Los salarios no son la presión central para las empresas: BdeM

El sector empresarial percibe que las principales presiones para su operación se pueden atribuir, hasta ahora, a los mayores precios de los insumos de producción y, en menor medida, a los costos laborales, tales como el incremento al salario mínimo o el aumento en los días de vacaciones, reportó el Banco de México (BdeM).

En un análisis, el banco central señala que aunque 78.7 por ciento de las empresas consultadas reporta que los costos laborales han presionado sus costos de operación, sólo 17.4 por ciento de ellas califica a estos como el principal factor.

En cambio, 31 por ciento pone en primer lugar el encarecimiento del precio de los insumos de producción que necesita para operar, mientras 29.9 por ciento señala directamente al aumento internacional de los precios de electricidad y combustibles.

Esperan crezca la presión

Hacia adelante las empresas anticipan un aumento en las presiones en sus costos de operación derivado de los costos laborales, dado que el porcentaje de compañías que espera tensiones un poco o mucho mayores para el primer trimestre de 2023 en comparación con el último de 2022 fue de 52.1 y 19.9 por ciento, respectivamente.

“Aunque el entorno continúa siendo incierto, hacia delante se espera que las presiones sobre los precios de los insumos vayan cediendo. Conforme se dé este proceso, los costos laborales podrían ir cobrando mayor relevancia relativa. Así, será importante vigilar la evolución de los indicadores salariales, particularmente porque diversos factores han influido en su determinación simultáneamente”, apuntó el instituto central.

Añadió que promover la adopción tecnológica y la mayor acumulación de capital humano contribuiría a que los incrementos salariales en el país sean acompañados por aumentos en la productividad de trabajadores y empresas, para que puedan ser absorbidos por los negocios y se mitigue el riesgo de que el crecimiento salarial se convierta en una fuente de presiones inflacionarias.

“Uno de los elementos que preocupa al BdeM es la presión de los costos laborales sobre la inflación (…). En enero y en la primera mitad de febrero de 2023 se observaron mayores incrementos en los precios de los servicios de los anticipados y mayores a los históricos”, explicó Adrián Muñiz, analista económico de Vector Casa de Bolsa.

Muñiz detalló que como el salario mínimo ha estado aumentando en los años recientes, cada vez pesa más en el resto de la distribución. A la vez, las remuneraciones pegan por el lado de la demanda, la gente tiene más recursos disponibles para consumir; pero también por la oferta, dados los costos unitarios de mano de obra que enfrentan las empresas y que a su vez trasladan en alguna medida al precio final.

El problema es que los salarios suben, pero la productividad en México no está creciendo a la misma velocidad, acotó el especialista.

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA

PERSPECTIVAS_ La productividad es la receta para un mundo que envejece

En la primera década del siglo XXI llamaron la atención algunos países cuyas expectativas de crecimiento destacaban en comparación al resto del mundo. Conformado por Brasil, Rusia, India y China y posteriormente Sudáfrica, se les conocieron como BRICS, el término que los identificó como economías emergentes y con potencial de crecimiento.

La historia de los BRICS puede resumirse por el increíble ascenso de China, seguido de India, y por el uso eficiente de sus recursos. En este sentido, se puede definir que el crecimiento potencial de un país está dado por los factores de capital, trabajo y productividad.

En aquella época estos factores de producción parecían estar en un punto óptimo para el crecimiento de estos países, pese a esto, aquellos que han logrado establecer su presencia dentro del orden económico mundial han sido los que implementaron políticas orientadas a robustecer la productividad de sus recursos como China e India, Hacia adelante, este factor ganará relevancia.

Sin embargo, recientemente, ha surgido una amenaza para una de estas nuevas potencias. De acuerdo al Buró Nacional de Estadística, China tenía 1.41 billones de personas al final del 2022, cayendo 850,000 vs. 2021. Desde 1961 no registraba un declive en su población.

Durante años, el crecimiento demográfico de China le permitió gozar de impulso económico al contar con una amplia oferta de mano de obra barata, y desde 2012, su población en edad de trabajar comenzó a contraerse y continúa hasta ahora. La salida abrupta de la política tolerancia cero al COVID-19 ha traído consigo numerosas muertes, sin embargo, los datos oficiales indican que dichos decesos no se ven reflejados en los números poblacionales.

En 2016 la política de un solo hijo (introducida en 1980) fue removida y en 2021 cambió a una política de tres hijos por pareja. Este cambio de régimen, acompañado de incentivos fiscales y mayor tiempo de maternidad ha tenido poco éxito. Muchos especialistas sugieren que la razón del declive es el claro deseo de no reproducirse.

De 1960 a la fecha, la tasa de fertilidad en el mundo, la cual mide el número de hijos que una mujer espera tener durante su vida ha caído a la mitad, de 5 a 2.4, ligeramente por encima de la tasa de reemplazo – la tasa a la cual la población se mantiene constante – de 2.1.

Adicionalmente, la población ha envejecido y la proporción de retirados a personas en edad de trabajar ha incrementado. Esto se debe en gran parte, a que la esperanza de vida en el mundo se ha incrementado de 51 a 72 desde 1960.

El declive de las sociedades presenta retos sociales significativos, uno de ellos es que cada vez hay menos personas en edad de trabajar para proveer a aquellos que están retirados, lo que indica mayores impuestos o menor gasto en jubilados.

En China se espera que para 2050 la edad media de la población sea de 51 años, 12 años más que la actual. Una China más vieja deberá de trabajar más duro para conservar su estatus económico o deberá ser más eficiente, es decir, contar con mayor productividad.

Por otro lado, hay países que gozan del dividendo poblacional. India, que acaba de sobrepasar a China como el país con mayor población en el mundo con 1.417 billones de personas (de acuerdo con la ONU), se espera que alcance 1.67 billones para 2050, mientras que para China se espera que su población se contraiga a 1.31 billones de personas.

Los efectos de un declive en los fundamentales demográficos de un país respecto a inversiones es relevante. Los fondos de pensiones necesitarán buscar mayores fuentes de retorno para hacer frente a las obligaciones de los retirados, poniendo presión al alza a las tasas reales del país o incrementar la edad de retiro, algo que podría traer consigo un descontento social.

La productividad de los países es uno de los factores más importantes para continuar y asegurar su crecimiento. La búsqueda de retorno y mayores tasas reales de inversión incrementa el costo del capital de las compañías, volviendo más complicado financiar proyectos de inversión. Además, con una menor oferta de mano de obra, la tasa de crecimiento potencial del país se contraería. En el neto, a no ser que los países que enfrentan un declive poblacional se vuelvan más eficiente en sus formas de producción, hacía adelante se podrían encontrar con menores retornos esperados sobre inversión.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

La productividad laboral en la economía mexicana descendió 0,2% en el segundo trimestre de 2022

Por sectores, «la productividad laboral en las actividades secundarias [industriales] disminuyó 0,6%, en las primarias [agropecuarias], bajó un 0,2% y en las actividades terciarias [comercio y servicios] aumentó 0,1%, en el segundo trimestre de 2022 comparado con el trimestre anterior», detalla el informe oficial.

La productividad laboral con base en las horas trabajadas en las empresas constructoras se redujo 1,8% a tasa trimestral y en los establecimientos manufactureros bajó 0,2%.

En las empresas de servicios privados no financieros creció 4,8%, en las de comercio al por mayor, 1,8% y en las de comercio al por menor, 1,7%.

En el trimestre abril-junio de 2022 y con respecto al trimestre enero-marzo, el costo unitario de la mano de obra por hora trabajada en las empresas constructoras retrocedió 1,3% y en los establecimientos manufactureros bajó 0,4%.

La economía mexicana avanzó un modesto 0,9% en el segundo trimestre de 2022 con respecto a los primeros tres meses del año en curso, y el crecimiento interanual fue de 1,9%. 

CON INFORMACIÓN VÍA SPUTNIK NEWS

La rotación laboral genera grandes pérdidas a las empresas

La rotación laboral en México puede llegar a costar hasta 1.1 billones de pesos anuales a las empresas mexicanas debido a la productividad perdida en las compañías, informó Apli, una startup enfocada en el área de recursos humanos.

En un estudio, la startup señala que dicha productividad perdida tiene un valor aproximado de 25 mil pesos.

«En ese tiempo, las empresas pierden ventas por no tener la plantilla completa y, frecuentemente, incurren en elevados costos de horas extra para compensar la falta de personal», aseguró Apli. Agregó que cada colaborador que rota resulta en un impacto promedio de 47 mil pesos.

Por otra parte, el segundo mayor impacto es la nómina dedicada a colaboradores que no llegaron a ser productivos, cuya pérdida se estima en 12 mil pesos, debido a que un nuevo colaborador necesita dos meses en promedio para ser productivo.

Las empresas dedican muchos recursos a la nómina y carga social de personas que todavía no completan la curva de aprendizaje y logran el rendimiento de un trabajador entrenado, dijo.

En promedio, las compañías también desembolsan aproximadamente 2 mil pesos en gastos de terminación y 8 mil pesos en costo de reclutamiento del sustituto.

«Con una rotación anual promedio de 40 por ciento sobre una población activa de 57.7 millones de personas, cada año 23 millones de mexicanos abandonan su trabajo», indicó Apli

Respecto a los sectores donde existe una mayor diferencia se encuentra el personal operativo en tiendas de conveniencia y autoservicios, el cual puede tener hasta 140 por ciento de rotación anual.

Esto significa, abundó, que para mantener constante su equipo cada año tienen que contratar a 140 personas por cada 100 empleados en plantilla.

CON INFORMACIÓN VÍA EL SOL DE MÉXICO

Productividad laboral hila 7 trimestres en descenso; marca nuevo mínimo de 13 años

El Índice de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) con base en horas trabajadas hiló siete trimestres con contracciones y entre enero y marzo de 2022 se ubicó en 95.3 puntos, lo que representó una reducción trimestral de -0.5%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Con este resultado, la productividad laboral anotó nuevamente uno de sus datos más bajos, descendiendo a niveles no vistos desde de la crisis financiera global de 2009, cuando el indicador se ubicó en un mínimo de 93.6 puntos.

La contracción observada en el primer trimestre del año se explica por una caída en la productividad laboral en todos los sectores de la economía, donde las actividades industriales y de servicios reportaron las pérdidas más pronunciadas.

“Desafortunadamente se espera que la productividad laboral siga a la baja, sobre todo porque no hay una mejora rápida en la inversión fija bruta. Todo esto es signo que lo que estamos viviendo en la economía mexicana, una lenta recuperación y lo malo es que la productividad se relaciona con los crecimientos en los salarios. Eso significa que si se incrementa el salario sin que crezca la productividad, hay mayores presiones inflacionarias”, expuso Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.

José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), comparte esa opinión. Para el especialista, el indicador muestra las dificultades que aún tiene la economía mexicana para crecer. 

“Cuando se compara con el aumento de costos que han enfrentado las empresas, particularmente los costos laborales, en esencia la productividad sigue retrocediendo. Es decir, los costos laborales crecen en mayor proporción que la producción; es decir, el valor agregado que se genera en las empresas por el factor trabajo y por eso se presenta el gran rezago que tiene la economía, aumentar la productividad en un entorno de alta presión de precios”, explicó José Luis de la Cruz.  

La productividad laboral se obtiene de la relación entre el Producto Interno Bruto (PIB) y el número de personas ocupadas u horas trabajadas. A tasa anualizada, este indicador tuvo una contracción de -5%, lo que está muy lejos de la meta de crecimiento de 4.8% anual como lo plantea la organización México ¿Cómo Vamos? para mantener un crecimiento económico sostenido.

“Queda claro que algo está ocurriendo con la productividad laboral en el país. Desde el segundo trimestre de 2018 hasta el primer trimestre de 2022 se acumula una contracción de 8.8% en la productividad laboral. Parece haber algo más estructural y de fondo. La mano de obra mexicana es menos productiva que hace cuatro años en buena medida por un bajo crecimiento económico y por todos los eventos en el mercado laboral desde los efectos de la pandemia hasta las regulaciones”, opinó Carlos Ramírez, director de Desarrollo de Negocios de Integralia Consultores. 

Aunque explicar las causas de esta situación puede ser complejo, lo que sí es un hecho, es que este indicador muestra un entorno complejo para hacer negocios en México, incertidumbre jurídica y dificultad para invertir, consideró el especialista. 

El mercado se recupera, la productividad no 

A pesar de que en el primer trimestre de este año también se observó una recuperación del nivel de ocupación, la productividad laboral mantuvo su tendencia a la baja. Desde la perspectiva de Gabriela Siller, esto se explica porque “la producción ha crecido más lento que la contratación”. Para la especialista, este fenómeno está estrechamente vinculado con un “estancamiento económico que puede durar varios años”.

“En productividad laboral estamos incluso por debajo de lo que teníamos antes de la pandemia y eso es un problema para la economía, para los hogares, los salarios y demás. Parte de lo que hemos observado es que el mercado laboral tuvo mucho dinamismo en enero y febrero, se acumularon más de 300,000 empleos formales, pero la recuperación se relentizó muy rápido. Ahí estamos viendo una parte del por qué estamos siendo cada vez menos productivos”, apuntó Sofía Ramírez, directora general de México ¿Cómo Vamos? 

Por otra parte, la especialista señaló que las inversiones privadas no han recuperado sus niveles previos a la emergencia sanitaria por la Covid-19 de manera equitativa para todos los sectores económicos. 

“Si no invertimos, va a terminar pasando lo que hemos visto en el segundo trimestre, una relentización de las contrataciones formales y del dinamismo de la economía, lo que afecta la producción por hora trabajada”, puntualizó.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

Productividad laboral cayó 2.0% en el tercer trimestre: Inegi

Al cierre del tercer trimestre del año, la productividad laboral en México disminuyó 2.0 por ciento comparado con el segundo trimestre, lo que representó su quinto retroceso trimestral consecutivo, reveló el Índice Global de Productividad Laboral de la Economía por hora trabajada.

Elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el índice detalló que la productividad de los trabajadores mexicanos cayó, por su parte, a un ritmo anual de 7.0 por ciento con respecto al tercer trimestre del año pasado, comparado con el retroceso de 10.8 por ciento de los tres meses anteriores (abril-junio).

A su interior, las productividad en las actividades primarias, dirigidas a la agricultura y ganadería, subieron trimestralmente 1.5 por ciento en el tercer trimestre, luego de que en el periodo abril-junio se mantuvo estancado; en tanto, en las secundarias (industria), la productividad bajó 0.2 por ciento, su tercer trimestre consecutivo a la baja; y las terciarias, servicios y comercio, descendió 3.6 por ciento, su quinto retroceso trimestral al hilo.

La productividad laboral es producir más con los mismos recursos; lo que un trabajador puede producir con una hora de su trabajo.

Por su parte, el costo unitario de la mano de obra, costo del trabajo entre productividad, disminuyó en todos los sectores. En las empresas constructoras fue inferior en 6.4 por ciento y en los establecimientos manufactureros en 0.7 por ciento en el trimestre de julio-septiembre del año respecto al trimestre previo.

Con base en el personal ocupado total, el costo unitario de la mano de obra en las empresas de servicios privados no financieros tuvo una caída de 12.8 por ciento, en las de comercio al mayoreo de 3.5 por ciento y en las dedicadas al menudeo de 0.2 por ciento con datos ajustados por estacionalidad.

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA

Tecnoestrés laboral y productividad, temas que deben atender las empresas

Esmeralda Díaz trabaja desde casa, casi desde el inicio de la pandemia, y lo que creyó sería una forma “más relajada de realizar sus labores” no fue así, ya que sus actividades con la empresa en la que fue contratada hace dos años han aumentado, y sus tiempos libres han disminuido y los ha tenido que repartir entre sus gustos y obligaciones personales.

Tras más de un año de trabajar en esta forma, asegura que ha comenzado a adaptarse, aunque esta “normalización” también le ha traído dificultades para dormir, se siente estresada y hasta ha pensado en renunciar por la cantidad de obligaciones que hoy tiene que cumplir.

“Al principio pensé que sería cómodo estar en casa y logré ser más productiva, acababa mis objetivos semanales pero, conforme avanzaban las semanas, mi jefe me solicitaba más y más trabajo, tanto que no lograba conciliar el sueño, despertaba cansada y el trabajo no disminuía.

“Le dije a mi jefe que había sobrecarga de trabajo, pero esto le molestó y como siempre su respuesta fue que había muchas personas sin trabajo, por lo que decidí continuar pero me siento realmente agotada y tengo menos tiempo personal para estar con mi familia y mis hijos, pero se necesita el trabajo, pero la carga sigue en aumento porque yo creo que piensan que uno no hace nada por estar en casa, situación contraria porque uno debe dividirse entre ser madre o padre, cumplir con el trabajo, los hijos y las actividades cotidianas como hacer limpieza, la comida, y descansar”, señala.

Cambios radicales

Esta situación se agudizó aún más debido a que el paso a la modalidad home office fue “un cambio abrupto” y las y los trabajadores “fueron obligados a modificar su forma de trabajar, fueron muchos cambios para un ser humano que no pueden procesar”, indicó Neja Brglez, directora de Plataformas Digitales de Join2Work.

“Lo que sucedió con la pandemia fue un cambio abrupto y fuimos obligados a cambiar nuestra forma de trabajar y muchas empresas impulsaron la digitalización y eso estuvo bien, pero lo que se les esta olvidando de lo que antes se tenía era este contacto en el que estábamos intercambiando situaciones personales, y eso no debería desaparecer.

“Por desgracia, algunas empresas están viendo la situación sólo del trabajo y están prefiriendo la productividad y se les olvida el ser humano que está usando la plataforma, es por eso que debemos impulsar la digitalización pero también se debería impulsar cursos de plataformas adecuadas, buscar centralizar las necesidades dentro de una sola plataforma y hacer planeación de cómo trabajar por objetivos, cómo impulsar la estrategia con colaboradores, comunicarnos, pero también tomarnos el tiempo para conversar con los compañeros de trabajo, porque necesitamos seguir conviviendo, pero también recordar que el cambio viene de uno mismo y de tener un líder preocupado por esta situación”, mencionó.

Y es que dijo, el líder debe ayudar a que sus colaboradores sigan creciendo a través del cuidado y la preocupación por su bienestar, así como de impulsar estas necesidades “y así hablaremos de posicionamiento y de crear grandes marcas en el mercado laboral, porque aumentará el entusiasmo y con ello la productividad”, expuso, no sin antes mencionar que el Banco Interamericano de Desarrollo señaló que, durante esta emergencia sanitaria la productividad ha aumentado 70 por ciento, aunque con ello también el tecnoestrés.

¿Qué es el tecnoestrés?

De acuerdo a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la falta de habilidades para manejar y trabajar con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), así como su uso excesivo, pueden llevar a las personas a sufrir de tecnoestrés, así lo refiere Juana Patlán, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.

“Este trastorno se presenta en todas las personas que por su trabajo o actividades cotidianas están en contacto con el uso de las TIC, siendo la población joven la más afectada.

“Y si bien las TIC facilitan diversas actividades, también han provocado alteraciones tales como el tecnoestrés”, destaca Patlán.

El tecnoestrés se deriva de un desajuste entre las demandas laborales y los recursos personales. Su aparición depende de las habilidades de las personas que el manejo de las tecnologías, del contenido y los cambios en los puestos de trabajo, así como de las estrategias utilizadas por las empresas.

Al no contar con estas condiciones, se genera un desajuste que puede provocar ansiedad, cansancio, dolores de cabeza, fatiga mental y física, dolores musculares, temor, aburrimiento, entre otras conductas negativas.

Productividad se ha visto agravada

A raíz de esta pandemia la productividad y compromiso de las y los trabajadores se desplomó a cifras sin precedentes desde el segundo trimestre de 2020 derivado de los trastornos derivados de un mal descanso, padecimiento que tiene el 45 por ciento de la población.

Así lo indicó José Mársico, especialista en temas de bienestar corporativo, quien agregó que para México, “un factor importante para estos indicadores se atribuyen también a que la mitad de las muertes son derivadas de enfermedades provocadas a una mala alimentación como la diabetes, cáncer y otras deficiencias, una epidemia que se vivía desde antes del covid-19”, expuso.

Es por ello que considera que las empresas tienen la oportunidad de hacer cambios importantes en el equilibrio por la salud física y mental de sus trabajadores en esta situación híbrida laboral que se vive, “la oportunidad de hacer algo grandioso por nuestra gente y que se convierta en resultados de negocios en un futuro”, explicó.

Es así como Esmeralda sabe que debe “resistir” para poder tener trabajo y espera que exista un cambio en la empresa para la que presta sus servicios, “porque ahora con todo esto de la pandemia he reformulado mi deseo por estar bien y no morir de un infarto ante la carga de trabajo por obtener un sueldo que no le llega al valor que tiene mi propia salud”, concluyó.

CON INFORMACIÓN VÍA MILENIO

Crece productividad y costo de vida, pero baja carga salarial a empresas

El costo de la vida en México, medido a partir de la inflación, se encareció 78.4 por ciento en casi 14 años, mientras los gastos promedio que realizan las empresas en el pago de salarios y sueldos, prestaciones sociales, contribuciones a la seguridad social y liquidaciones a la fuerza de trabajo se redujeron 1.31 por ciento en el mismo periodo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Banco de México, cuya serie de la masa salarial se registra a partir del primer trimestre de 2006.

No todos los rubros de consumo se han encarecido a la misma velocidad frente a un salario medio y costos laborales rebasados por la inflación. Las bebidas alcohólicas y el tabaco lo han hecho casi al doble que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), con un aumento de 130.4 por ciento a septiembre pasado, lo mismo los alimentos y bebidas no alcohólicas cuyo precio promedio ha crecido 122.8 por ciento en ese tiempo y el transporte que lo ha hecho 110.5 por ciento, de acuerdo con la información.

También por arriba de la inflación general, el costo de restaurantes y hoteles ha incrementado 104.3 por ciento, el de la educación 94.2 por ciento, la salud 87.4 por ciento y los muebles y artículos para el hogar son el rubro más cercano al del INPC con un incremento de 78.5 por ciento; eso, entre enero de 2006 y septiembre del año pasado, periodos para los que hay datos tanto en el Inegi como en el Banco de México.

El costo de la recreación y el acceso a la cultura ha tenido un aumento acumulado de 50.1 por ciento; el acceso a agua, vivienda, electricidad, gas y otros combustibles aumentó 46.4 por ciento y el de prendas de vestir y calzado 41.6 por ciento. Todos por debajo de la inflación general. Y el único rubro cuyo índice de precios ha bajado es el de las comunicaciones, un 41.7 por ciento acumulado en el periodo de referencia.

Las series realizadas por el Banco de México, con base en información de Inegi, muestran que del primer trimestre de 2006 al tercero de 2020 han aumentado los índices de productividad laboral, el del mismo producto interno bruto y el de horas trabajadas, sin que esto vaya a la par ni del costo unitario pagado a la fuerza de trabajo ni de las remuneraciones medias reales en el país.

De acuerdo con datos desestacionalizados, en ese tiempo el índice de productividad en México aumentó 3.9 por ciento y el de horas trabajadas lo hizo 12.4 por ciento. En medio de estos datos se cuentan dos crisis económicas; la de 2009, cuando ocurrió la burbuja de las hipotecas en Estados Unidos, y la más reciente de Covid-19. Sin embargo, el pago por cada trabajador se redujo 4 por ciento y en general el pago de la fuerza de trabajo lo hizo 1.3 por ciento.

Con información vía La Jornada

PERSPECTIVA. Home office: un cambio de paradigma

Para ciertas funciones, la posibilidad de trabajar a distancia sin duda se trata de una revolución generada a raíz de la pandemia y que dará lugar a una nueva cultura laboral. Siempre se creyó en el paradigma de que había que tener a los trabajadores en un mismo espacio físico, para facilitar su supervisión y control, pero lo que ha demostrado el home office en el tiempo en que el confinamiento lo hizo necesario, es que se trata de una visión más inteligente que permite reducir tiempos de traslado y los tiempos muertos que se dan en las oficinas, haciendo más eficiente el trabajo que se realiza desde casa, incrementando la productividad en algunos casos hasta un 22%.

Para muchos sectores laborales ha llegado el momento de dejar de tasar la productividad bajo el rasero de las horas invertidas, y ponderar en su lugar no el tiempo sino la calidad del trabajo realizado.

También es una realidad que al estar en casa, se hace igual de necesario atender las problemáticas de la vida hogareña y el cuidado de los hijos a la par de que se hace el trabajo de oficina, lo que invariablemente se convierte en una potencial fuente de estrés adicional que lleva a confrontaciones y situaciones de violencia.

Sin embargo, lo que han demostrado los cambios en los últimos meses es que el paradigma del uso de oficinas para el control físico del personal ha quedado exhibido en su ineficiencia y dispendio innecesario.

México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) donde más horas se trabaja por año, de acuerdo con cada reporte anual del organismo. Aquí se laboran más de 43 horas a la semana, mientras que Alemania, en el otro extremo del espectro, ocupa un promedio de 26 horas la semana. Pese a ello, la productividad de ambos países es inversa. México se encuentra al fondo de la tabla. ¿Cómo es eso posible con tanto tiempo “laborado”?

La explicación es que horas oficina no se traducen, de manera proporcional, en productividad: allá entienden que 26 horas bien invertidas, con personal motivado y bien dirigido, concentrado, son mejores que 43 horas de tiempo exigido en la mera presencia física sobre un escritorio.

Como en otros momentos desafiantes de la humanidad, la pandemia no sólo ha traído infortunios, sino también avances en el conocimiento derivados de la necesidad de superar esos problemas. Ojalá México aprenda de esta lección y deje de equiparar horas-oficina con productividad, porque claramente no son lo mismo.

Con información via El Universal