La brecha de género en el mundo laboral es mayor de lo pensado: OIT

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo que desarrolló un nuevo indicador que mide mejor la tasa de desempleo y que detecta a todas las personas sin empleo que buscan una actividad.

Esto proyecta «un panorama mucho más sombrío de la situación de las mujeres en el mundo laboral que la tasa de desempleo, más comúnmente utilizada», dijo esta agencia de la ONU en un comunicado, a dos días del Día Internacional de la Mujer.

«Los nuevos datos muestran que las mujeres siguen teniendo muchas más dificultades para encontrar trabajo que los hombres», señaló el organismo.

Según los datos de la OIT, un 15% de las mujeres en edad de trabajar en todo el mundo quisiera tener un empleo, pero no lo tiene, frente un 10.5% de los hombres.

«Esta brecha de género se ha mantenido prácticamente invariable durante dos décadas», señaló la organización.

En contraste, las tasas oficiales de desempleo de hombres y mujeres son muy similares.

Esto se debe, según la OIT, a que el criterio utilizado para determinar si alguien debe ser considerado oficialmente desempleado tiende a excluir de forma desproporcionada a las mujeres.

Según el informe, las responsabilidades personales y familiares, incluyendo el trabajo no remunerado de cuidados, afectan de forma desproporcionada a las mujeres.

Este tipo de actividades, impiden que las mujeres trabajen, que busquen empleo de forma activa o que estén disponibles con poca antelación.

«La brecha laboral es especialmente grave en los países en desarrollo, donde la proporción de mujeres que no pueden encontrar un empleo alcanza el 24,9% en los países de renta baja», dijo el organismo.

El acceso al empleo no es el único problema. La OIT señaló que las mujeres tienden a estar sobrerrepresentadas en algunos trabajos vulnerables, incluyendo la ayuda en negocios familiares.

«Esta vulnerabilidad, unida a unas tasas de empleo más bajas, repercute en los ingresos de las mujeres», dijo el organismo.

La OIT concluyó que «a nivel mundial, por cada dólar de ingresos laborales que ganan los hombres, las mujeres ganan sólo 51 céntimos”

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Al jubilarse, las mujeres mexicanas obtienen casi 40% menos riqueza que los hombres

En todo el mundo, existen brechas de género laboral, salarial y de salud, entre otros ámbitos. Esto provoca que al final de una vida de trabajo las mujeres acumulen el 74% de la riqueza a la que llegan los hombres. Pero en México, las trabajadoras alcanzan 63% de los recursos que ellos logran.

Lo anterior, de acuerdo con el Informe mundial de equidad de género en la riqueza de 2022. La investigación de la consultoría WTW, incorpora una medición para diferentes regiones y países, referidos en el Índice de Equidad Patrimonial (WEI, por sus siglas en inglés). De igual manera, identifica la forma en que líderes y empresas pueden dirigir “un cambio real y duradero” para mejorar la riqueza de las mujeres al final de sus carreras.

El reporte confirma, como lo han hecho organismos nacionales e internacionales, que las desigualdades históricas afectan “de manera desproporcionada a las mujeres a lo largo de sus carreras. Y cada vez es más claro que esta tendencia tiene repercusiones de gran alcance para las personas, las organizaciones y la sociedad en su conjunto”.

En América Latina, a pesar de las mejoras, “en parte debido a las regulaciones gubernamentales que intentan consagrar la igualdad de derechos laborales y sociales”, presenta bajos índices de equidad de género en la generación de la riqueza.

Argentina es donde las trabajadoras generan menos riqueza para ellas mismas al final de su carrera. En ese país las mujeres alcanzan el 61% del capital que consiguen los hombres. En segundo lugar está México, con el 63 por ciento. Les sigue Brasil, con el 68% y Colombia, con el 69 por ciento.

Chile, donde las mujeres obtienen el equivalente al 76% de los bienes y recursos económicos que acumulan los hombres, es el único país de Latinoamérica que está por encima de la media mundial (74%). Sin embargo, sigue habiendo una desigualdad entre las trabajadoras y los trabajadores.

Algunas de las causas tras esta realidad

Para construir el Índice de Equidad Patrimonial, especialistas de WTW tomaron en cuenta los factores que contribuyen a la brecha de género en la riqueza. Concluyeron que una menor acumulación de bienes y recursos económicos se debe a una combinación de:

» Brecha salarial de género

En México, mientras poco más 704,700 mujeres ganan entre tres y cinco salarios mínimos, más de 1 millón 567,000 hombres están en dicho rango salarial, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Y si elevamos la cifra a más de cinco salarios mínimos, vemos que 248,000 mujeres y 546,000 hombres están en dicho renglón. Es decir, hay menos trabajadoras recibiendo las remuneraciones más altas. Esto “contribuye a reducir los ahorros y generar menos riqueza para los mismos roles laborales que los hombres”, dice el informe.

Además, el 40% de las mujeres con una ocupación remunerada en México no tiene acceso a la seguridad social mediante su empleo, según la ENOE. Es decir, de más de 22 millones de trabajadoras, sólo 9 millones tienen más probabilidad de retirarse algún día con una pensión mensual.

» Menos oportunidades de promoción

El reconocimiento laboral que se inclina mucho menos que para los hombres “conduce a un crecimiento salarial más lento y una menor acumulación de riqueza” para las trabajadoras. En el caso de México, “las mujeres representan 12% del total de las direcciones relevantes” en las empresas, según el Instituto Mexicano de Competitividad (Imco).

» Brechas en la carrera

Las trabajadoras “tienen más probabilidades de salir temporal o permanentemente de la fuerza laboral para cumplir con las responsabilidades de cuidado”. Muchas mujeres tardan varios años en regresar al empleo luego de ser mamás.

Otras mamás vuelven por un tiempo, pero si no encuentran ayuda o no tienen recursos económicos para solicitarla, salen del mercado laboral nuevamente.

Según el Instituto Nacional de Estadística (Inegi), el 74% del tiempo dedicado al trabajo del hogar y de cuidados no remunerado lo aportan las mujeres. Los hombres contribuyen con el 26 por ciento.

Estas cargas, que algunas mujeres compaginan con mucho desgaste con su trabajo remunerado, “influye en la carrera y el salario y también afecta directamente la riqueza”. Al perpetuar los roles de género y la división sexual del trabajo, las mujeres asumen el compromiso del resto de la sociedad.

WTW agregó otras circunstancias aparentemente más personales que, no obstante, influyen de manera directa en el empleo y en la riqueza de las mujeres, como el divorcio o la viudez. Y, aunque no incluye ser madre soltera desde el inicio, también esta situación concuerda con los resultados que menciona el informe: cuando su hogar se mantiene sólo de un salario, “limita los ingresos y la acumulación de riqueza”.

Otro factor en el que pocas veces se piensa, pero que también tiene gran relevancia es “la mayor aversión al riesgo a la hora de invertir”.

Acciones puntuales para cerrar las brechas

“Es imperativo que las actividades en torno a la diversidad, la equidad y la inclusión de género se amplíen para considerar la riqueza económica al final de la carrera laboral de las mujeres”, dice el reporte.

Una de las acciones que deben emprender las empresas y sus líderes es mejorar el salario de las mujeres, pero no es la única medida ni la panacea. “Es un factor fundamental que subyace a la brecha de género en la riqueza”, pero no la eliminará por completo, señala.

Una manera de cerrar la brecha salarial de género es “mediante la evaluación de los programas y procesos de Recursos Humanos”. El problema, explica, puede estar de la oferta del puesto y en los procesos de contratación.

Luego, la igualdad de carrera se puede apoyar con “el mapeo de trayectorias profesionales, la transparencia salarial y la arquitectura de habilidades centrada en el desarrollo de mujeres en roles gerenciales y de liderazgo”.

Otra medida importante es asegurar la continuación de las contribuciones a las pensiones para las mujeres, diseñando “programas de jubilación teniendo en cuenta la diversidad de género” y las posibles pausas de las mamás, por ejemplo.

Ninguna acción va separada. Por ejemplo, esta última va acompañada de la mejora de las prestaciones de cuidados “con un enfoque en los resultados de riqueza mediante el diseño de programas de licencia” que reconozcan las particularidades de hombres, mujeres y personas no binarias. Así como permitir la flexibilidad en el lugar de trabajo.

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PERSPECTIVAS_ Desigualdad laboral de género en México, una deuda a pagar en 100 años

Las empresas y sus líderes tienen mayor conocimiento de la brecha de género en México, de hecho, la mayoría dice que es prioritario cerrarla. Pero en la práctica, siguen sin dejar pasar a las mujeres a los puestos más altos. Al ritmo en el que implementan sus políticas de equidad, tomará un siglo para que ellas accedan a los cargos gerenciales, donde están los mejores salarios.

Una investigación de la consultoría McKinsey señala que en 2018 el 13.4% de los puestos directivos en el país eran ocupados por mujeres. Una pandemia después, cientos de discursos sobre la importancia de la diversidad en las empresas y acerca de la feminización del trabajo de cuidados no remunerado, la presencia de trabajadoras en los más altos niveles de una compañía creció sólo a 13.9 por ciento. Sería hasta 2050 cuando lleguemos a 20 por ciento.

“Si continúan estas tendencias en la representación en la alta gerencia y los salarios, se necesitarán 100 años para alcanzar la paridad de género en México. A este ritmo, ni la fuerza laboral actual ni las próximas dos o tres generaciones serán testigos de la paridad de género”, advierte el reporte Women Matter 2022.

Desde la primera publicación de ese estudio en 2018, “el avance ha sido marginal”, dice en entrevista Valentina Ibarra, socia en McKinsey & Company México. “En general, las mujeres representaban el 35% de la fuerza laboral y para esta edición el crecimiento fue sólo a 38 por ciento. Y cuando desglosamos ese porcentaje por jerarquía de posiciones, vemos que menos del 14% han logrado puestos senior”.

El tiempo que le tomará a las mujeres en México llegar a posiciones de alto mando en las empresas “es inaceptable”, dice la abogada, especialista en desarrollo de estrategia comercial y una de las pocas mujeres con conocimiento y experiencia en servicios de perforación y yacimientos petrolíferos en América Latina.

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PERSPECTIVAS_ La cara femenina de la pobreza

¿Has escuchado que el 70% de las personas que viven en pobreza extrema en el mundo son mujeres? A pesar de que investigadoras del Banco Mundial han desmentido esa cifra, esta se usa para reforzar la idea de que las mujeres están más expuestas a sufrir pobreza en comparación con los hombres.

En el caso de México, la tasa de pobreza extrema en 2020 fue de 8.6% para los hombres y 8.5% para las mujeres, una cifra muy similar entre sexos. ¿Esto significa que no es importante analizar la pobreza desde una perspectiva de género? En mi opinión, no solo es importante sino necesario para generar mayor evidencia.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la institución encargada de medir la pobreza en México, hizo un esfuerzo por incluir la perspectiva de género en la medición multidimensional de la pobreza de 2020 para conocer los niveles de pobreza y carencias sociales por sexo en relación con el tiempo dedicado a los quehaceres domésticos y al cuidado de los integrantes del hogar. En el caso de las mujeres que dedicaron más de cuatro horas al día al quehacer del hogar, 47.4% vivieron en situación de pobreza, mientras que para los hombres que dedicaron el mismo tiempo la tasa fue de 36.9%.

El punto clave es que aunque no haya una gran diferencia en la proporción de mujeres y hombres en situación de pobreza extrema, esta sí los afecta de forma diferente en función de los roles y estereotipos de género. Por ejemplo, 24.6% de las mujeres que dedicaron más de cuatro horas al cuidado de los integrantes del hogar tuvieron al menos tres de las seis carencias sociales (como rezago educativo o falta de acceso a la seguridad social) evaluadas por el Coneval en comparación con 18.5% de los hombres.

En el estudio de la pobreza con perspectiva de género es importante tener en cuenta que las jefas del hogar y sus familias son más vulnerables a cambios en las políticas públicas diseñadas para combatir la pobreza. Según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares2020, en los hogares con jefatura femenina las transferencias representaron 23% de su ingreso corriente trimestral a diferencia de los hogares con jefatura masculina, donde estas integraron 15% del ingreso.

Aunque se reconoce que las mujeres enfrentan distintas desigualdades, para analizar la pobreza con perspectiva de género no basta con desagregar la información por sexo. En este sentido, es muy importante poder comparar el nivel de pobreza y carencias sociales con el estado civil, el número de hijos, el nivel de ingreso y otras variables que tomen en cuenta las diferencias económicas y sociales a las que se enfrentan las mujeres.

Poner fin a la pobreza en todas sus formas en el mundo es el primero de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Para lograrlo, debemos considerar que este fenómeno no afecta a todos los individuos por igual y que las desigualdades de género a las que se enfrentan las mujeres las pone en una situación de vulnerabilidad. Ante esto, todo aquel que quiera combatir la pobreza no debe olvidar que también tiene un rostro femenino.

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Garantizar la igualdad sustantiva

Esta semana, 36 senadoras y senadores de distintos grupos parlamentarios, presentaron una iniciativa para reformar siete artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de paridad de género en los órganos jurisdiccionales federales y locales. Con esta reforma, se busca que la paridad sea una realidad en el Poder Judicial.

Si bien hace unos días, se publicó el paquete de reformas a las leyes secundarias en materia judicial, quedó pendiente reforzar desde la Constitución el principio de paridad de género.

Es una realidad que la situación laboral de las mujeres en los órganos jurisdiccionales de nuestro país es preocupante. El Censo Nacional de Impartición de Justicia Estatal 2020 del INEGI señala que en la distribución porcentual de las 4,828 magistraturas y juzgados según instancia y sexo, en los órganos jurisdiccionales de primera instancia, el 57.4% son hombres y el 42.6% son mujeres. En cuanto a los órganos jurisdiccionales de segunda instancia predomina el 66.5% de hombres, en contraste con el 33.5% de mujeres.

No puede decirse que no existen mujeres preparadas para acceder a puestos de Magistradas o Juezas, ya que dicho Censo señala que existen 68,624 servidoras y servidores públicos adscritos a los Poderes Judiciales Estatales, donde el 59.3% son mujeres y el 40.7% son hombres.

Sin duda, no puede pasar desapercibido que, por primera vez en la historia de nuestro país, tres mujeres –de manera simultánea– ocupan los cargos más altos en el Poder Judicial de la Federación con las ministras Norma Lucía Piña Hernández, Yasmin Esquivel Mossa y Ana Margarita Ríos Farjat quienes representan el 27.3% de los integrantes del Máximo Tribunal de la Nación y han llegado a cambiar los paradigmas en la impartición de justicia. Incluso, gracias a sus aportes, se ha emitido el nuevo Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género.

A pesar de que los tiempos han cambiado y son más favorables para las mujeres, la exclusión en los asuntos públicos sigue siendo una realidad lastimosa. Por ello, se debe continuar trabajando para eliminar los obstáculos que impiden que las mujeres accedan a los cargos más altos del Poder Judicial.

La inclusión de mujeres y hombres en el quehacer diario de la vida pública en igualdad de condiciones y sin obstáculos, genera mejores condiciones de vida en el país. Ese debe ser el compromiso de todas las instituciones.

No se trata de si una iniciativa proviene de la oposición o de la bancada oficial, se trata de que las mujeres han pasado por una larga y tortuosa lucha por el reconocimiento de sus derechos y se debe tener la altura de miras para acompañar las propuestas que busquen la protección más amplia de los derechos de las mujeres. La lucha feminista no tiene ideología política, su estandarte es garantizar la igualdad sustantiva.

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La pandemia expulsó a 1.3 millones de mujeres del mercado laboral y eliminó a 26,300 empresarias y emprendedoras

La llegada de la Covid-19 profundizó problemáticas importantes en el mercado laboral mexicano, especialmente las relacionadas con brechas de desigualdad. Aunque el impacto alcanzó a toda la población, las mujeres han representado uno de los grupos que más resienten la crisis económica, la precariedad laboral y la pobreza de ingresos y de tiempo en relación con sus pares hombres. 

Antes de la pandemia las brechas de género ya eran significativas, las mujeres estudian más, pero ganan menos, ocupan puestos de menor calificación y están casi ausentes en los comités de liderazgo o en las sillas directivas. Las mujeres tienen también más obstáculos para emprender negocios que den empleo a más personas. Adicionalmente, la sobrecarga laboral por las actividades del hogar ha sido uno de los factores más persistentes durante el 2020. 

Después de un año conviviendo con el virus, el mercado laboral muestra una recuperación, también desigual. Al corte del primer trimestre del 2021 se expulsaron 1.8 millones de trabajadores del mercado laboral, de los cuales 1.3 millones son mujeres y apenas 266,547 son hombres, de acuerdo con cifras desestacionalizadas de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi

¿Y qué implica ser expulsado del mercado?

La población económicamente activa muestra a toda la población en condición de trabajar que o tiene un trabajo o está buscándolo. Al inicio de la pandemia observamos la expulsión de cerca de 12 millones de mexicanos del mercado laboral, que se fueron recuperando poco a poco. Esto se explica porque durante el confinamiento más estricto muchos trabajadores no fueron despedidos definitivamente, sino que se estaban “en paro temporal”. 

De modo que, si no estás buscando activamente un empleo y tampoco tienes uno, estás fuera de la población económicamente activa. 

Adicionalmente, 2.1 millones de mexicanos se encuentran en situación de desocupación y cerca del 70% son mujeres. Lo que implica que cerca de 1.5 millones de mujeres estaban trabajando antes de la pandemia y al corte del primer trimestre del 2021 dejaron de hacerlo, mientras que para los hombres esta cifra es sólo de 604,422. 

¿Y por qué más mujeres dejaron sus ocupaciones?

Durante el 2020 los proyectos estadísticos eventuales del Inegi, la ECOVID-ML y la ECOVID-IE, que miden el impacto económico y laboral de la crisis sanitaria en México, mostraron que las mujeres estaban enfrentando mayores retos para abordar la crisis debido a que con el trabajo en casa tienen jornadas laborales más largas, se incrementaron sus tareas dentro del hogar y se encargan de más del 70% del cuidado de niños pequeños y adultos mayores, así como del acompañamiento educativo.

Durante los meses de abril a julio entre el 34 y 38% de las mujeres que tienen un trabajo aseguraron también que además de sus jornadas dedicaron más tiempo al cuidado de terceros, para los hombres sólo fue del 19 al 26 por ciento. 

Estas disparidades se intensifican en el rubro de quehaceres domésticos, donde entre el 92 y 94% de las mujeres dijo realizar estas tareas mientras que sólo el 69 al 78% de los hombres. 

Adicionalmente en el ámbito educativo se documentó que cerca de 2.5 millones de niñas y adolescentes pausaron sus estudios por alguna problemática relacionada con la pandemia o la crisis económica. 

Estos indicadores reflejan que muchas mujeres que trabajaban tuvieron la necesidad de pausar indefinidamente sus ocupaciones remuneradas, lo que se puede explicar en gran medida por una mayor demanda de tiempo en el hogar con las clases en línea y las tareas del hogar y adicionalmente por patrones de discriminación estructural en los puestos de trabajo y las empresas. 

Desaparecieron 26,300 empresarias 

Si se analizan a detalle los indicadores laborales también se pueden observar importantes retrocesos en el liderazgo laboral femenino. El nivel de mujeres encabezando empresas que dan empleo a otras personas ya era bajo antes de la pandemia, con ella es aún más. 

En el primer trimestre del 2020, la ENOE del Inegi registraba 571,258 mujeres con negocios que dan empleo a terceros, esta cifra se recortó a 544,967 en el mismo lapso del 2021, lo que significa una pérdida de 26,300. 

Adicionalmente, se registró una precarización importante del empleo femenino, el total de mujeres que gana más de cinco salarios mínimos mensuales cayó de 419,256 a 433,439. Esta situación implica que 74,817 mujeres que percibían las remuneraciones más altas de la clasificación redujeron sus ingresos o simplemente forman parte de las mujeres que salieron del mercado laboral. 

La pandemia Covid-19 ha expuesto de manera importante las desigualdades laborales entre mujeres y sus pares hombres en México, y las interseccionalidades con otros grupos vulnerables. A la espera del avance de la campaña nacional de vacunación las expectativas sobre el trabajo comienzan a recuperarse, pero corregir la estructura de desigualdad todavía es una tarea pendiente. 

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

Persiste brecha de género en puestos clave de Congresos

A pesar de que gran parte de los Congresos locales tienen representación de género paritaria, las mujeres no suelen ocupar puestos clave en las Comisiones principales dentro de sus Congresos o en las Juntas de Coordinación Política, evidenció el “Informe Legislativo 2021: Composición partidista y de género de los Congresos estatales”, del IMCO.

Al señalar que la presencia de las mujeres en los órganos legislativos es clave para atender la falta de oportunidades y eliminar violencias específicas que viven las mujeres en las 32 entidades federativas, ya que su presencia en los Congresos no sólo tiene que ser descriptiva, sino sustantiva, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) identificó que, a principios de este año, 1,113 congresistas estatales estaban en funciones, de las cuales 555 eran mujeres (49.8 por ciento).

Sin embargo, las comisiones que suelen ser muy importantes dentro de los Congresos estatales (Presupuesto, Fiscalización, Hacienda y Gobernación) no suelen ser presididas por mujeres. En cambio, otras comisiones con un rango temático y presupuestal reducido (igualdad de género, medio ambiente, derechos humanos, desarrollo social y salud) suelen ser presididas por mujeres.

Además de que, en los órganos de gobierno, sólo 25% de las Juntas de Coordinación Política son presididas por mujeres, mientras que 50% de las Mesas Directivas son presididas por mujeres.

“También existen diferencias en la paridad con la que cuentan los grupos parlamentarios de cada partido político.

Mientras que 53% de los congresistas estatales del partido Morena son mujeres, sólo 43% de los congresistas del PES lo son. Aunque no son un grupo coordinado, 52% de los congresistas independientes son mujeres. Entre los congresistas que obtuvieron su asiento a través de un partido con registro local (sin registro nacional), 45% son mujeres”, plasmó el documento.

Casos particulares

En lo particular, el estudio indicó que en el estado de Morelos, la paridad de género se expresa en que 70% de los asientos en su Congreso son ocupados por mujeres.

En los Legislativos de Chiapas, Coahuila y Tlaxcala, más de 60% de sus congresistas son mujeres. En contraparte, en Durango, Michoacán y Nayarit, las mujeres ocupan 40% o menos de los asientos.

Por otro lado, sobre la composición general de los Congresos y su composición partidista, el IMCO detalló que la política estatal sigue dominada por partidos con registro federal, ya que la mayor parte de los congresistas están afiliados a alguno de los ocho partidos con registro a dicho nivel (92.6%), mientras que el resto o no cuenta con afiliación partidista (3.8%) o pertenece a alguno de los 12 partidos estatales sin registro nacional (3.6 por ciento).

Asimismo, en 10 Congresos, legisladores de un solo partido político tienen más de la mitad de los asientos; siete estados son de Morena; dos son del PAN; uno del PRI y sólo en el Congreso de Nayarit, un partido sin registro federal, Nueva Alianza, tiene el mayor número de asientos (30 por ciento).

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Reducir brecha de género en STEM, el objetivo

De acuerdo con cifras de la OCDE, sólo el 3% de las mujeres que llegan a cursar la Universidad se inclinan hacia una carrera STEM (relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y aunque son las profesiones del futuro, la brecha de género aún es grande en este rubro.

Ante estos números, Mercado Libre lanzó la iniciativa Conectadas en la región América Latina, con el objetivo de disminuir la brecha de género en la industria apoyando la formación académica de jóvenes en el mundo de la tecnología “hay una deuda histórica de que las mujeres no servimos para carreras enfocadas en ciencia y tecnología, solo el 10% de los programadores en Latinoamérica son mujeres, nosotros queremos demostrar que una mujer puede lograr lo que quiere en el ámbito que desee”, comentó en entrevista Sandra Velasco, gerente de sustentabilidad de Mercado Libre.

El programa tendrá, de 10 encuentros con un total de 30 horas, tendrá tres ediciones en el año, a través del mismo número de convocatorias con el objetivo de alcanzar hasta 1,200 chicas de siete países en la región América Latina:  Brasil, Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Colombia y México.

Debido a la pandemia el proceso se llevará a cabo a distancia, por lo que el requisito indispensable es contar con un dispositivo conectado a internet para seguir los videos transmitidos y que reciban la asesoría que requieran. La primera convocatoria cerró el pasado 7 de mayo, pero quienes deseen pueden registrarse para la siguiente convocatoria que será del 24 de junio al 8 de julio y la tercera será del 2 al 16 de septiembre a través de la página https://conectadaslatam.la/es/home.

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Violencia contra la mujer: la otra pandemia en México

Leticia llegaba a casa, volvía de su trabajo. Le dijeron que no fuera al día siguiente debido a las medidas tomadas para frenar la pandemia de Covid-19. A partir de ese momento, trabajaría desde casa.

Le temblaban las manos húmedas; sintió un escalofrío que le recorría la espalda. Tendría que pasar todo el día con su agresor en un ambiente hostil.

Sería el nacimiento de una pesadilla viviente.

El hogar debería ser un lugar seguro, pero para muchas mujeres es lo contrario. Sus casas se han transformado en lugares de abuso, angustia y agresión persistente.

Este es el mundo real para una gran cantidad de mujeres en México.

La pandemia de coronavirus que irrumpió en México en marzo de 2020 ha expuesto a innumerables mujeres a un peligro considerable al atraparlas en sus propios hogares con sus abusadores.

En medio de la creciente preocupación de que el Covid-19 ha exacerbado una “crisis de igualdad de género”, ONU Mujeres convocó el Foro Generación Igualdad 2021 junto con los gobiernos de México y Francia, y la participación de representantes de colectivas de la sociedad civil.

El foro, que tuvo lugar en la Ciudad de México del 29 al 31 de marzo, fue un encuentro mundial a favor de la igualdad de género y reunió a 250 ponentes, activistas por los derechos de las mujeres y líderes juveniles de 85 países.

Phmzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres expresó: “Lo que queremos es ambicioso y justo. La justicia no es radical, es un punto de partida y debería volverse completamente normal «.

En el foro, el secretario general de la ONU, António Guterres, alertó: “Las sacudidas sísmicas de la pandemia de Covid-19 han destrozado la vida de millones de mujeres y niñas”.

El encierro acabó agravando y aumentando los casos de violencia de género que ya era un grave problema social antes de la pandemia del coronavirus.

La violencia contra las mujeres también es una pandemia, una que es anterior al virus y lo sobrevivirá.

La violencia doméstica puede sucederle a cualquier persona independientemente de su raza, edad, orientación sexual, creencias religiosas o género, y puede ser física, sexual, emocional, económica o psicológica.

Maïssa Hubert, subdirectora ejecutiva de EQUIS Justicia para las Mujeres dijo: “Los gobiernos sólo atienden la violencia cuando es física, pero no abordan el problema social. Necesitamos instituciones que apunten a las causas profundas de la violencia”.

Claudia tenía 14 años cuando su hermano, de 22 años, la violó. Su madre, Sofía, denunció el incidente a las autoridades.

El Ministerio Público inició una investigación, pero la Fiscalía no siguió el proceso, por lo que el hermano de Claudia siguió viviendo en la misma casa con ella, abriendo la posibilidad de una segunda agresión sexual.

Al poco tiempo, Sofía denunció otro incidente violento que involucró a su hijo, por lo que el fiscal presentó un caso adicional en su contra y tomó medidas.

El primer caso de Covid-19 en México se registró el 28 de febrero de 2020. En marzo, el gobierno anunció la suspensión de todas las actividades no esenciales y exhortó a la población a quedarse en casa.

Desde entonces, ha habido un aumento notable de asesinatos de mujeres, llamadas a líneas de emergencia e investigaciones penales por violencia familiar.

Los datos crecientes

De acuerdo con el análisis de la organización feminista Intersecta, con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), 337 mujeres fueron asesinadas durante abril de 2020 en el país; en promedio, 11.2 mujeres por día.

El sistema telefónico de emergencia 911, reportó un total de 103,117 llamadas relacionadas con la violencia contra las mujeres en abril de 2020.

Línea Mujeres reportó 875 llamadas en abril de 2019, mientras que en abril de 2020 la cifra se disparó a 1,723.

La Red Nacional de Refugios (RNR) también documentó un aumento en su provisión de casos, apoyo y orientación entre marzo y mayo de 2020.

A modo de ejemplo, en marzo de 2019 se atendió a 1,097 personas, mientras que en marzo de 2020 se elevó a 1,979; abril de 2019: 1.069, y en abril de 2020: 1,928.

Del mismo modo, en mayo de 2019 se asistió a 1,030 personas, mientras que en mayo de 2020 se disparó a 1,825.

El 100% de las mujeres que ingresaron a los espacios de protección de la RNR habían sido víctimas de violencia, y 5% de los niños mostró evidencia de abuso durante el encierro.

En cuanto a las denuncias penales, las fiscalías estatales de todo México abrieron la inédita cifra de 20,232 investigaciones en marzo de 2020.

No obstante, estas pueden no ser las cifras reales, ya que sólo el 40% de las mujeres víctimas de violencia informan sus experiencias a los mecanismos formales, según informe reciente del Foro Generación Igualdad 2021.

EQUIS Justicia para las Mujeres manifestó que es evidente que las medidas de confinamiento tomadas por el gobierno provocaron un aumento de la violencia intrafamiliar, ya que no habían sido apoyadas por políticas de prevención, atención y cuidado.

Apenas el 30 de marzo, en su mensaje a la nación por los primeros 100 días del tercer año de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador, antes renuente, reconoció que la violencia contra mujeres y niñas ha aumentado durante su gestión y que los feminicidios crecieron 8.5 por ciento.

Regreso al infierno

Las políticas públicas y las respuestas institucionales a la violencia han sido insuficientes tanto antes como durante la pandemia de Covid-19.

Patricia, con la esperanza de recibir información y ayuda, conversó con una trabajadora social sobre los constantes enfrentamientos que venía viviendo con su pareja.

La trabajadora social le dijo que «era hermosa y joven» y que la mejor opción era tratar de resolver sus problemas y la envió a casa. Patricia, había estado compartiendo sus preocupaciones en vano.

Sintiéndose decepcionada y sin ningún apoyo, regresó al infierno.

Las autoridades mexicanas no han cumplido con su deber de proteger adecuadamente el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia.

El 26 de marzo, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, anunció que dos jueces fueron destituidos de sus cargos porque no reconocieron que Abril Pérez Sagaón, asesinada en 2019, estaba en peligro.

Ocho meses antes de su feminicidio, Abril fue víctima de un intento de asesinato. Los jueces no identificaron la situación como peligrosa y liberaron al presunto agresor.

Posteriormente, Abril fue asesinada frente a sus hijos.

Existe una herramienta legal llamada Orden de Protección, que permite a las autoridades proteger a las mujeres víctimas de violencia antes de que se intensifique.

Maïssa Hubert de EQUIS dijo: “Si una mujer considera que está en riesgo, puede acudir a cualquier tribunal y pedir una orden de protección. Sólo tiene que escribir una declaración simple que describa los hechos «.

Dada su sencillez y fácil acceso, las órdenes de protección deberían acelerar la reacción de las autoridades cuando las mujeres enfrentan situaciones de violencia. Pero parece que la realidad transita por otra vía.

Otra opción que tienen las mujeres en caso de que necesiten orientación es el CEJUM – Centro de Justicia para las Mujeres.

Estos centros están diseñados para garantizar el acceso de las mujeres a la justicia y a la asistencia jurídica y psicológica; servicios médicos, empoderamiento económico y albergue temporal.

Las mujeres pueden seguir llamando al 911 y a Linea Mujeres (56.58.11.11 opción 3) en caso de que necesiten ayuda o si se sienten amenazadas; ambos servicios funcionan las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Momento de actuar

Un consenso generalizado señala que debe haber un compromiso claro junto con acciones de todos los actores de la sociedad, con el objetivo de lograr la igualdad de género y acabar con esta ola de violencia contra las mujeres.

Además, es de suma importancia la plena participación de hombres y niños en esta tarea, así como inculcar una cultura de igualdad de género.

Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres, dijo: “Nadie puede esperar más. Podemos y debemos lograr la igualdad de género en nuestra generación”.

Elvira Pablo, activista por los derechos indígenas de México, indicó: “Estamos cansadas de escuchar palabras y compromisos sin acciones inmediatas, ahora es el momento de actuar”.

Con información vía El Economista

PERSPECTIVAS_Se debe feminizar la política, dicen en el Foro Generación Igualdad

“A golpe de sentencia” es como generalmente se logran aplicar los cambios legales en materia de paridad y sancionar la violencia política de género. No basta lo que estipulen las normas, pues está la intención de “evadirlas” para vulnerar los derechos políticos de las mujeres, consideraron las participantes en la mesa de diálogo La participación política de las mujeres y la paridad: avances y desafíos desde la justicia electoral.

En el encuentro global Foro Generación Igualdad y previo a las elecciones intermedias, Nancy Castañeda, de la Red de Mujeres Jóvenes por la Democracia Paritaria, consideró que se debe “feminizar la política” y sostuvo que “la paridad en todo” fue muy festejada por los legisladores, “pero en Jalisco nos tocó defenderla a golpe de sentencia”, sobre todo para la representación igualitaria en los municipios más grandes de la entidad.

Los partidos “con mayor fuerza” no postularon mujeres en los principales municipios: Guadalajara y Zapopan, de donde hay más posibilidades que puedan surgir futuros aspirantes a la gubernatura. “Por más de 20 años hemos sido gobernadas por hombres, y si no tocamos los dos municipios más importantes, ¿cuándo vamos a hablar de una gobernadora?”

En esta materia también el “patriarcado no nos deja avanzar; se interpusieron “35 impugnaciones de 35 mujeres que estaban decididas que la paridad se tenía que defender”.

Gema Tabares, de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas, indicó que “es difícil hablar de justicia electoral si las mujeres afro no estamos en el espacio de poder y de toma de decisiones. Apenas a escala nacional 30 mujeres afro han participado en cargos de representación política y/o cargos en la administración pública”.

Amalia García, ex gobernadora de Zacatecas, sostuvo que “el derecho es un instrumento poderosísimo para transformar las ­condiciones de las mujeres” y, en materia de representación política el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha jugado un papel esencial, porque ha sido a golpe de sentencias como se han logrado ganar las “batallas por las cuotas y la paridad. En ámbito de la violencia política de género han sido sentencias, tesis y jurisprudencias las que han logrado estas transformaciones consistentes”.

Paz López Barajas, experta internacional en derechos de las mujeres, lamentó que “la realidad no está a la altura del esfuerzo realizado hasta ahora por las mujeres para que podamos ejercer nuestros derechos políticos”. Mónica Soto, magistrada de la sala superior del TEPJF, aseguró que del foro “vamos a salir con compromisos para refrendar la igualdad y saldremos con una gran alianza sororaria por la igualdad para su revisión en 2030”.

Con información vía La Jornada