Pandemia acentuó el rezago en la productividad laboral; México, en el último lugar de la OCDE

El índice de productividad laboral en México, que mide el Producto Interno Bruto (PIB) por hora trabajada en el país, se ubica actualmente 4.1% por debajo del nivel que tenía antes del inicio de la pandemia de covid-19, es decir 2019, revelan cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Así, México ha sido el país que más ha visto caer su productividad laboral tras la crisis sanitaria ocasionada por covid-19, entre 40 naciones que mide el organismo internacional.

Pero México no sólo es el más rezagado tras la pandemia, sino que, en el largo plazo, es el que menos ha avanzado.

Los datos de la OCDE señalan que desde 1995, el indicador ha crecido sólo 0.1% promedio anual, el cual es el más bajo entre los países analizados.

La productividad laboral mide qué tan eficiente es la fuerza laboral de un país para generar un nivel de producción determinado, por lo que su caída revela que no se está “haciendo más con menos, o con lo mismo”.

FACTORES

Ana Gutiérrez, coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), explicó que detrás de las magras cifras de productividad está la informalidad, que en el país alcanza a más de la mitad de la población ocupada.

En este sentido, expresó que la informalidad es un lastre para el país debido a que sus empleos suelen ser los de menor calidad en cuanto a remuneración, sin prestaciones sociales, sin estabilidad, e impiden un adecuado desarrollo de la fuerza laboral. Lo anterior por la escasez en la que se encuentra la capacitación para el trabajo.

Gutiérrez explicó que la caída en la productividad laboral tiene como consecuencia que reduce el potencial del crecimiento del país.

Esto significa que la población ocupada o económicamente activa no está aportando el máximo de su potencial a la economía, por eso la producción crece de forma lenta, porque no tenemos las condiciones adecuadas para que los trabajadores sean más eficientes”.

En cuanto a que México es el país con mayor caída de la productividad laboral después de la pandemia, según la OCDE, la especialista del Imco expresó que esto obedeció a la falta de apoyos por parte del gobierno en cuanto a la protección del empleo, lo cual se vio reflejado en el cierre de empresas y de puestos de trabajo.

Agregó que pese a que el empleo ya recuperó sus niveles prepandemia, e incluso los superó, para muchas personas el retorno no fue en las mismas condiciones a las que llegaron a tener previo al inicio de la pandemia.

URGE MEJORAR

Ana Gutiérrez, especialista del Imco, expresó que elevar la productividad laboral en el país pasa, en primer lugar, por mejorar la capacitación de la población ocupada, y no es sólo de títulos académicos, sino que sean en habilidades y técnicas para el trabajo.

En este sentido, expresó que es necesario alinear los planes de estudio de los diferentes centros educativos con las demandas que están teniendo las empresas y el sector productivo.

Y en segundo lugar, comentó que también es necesario mejorar el entorno institucional y regulatorio en el cual las empresas operan, ya que la política fiscal, industrial, laboral y de seguridad social deben brindar las condiciones para que los puestos de trabajo se generen en la formalidad, y éstos a su vez puedan impulsar mejores salarios y condiciones que eleven el crecimiento de la productividad de los trabajadores.

CON INFORMACIÓN VÍA EXCÉLSIOR

Productividad laboral hila 7 trimestres en descenso; marca nuevo mínimo de 13 años

El Índice de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) con base en horas trabajadas hiló siete trimestres con contracciones y entre enero y marzo de 2022 se ubicó en 95.3 puntos, lo que representó una reducción trimestral de -0.5%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Con este resultado, la productividad laboral anotó nuevamente uno de sus datos más bajos, descendiendo a niveles no vistos desde de la crisis financiera global de 2009, cuando el indicador se ubicó en un mínimo de 93.6 puntos.

La contracción observada en el primer trimestre del año se explica por una caída en la productividad laboral en todos los sectores de la economía, donde las actividades industriales y de servicios reportaron las pérdidas más pronunciadas.

“Desafortunadamente se espera que la productividad laboral siga a la baja, sobre todo porque no hay una mejora rápida en la inversión fija bruta. Todo esto es signo que lo que estamos viviendo en la economía mexicana, una lenta recuperación y lo malo es que la productividad se relaciona con los crecimientos en los salarios. Eso significa que si se incrementa el salario sin que crezca la productividad, hay mayores presiones inflacionarias”, expuso Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.

José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), comparte esa opinión. Para el especialista, el indicador muestra las dificultades que aún tiene la economía mexicana para crecer. 

“Cuando se compara con el aumento de costos que han enfrentado las empresas, particularmente los costos laborales, en esencia la productividad sigue retrocediendo. Es decir, los costos laborales crecen en mayor proporción que la producción; es decir, el valor agregado que se genera en las empresas por el factor trabajo y por eso se presenta el gran rezago que tiene la economía, aumentar la productividad en un entorno de alta presión de precios”, explicó José Luis de la Cruz.  

La productividad laboral se obtiene de la relación entre el Producto Interno Bruto (PIB) y el número de personas ocupadas u horas trabajadas. A tasa anualizada, este indicador tuvo una contracción de -5%, lo que está muy lejos de la meta de crecimiento de 4.8% anual como lo plantea la organización México ¿Cómo Vamos? para mantener un crecimiento económico sostenido.

“Queda claro que algo está ocurriendo con la productividad laboral en el país. Desde el segundo trimestre de 2018 hasta el primer trimestre de 2022 se acumula una contracción de 8.8% en la productividad laboral. Parece haber algo más estructural y de fondo. La mano de obra mexicana es menos productiva que hace cuatro años en buena medida por un bajo crecimiento económico y por todos los eventos en el mercado laboral desde los efectos de la pandemia hasta las regulaciones”, opinó Carlos Ramírez, director de Desarrollo de Negocios de Integralia Consultores. 

Aunque explicar las causas de esta situación puede ser complejo, lo que sí es un hecho, es que este indicador muestra un entorno complejo para hacer negocios en México, incertidumbre jurídica y dificultad para invertir, consideró el especialista. 

El mercado se recupera, la productividad no 

A pesar de que en el primer trimestre de este año también se observó una recuperación del nivel de ocupación, la productividad laboral mantuvo su tendencia a la baja. Desde la perspectiva de Gabriela Siller, esto se explica porque “la producción ha crecido más lento que la contratación”. Para la especialista, este fenómeno está estrechamente vinculado con un “estancamiento económico que puede durar varios años”.

“En productividad laboral estamos incluso por debajo de lo que teníamos antes de la pandemia y eso es un problema para la economía, para los hogares, los salarios y demás. Parte de lo que hemos observado es que el mercado laboral tuvo mucho dinamismo en enero y febrero, se acumularon más de 300,000 empleos formales, pero la recuperación se relentizó muy rápido. Ahí estamos viendo una parte del por qué estamos siendo cada vez menos productivos”, apuntó Sofía Ramírez, directora general de México ¿Cómo Vamos? 

Por otra parte, la especialista señaló que las inversiones privadas no han recuperado sus niveles previos a la emergencia sanitaria por la Covid-19 de manera equitativa para todos los sectores económicos. 

“Si no invertimos, va a terminar pasando lo que hemos visto en el segundo trimestre, una relentización de las contrataciones formales y del dinamismo de la economía, lo que afecta la producción por hora trabajada”, puntualizó.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

Baja productividad y alta pobreza, principales problemas de México: FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que México está sobrellevando un muy elevado costo humano, social y económico, pues se ha registrado un exceso de mortalidad de más de medio millón de fallecimientos probablemente vinculados con el covid-19, en un contexto en el que os principales problemas siguen siendo el escaso crecimiento de la productividad y los elevados niveles de pobreza.

De acuerdo con el resultado al término de la misión del Artículo IV correspondiente a 2021, el personal técnico del FMI refirió que el subempleo permanece por encima del máximo alcanzado durante la crisis financiera mundial, pues 4.5 millones de personas más están desempleadas, subempleadas o dispuestas a trabajar (la categoría amplia de desempleo) que antes de la pandemia y si de por sí os niveles de pobreza ya eran altos, han aumentado más; además, los jóvenes enfrentan importantes pérdidas en términos de aprendizaje, con efectos potencialmente perjudiciales a largo plazo.

Acciones

Ante este contexto, el organismo internacional aseguró que las prioridades en México consisten en salvaguardar la recuperación, preservar la estabilidad económica y promover un crecimiento inclusivo y sostenible y para esto será necesario vacunar lo más pronto posible a la población apta para recibir la vacuna.

Añadió que dada la holgura en la economía, una posición fiscal acomodaticia a corto plazo ayudaría a mitigar las secuelas a más largo plazo y a afianzar la recuperación, al tiempo que la focalización de este apoyo fiscal en programas bien diseñados de asistencia social, educación, salud y gasto en inversión pública aliviaría las cargas que sobrellevan los miembros más vulnerables de la sociedad y fomentaría un crecimiento más inclusivo.

Reforma fiscal

El FMI apuntó que este mayor gasto por adelantado tendría que combinarse con una reforma fiscal que se adopte gradualmente a mediano plazo, a medida que se afiance la economía, al tiempo que aplicar reformas en el lado de la oferta para mejorar la productividad y enfrentar la informalidad aumentarían la inversión y el crecimiento potencial.

Entre las recomendaciones para una reforma fiscal destacan: ampliar la base impositiva, eliminando una serie de exclusiones y gastos tributarios y ampliar el tramo impositivo superior; actualizar el catastro, mejorar la coordinación entre los distintos niveles de gobierno y simplificar y mejorar el cobro del impuesto vehicular; y reformar el régimen a fin de recaudar más ingresos cuando aumenten las utilidades, minimizando al mismo tiempo las repercusiones en la competitividad.

Asimismo, eliminar la tasa cero excepto para unos pocos alimentos básicos, racionalizar las exenciones, implantar una estrategia integral de cumplimiento de la gestión de riesgos y eliminar las tasas reducidas en la frontera; y adoptar un sistema más de mercado para los precios de la gasolina (dado que la actual fórmula de cálculo del impuesto favorece desproporcionadamente a los ricos).

Pensiones

El organismo resaltó que sobre la base de la reforma del año pasado, se podría considerar en rediseñar la pensión mínima para mitigar los riesgos de la jubilación anticipada (reforzando el vínculo entre la edad de jubilación y las pensiones), armonizar los regímenes especiales de pensiones con el sistema a nivel más general, completar sin demora la transición para dejar atrás el costoso plan de pensiones previo a 1997 y elevar la edad en la que los trabajadores del sector público adquieren derecho a una pensión completa.

También se debería considerar mantener en los próximos años el nivel actual de pensiones sociales (no contributivas), ajustándolas en función de la inflación.

Política monetaria

En materia de política monetaria, el organismo aseveró que una trayectoria gradual de normalización de tal política equilibraría la necesidad de respaldar la economía, a medida que se recupera de la pandemia con la necesidad de garantizar un anclaje firme de las expectativas de inflación a mediano plazo.

Además, una mayor claridad de la evaluación del banco central sobre las perspectivas ayudaría a sortear mejor los retos actuales.

El FMI abundó en que el marco de política monetaria ha resultado eficaz para México; sin embargo, la inflación y las expectativas inflacionarias se han situado históricamente en el extremo superior del rango de variación de la meta de inflación del banco central.

Por tanto, en la revisión podrían evaluarse el desempeño del marco y posibles modificaciones del conjunto de herramientas de política monetaria o de la estrategia de comunicaciones del banco central. La revisión asimismo podría considerar las funciones que cumplen la estabilidad financiera, la inclusión, el empleo y enverdecer el sistema financiero dentro del actual marco jurídico del banco.

CON INFORMACIÓN VÍA MILENIO

El trabajo y las horas

Es verdad: los usos y costumbres laborales son distintos en cada sector, hablando de horarios.

En muchas empresas e instituciones, la gerencia cree que hay que trabajar de sol a sol. Hasta hay competencia: yo llego más temprano, yo soy el que apaga la luz, yo no salgo ni a comer.

Las horas trabajadas no reflejan productividad. Es lo contrario, sobre todo si ese número de horas trabajadas no se traduce en ingresos, ventas, más y mejores productos. Si las ventas de un negocio permanecen constantes cuando la gente de esa empresa trabaja menos horas, entonces el trabajo no es muy productivo.

Por eso, entre los países de la OCDE, la mayoría más productivos, la gente trabaja menos horas que nosotros. Normalmente fraccionan el trabajo en horas, no en días. De esa forma, la seguridad social cara para una persona de bajos ingresos no sería la excusa para que esté condenada a una jornada larga. Una persona de altos ingresos, que cuesta mucho, podría reducir las horas que vende a una empresa de manera exclusiva. Así, un mayor número de empresas pueden aprovechar su experiencia, y ella tendría menos dificultades para encontrar un empleo en la edad madura.

Carlos Slim sugirió que los mexicanos trabajáramos menos horas. Tiene razón. Muchas horas de un trabajador subordinado antes de la pandemia, se iban en hacerse visible, no tanto en trabajar. La pandemia cambió esto, y hay un problema de supervisión del uso del tiempo. Por ello, las empresas en el mundo buscan medir los resultados de la gente, y no sus hábitos de asistencia a un lugar de trabajo.

Si trabajas en el gobierno, el promedio de horas que le dedicas a eso son 41.3 semanales (IMCO, con datos de ENOEN 2021, 1T). Ah. Pero la variabilidad es casi el 65%. En la semana que levantaron la encuesta, algún abnegado burócrata dijo haber trabajado 68 horas. En el sector privado formal, se trabajan en promedio 45.5 horas semanales. El error estándar es de 14.5%. Es decir, el trabajador que menos trabaja lo hace casi 39 horas a la semana, el que más, 52. En rango con lo que dice la Ley Federal del Trabajo.

Si tu empleo está en el sector informal, el promedio de horas dedicadas a la semana es 37.9. La volatilidad es de apenas un 22%. Cuando se puso intensa la jornada, le entraste con 46 horas.

Si tienes más educación, tus horas estarán mejor pagadas. Por ello, especulamos que las empresas formales y el gobierno están llenos de gente con nivel educativo alto, que tienen un costo de oportunidad elevado de sus horas de ocio, y que sacrifican esparcimiento y tiempo familiar por trabajo. Del otro lado, en la economía informal, el valor agregado es bajo, los grupos de producción pueden remunerar menos al capital y al trabajo, entonces el precio del ocio baja. No es sorpresa que mucha gente quiera ser informal, ya que son menos horas y el nivel educativo requerido es bajo.

En el trabajo doméstico, la variabilidad de las horas es del 51%. El promedio de horas trabajadas es 34.7, pero es posible que una semana haya que dedicarle 53 horas, y a la siguiente no haya más que 15 horas para trabajar. Algo muy parecido ocurre en la agricultura de subsistencia. Las horas trabajadas semanalmente son casi 19, pero el error estándar es 135%. Hay semanas en que hay que más que duplicar el esfuerzo, y otras en las que de plano no hay nada. Eso es ser pobre: no saber cuántas horas de trabajo puedes vender en el día, y que tu existencia dependa de ello.

Todos deberíamos tener los estándares de los empleados privados formales. La universalización de la seguridad social puede ser una manera de lograr esto. También, fraccionando el trabajo en horas, no en bimestres cotizados al IMSS, o en días trabajados en la fábrica o el rastro. De esa manera, cada uno de nosotros cuidará la productividad de cada hora, y nadie tendrá que obligarnos a trabajar más.

CON INFORMACIÓN VÍA EL FINANCIERO