TENDENCIAS_ Nueva ola de Covid e inflación, riesgos de corto plazo para la creación de empleo

Después de hilar tres meses de creación de puestos de trabajo, el mercado laboral reportó una caída de medio millón de plazas en mayo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). En el corto plazo, el entorno de generación de oportunidades de trabajo se percibe aún más desafiante por diversos factores que podrían afectar el crecimiento en los niveles de ocupación.

Para Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados de Banorte, la primera señal de riesgo es la nueva ola de Covid-19 en nuestro país, dado las afectaciones en los niveles de empleo que se han observado en picos anteriores. Aunque el especialista apuntó que el avance de la vacunación, la evidencia de síntomas menores y un aumento estable en los casos pueden matizar el impacto de este nueva alza de contagios en el mercado laboral.

“Como tal, esto puede actuar sólo como un lastre relativo en términos de ganancias adicionales en empleo, sin causar totalmente una pérdida de plazas”, opinó Juan Carlos Alderete.

Para Marcos Daniel Arias Novelo, el pronóstico de saldo positivo en el corto plazo también es reservado. El analista económico de Monex consideró que “la economía se enfrenta a un cambio de tendencia y será difícil que los resultados de los próximos meses sean tan buenos como se dieron hasta abril”.

Desde la óptica de Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, aunque el alza de contagios sigue posicionándose como factor de riesgo para el mercado laboral, la generación de empleo podría verse afectada en mayor medida por la alta inflación.

“La alta inflación merma la capacidad de consumo, las personas compran menos y eso también genera en las empresas cierta cautela e incertidumbre. Por otro lado, la inflación productor sigue estando en niveles elevados, mucho más que la inflación al consumidor, y eso termina también afectando la generación de empleo”, explicó la especialista.

En ello coincidió Juan Carlos Alderete, pues la inflación sigue afectando tanto el costo de los insumos para los productores como el ingreso de los consumidores, lo que puede ocasionar un efecto negativo en la producción y, por lo tanto, en el empleo.

En un punto de vista positivo, el especialista confía que “después de este periodo, debería prevalecer el apoyo de la recuperación general, lo que ayudaría a consolidar las condiciones de empleo y probablemente generaría ganancias adicionales durante el resto del año”.

EU, factor que no hay que perder de vista

En el corto plazo, los factores externos siguen como riesgo latente para el mercado laboral. “A la incertidumbre también se agrega la posibilidad de una recesión económica en Estados Unidos”, expuso Gabriela Siller.

La opinión de Juan Carlos Alderete es similar, las señales en Estados Unidos son negativas y apuntan a una recesión, lo que contrasta con el panorama de la manufactura en China, donde a pesar del impacto del confinamiento por el alza en contagios de Covid-19, hay un escenario favorable. En ese sentido, las señales de actividad económica son mixtas.

¿Qué está pasando en Estados Unidos? Carlos Serrano, economista en Jefe de BBVA México, explicó que “las recesiones ocurren porque las tasas de interés de corto plazo de la Fed determinan el nivel de todas las tasas en la economía: el alza de tasas de la Fed implica mayores tasas para el crédito a las empresas, para los créditos hipotecarios y los de consumo”.

Esto implica que las personas compran menos bienes porque el crédito se encarece, las empresas toman menos deudas y reducen su inversión. Con una inflación del 8.6% y una tasa de desempleo de 3.6% es probable que la Fed mantenga el ciclo de subidas en las tasas de interés. “Una recesión en Estados Unidos es el escenario más probable y ello implicaría una desaceleración del crecimiento en México”, señaló el especialista.

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TENDENCIAS_ A dos años de pandemia, inactividad laboral duplica avance del empleo

Por cada persona adicional que se ha sumado al mercado laboral tras el impacto de la pandemia, dos más han salido de una ocupación, están inactivas y se encuentran desalentadas para encontrar empleo, revelan datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Mientras que para el primer trimestre del año el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reporta 733,000 personas ocupadas más que antes del impacto de la emergencia sanitaria por Covid-19, en el mismo tiempo, la población inactiva laboralmente aumentó en 1.8 millones de personas.

De esta manera, la Población No Económicamente Activa (PNEA) clasificada como “disponible” abarca ya 7.5 millones de personas, lo que implica un aumento de 32.4% en dos años. En este renglón se encuentran quienes no tienen empleo, pero tampoco lo están buscando porque consideran que no hay condiciones óptimas.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha advertido que el “aumento de la inactividad laboral es una de las principales consecuencias en la actual crisis laboral”, un aspecto que puede dificultar aún más la recuperación del empleo.  En ese sentido, el organismo internacional ha subrayado que impulsar el retorno al mercado del trabajo desde la inactividad es más complejo que hacerlo desde la desocupación.

El crecimiento de la inactividad en el mercado de trabajo mexicano explica el por qué la tasa de participación laboral, que en el arranque de este año se ubicó en 58%, se mantiene 1.7 puntos porcentuales por debajo de su nivel prepandemia, es decir, no ha logrado recuperarse a pesar de que la población ocupada reporta puestos de trabajo adicionales a los que tenía en el cuarto trimestre de 2019, período previo a las afectaciones de la emergencia sanitaria por la Covid-19.

Entre otros efectos, el aumento de los “disponibles” de la PNEA también incide en que el desempleo extendido (15%), el cual contempla a los desempleados y a los inactivos, esté 2.4 puntos porcentuales por arriba de su dimensión previa al impacto de la pandemia, a pesar de que la tasa de desocupación (3.4%) está cercana a su nivel observado antes de la emergencia sanitaria.

A decir de especialistas consultados, la inactividad refleja que a pesar de que la ocupación ya reporta ganancias adicionales a lo observado antes de la pandemia, hay pendientes para que más personas se incorporen a una actividad económica.

“Aunque estamos creciendo en ocupación, no estamos siendo exitosos para lograr que todas las personas se incorporen al mercado laboral, como estudiantes que se gradúan de la universidad o de estudios de nivel medio superior. Creo que esa es la principal llamada de atención que nos hace el seguimiento de esta tendencia”, señaló Katia Guzmán, coordinadora de Datos de la organización México ¿Cómo Vamos?

De acuerdo con la OIT, en economías como la mexicana, el crecimiento de la inactividad laboral tiene un impacto en las políticas públicas, ya que se requiere un mayor esfuerzo para que las personas retornen a la fuerza laboral.

Desde la óptica de Carlos Ramírez, director de Desarrollo de Negocios de Integralia Consultores, el incremento de los también denominados “desalentados” puede explicarse por dos factores: el primero puede estar sujeto al incremento en la demanda de cuidados que impactó en mayor medida a las mujeres; la segunda, por el deterioro de las condiciones de trabajo.

Inactividad, una respuesta a la precariedad 

Durante el 2009, año de la crisis financiera global, los disponibles de la PNEA crecieron en 231,556 personas, pero a partir del 2010 se observó un descenso paulatino con un repunte a finales de ese mismo año, para alcanzar las 6.2 millones de personas en esa condición, una cifra que, aunque tuvo niveles cercanos en los años posteriores, nunca rebasó ese umbral sino hasta el tercer trimestre de 2020, cuando anotó el máximo histórico de 10.7 millones de personas.

Carlos Ramírez opinó que esto es muestra de que a diferencia de dicha crisis financiera global, con la actual pandemia la inactividad laboral ha tenido una recuperación más lenta. “Aunque hemos visto una mejoría en general en los indicadores del mercado laboral, estos datos confirman que no se ha alcanzado una plena recuperación. Como que hay una herida que quedó ahí y no ha terminado de cerrar”.

En ese sentido, el especialista consideró que el nivel de inactividad laboral responde en buena medida a la precarización del empleo, lo que se refleja en el desaliento para buscar una oportunidad laboral ante las dificultades de encontrar ofertas atractivas. 

Como muestra de este deterioro, la población subocupada que concentra a quienes tienen un trabajo con jornadas reducidas y la necesidad de ofrecer más tiempo en el mercado laboral, abarcó a 5 millones de personas en el primer trimestre de 2022, aunque este renglón se ha venido reduciendo en los últimos meses, se mantiene en un nivel de 801,481 personas más de las observadas previo a la emergencia sanitaria.

Para Katia Guzmán, el crecimiento de la población desalentada está relacionado con “las condiciones de entrada del mercado laboral”. Este fenómeno, apuntó la especialista, era más sencillo de explicar durante los meses más críticos de la pandemia porque las mujeres son las más propensas a salir de la fuerza laboral en emergencias por la falta de infraestructura de cuidados.

“Lo que sucede en períodos posteriores, como ahora que estamos a dos años de ese gran golpe económico, es que nos cuesta más trabajo reincorporarnos al mercado laboral”, expuso la especialista.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

PERSPECTIVAS_ La no precarización “laboral” de las personas repartidoras

La llegada de las plataformas de entrega a domicilio a las economías está modificando las decisiones de producción, las estructuras de costos y los arreglos contractuales bajo los cuales se intercambian bienes y servicios. Esta innovación ha generado discusiones relacionadas con el impacto en los comercios que las utilizan para vender sus productos y con la percepción de una supuesta precarización laboral de las personas repartidoras que se conectan a estas plataformas.

Con el objetivo de abonar a este debate, elaboramos un estudio donde el impacto positivo en la generación de riqueza en el sector restaurantero está en el rango de 28-33 por ciento para el periodo 2013-2020(1). Utilizando información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, publicada por INEGI, tenemos dos hallazgos relacionados con las horas a la semana que asignan las personas repartidoras a su ocupación y con los ingresos que obtienen de esta actividad.

Primero, en el país había 317 mil 263 personas repartidoras al cierre del cuarto trimestre de 2021 (4t2021).  Analizando la información desde el primer trimestre de 2005 (1t2005) y hasta el 4t2021, en promedio, las personas repartidoras asignaron a su ocupación poco más de 49 horas a la semana. Por su parte, los subordinados y remunerados destinaron casi 43 horas; y los ocupados por cuenta propia poco más de 38 horas a la semana. Es decir, las personas repartidoras destinaron a la semana casi siete horas más que los subordinados y remunerados, y 11 horas más que los ocupados por cuenta propia.

Para estimar el impacto de estas plataformas, que empezaron a incursionar en la economía mexicana a partir de 2012, comparamos las horas asignadas en el periodo 1t2013-4t2021 con las del periodo previo (1t2005-4t2012). Encontramos que el tiempo de las personas repartidoras creció en menos de media hora a la semana, indicando que las plataformas no crearon una ocupación con un incremento sustancial en el tiempo asignado a esa ocupación. Pero lo que si se observa es un cambio en la dispersión, la cual casi se duplica con la llegada de las plataformas; lo que indica que la flexibilidad que tanto valoran las personas repartidoras (a qué hora, a cuántas plataformas, cuántas horas al día y qué días se conectan) se ve reflejada con toda claridad.

Segundo, revisamos los ingresos que obtienen las personas repartidoras en función de las horas que dedican a su ocupación. Por un lado, en el periodo 1t2005-4t2021, la proporción de la población ocupada con ingresos menores a tres salarios mínimos creció continuamente, generando una caída en la proporción de ocupados con mayores ingresos. Es decir, en este periodo se observa una precarización en los ingresos de la población ocupada en general. Por el otro, si analizamos a la población que destina más de 48 horas a la semana a su ocupación o empleo, los hallazgos son por demás interesantes. La proporción de remunerados y subordinados que ganan más de cinco salarios mínimos es menor a 30 por ciento; y, para ocupados por cuenta propia, apenas rebasa 30 por ciento. Por el contrario, la proporción de personas repartidoras para este rango de horas y un ingreso de más de cinco salarios mínimos está por encima de 80 por ciento. Es decir, más horas a la semana representan mayores ingresos para las personas repartidoras, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de ocupados por cuenta propia y de subordinados y remunerados.

En pocas palabras, la afirmación de que la ocupación de personas repartidoras representa una precarización laboral no se valida con la evidencia empírica, ni en términos de horas asignadas a la semana a esta ocupación ni en términos de ingresos generados.

CON INFORMACIÓN VÍA EL FINANCIERO

Se crearon en febrero 524 mil 661 empleos, revela el Inegi

Tras el tropiezo que se registró en enero, la recuperación del mercado laboral, tanto formal como informal, se reanudó de manera parcial en febrero con la creación de 524 mil 661 empleos, reveló la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

La población ocupada en México aumentó 0.9 por ciento mensual en febrero, con relación al mes anterior, a raíz de que los contagios de covid-19 aminoraron. Este incremento se quedó corto para saldar la disminución de 1.4 millones en enero.

Con los resultados de febrero de 2022, el nivel de ocupación quedó 303 mil 895 plazas por arriba de lo reportado en marzo de 2020, antes de la contracción del mercado laboral y la reducción drástica de la fuerza de trabajo.

La recuperación mensual de los trabajos de la industria extractiva y de la electricidad, servicios sociales, servicios profesionales, financieros y corporativos, así como construcción apoyaron el dato de febrero.

En México, 56.1 millones de personas tuvieron un empleo en febrero, de los cuales 25 millones 441 mil 420 son formales y 30 millones 618 mil 123 informales. La recuperación del empleo se sigue dando a costa de un menor salario.

Difícil, retomar dinamismo

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que es el encargado de presentar la ENOE, dos tercios de la población ocupada (36.9 millones de personas) perciben entre uno y dos salarios mínimos. Los trabajadores que perciben un salario mínimo (172.87 pesos) pasaron de 13.8 millones en febrero de 2021 a 18.7 millones de personas en el mismo mes de 2022.

Los salarios promedio por hora alcanzaron 48.25 pesos, 7 por ciento más respecto de febrero de 2021. Francisco Flores, director de Economía Nacional de Banorte, explicó que esto refleja en mayor medida el ajuste al salario mínimo, considerando que en enero el avance fue modesto.

Marcos Arias, analista económico de Monex, describió que el tamaño de la población ocupada está en niveles de inicios de 2020, “lo que muestra las dificultades que enfrenta la economía mexicana para retomar el dinamismo una vez superado el rebote que se dio tras los momentos más intensos de la pandemia”.

A partir de estas cifras, la tasa de desempleo subió de 3.71 a 3.74 por ciento, aunque en el panorama más amplio, la tasa se ha mantenido estable entre 3.7 y 4 por ciento durante los últimos cinco meses, por lo que febrero no da muestras de cambios profundos en el entorno, destacó Arias.

La población no económicamente activa (PNEA), que engloba a las personas desempleadas que no están en una búsqueda activa de empleo, disminuyó en 226 mil 287 personas en el segundo mes del año.

Las personas subocupadas, es decir, que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas, fueron 5.2 millones (9.2 por ciento de la población ocupada), una reducción de 2.1 millones de personas con relación a febrero de 2021.

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA

PERSPECTIVAS_ Trabajadoras del hogar: de eso no se trata

La negativa de algunos “patrones” a reconocer a las personas trabajadoras del hogar como sujetas de derechos, al tiempo que las mantienen en condiciones como ausencia de contratos, prestaciones, descanso y salarios justos, equipara esos abusos con la trata de personas en su modalidad de explotación laboral.

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en 2021 el total de empleados en el servicio doméstico era de 2.2 millones, de los cuales 90.6 por ciento era mujer; corresponde a 9 por ciento de la fuerza laboral de este sexo. Alrededor de 300 mil fueron despedidas durante la pandemia.

Tendencialmente, trasladaron a los estratos más desfavorecidos el costo económico del confinamiento.

Según datos del IMSS, para febrero de este año solo 43 mil 823 personas trabajadoras del hogar habían sido afiliadas a la institución. Es decir, menos de 3 de cada 100 trabajadoras y trabajadores del hogar tiene seguro social. Ignoramos, además, cuántas personas no han podido defenderse laboralmente ante la desigualdad con que se impuso la distribución de aquel costo pandémico y la lenta rehabilitación del sistema de justicia laboral.

El salario que perciben es de 254 pesos diarios en promedio y sus jornadas laborales exceden las 12 horas con mucha frecuencia. Es un tema de desarrollo, desigualdad, clasismo y racismo.

Desde la época colonial, indígenas y esclavos africanos recibieron una escasa o nula remuneración por la labor doméstica —pagada la mayoría de las veces en especie u obligados a abastecerse de productos de las tiendas de raya—, sin horario y sin cubrir necesidades básicas de alimento y salud. Estamos ante vestigios de esa época 200 años después de la Independencia.

Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 (Enadis), elaborada por el Inegi, la mitad de ellas asegura que el principal problema radica en la falta de prestaciones y 9 de cada 10 considera que su trabajo no es valorado.

Podríamos estar ante una de las más ignoradas modalidades de la trata de personas, la de explotación laboral. Hay personas retenidas en casas clasemedieras y acomodadas donde se contamina su consentimiento y se les niegan derechos.

En deuda histórica con las personas trabajadoras del hogar tenemos la oportunidad de impulsar su justa valoración. Desde Ciudad de México, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, modela ese avance con iniciativas como la app “Dignas” y la presentación, este domingo, de la Cooperativa para el Desarrollo Integral de las personas trabajadoras del hogar, un proyecto concebido por la activista Marcelina Bautista con el respaldo de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo de la capital nacional, a cargo de José Luis Rodríguez Díaz de León.

La trata de personas se combate visibilizando todas sus modalidades. Si hay sospechas de maltrato, abuso o franca explotación, se puede reportar de forma anónima y gratuita a la Línea y Chat Nacional Contra la Trata de Personas que opera 24/7 el Consejo Ciudadano de la capital, a través del 800 5533 000. 

Salvador Guerrero Chiprés** Presidente del consejo ciudadano para la seguridad y justicia de ciudad de méxico. twitter: @guerrerochipres

CON INFORMACIÓN VÍA MILENIO

Trabajadores de plataformas pueden acceder a calificación crediticia

En México, durante el primer trimestre del 2022 los trabajadores por cuenta propia o freelancers representaron 22.6% del total de la población ocupada, aunque mostraron un crecimiento de apenas 0.2% respecto al mismo periodo del 2020, debido a los estragos de la pandemia, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Plataformas como Beat, DiDi, Rappi, Uber, entre otras, ofrecen a las personas la posibilidad de autoemplearse; sin embargo, aun tienen desventajas para acceder a financiamientos, en comparación con un trabajador por contrato.

Lo anterior debido a que las instituciones de banca no cuentan con suficiente información para medir la capacidad de pago de estos trabajadores.

“La inmensa mayoría de los trabajadores de plataforma en México y en el mundo no tienen acceso a productos financieros, porque los bancos tradicionales no saben cómo medir el riesgo crediticio de esos trabajadores”, comentó José V. Fernández, director ejecutivo de Bankuish.

En México apenas 1% de la población cuenta con un crédito formal, principalmente tarjetas de financiamiento departamental, según la  Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF).

Modelos como el de Bankuish, conectan a las instituciones financieras con los trabajadores independientes, por medio de su historial laboral en las plataformas de autoempleo. Actualmente cuentan con 60,000 usuarios en México, el servicio para acceder a calificación crediticia es gratuito, aunque sólo pueden acceder por medio de invitación o a través de una lista de espera.

“Lo que hacemos es convertir toda esa enorme cantidad de información, de las transacciones, de las horas trabajadas por los usuarios y demostramos a los bancos que hay una relación directa entre la estabilidad de los trabajadores y su capacidad de pago de deuda”, apuntó Fernández.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

El Senado aprobará hoy reformas para impedir que crezca la violencia de género

El Senado aprobará este martes diversas reformas en materia de género y para ello se modificarán diversos ordenamientos, entre ellos la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Ley General para la Igualdad entre Hombres y Mujeres y la Ley General para la Inclusión de Personas con Discapacidad.

Asimismo, durante la sesión ordinaria de hoy, se prevé la discusión y ratificación del Convenio 190 de la Organización Internacional del trabajo (OIT) sobre la Eliminación de la Violencia y el Acoso en el Mundo del Trabajo. Al respecto, en la víspera de su discusión, la Oficina para México y Cuba de la OIT exhortó a concretarse la adopción del Convenio 190, el cual, busca reafirmar que toda persona tiene derecho a un mundo laboral libre de violencia y acoso.

Tras expresar su beneplácito por el avance en el debate de este instrumento en comisiones, el organismo dependiente de Naciones Unidas sostuvo que “externa su invitación a que éste se ratifique”, en el pleno.

El instrumento contempla la definición de violencia de género, entendida como “una serie de comportamientos y prácticas ina-ceptables” que “tienen por objeto, o pueden tener por resultado, un daño físico, sicológico, sexual o incluso económico”.

Por otra parte, en la agenda de debate de este martes también está el dictamen de reformas a la Ley General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en materia de derechos de las trabajadoras del hogar, por el que se propone incorporar el capítulo XI denominado De las Personas Trabajadoras del Hogar, al título segundo de este ordenamiento.

La propuesta de reforma tiene como propósito primordial establecer que las personas trabajadoras del hogar sean incluidas como sujetas de aseguramiento al régimen obligatorio, previstos en el artículo 12 de la referida ley bajo un esquema simplificado que permita incentivar su aseguramiento.

Se destaca en el dictamen que en este esquema de aseguramiento las personas trabajadoras del hogar tendrán derecho a los cinco seguros que la Ley del Seguro Social prevé: seguro de enfermedades y maternidad (atención médica, farmacéutica y hospitalaria para el asegurado y sus beneficiarios legales, así como pago de incapacidades por enfermedad general); seguro de riesgos de trabajo (atención médica, farmacéutica y hospitalaria para el asegurado, rehabilitación, órtesis y prótesis, incapacidad por accidente de trabajo y enfermedad de trabajo y en su caso, pensión).

También, seguro de invalidez y vida (pensión en caso de invalidez para el asegurado y para los beneficiarios legales deudos del asegurado); seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez (ahorro para pensión), así como el seguro de guarderías y prestaciones sociales (estancias infantiles para el cuidado de menores y actividades de esparcimiento deportivas y culturales).

Se da cuenta de que con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al cuarto trimestre de 2019 se estimaron 2.5 millones de personas de 15 y más años ocupadas en el trabajo del hogar, lo cual representa 4.5 por ciento de los 55.7 millones de ocupados en la República a dicho trimestre.

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Empleo registró caída en enero, reportó la ENOE

Tras hilar tres meses con incrementos, la población ocupada en México disminuyó 1.4 millones de personas en enero con respecto a diciembre pasado, reveló la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), con lo cual los niveles de empleo vuelven a estar por debajo de lo observado antes de la pandemia.

El efecto de ómicron en el mercado laboral mexicano en enero de 2022 se reflejó en una caída de la participación laboral.

De acuerdo con la información de la ENOE, que dio a conocer este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la caída en la ocupación, tanto formal como informal, implicó un retroceso en la recuperación de los empleos perdidos a causa de la pandemia, la cual ya se había logrado en los tres meses previos; sin embargo, el repunte de contagios por ómicron en el país volvió a replegar las actividades económicas, principalmente en el sector servicios.

Con los resultados de enero, el nivel de ocupación quedó 220 mil 766 plazas por debajo de lo reportado en marzo de 2020, un mes antes de la contracción del mercado laboral.

En tanto, la población desocupada registró una ligera reducción. La tasa de desocupación fue de 3.6 por ciento en enero del presente año, 0.2 puntos porcentuales menos frente a diciembre, lo que generó una disminución de 1.3 millones de personas en la población económicamente activa (PEA).

Lo anterior se explica porque las personas que salieron de la fuerza laboral se sumaron a la inactividad. La población no económicamente activa (PNEA) que engloba a las personas desempleadas que no están en una búsqueda activa de empleo, aumentó en un millón de personas en el primer mes del año.

A diferencia de diciembre, cuando la informalidad acaparó prácticamente toda la recuperación del empleo, en el mes pasado las pérdidas se dividieron. La ocupación en la formalidad aumentó en 300 mil personas en enero; y la informalidad perdió 1.7 puestos de trabajo.

En tanto, la entrada en vigor del incremento de 22 por ciento del salario mínimo, que se elevó a 172 pesos diarios a partir del primero de enero, provocó una reestructuración en el nivel de ingreso en la población ocupada. Los trabajadores que perciben hasta un salario mínimo aumentaron a 5.3 millones de personas, para llegar a 19 millones de personas, 34 por ciento del total, mientras el resto de los perfiles salariales perdieron puestos de trabajo.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, durante enero de 2022 y con cifras originales, la PEA fue de 57.7 millones de personas, lo que implicó una tasa de participación de 58.3 por ciento. Dicha población fue superior en 3.3 millones con relación a la de enero del 2021. Por su parte, el complemento, la PNEA fue de 41.2 millones de personas, 1.1 millones de personas menos que en enero de 2021.

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Continuó la recuperación del empleo: Inegi

La recuperación del mercado laboral en México continuó entre octubre y noviembre pasados, después del choque de la pandemia, aunque el universo de trabajadores ocupados que ganan hasta dos salarios mínimos se ha incrementado de manera acelerada y es el mayor para un cuarto trimestre de año desde que se tiene registro.

México cuenta una población ocupada, en el ámbito formal e informal, de 56.6 millones de trabajadores al cierre del cuarto trimestre del año pasado. De este universo, 59.4 por ciento percibe hasta dos salarios mínimos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) actualizada ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Así, 33.6 millones de ocupados en el país perciben entre uno y hasta dos salarios mínimos (141.70 pesos, el vigente hasta diciembre pasado) al cierre del último trimestre del 2021; mientras en el mismo periodo de 2020 sumaron 30.5 millones de personas con ese nivel salarial y en 2019 sumaron 28.3 millones.

Para ver desde otro punto la precarización del empleo, sólo dos de cada 100 mujeres trabajadoras tienen ingresos superiores a cinco salarios mínimos al mes (21 mil 255 pesos), mientras para los hombres es sólo 2.6 por ciento.

En tanto, 34.6 millones de personas que están ocupadas en el país no tienen acceso a sistemas de salud; 21.2 millones son hombres y 13.4 millones son mujeres.

Al cierre del cuarto trimestre de 2021, la suma de las personas en todas las modalidades de empleo informal fue de 31.6 millones, que representań 55.8 por ciento de la población ocupada (56.6 millones), un aumento de 2.2 millones respecto del mismo lapso del 2020, reveló el Inegi.

De acuerdo con la encuesta, la ocupación informal entre las mujeres pasó de 11.5 millones en el último cuarto de 2020 a 12.5 millones en el mismo periodo del año pasado.

Para los hombres en México presentó un alza de 1.1 millones de personas, al registrarse 18 millones en el cuarto trimestre de 2020 y 19.1 millones en igual periodo del 2021.

Oaxaca tiene la tasa más alta de informalidad

Al eliminar el factor estacional, la tasa de informalidad laboral disminuyó 0.4 puntos porcentuales en el cuarto trimestre de 2021 respecto del trimestre previo. En cambio, la tasa de ocupación en el sector informal subió 0.1 puntos porcentuales en igual periodo.

Las tasas más altas de informalidad laboral por entidad federativa se reportaron en Oaxaca con 81.8 por ciento; seguida de Guerrero, con 78.8 por ciento, y Chiapas con 73.4 por ciento.

En cambio, las tasas más bajas durante el cuarto trimestre de 2021 se registraron en Coahuila de Zaragoza, con 35.4 por ciento; Nuevo León, 36.7; Baja California Sur, con 36.8, y Chihuahua, con 36.9 por ciento.

La ENOE precisó que la población económicamente activa del país fue de 58.8 millones de personas, equivalente a 59.7 por ciento del total de 15 años y más, lo que representó un aumento de 3.1 millones respecto del mismo periodo de 2020.

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Desempleo aqueja más a las mujeres; cae entre hombres

Las personas con educación media superior y superior son las que más padecen el desempleo en México, pero si son mujeres lo sufren más, revelan datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) más reciente que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

A nivel nacional, la población desocupada –dentro de la cual se considera a quienes se encuentran sin trabajar, pero que están buscando un empleo– se situó en 2.15 millones de personas en noviembre del presente año; de las cuales 53 por ciento tienen estudios de niveles medio superior y superior (1.14 millones). Asimismo, tres de cada cuatro desocupados están entre los 15 y 44 años de edad.

Sin embargo, son las mujeres con educación media superior y superior quienes más sufren el desempleo en México, al sumar 526 mil 922 al cierre de noviembre, lo que no sólo representa un aumento de 17 por ciento con respecto al mismo mes de 2020; también exhibe un incremento de 4.6 por ciento en relación a octubre del presente año.

En cambio, los hombres con la misma preparación sumaron 612 mil 601 en noviembre, 18.1 por ciento menos que en el mismo mes 2020 y frente a octubre del presente año también se observa una caída de 14.5 por ciento.

Édgar Vielma, director general de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi, consideró que la desocupación entre personas con estudios superiores se debe, en parte, a que las principales plazas que pueden ocupar se encuentran en sectores perjudicados por la pandemia, toda vez que a nivel urbano se ha visto una mayor afectación del empleo.

La ENOE detalla que el siguiente segmento que padece la desocupación son los que comprueban tener una educación de secundaria completa, con 733 mil 450 personas (34.1 por ciento de los desocupados).

Y también en este grupo con secundaria completa, la desocupación afecta más a las mujeres, pues en los pasados 12 meses entre ellas registra un aumento de 8.4 por ciento y con respecto a octubre subió 10.1 por ciento; mientras que la desocupación de los hombres con el mismo nivel de estudios reportó una caída anual de 16.9 por ciento en noviembre y un descenso mensual de 10.5 por ciento.

Se dispara desocupación entre adultos mayores

La más reciente ENOE destaca que el desempleo entre mujeres de 65 años y más se disparó de 2 mil 399 en noviembre de 2020 a 10 mil 916 en el mismo mes de este 2021.

Los adultos mayores que se mantenían activos laboralmente hablando han padecido con la pandemia y según cifras del Inegi, han sido las mujeres quienes más padecen el desempleo por edad y nivel de estudios.

Mientras que para los hombres para esa edad, el desempleo pasó de 34 mil 302 de noviembre del año pasado a 28 mil 960 en el mismo mes de este año.

La brecha laboral –que contempla no sólo a los desempleados sino a los trabajadores subocupados y a quienes podrían formar parte de la fuerza laboral pero no están motivados para buscar hacerlo– muestra un panorama más completo de la insuficiencia del empleo.

Un análisis de la Fundación Forge adjudica el fenómeno de desocupación, principalmente en jóvenes, a factores como su falta de experiencia, de habilidades tecnológicas y el no contar con un perfil atractivo para las compañías.

En octubre la brecha laboral fue casi 10 puntos porcentuales más profunda entre las mujeres que para los hombres. Cerca de 31.2 por ciento de las trabajadoras potenciales se enfrentó a la insuficiencia de empleo; en marzo de 2020 la proporción era de 24.1 por ciento.

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA