TENDENCIAS_ Impulsan visión digital de jóvenes latinoamericanas

Brecha digital de género, despliegue de redes y análisis de impacto regulatorio en las telecomunicaciones, son los ejes centrales de las investigaciones académicas que realizaron tres profesionales latinoamericanas como parte del programa de becas Junior Fellowship del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (cet.la) y el Centro Latam Digital. 

En la edición del 2022, María Clara Fernandes Ferreira, de Brasil; Lu An Méndez Tapia, de Bolivia, y Valeria Castro Obando, de Costa Rica fueron seleccionadas para participar activamente con sus publicaciones en el desarrollo de las telecomunicaciones y la digitalización de la región. 

Maria Clara Fernandes Ferreira, graduada de la carrera de Derecho por la Universidad de Brasilia, dedicó su investigación a la evolución de la normatividad que rige el Análisis de Impacto Regulatorio (AIR) en ANATEL (Brasil). 

Ello, con la finalidad de comprender si el procedimiento que venía siendo adoptado por el ente regulador ha evolucionado para la mejora del desempeño regulatorio de la Agencia, con el objetivo de aumentar la transparencia y eficiencia de sus decisiones. 

Su artículo concluye que los procedimientos de AIR en ANATEL han consolidado su robustez a partir de una serie de reformas normativas que institucionalizaron recomendaciones de organismos internacionales para ofrecer mayor claridad, transparencia y eficiencia en la toma de decisiones regulatorias. 

«Esto se ha logrado a través de la introducción y especificación de componentes importantes del AIR como la divulgación del problema regulatorio y las alternativas normativas para resolverlo, la participación social y empresarial a través de consultas, así como la diversificación de metodologías de análisis para seleccionar la viabilidad, eficiencia, la efectividad y los costos de las propuestas normativas». 

Sin embargo, apunta, a pesar de los avances de la última década ANATEL tiene oportunidades de mejora en los procesos de AIR como la especificación de exenciones del proceso, obligatoriedad de consultas públicas, y una mayor adopción de metodologías cuantitativas para el análisis de costo beneficio de las regulaciones. 

Por su parte, Lu An Méndez Tapia, Psicóloga egresada de la Universidad Católica Boliviana y activista de derechos e inclusión digital en la Fundación Internet Bolivia, abordó la brecha digital y de género con el intento de analizar cuál es la experiencia de las mujeres y niñas cuándo se conectan a Internet. 

“Sus hallazgos permiten profundizar en la comprensión de cómo se manifiesta la brecha digital de género en la región, no sólo respecto del acceso a dispositivos, sino también respecto de su uso, motivaciones y aprovechamiento”. 

Primero, a pesar de que mujeres y niñas cuentan con acceso a dispositivos móviles, persisten brechas persistentes respecto del uso significativo debido a la sofisticación y costo de la tecnología, tiempos de uso limitado y compartición de dispositivos con otros miembros de la familia; además, existe una diferencia en las motivaciones y usos por parte de niñas y mujeres adultas. 

Éstas últimas se inclinan por la generación de ingresos económicos, aunque su participación laboral es en general precaria. Las niñas por su parte observaron en la educación virtual durante la crisis sanitaria un catalizador de sus habilidades digitales para objetivos personales, educativos y de entretenimiento. 

“Y tercero, que niñas, adolescentes y adultas se enfrenten a mayores controles de su privacidad en el entorno digital y su conectividad a internet suele transversalizar la experiencia de violencia de género en línea”.

En el caso de Valeria Castro Obando, Investigadora del Programa Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic) de la Universidad de Costa Rica, su trabajo ahondó en la evolución de la regulación que rige las inversiones y el despliegue, instalación y desarrollo de infraestructura de telecomunicaciones en Costa Rica. 

Una de las conclusiones de su estudio apunta a las afectaciones de la regulación de despliegue sobre la brecha digital, la conectividad y el acceso a servicios de calidad, pues si bien existen fortalezas regulatorias como la adopción del enfoque colaborativo, la compartición de infraestructura y la integración del silencio positivo, aún persisten barreras que afectan el despliegue de infraestructura de las telecomunicaciones. 

Una explicación de esto se relaciona con la implementación práctica de la normatividad, la falta de claridad de los trámites y regulaciones municipales, la planificación sectorial del desarrollo de telecomunicaciones, así como las capacidades técnicas y operativas de las autoridades locales. 

Por otro lado, la persistencia de impedimentos a nivel local y particularmente en los reglamentos municipales muestra la importancia de fortalecer los vínculos con los gobiernos locales, sobre todo para que el sector participe activamente en la mejora regulatoria que se impulsa desde el Poder Ejecutivo. 

De igual manera se analiza la trascendencia estratégica de la regulación para establecer un entorno habilitante y propicio al desarrollo de las telecomunicaciones (al dotar de seguridad jurídica a las acciones de despliegue e inversiones de los operadores), un aspecto material obviado en los estudios sobre brecha digital.

CON INFORMACIÓN VÍA CONSUMO TIC

TENDENCIAS_ Jóvenes, ‘apáticos’ en hacer carrera en una empresa: Tres de cada 10 no duran más de 3 años

En la actualidad, los jóvenes cambian rápido de empleo, en busca de mejores condiciones laborales, contrario a la práctica de las generaciones pasadas que buscaban hacer carrera en una empresa.

El 33 por ciento de los jóvenes dura en promedio 3 años en una organización, reveló un sondeo realizado por la agencia de empleo especializado PageGroup.

“El 21 por ciento no permanece más de dos años, otro 21 por ciento está en la misma empresa por alrededor de cinco años, el 14 por ciento está cerca de cuatro años y solo el 12 por ciento de ellos se queda más 6 años en la compañía”, precisó en un análisis denominado “Reinventarse, la voz de los candidatos”.

Esta decisión es una cuestión de tiempo y de dinero, aunque hay otros factores que influyen en la noción de querer cambiar de empresa empleadora en poco tiempo. La más referida es la posibilidad de contar con mejores oportunidades laborales. Le sigue, aprender cosas nuevas y mejorar el balance entre vida y trabajo.


Actualmente, México es de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde se trabaja 2 mil 128 horas anuales, 24 por ciento más que el promedio de los países miembros de la organización.

Asimismo, cerca de 14.8 millones de mexicanos laboran más de 48 horas por semana, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, lo que deja poco espacio a las actividades personales y en familia.

En el análisis también se halló que la idea de cambiar de empleo no es impulsiva, surge de circunstancias puntuales: el 23 por ciento lo decide tras un ejercicio de introspección, el 33 por ciento por una situación profesional o personal y el 40 por ciento luego de recibir una oferta laboral.

Además, una de cada 3 personas estima cambiar de profesión en los próximos 3 años. La mayoría piensa que tendrá dos carreras profesionales, no cargos altos o ascensos, sino pasar de recursos humanos a marketing, por ejemplo.


De los encuestados, el 40 por ciento prevé hacer estas modificaciones, el 34 por ciento lo está considerando y el 25 por ciento ya está en proceso. De esta población, el 40 por ciento de los profesionales sí está mirando hacia un cambio de industria, es el caso de las áreas sociales a la de tecnología.

“Hoy en día los profesionales no pretenden quedarse en un mismo empleo para siempre, una idea contraria a la de generaciones como los baby boomer (personas nacidas entre 1946 y 1964) que permanecían largos años en una compañía, la mayoría hasta su jubilación”, destaca PageGroup.

Las nuevas demandas y prioridades de los candidatos y colaboradores complican hasta cierto punto la labor de las empresas para poder retener al talento.

CON INFORMACIÓN VÍA EL FINANCIERO

TENDENCIAS_ Ningún jóven de América Latina debe quedarse fuera de la digitalización: Huawei

Los gobiernos y empresas deben trabajar en conjunto para que ningún jóven de América Latina quede relegado de la transformación digital, aseveró Jeff Wang, presidente de Relaciones Públicas y Comunicaciones de Huawei.

El ejecutivo de la compañía aseguró durante el foro LAC ICT Talent Summit, organizado por Huawei y la Unesco, que se encuentran comprometidos con iniciativas de inclusión digital y educativa en la región de América Latina y el Caribe, en donde han realizado inversiones en programas sociales.

“Tenemos que trabajar de manera conjunta para poner a todos nuestros colaboradores a traer soluciones. Debemos unir esfuerzos para tener mejoras. Estamos comprometidos en la inclusión y desarrollo. El año pasado invertimos 22 mil millones de dólares en investigación y desarrollo.

“También hemos establecido 178 laboratorios en América Latina y el Caribe, hemos reunido algunos proyectos en México, Brasil, y esta sociedad nos da canales para poder exportar desde el sector privado y la academia para intercambiar ideas”, aseguró Jeff Wang.

El ejecutivo de Huawei aseguró que han proporcionado más de mil 800 becas para que los estudiantes se preparen para el futuro. Además, dijo que en 2019 se enfocaron en fomentar educación de calidad y con la Unesco crearon un programa educativo para ayudar a estudiantes a mejorar sus habilidades digitales.

“Conforme avanzamos en el mundo digital, creemos que nadie se debe crear atrás, por eso lanzamos iniciativas inclusivas”, añadió.

CON INFORMACIÓN VÍA DPL NEWS

PERSPECTIVAS_ Expectativas de OIT: economías verde y naranja impulsarán el empleo juvenil

Al igual que las economías verde y azul, la economía digital tiene un considerable potencial de creación de empleo para los jóvenes. La creciente digitalización de la economía y la sociedad está afectando profundamente al mundo del trabajo, y se espera que la tendencia continúe e incluso se acelere en los próximos años, así lo consideró la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el documento Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2022.

Los especialistas insisten en que se requieren políticas adecuadas para abordar los retos y transformar el potencial en oportunidades reales de trabajo decente. La economía digital se considera junto con la economía creativa, o naranja, un potencial debido a que muchos sectores dependen cada vez más de las tecnologías digitales para la producción y difusión de contenidos creativos.

Las actividades apoyadas por estas tecnologías de la información y la comunicación en el lugar de trabajo como parte de una progresión de empleo digital.

Mencionaron que el empleo juvenil en la economía digital se caracteriza por la proporción relativamente grande de trabajadores cualificados con altos niveles de educación concomitantes.

Los modelos sugieren que la consecución de la cobertura universal de banda ancha para 2030 podría suponer un aumento neto del empleo de 24 millones de nuevos puestos de trabajo en todo el mundo, de los cuales 6.4 millones serían ocupados por jóvenes.

“La crisis de la Covid-19 ha reforzado esta tendencia, presumiblemente porque los trabajadores menos cualificados (jóvenes) tenían más probabilidades de perder su empleo. A nivel macroeconómico, la economía digital proporciona un buen rendimiento de la inversión y la calidad de los puestos de trabajo es relativamente alta. Al mismo tiempo, siguen existiendo importantes retos, sobre todo a la hora de garantizar que todos los jóvenes tengan las mismas oportunidades de acceder al empleo digital”, dijo la OIT.

CON INFORMACIÓN VIA EL ECONOMISTA

Jóvenes, uno de los sectores con más desafíos para lograr una vida de calidad: investigadora

De acuerdo con el censo poblacional en 2020 de parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 17 por ciento del total de la población en el país es joven; sin embargo, en la actualidad es uno de los grupos sociales con mayores dificultades de alcanzar una calidad de vida, pues presentan problemas de deserción escolar, de educación sexual, de precariedad laboral y desempleo.

Según la investigadora y académica del Colegio Mexiquense, Emma Liliana Navarrete, en el entorno contemporáneo los jóvenes enfrentan desafíos que podrían ser causa de las dificultades para desarrollarse socialmente, particularmente que la mayor parte de las problemáticas juveniles en el país subyace en la desigualdad de oportunidades y condiciones de vida en la que se encuentran.

Más de un millón no terminan la prepa

De los jóvenes entre 20 y 24 años del total de la población a nivel nacional, solamente 53.5 por ciento asiste a la escuela y de 1.3 millones de alumnos que concluyeron la preparatoria intentaron continuar sus estudios sin éxito, así como también desistieron completamente de tener una formación académica 603 mil discentes.

Además, puntualizó que la precariedad laboral y la falta de empleo con base en sus habilidades es insuficiente, pues 9.68 por ciento de jóvenes mexicanos se siente desalentado de no encontrar empleo, mientras que 15 por ciento busca un trabajo de ingresos considerables, específicamente en zonas urbanas, por lo que aquellos en espacios rurales tienen menos oportunidades.

Embarazos no deseados, problemática de las jóvenes

En el contexto femenino, las jóvenes de 15 a 19 años se enfrentan a problemas de no contar con una educación sexual adecuada, ya que 87.1 por ciento del total de la población indígena en dichas edades registra casos de embarazo adolescente, mientras que la población no indígena presenta una tasa casi 20 por ciento menor, al registrar 69 por ciento de la población total en dicha situación.

Ante ello, resaltó que para atender las problemáticas de este sector se requiere revisar quiénes son los jóvenes e identificar la heterogeneidad al interior. Incluso entre grupos aparentemente en igualdad de condiciones. Aseveró que es necesario aumentar la oferta educativa gratuita y de calidad, para que accedan a los estudios que deseen y motivar la no deserción, a través de mejores programas y mayor estimulación para permanecer en las aulas. Así como una mejor orientación parental y de autoridades escolares desde la educación básica.

CON INFORMACIÓN VÍA MILENIO

Seis de cada 10 jóvenes no trabajan; salario promedio es de 5 mil pesos: IMCO

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) dio a conocer que seis de cada 10 jóvenes de entre 15 y 24 años no tienen un trabajo; y quienes lo hacen, su salario mensual apenas supera los 5 mil pesos, y la mayoría de ellos lo hace en la informalidad.

Este 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud. En México la población joven representa 21.9 millones de personas, que es 17 por ciento de la población total, quienes se enfrentan a barreras de empleo, cómo no sentirse suficientemente preparados para trabajar, salarios bajos y la informalidad.

Hay más de 9 millones de jóvenes que trabajan o buscan un empleo; sin embargo 80 por ciento de ellos no consideran tener posibilidades de encontrarlo, o de encontrar un trabajo de calidad.

El 48 por ciento de los jóvenes que tienen un empleo laboran entre 35 y 48 horas a la semana y 44.9 por ciento de ellos tiene una remuneración máxima de 5 mil 186 pesos mensuales.

Pero, aunque la población joven está accediendo a niveles cada vez más altos de educación, al momento de ingresar al mercado laboral enfrentan condiciones que podrían afectar su trayectoria profesional, puesto que a la gran mayoría de ellos no se les garantiza la seguridad social ni otras prestaciones laborales.

El organismo aseguró que las condiciones del primer empleo son fundamentales para el futuro laboral, pero los jóvenes que desean y buscan pertenecer al mercado laboral se enfrentan a un panorama más complicado que el trabajador promedio. Son el grupo poblacional con la tasa de desocupación más alta, de 6.4 por ciento, casi el doble que la tasa de desocupación nacional.

Además, en el primer trimestre del 2022 se registró una tasa de informalidad de 67.4 por ciento para los jóvenes, la segunda más alta después de los adultos mayores y que se encuentra por encima de la tasa de informalidad promedio del país. 

Los jóvenes que ingresan al mercado laboral con un empleo informal tienen una mayor probabilidad de permanecer en condición de informalidad a lo largo de su trayectoria profesional.

“La formalidad en el empleo brinda mayor estabilidad a las y los trabajadores. Un trabajo formal se caracteriza por brindar seguridad social y mejores prestaciones, como el acceso a servicios médicos, fondos de ahorro para el retiro, créditos hipotecarios, primas vacacionales y compensaciones por incapacidad”.

Más educación, mejores oportunidades

De acuerdo con el IMCO, más del 70 por ciento de los jóvenes que no participan económicamente son estudiantes, de hecho para ellos, la educación será la mayor fortaleza para incorporarse al mercado laboral.

Hoy en día, los jóvenes de México tienen un nivel educativo superior al de aquellos de mayor edad. Mientras que seis de cada 10 jóvenes han concluido el bachillerato, sólo cuatro de cada 10 personas de entre 40 y 49 años tienen este mismo nivel de estudios. Por cada joven con primaria como máximo grado de escolaridad, hay tres adultos mayores de entre 40 y 49 años con ese mismo nivel educativo.

En este contexto, los jóvenes que estudiaron una carrera universitaria enfrentan una menor informalidad, con una tasa de 51.9 por ciento, mientras que para aquellos que únicamente terminaron la secundaria aumentan las posibilidades de laborar en la informalidad, con una tasa del 76 por ciento.

CON INFORMACIÓN VÍA MILENIO

Ni generación de cristal ni ninis, “reconozcan nuestro potencial laboral”, exigen jóvenes

La edad, la forma de vestir y los tatuajes son los principales motivos de exclusión laboral contra la población joven, así como la condición económica, su lugar de vivienda y la complexión corporal, señala la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno.

“Ser joven no es sinónimo de irresponsabilidad”, reprochó María Fernanda Torres Sánchez, de la organización Servicios la Juventud (Seraj). “No somos ninis ni generación de cristal ni generación de mazapán. Las etiquetas son falsas pero su efecto es real”, dice un grupo de jóvenes que ha lanzado una campaña contra los prejuicios que les impide conseguir trabajo.

En México, de cada 100 jóvenes que buscan empleo, 19 no lo obtienen. Mientras que para las personas adultas esa cifra es de 11 de cada 100. Entre los múltiples factores que provocan que la tasa de desempleo juvenil sea mayor a la de trabajadoras y trabajadores en edad adulta, están las etiquetas .

Los estigmas, prejuicios y etiquetas producen exclusión y “son una forma de violencia que le abre la puerta a más violencia”, señaló la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno en conferencia de prensa virtual para presentar la campaña, con motivo delDía Internacional de la Juventud que se conmemora el 12 de agosto.

De acuerdo con Brenda Martínez, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, fue la filósofa Montserrat Nebrera quien llamó “generación de cristal” a los hijos y las hijas “de una generación trabajadora y luchadora, la Generación X, que además, vivió en una época de carencia”.

Las personas nacidas después del año 2000, “especialmente quienes nacieron a partir de 2010”, han cargado con una etiqueta de fragilidad. Esa generación “surge en el seno de una crianza respetuosa, con apego”, explica en el número 3 de la revista ¡Goooya!, de la UNAM.

“¿Educar con respeto, amor y apego es malo?, ¿es mejor educar con gritos, golpes y desinterés? Esa visión pasada, y hasta machista, está viviendo procesos de transformación y cambio”, señala en el artículo Los doce estereotipos de la Generación de cristal. Por eso se critica a quienes no aceptan malos tratos, malas condiciones de trabajo y, al contrario, pretenden desnormalizar los distintos tipos de violencias en todos los espacios, incluido el laboral.

“La generación de cristal es la generación de la libertad, del cambio, de la evolución, vienen de padres que empezaron a darse cuenta que repetir moldes está mal”, concluye.

“No digo que vengo de Ecatepec”

La edad, la forma de vestir y los tatuajes son los principales motivos de exclusión contra esta población, señaló María Fernanda Torres. Pero también otras circunstancias como la condición económica, su lugar de vivienda y la complexión corporal.

“Hemos trabajado con jóvenes de Ecatepec, Estado de México; de la alcaldía Cuauhtémoc, de la Ciudad de México, y de Monterrey, Nuevo León, y nos han comentado que en las entrevistas de trabajo prefieren no decir los lugares de donde son oriundos”, detalló la especialista.

La razón para no mencionar el lugar donde viven cuando se les pregunta es porque “esto ha derivado que los reclutadores no continúen con el proceso de selección, como si sus competencias dependieran de eso”.

Desde la Alianza han recabado testimonios de jóvenes a quienes les han negado el empleo porque llevaban el cabello pintado de algún color “no convencional”, o porque tienen tatuajes y perforaciones. “Todos estos elementos que componen parte de nuestra identidad se ven comprometidos para encontrar un empleo”.

Según la Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis), el 40% de la población justifica llamar a la policía cuando un grupo de jóvenes se ha reunido en una esquina y el 60% está de acuerdo en que la mayoría de las personas jóvenes son irresponsables.

Mujer y joven, mayor exclusión

“Si dejáramos atrás las etiquetas discriminatorias y reconociéramos el potencial que la generación de jóvenes representa para el desarrollo del país” la historia sería otra, dice María Fernanda Torres. “En México vivimos más de 32 millones de personas jóvenes, la mayoría con una escolaridad superior a la de nuestros padres”.

Pese a ello, 7.5 millones de jóvenes no tienen empleo. Y de quienes sí han conseguido uno, 10.8 millones no tienen ingreso suficiente para lo más básico y 9.4 millones carecen de acceso a salud y seguridad social, agregó.

“Para las mujeres jóvenes la exclusión es aún peor: 24 de cada 100 están desempleadas, o sea, hay más 1.8 millones de mujeres que no consiguen trabajo”, apuntó Jaqueline García Cordero, coordinadora de Desarrollo de Líderes Jóvenes en Youth Build México.

“Además, hay 3.7 millones de mujeres jóvenes que ni siquiera tienen la oportunidad de salir a buscar un trabajo remunerado o continuar sus estudios por realizar tareas domésticas o de cuidados en su casa, sin remuneración”.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

TENDENCIAS_ Las 5 redes sociales más utilizadas por los jóvenes en México (2022)

En México hay 35.3 millones de jóvenes de entre 12 y 29 años que utilizan internet, según datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2021.

Esto refleja que 9 de cada 10 jóvenes tiene acceso a un teléfono celular.

Las cifras, además, mostraron que más del 90% de estos usuarios jóvenes utiliza la aplicación de mensajería WhatsApp.

El grupo meta completo, con Facebook e Instagram, completa el top tres de redes sociales más utilizadas por la población joven.

Messenger (la aplicación de mensajes de Facebook) y YouTube son otras de las redes más populares entre los internautas de este rango de edades.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

Diputados aprueban que el servicio social sea considerado como experiencia laboral

Las instituciones deberán expedir a los estudiantes un documento en el que consten las capacidades y habilidades adquiridas.

La Cámara de Diputados aprobó este martes por unanimidad reconocer el servicio social como parte de la experiencia profesional de quienes lo hayan acreditado en términos de ley y turnó el dictamen al Senado para su discusión y, en su caso, aprobación.

Por unanimidad de 473 votos, los legisladores modificaron la ley reglamentaria del artículo quinto constitucional, relativo al ejercicio de profesiones en la Ciudad de México, con el fin de que el servicio social tenga reconocimiento de experiencia laboral.

De acuerdo con la adición al artículo 53 de la ley reglamentaria, las instituciones donde se prestó el servicio social deberán expedir a las y los estudiantes un documento de terminación, en el que consten las habilidades y capacidades que se adquirieron durante ese período.

Sin embargo, reconoce que la experiencia laboral al graduarse es un factor determinante para conseguir empleo. En ese sentido, los recién egresados se enfrentan al desempleo, lo que se ha visto agravado por la pandemia de Covid-19 durante los últimos dos años.

Enfatiza que debido a la falta de experiencia que enfrentan las y los jóvenes profesionistas para ingresar al campo laboral, y que es una condición que imponen los empleadores, la Comisión consideró acertada la propuesta de reconocer al servicio social como experiencia profesional.

La diputada panista Cecilia Patrón Laviada aseguró que con el reconocimiento del servicio social como experiencia profesional, los jóvenes tendrán más oportunidades de encontrar trabajo.

CON INFORMACIÓN VÍA ARISTEGUI NOTICIAS

TENDENCIAS_ Jóvenes Construyendo el Futuro y sindicatos, la vinculación pendiente

Los sindicatos podrían fortalecer el programa Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF) vigilando que las empresas respeten los derechos laborales, dando capacitación y, sobre todo, negociando la contratación de aprendices, propone una investigación de la economista y especialista en políticas públicas Renata Turrent Hegewisch.

Hasta ahora, ni la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ni las propias organizaciones sindicales “han analizado las oportunidades que se pueden generar construyendo alianzas”, señala en el Diagnóstico de Jóvenes Construyendo el Futuro: Avances y desafíos, publicado por la Fundación Friedrich Ebert México (FES).

Este programa de entrenamiento laboral es el “más importante en la historia del país”, sostiene Renata Turrent en entrevista. Hasta esta administración federal, la juventud había sido abandonada por los gobiernos, dice. Y entre esa población quienes por diferentes circunstancias no continuaron estudiando y no tenían un empleo remunerado sufrieron mayor exclusión, agrega.

“Se les llamó ninis para poner en ellos y ellas la culpa por la falta de trabajo y de oportunidades de educación. La narrativa acerca de que son personas flojas y no quieren trabajar sigue tan instaurada en la gente que muchas personas aseguran que les están regalando el dinero”. Pero esto no es verdad, subraya, “todos los días acuden a trabajar y a aprender”.

De acuerdo con los últimos resultados de la Encuesta Nacional de Empleo (ENOE), la población entre 20 y 29 sigue siendo la que mayor número de personas desempleadas por la covid-19. Si bien una gran parte han ido recuperando sus trabajos, todavía casi medio millón que tenía una ocupación antes de la pandemia sigue sin un ingreso laboral.

En el primer trimestre de 2020, antes de la llegada pandemia a México, 12.3 millones de jóvenes de ese rango de edad tenían un empleo. Para el mismo periodo, pero de 2021, eran sólo 11.3 millones. Y según la ENOE de abril a junio de este año la cifra subió a 11.8 millones.

Estrategia de capacitación y de prevención

El programa JCF está dirigido a personas de entre 18 y 29 años de edad. La STPS vincula a las y los becarios con un centro de trabajo cercano al lugar donde viven y en el que reciben capacitación laboral durante por un año. Durante dicho tiempo el gobierno federal les otorgar un apoyo mensual de 4,310 pesos y afiliación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por lo que cuentan con seguro médico, de riesgos de trabajo y de maternidad.

Desde su arranque en 2019, han ingresado casi 1.8 millones de aprendices, el 57.5% es mujer y el 42.5%, hombre. “Muchas jóvenes entraron al programa porque estaban embarazadas y por esa razón nadie las contrataba”, comenta la investigadora feminista.

Esta estrategia gubernamental ha sido una importante oportunidad de reactivación económica para mujeres que de otra manera no podrían acceder a una capacitación o un empleo, dice. “En México, las mujeres en promedio dedican casi 42 horas a la semana al trabajo del hogar no remunerado, mientras que los hombres sólo dedican 14.7 horas a la semana”, recuerda la autora en su publicación.

Y mientras más tiempo pasen en casa, es más difícil que puedan incorporarse al mercado laboral, señala en la entrevista. “Claramente la falta de políticas públicas para las madres trabajadoras es un problema estructural que no resuelve por sí sólo Jóvenes Construyendo el Futuro”. Pero en un sistema en el que la repartición sexual del trabajo sigue imperando, este programa es una opción para ellas, apunta.

JCF también es una medida preventiva para evitar que esta población sea cooptada por el crimen organizado, opina. “No es una respuesta para sacar a quienes están super involucrados. Pero, hay una idea falsa que el factor económico es el más importante para tomar una decisión de vida, eso se ha desmentido en muchas teorías del crimen”.

El programa brinda la oportunidad a jóvenes que no cuentan con redes para entrar a un trabajo, recibir una recomendación para obtener un puesto o acceder a él de manera directa.

La población que atiende JCF está alejada de ese mundo, lo cual también les aleja de toda la experiencia que genera un empleo: “Responsabilidad, saber cómo presentarse, tener un currículum vitae, eso no se aprende en la escuela, sino en el trabajo”.

Así que el sentir que finalmente están siendo atendidas y atendidos les da ya cierta confianza para continuar, considera. De esa manera es que funciona en cierta medida de manera preventiva.

Las ventajas de la sindicalización

“Y claro que hay críticas válidas”, pondera. Se necesita más transparencia en los datos y hace falta una mayor diversificación en la oferta y calidad de la capacitación. El entrenamiento en los llamados trabajos del futuro, como la programación, por ejemplo, podría ser una solución. “Se podrían hacer convenios con compañías de tecnología para vincular a jóvenes y que éstas se comprometan a contratar al menos algunos de ellos”.

La otra observación que hace es que los sindicatos “se están durmiendo”. Podrían impartir parte del curso propedéutico en el centro de trabajo y darles formación sobre los derechos laborales, propone.

En caso de cualquier incumplimiento por parte del centro de trabajo, los y las aprendices tendrían acompañamiento, el sindicato les podría orientar o, en su caso, representar, explica. “Las capacidades institucionales de la STPS son limitadas y los sindicatos pueden convertirse en un importante aliado” para mantener la vigilancia de la debida operación del programa.

En México, casi 9 de cada 10 personas que tienen un empleo no están sindicalizadas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Pertenecer a una de estas organizaciones ayuda a las personas a negociar mejores condiciones de trabajo, disminuye las restricciones al acceso a la justicia laboral, hay una mayor vigilancia al cumplimiento de los derechos y, en suma, hay más posibilidades de tener un empleo digno, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Pero también ayudaría a los propios sindicatos, dice Renata Turrent. En las últimas décadas “se han hecho de una reputación de corrupción. La gente joven ni siquiera tenemos en la cabeza sindicalizarnos. Claro que esto es resultado de un sistema neoliberal que trató de acabar con esas organizaciones para debilitar las luchas obreras”. Involucrase en el programa podría ser una vía para que se reivindicaran y para que por fin veamos un relevo generacional, señala.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA