimato por temor a represalias, me dice: “A las plataformas les valemos madre”. Saca su celular y me enseña un banner promocional de Uber Eats. En la imagen aparece el actor Óscar Jaenada.

—¿Has visto sus comerciales?

—Sí —le respondo.

—Pues eso dice todo, brother. Fíjate bien: ¿has visto que algún repartidor aparezca en ellos?

Niego con la cabeza. Alza los hombros, estira su puño y lo choca con el mío.

—Te lo dejo de tarea —me dice y se aleja. Se sube a su bicicleta, pedalea sobre Insurgentes y lo veo convertirse, poco a poco, en una luz parpadeante, que tintinea en el horizonte.

Tiene razón. En la publicidad televisiva, al menos de Uber Eats, los repartidores no están representados. Vuelvo a ver el comercial. En la escena aparecen los actores Eugenio Derbez y Óscar Jaenada, discuten sobre lo que van a cenar esa noche y, luego, aparece un brazo, fuera de cuadro, que les entrega el pedido. La publicidad de Uber y Rappi —de forma deliberada— ha invisibilizado a su fuerza de trabajo, a su motor principal.

Los actores, al recibir el pedido, sonríen y sueltan un escueto: “Gracias”.

Resuenan en mi mente las palabras de Saúl: «A veces uno camina un largo trecho con pies ajenos».

Didi enfrenta escrutinio sobre ciberseguridad en China

Las acciones de la compañía de transporte privado, Didi, sufrieron una caída de 5.3% después de debutar en la Bolsa de Valores de Nueva York, esto como consecuencia de que el gobierno de China detuviera el registro de nuevos usuarios como parte de una revisión de seguridad cibernética.

«A fin de prevenir los riesgos de seguridad de los datos nacionales, mantener la seguridad nacional y proteger el interés público, de conformidad con la Ley de Seguridad Nacional… Con el fin de cooperar con el trabajo de revisión de seguridad de la red y evitar que los riesgos se expandan, «Didi Travel» detuvo el registro de nuevos usuarios durante el período de revisión», de acuerdo con el comunicado publicado en el portal del Cyberspace Administration of China.

La empresa china de transporte de pasajeros DiDi Global recaudó el martes pasado 4,000 millones de dólares en su oferta pública inicial (OPI) en Estados Unidos, y en su primera sesión llegó a subir hasta 28.6%, sin embargo, hacia el cierre terminó con 1% de ganancia.

En los últimos meses, el gobierno de China ha incrementado su escrutinio sobre sus grandes empresas privadas más allá de temas relacionados con la oficina encargada de regular, supervisar y en general controlar todos los asuntos relacionados con internet. China, por ejemplo, inició una investigación antimonopolio contra la propia Didi en junio pasado.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA