Pobreza laboral cayó al cierre del 2022 pese a altas tasas de inflación

Pese a los elevados niveles de inflación observados en los últimos meses, la pobreza laboral logró una nueva reducción al ubicarse en 38.5% de la población en el cuarto trimestre de 2022, esto impulsado por un mejor comportamiento de los ingresos y del empleo.

La pobreza laboral pasó de 40.1 a 38.5% de la población general entre el tercer y cuarto trimestre del año pasado, reducción impulsada mayormente por el crecimiento de 2.0% en el ingreso laboral per cápita, el cual avanzó de 2,807 a 2,862 pesos mensuales, un aumento de 55 pesos.

Este avance estuvo impulsado por un mejor comportamiento de los ingresos y del empleo, informó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Las cifras del cierre del año implican que en la actualidad en el país hay 49.6 millones de personas que en sus hogares los ingresos provenientes del trabajo son inferiores al valor monetario de la canasta alimentaria, población menor en dos millones de personas a lo reportado a finales de 2021.

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Sector laboral analizará el aumento del salario en México la próxima semana

La próxima semana comenzará el análisis entre el sector público, patronal y laboral para definir el aumento al salario mínimo para 2023, informó este martes la titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Luisa María Alcalde.

“Es una discusión que se habrá de dar de manera tripartita escuchando a las partes (trabajadores, sector público y empleadores) y viendo qué posibilidades hay de un consenso”, comentó Alcalde a los medios a la salida de una reunión.

En México, cada año se instala la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos que se integra por empleadores, representantes de los trabajadores y autoridades del gobierno, y en la cual se discute el aumento al salario mínimo que aplicará en todo el país y la frontera norte.

El compromiso es que el salario mínimo en México alcance a cubrir la línea de bienestar familiar para 2024, que mide el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y que supone abastecer los alimentos, transportes, educación, entre otros servicios básicos de una familia compuesta por dos mayores y dos menores.

Sin embargo, el salario mínimo apenas alcanza para superar la línea de bienestar individual, equivalente a un 55% de una canasta básica familiar.

La discusión de este salario mínimo se da en medio de la inflación más alta de las últimas dos décadas, que han provocado un alza de precios que afecta el bolsillo de todos los mexicanos, especialmente los de los estratos sociales más bajos.

En 2022, el salario mínimo se incrementó un 22%, hasta los 172.87 pesos mexicanos desde los 141.7 pesos de 2021, mientras que, en la zona de la frontera norte de México el aumento fue de 47 pesos hasta alcanzar los 260.34 pesos.

Ante ello, la titular de la política laboral de México espera que el próximo aumento salarial general en el país latinoamericano se alcance “por consenso”.

Alcalde también sostuvo que se ha demostrado que el aumento sustancial al salario mínimo no tiene que tener necesariamente impactos directos a la inflación, así como duplicar la percepción salarial en la frontera con Estados Unidos.

“No solo estamos en los máximos históricos de empleo formal, sino también en los términos salariales”, aseveró al celebrar el registro de 21.6 millones de trabajadores formales en la economía mexicana, tras la caída que vivió el sector laboral mexicano tras la pandemia del coronavirus.

La funcionaria recordó que los efectos inflacionarios provienen de factores externos que pegan en los productos de la canasta básica, por lo que el gobierno mexicano impulsa con el sector empresarial, los productores y distribuidores de alimentos una estrategia para enfrentar el problema inflacionario.

En tanto, pidió “continuar con esta política de recuperación”, pues dijo que es necesario recuperar los empleos perdidos no solo por la pandemia, sino por el déficit de no generar nuevos empleos en los últimos dos años.

Sobre la propuesta de duplicar las vacaciones, Alcalde dijo que será importante atender todas las inquietudes en torno a esta reforma para que pueda salir una reforma también en consenso.

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Día Internacional de la Niña: agenda pendiente para garantizar los derechos de las infancias

El camino para garantizar los derechos de las infancias en México todavía es largo, especialmente en materia de acceso a la educación, salud, esparcimiento, y la persistencia de trabajo infantil y otras prácticas como el matrimonio forzoso y la violencia sexual.

En el marco internacional del Día Internacional de la Niña, es fundamental insistir en la necesidad de proteger los derechos de las infancias en México y el resto del mundo. Especialmente en materia de acceso a la educación, salud, esparcimiento, y la persistencia de trabajo infantil y otras prácticas como el matrimonio forzoso y la violencia doméstica y sexual.

Acceso a la educación y salud

Uno de los derechos básicos cuyo acceso presenta grandes brechas de desigualdas es el de la educación. Las niñas, particularmente, enfrentan barreras para acceder efectivamente a este derecho básico.

En México todavía las niñas y adolescentes dejan sus estudios o registran un menor aprovechamiento académico por razones de género, como los mitos alrededor de la menstruación, los embarazos no deseados, la violencia doméstica o por sobrecarga de tareas del hogar o de cuidados a terceros.

De acuerdo con cifras de Coneval, el 12% de las adolescentes abandonaron sus estudios porque se casaron o unieron y otro 11% porque se embarazó o tuvo un hijo.

La falta de recursos económicos es otro de los principales factores que impactan con mayor fuerza a las niñas, especialmente a quienes viven en comunidades rurales o se encuentran en barrios vulnerados por la inseguridad.

Al último corte, en México el 6.1% de las niñas de 8 a 11 años que residen en zonas rurales no saben leer ni escribir. Para las comunidades urbanas la cifra se reduce a 2.7 por ciento.

Por otro lado, el acceso al derecho fundamental a la salud tampoco es una realidad para todos los niños y niñas de este país: 3 de cada 10 personas menores de 17 años están fuera de la cobertura de servicios médicos y hospitalarios.

Trabajo infantil

Una de las violaciones más persistentes a los derechos de los menores de edad es el trabajo forzoso, que también tiene un sesgo de género, mientras que miles de niñas se encuentran trabajando en sectores económicos, también enfrentan una sobrecarga de trabajo doméstico (remunerado y no remunerado).

En México, hay 1.3 millones de niñas de entre 5 y 17 años en situación de trabajo infantil, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) del Inegi.

La mitad de las niñas y adolescentes que se encuentran trabajando tienen como principales razones: la necesidad de un ingreso adicional en su hogar, o la necesidad de dinero para pagar su escuela y otros gastos propios.

Poco más del 50% de las niñas que están en situación de trabajo infantil, además enfrentó jornadas laborales de hasta 14 horas con una percepción de ingresos de un salario mínimo como máximo.

Las cifras muestran cómo son las niñas más vulnerables en términos socioeconómicos y geográficos las que están en primera línea de exposición al trabajo infantil, por lo que cerrar estas brechas es fundamental para erradicar con esta práctica.

Matrimonio forzado y violencia

Aunque se podría pensar que el hogar es el sitio más seguro para los menores de edad, en muchas ocasiones esto no sucede así. Millones de niños y niñas en el país enfrentan violencia emocional, física y hasta sexual dentro de sus casas, o en lugares relacionados con la familia y su círculo cercano.

Alrededor de 5 millones de menores de edad sufren abuso sexual cada año, y más de la mitad de estas agresiones se producen al interior de los hogares. Cerca del 60%, además, son violencias perpetradas por algún integrante de la familia.

Para las niñas, la vulnerabilidad es mayor. En algunas comunidades del país todavía se encuentran casos de matrimonio forzado o «intercambios» de niñas y adolescentes para el trabajo doméstico remunerado.

En México 4 de cada 100 adolescentes de entre 12 y 17 años está casada o unida. Adicionalmente, el 20% de las mujeres de 20 a 24 años reportó que tuvo su primera unión de pareja siendo todavía menor de edad, de acuerdo con cifras de Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) del Inegi.

Algunos reportajes llevados a cabo en comunidades de Chiapas y Oaxaca muestran cómo en estos sitios los padres y madres «venden» a las hijas menores de edad para que contraigan matrimonio con hombres adultos o para que otras familias las lleven a las ciudades y sean sus empleadas domésticas.

Estas, y otras violencias más, dejan a las niñas fuera de la posibilidad de vivir sus infancias y adolescencias en pleno ejercicio de sus derechos y determinan gran parte de lo que será su vida adulta.

Es necesario y urgente desarrollar políticas públicas con perspectiva interseccional que garanticen a todos los menores de edad una vida libre de violencia, disciminación y marginación.

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Pobreza laboral no cede en los estados mexicanos

Durante el primer trimestre del año, 26 entidades reportaron un incremento de la población en pobreza laboral frente al mismo periodo del 2020, previo a la pandemia por Covid-19, exponen registros del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

La pobreza laboral hace referencia al porcentaje de la población cuyo ingreso laboral es inferior al costo de la canasta alimentaria.  

La Ciudad de México presentó el incremento más significativo, de 6.8 puntos porcentuales, escaló de 29.1% de su población en pobreza laboral, en el primer trimestre del 2020, a 35.9% en igual lapso del 2022.

El listado de alzas lo secunda Puebla con un incremento de 6.3 puntos porcentuales, (de 42.9 a 49.2%); Aguascalientes de 5.6 puntos (de 30.6 a 36.2%); Guanajuato de 5.4 puntos (de 33.3 de 38.7%); Hidalgo de 5.2 puntos (de 46.7 a 51.9%).

Guerrero tuvo un incremento de 4.6 puntos (de 56.3 a 61%); Morelos de 4.3 puntos (de 46.5 a 50.8%); Michoacán de 3.5 puntos (de 32.0 a 35.5%); Quintana Roo de 2.9 puntos (de 27.8 a 30.7%); Nuevo León de 2.6 puntos (de 20.2 a 22.8%); Tabasco de 2.6 puntos (de 41.4 a 44.1%); Durango de 2.5 puntos (de 34.6 a 37.1%); Veracruz de 2.3 puntos (de 49.6 a 51.9%); Querétaro de 2.3 puntos (de 34.8 a 37.0 por ciento).

Estos 14 estados reportaron un alza superior a la nacional que fue de 2.2 puntos porcentuales; en el país la pobreza laboral pasó de 36.6 a 38.8% de la población.

También con crecimiento, aunque por debajo del aumento nacional, siguen Sinaloa con 2 puntos en el porcentaje de población en pobreza laboral (pasó de 25.8 a 27.8%); Coahuila 1.9 puntos (de 25.4 a 27.3%); Sonora de 1.7 puntos (de 27.1 a 28.8%); Zacatecas 1.7 puntos (de 47.9 a 49.5%); Oaxaca de 1.7 puntos (de 58.7 a 60.4%); Tlaxcala de 1.6 puntos (de 46.6 a 48.2%); Chihuahua de 1.5 puntos (de 24.5 a 26%); Estado de México de 1 punto (de 34.8 a 35.8 por ciento).

Continúan, con incrementos menores a un punto porcentual, Jalisco con 0.9 puntos (de 23.9 a 24.8%); Baja California Sur 0.7 puntos (de 16.5 a 17.2%); Yucatán 0.4 puntos (de 34.7 a 35.1%); y Tamaulipas 0.4 puntos (de 33.1 a 33.4%).

Las excepciones

En contraste, con la mayoría de las entidades que incrementaron la pobreza laboral, en seis estados ésta disminuyó; la baja más significativa es la de Nayarit, con -4.9 puntos porcentuales, debido a que avanzó de 31.8 a 26.9% de su población en estas condiciones.

La segunda entidad con disminución es Campeche con -3.8 puntos (de 41.7 a 37.9%); San Luis Potosí con -3.0 puntos (de 43.9 a 40.9%); Baja California con -2.9 puntos (de 20.8 a 17.8%); Chiapas con -2.6 puntos (de 67.9 a 65.3%); y Colima con -1.5 puntos (de 26.3 a 24.7 por ciento).

No obstante, entre el primer trimestre del 2021 e igual lapso del 2022, en 26 estados disminuyó la población en pobreza laboral, con cambios que van desde -0.3 puntos (en Querétaro) hasta +11 puntos (en Baja California Sur); y, por el contrario, seis estados aumentaron la pobreza laboral en el último año: Zacatecas con 3.6 puntos porcentuales, Oaxaca con 1.5 puntos, Aguascalientes 1.3 puntos, Guerrero 0.6 puntos, Morelos 0.2 puntos y Puebla 0.1 puntos.

Focos de alerta en el sur

Hasta el primer trimestre del 2022, entidades del sur se caracterizaron por estar entre los mayores porcentajes de su población en pobreza; 11 estados están por encima del promedio nacional que es de 38.8% de la población.

Los mayores porcentajes de pobreza laboral se concentran en Chiapas donde 65.3% de su población vive en estas condiciones; Guerrero con 61% de su población, Oaxaca con 60.4%, Hidalgo con 51.9%, Veracruz con 51.9%, Morelos con 50.8% y Zacatecas con 49.5 por ciento.

Hay 21 entidades que registran un nivel de pobreza laboral por debajo del promedio nacional (de 38.8%), destacando Jalisco 24.8%, Colima 24.7%, Nuevo León 22.8%, Baja California 17.8% y Baja California Sur 17.2 por ciento.

A los indicadores de pobreza laboral, se suma el comportamiento de la inflación anual, que en el primer cuarto del 2022 fue de 7.3% en México, 0.3 puntos porcentuales arriba de la presentada en el cuarto trimestre del 2021 (de 7.0%) y en 3.3 puntos respecto al primer trimestre de 2021 (4.0 por ciento).

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Coneval: equivalen remesas a 70% de los ingresos salariales

El valor de las remesas a México creció prácticamente seis veces más que las remuneraciones obtenidas por todos los trabajadores formales e informales en el país durante los pasados dos años. Esta brecha es resultado del colapso en el mercado laboral con el inicio de la pandemia, al que siguió un crecimiento sin precedente en los recursos que llegaron al país vía transacciones familiares.

La masa salarial –que engloba todas las remuneraciones recibidas por los ocupados formales e informales en el país– no se había recuperado del impacto que tuvo el primer confinamiento en el mercado laboral, lo hizo hasta el primer trimestre de 2022 y se ubicó 3 por ciento por encima del nivel prepandemia, muestra el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

No obstante, en el mismo periodo, el valor en pesos de las remesas que llegaron a México –las cuales son producto del trabajo de la migración laboral, principalmente hacia Estados Unidos– aumentó 20.3 por ciento en términos reales, revelan datos del Banco de México. Tan sólo el año pasado, el país se volvió el segundo receptor de este tipo de recursos, sólo detrás de India.

La masa salarial y las remesas muestran dos caras de los ingresos laborales de trabajadores mexicanos; unos ocupados en el país y el resto empujados a buscar ingresos fuera de él, pero cuya contribución equivale a prácticamente 70 por ciento de las remuneraciones de los primeros.

Durante el primer trimestre de 2022, la masa salarial sumó 328 mil 606.95 millones de pesos. Es la primera vez que se ubica por encima de los 318 mil 907.32 reportados entre enero y marzo de 2020, antes de que se declarara la pandemia de covid-19 y los primeros casos registrados en México llevaran a un confinamiento que dejó fuera del mercado laboral a alrededor de 12.5 millones de personas y a otras, que permanecieron en él, con recortes salariales.

Los estimados del Coneval, con base en las encuestas de empleo que levanta el Inegi, exhiben que en el primer trimestre de 2022 la renta laboral per cápita fue de 2 mil 850.25 pesos, lo cual reflejó un aumento en todos los quintiles, pero centralmente en 20 por ciento de la población de menores ingresos.

En el mismo periodo, el ingreso laboral por población ocupada alcanzó 6 mil 611.78 al mes. Los resultados se dan a la par de un incremento de 22 por ciento en el salario mínimo para este año, como parte de la política de recuperación de poder adquisitivo para la remuneración base.

Mientras la masa salarial se mantuvo prácticamente estancada en dos años, las remesas familiares pasaron de 191 mil 279.78 millones de pesos en los tres primeros meses de 2020 a 230 mil 169.63 millones en el primer trimestre de 2022, también ajustados a valores constantes, de acuerdo con datos del Banco de México.

Con ello, los recursos enviados por trabajadores en el extranjero pasaron de representar 60 por ciento de las remuneraciones de todos los ocupados en México durante el primer trimestre de 2020 a 70 por ciento en el mismo periodo de 2022.

Un estudio del Banco Mundial subraya que el crecimiento de las remesas hacia México no sólo es resultado de las remuneraciones de sus migrantes que laboran en otros países, también contribuye la población en tránsito hacia Estados Unidos y que proviene de otras economías de América del Sur y Centroamérica.

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Pobreza laboral disminuyó 1.7% en 2021, reporta el Coneval

En el país, 51 millones 591 mil 880 personas se encontraron en situación de pobreza laboral al cuarto trimestre de 2021, lo que implicó una reducción de 2 millones 168 mil 789 personas respecto al mismo periodo de 2020, revelaron cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Con esto, la proporción de personas que no puede adquirir la canasta básica con el ingreso laboral del hogar pasó, en el periodo de referencia, de 42.0 a 40.3 por ciento, una reducción de 1.7 puntos porcentuales. La disminución de la pobreza laboral en 2021 estuvo explicada por el incremento en el ingreso laboral real por persona, pues en el periodo descrito aumentó 5.9% cuando se descuenta por la inflación general, y 3.7% cuando se hace por el costo de la canasta alimentaria.

Esto significa que, pese a la alta inflación del año pasado, al cuarto trimestre de 2021, el ingreso nominal de los hogares pudo aumentar en mayor medida (13.3% anual) que el alza general de precios (7.0%) y en particular, que el precio de los alimentos (9.2% en zonas urbanas).

Pese a la mejora, la recuperación fue parcial, pues el nivel actual es 5.4 millones de personas superior al que había antes del inicio de la pandemia y en porcentaje de la población, el nivel es 3.7 puntos porcentuales mayor.

También, entre el segundo y el cuarto trimestre de 2021, la pobreza laboral estuvo sin avance, atribuido al freno de la economía.

Pobreza laboral por entidad federativa

El reporte del Coneval dio cuenta que 24 de las 32 entidades federativas vieron reducir la pobreza laboral durante el cierre de 2021, por lo que en ocho aumentó.

Las entidades en las que empeoró este indicador que mide a la población cuyo ingreso laboral es insuficiente para adquirir la canasta alimentaria son: Colima, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Querétaro y Veracruz.

Respecto a antes del inicio de la pandemia, es decir comparado contra el primer trimestre de 2020, 24 entidades aumentaron su nivel de pobreza laboral, por lo que ocho han logrado reducirla.

Entre los que ya pueden presumir que tienen un nivel de pobreza laboral inferior respecto a antes del inicio de la pandemia están: Baja California Sur, Campeche, Colima, Nayarit, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas.

Cabe destacar que el Coneval recuerda que la pobreza laboral permite dar seguimiento trimestral a la evolución del ingreso laboral y su relación con el valor monetario de la canasta alimentaria.

Destaca que esta no constituye una medición oficial de la pobreza, ya que no incluye todas las dimensiones descritas en la Ley General de Desarrollo Social.

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PERSPECTIVAS_ La cara femenina de la pobreza

¿Has escuchado que el 70% de las personas que viven en pobreza extrema en el mundo son mujeres? A pesar de que investigadoras del Banco Mundial han desmentido esa cifra, esta se usa para reforzar la idea de que las mujeres están más expuestas a sufrir pobreza en comparación con los hombres.

En el caso de México, la tasa de pobreza extrema en 2020 fue de 8.6% para los hombres y 8.5% para las mujeres, una cifra muy similar entre sexos. ¿Esto significa que no es importante analizar la pobreza desde una perspectiva de género? En mi opinión, no solo es importante sino necesario para generar mayor evidencia.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la institución encargada de medir la pobreza en México, hizo un esfuerzo por incluir la perspectiva de género en la medición multidimensional de la pobreza de 2020 para conocer los niveles de pobreza y carencias sociales por sexo en relación con el tiempo dedicado a los quehaceres domésticos y al cuidado de los integrantes del hogar. En el caso de las mujeres que dedicaron más de cuatro horas al día al quehacer del hogar, 47.4% vivieron en situación de pobreza, mientras que para los hombres que dedicaron el mismo tiempo la tasa fue de 36.9%.

El punto clave es que aunque no haya una gran diferencia en la proporción de mujeres y hombres en situación de pobreza extrema, esta sí los afecta de forma diferente en función de los roles y estereotipos de género. Por ejemplo, 24.6% de las mujeres que dedicaron más de cuatro horas al cuidado de los integrantes del hogar tuvieron al menos tres de las seis carencias sociales (como rezago educativo o falta de acceso a la seguridad social) evaluadas por el Coneval en comparación con 18.5% de los hombres.

En el estudio de la pobreza con perspectiva de género es importante tener en cuenta que las jefas del hogar y sus familias son más vulnerables a cambios en las políticas públicas diseñadas para combatir la pobreza. Según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares2020, en los hogares con jefatura femenina las transferencias representaron 23% de su ingreso corriente trimestral a diferencia de los hogares con jefatura masculina, donde estas integraron 15% del ingreso.

Aunque se reconoce que las mujeres enfrentan distintas desigualdades, para analizar la pobreza con perspectiva de género no basta con desagregar la información por sexo. En este sentido, es muy importante poder comparar el nivel de pobreza y carencias sociales con el estado civil, el número de hijos, el nivel de ingreso y otras variables que tomen en cuenta las diferencias económicas y sociales a las que se enfrentan las mujeres.

Poner fin a la pobreza en todas sus formas en el mundo es el primero de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Para lograrlo, debemos considerar que este fenómeno no afecta a todos los individuos por igual y que las desigualdades de género a las que se enfrentan las mujeres las pone en una situación de vulnerabilidad. Ante esto, todo aquel que quiera combatir la pobreza no debe olvidar que también tiene un rostro femenino.

CON INFFORMACIÓN VÍA LA LISTA/THE GURDIAN

La pobreza laboral volverá al nivel prepandemia a finales de año: Coneval

De continuar la tendencia actual, para el último trimestre de este año el país podría volver al nivel de pobreza laboral que se registró antes de la pandemia de covid-19, considera José Nabor Cruz, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). No es que ese rango sea bueno, pero es mejor al que tenemos ahora.

En el primer trimestre de 2020, el 35.6% de la población se encontraba en pobreza laboral. Es decir, que los ingresos que recibían por su trabajo o actividad no les alcanzaba para comprar el equivalente a una canasta básica. Ese porcentaje se traduce en más de 44.8 millones de personas.

Según la última medición del Coneval, para el segundo trimestre de este 2021, de abril a junio, la tasa de pobreza laboral se ubicó en 38.5%, un poco más de tres puntos porcentuales por encima de lo reportado a inicios del año pasado. Es decir, que había más de 49 millones de personas en esas condiciones, más de 4 millones de personas más que antes de la crisis económica.

Sin embargo, al comparar el horizonte actual con el de principios de 2021 o, peor, con el segundo trimestre del año pasado, la tendencia es de recuperación, subraya en entrevista el titular del Coneval. “Afortunadamente, cuatro trimestres después del punto más álgido de los niveles de pobreza laboral”, ha disminuido la población en esos problemas.

Con base en la información de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE), en el segundo trimestre de 2020 —de abril a junio—la pobreza laboral “rondó el 50% de la población”. Y el punto más álgido ocurrió en mayo, precisa, momento en el que se estima que había más de 60 millones de personas en esa situación.

La política gubernamental de aumento al salario mínimo, el incremento en la masa salarial —o sea, la suma de lo que ganan todas las personas trabajadoras—e incluso reformas como la de subcontratación permitirán reducir el número de personas en pobreza laboral, estima.

Si la covid lo permite

Otra señal que el funcionario encuentra para calcular que para el periodo octubre-diciembre de 2021 la pobreza laboral estará más cercana al 35% es el número de empleos que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó para julio.

En el reporte que Coneval dio a conocer la semana pasada no incluyen estos datos, pero de junio a julio de este año más de 1.3 millones de personas se sumaron a una ocupación o regresaron a las actividades que les permiten generar ingresos.

No obstante, el también investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es cauteloso. “También dependerá de las condiciones sanitarias de la tercera ola de esta pandemia”. Si logramos mantener la reapertura de las actividades económicas, como se ha hecho la mayoría de las entidades federativas, podríamos realmente asegurar la mejora, pondera.

Pero, “aun con el golpe tan fuerte en el mercado laboral entre abril, mayo y junio del año pasado, ya vemos signos de recuperación a más de un año”, insiste. Se ha alcanzado “en un periodo relativamente corto a lo esperado. Pensábamos que la recuperación podría tardar un par de años, al menos”.

Una muestra clara, dice, es lo que ocurrió en Quintana Roo y Baja California, “que habían tenido incrementos fuertes en la pobreza laboral y ya están retornando a niveles cercanos a los que tenían antes de la pandemia”.

Con 3.7 y 3.5 puntos porcentuales, respectivamente, fueron la segunda y tercera entidad que más redujeron sus tasas en comparación con la que tenían a principios de este año. Hidalgo fue la primera, con una disminución de 6.8 puntos.

Pero lo que el economista resalta es que esos dos estados tienen como una de sus principales actividades económicas el turismo, una de las industrias más afectadas por las medidas de confinamiento. Por lo tanto, el avance que tuvieron “significa que la actividad turística se está recuperando. Ha sido de los sectores más retrasados en su recuperación”.

Factor salario mínimo y reforma de outsourcing

En esa pandemia, algunos negocios optaron por reducir el salario a su personal, muchos lo hicieron para sobrevivir y no hacer despidos. Este fenómeno “se puede observar indirectamente” en el reporte del Coneval, comenta el funcionario.

El número de personas trabajadoras que le declararon al Inegi ganar menos de 1 salario mínimo “se apuntaló desde el tercer y cuarto trimestre de 2020 y esto continuó al segundo trimestre de 2021. También hay un incremento de quienes ganan un salario mínimo, representan casi 40% de la población económicamente activa.

En el primer trimestre de 2020 más de 12.3 millones de personas percibían menos de un salario mínimo; para el segundo trimestre de 2021 suman más de 14.2 millones de personas.

Es necesario, considera el titular de Coneval, mejorar las políticas públicas para reducir la población cuyo ingreso laboral es insuficiente para adquirir lo más básico. Hay algunas que ya están dando resultados, como el aumento del salario mínimo para 2019, 2020 y 2021.

En la mayoría de los estados de la frontera norte estos incrementos de salario mínimo, que han llegado a 213 pesos diarios, son un factor para que sus niveles de pobreza sean menores al 30% de la población, sostiene José Nabor Cruz.

“En un contexto de la inflación generalizada, que ronda el 6%, es una nota a destacar que el poder adquisitivo de los trabajadores se ha podido sostener por el incremento de los ingresos laborales reales (2.9%), así como de la masa salarial” de 3.1 por ciento.

Y si la inflación es de 6%, el aumento al salario mínimo para 2022 deberá ser superior, pues este año el Congreso aprobó una reforma a la Ley Federal del Trabajo para asegurar que cada incremento esté por encima del promedio anual del alza de precios al consumidor.

El funcionario dice también que en la siguiente ENOE, el Inegi “reportará un mayor incremento de empleos formales derivado de la reforma en materia de subcontratación. Lo que estamos esperando es que incida positivamente en reducir los niveles de pobreza laboral, aunque eso lo veremos más en pobreza multidimensional”.

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Programas sociales moderaron el aumento de la pobreza: Coneval

Aunque la pobreza moderada y la extrema aumentaron en México –en gran medida por el efecto de la pandemia de Covid-19–, los programas sociales ayudaron a atenuar el fenómeno y a evitar que el nivel de rezago aumentara más, explicó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Al dar a conocer los resultados de la medición mutidimensional de la pobreza para el periodo 2018-2020, el secretario ejecutivo del organismo, José Nabor Cruz Marcelo, reportó que el porcentaje de población en general que se encuentra en situación de pobreza aumentó de 41.9 por ciento (51.9 millones de personas) a 43.9 por ciento (55.7 millones). Por otro lado, la cifra de mexicanos que se encuentran en un escenario de precariedad extrema se elevó de 7 por ciento (8.7 millones de personas) a 8.5 (10.8 millones).

En conferencia de prensa virtual, el especialista indicó que lo anterior pudo ser más grave sin las transferencias económicas que significaron los programas sociales.

El número de ciudadanos en pobreza moderada (con ingresos insuficientes para adquirir la canasta básica alimentaria y carecen de alguno de los seis indicadores de derechos sociales básicos) hubiera llegado a 45.9 por ciento de la población; es decir, a 58.2 millones de habitantes, sin los esquemas de ayuda.

En tanto, la precariedad extrema (recursos insuficientes para comprar la canasta básica alimentaria, sumado a tener tres o más carencias sociales), hubiera afectado a 2 millones de personas más para llegar a 12.8 millones de mexicanos. Pese a lo anterior, los consejeros del Coneval advirtieron que los subsidios sociales no alcanzaron a cubrir las pérdidas por ingresos salariales que generó la pandemia, y aludieron que debe revisarse el funcionamiento de dichos esquemas de ayuda con el propósito de que se enfoquen verdaderamente en quienes más los requieren.

Por lo que se refiere a porcentajes de la sociedad privados de determinados servicios sociales, el mayor nivel de rezago es en atención a la salud que pasó de afectar a 16.2 por ciento en 2018 a 28.2 por ciento en 2020, lo que representó un alza de 12 puntos porcentuales.

La insuficiencia en el acceso o rezago educativo también subió (0.25 por ciento de 2018 a 2020) y por acceso a alimentación nutritiva y de calidad (0.31 por ciento más en el mismo lapso).

En contraposición, algunas carencias sociales disminuyeron en el periodo referido, como el de calidad y espacios de la vivienda y servicios básicos en la vivienda (1.7 por ciento menos en ambos casos), así como el acceso a la seguridad social (1.4 por ciento menos). La baja en este último rubro se relaciona, en buena medida, con los programas sociales de ayuda a las personas adultas mayores. No obstante, dicho aspecto sigue siendo el que tiene la incidencia más alta en 2020, con 52 por ciento de la población que adolece de seguridad social.

Quintana Roo, el más afectado

Al desglosar los resultados por entidad federativa, el organismo documentó que Quintana Roo fue uno de los estados en donde más aumentó la pobreza en sus diversos aspectos, al pasar de 30.2 por ciento de su población en 2018 a 47.5 por ciento en 2020. También es la entidad donde más aumentaron la pobreza extrema (6.8 por ciento) y las carencias por acceso a seguridad social y alimentación nutritiva, así como la cantidad de población con ingresos económicos insuficientes.

Otras entidades en donde las carencias aumentaron de forma sensible fueron Baja California Sur (de 18.6 a 27.6 por ciento) y Tlaxcala (de 51 a 59.3 por ciento).

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA

PERSPECTIVAS_ No puede esperar la lucha contra la pobreza laboral y alimentaria

La pandemia ha puesto a la humanidad en medio de una de sus peores crisis contemporáneas, pues lo que comenzó como una cuestión de salud hoy en día ha cobrado un impacto importante en materia de economía, empleo y pobreza.

Desafortunadamente, además de las consecuencias en términos sanitarios y de pérdida de vidas humanas, los mercados emergentes y las economías en desarrollo se han vuelto más vulnerables a los efectos económicos que ha generado la pandemia.

Cabe recordar que, apenas transcurridos unos meses de la emergencia, el Banco Mundial refirió que ésta repercutiría en la oferta y en la demanda de productos básicos como resultado del estancamiento del crecimiento económico. La situación que se ha presentado en cada país ha dado fe de ello y, como era de esperarse, las naciones menos desarrolladas han sido las más golpeadas en ese sentido, pues los efectos se han dado en la medida en que cada país ha podido responder a la crisis.

El comercio minorista, el sector del esparcimiento, las actividades recreativas y los servicios de transporte han sido de los más afectados en México, debido a las medidas de confinamiento obligatorio y a las restricciones, pero la situación ha golpeado de manera generalizada a la mayoría de los sectores productivos y, en consecuencia, a la economía del país y de miles de familias.

De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza laboral pasó de 35.6 a 39.4% entre el primer trimestre de 2020 y el mismo periodo de 2021. Esto quiere decir que el porcentaje de personas que no pueden cubrir una canasta básica alimentaria con sus ingresos aumentó casi un cuatro por ciento. Entre las entidades más afectadas está la Ciudad de México, donde se registró la mayor pérdida de empleos entre marzo de 2020 y el mes de abril de este año.

En ese sentido, resulta fundamental el diseño y la puesta en marcha de medidas para garantizar un ingreso para los desempleados, a través de un seguro de desempleo o ingreso básico temporal, como ya lo han implementado otros países. Asimismo, resulta necesaria la formulación de un esquema para garantizar el acceso a una canasta básica alimentaria a las familias afectadas, a fin de evitar que el costo en términos económicos agudice el problema de nutrición y pobreza alimentaria en nuestro país.

Como siempre, los más pobres son los más vulnerables y, en ese sentido, es necesario respaldar a las familias de escasos recursos que han perdido su fuente de recursos y que necesitan contar con herramientas para solventar sus necesidades básicas de alimentación.

Debemos ser empáticos y emprender el apoyo en favor de quienes más lo necesitan, pues se trata de sacar adelante el país y ver más allá de la emergencia sanitaria. Es momento de analizar las oportunidades que en este contexto se presentan para mejorar los derechos sociales de la población, con atención primordial a las personas de bajos recursos y contribuir a que la economía se recupere de manera más rápida y sostenida.

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