Mujeres: “El corazón de la economía mexicana”

En México, las mujeres representan el 40.1% de la población económicamente activa, por lo que en muchas ocasiones también toman el rol de jefas de familia.

Madres, hijas, hermanas o tías son las que día a día llevan el sustento a sus hogares, además de buscar el equilibrio entre el hogar y el trabajo; es por ello, que muchas de ellas optan por emprender sus propios negocios, como lo son: fonditas, torterías, taquerías o tienditas.

De hecho, empresas como la Industria Mexicana de Coca-Cola, atienden en nuestro país a más de 1.3 millones de clientes, de los cuales 850 mil son pequeños comercios; de ahí la importancia de apoyar a las mujeres mexicanas emprendedoras.

La Industria Mexicana de Coca-Cola, está comprometida con el rol que desempeñan las mujeres en la economía del país; por ello han capacitado a más de 180 mil mujeres a través de Fundación Coca-Cola México para que puedan mantener y crecer sus negocios.

Además, la Industria Mexicana de Coca-Cola, se acerca a ellas para entender sus necesidades y las de sus negocios, a lo cual puede proporcionarles herramientas y equipo para que puedan crecer sus ventas.

Poner en marcha estos pequeños negocios, es beneficioso para millones de familias, pero lo es también para la economía del país, ya que de esta manera se generan empleos directa e indirectamente. Hoy podemos decir que 6 de cada 10 tienditas son atendidas por mujeres.

El compromiso de la Industria Mexicana de Coca-Cola, es seguir impulsando a las mujeres, multiplicando esfuerzos de la mano de las comunidades, autoridades y aliados, para promover iniciativas que impulsen su empoderamiento económico.

A través de la iniciativa de El Amor Multiplica, la Industria Mexicana también impulsa el talento femenino mediante la creación y desarrollo de murales comunitarios a lo largo y ancho del país, en donde muchos de ellos son protagonizados por mujeres. Hasta ahora se han desarrollado ocho murales en los que también se impulsa el bienestar de las comunidades, el cuidado del agua y reciclaje.

Además, han llevado a cabo dos foros en la Ciudad de México y Zacatecas bajo el nombre “La mujer, el corazón de la economía mexicana” en donde mujeres de distintos ámbitos y sectores han dialogado sobre los retos a los que se enfrentan día con día en el ámbito laboral, económico y social.

Seguir apoyando este tipo de iniciativas, no solo hará que nuestras calles cobren vida con estos pequeños negocios, sino que también beneficia a los bolsillos de familias mexicanas que dependen económicamente de ellos.

Contigo #ElAmorMultiplica

CON INFORMACION VÍA LA JORNADA

PERSPECTIVAS_ Precarización laboral y género en México

El acceso al trabajo digno no es igual para todas las personas en México. El acceso a las oportunidades de trabajo con prestaciones establecidas en la ley y bien remuneradas está directamente relacionado, entre otros factores, con la clase social, el nivel educativo y, por supuesto, el género.

Históricamente, diversos trabajos realizados en su mayoría por mujeres han tenido poco reconocimiento social, mala remuneración económica, han sido ejercidos sin derechos laborales que protejan a las trabajadoras, e incluso han sido espacios de violencia y discriminación contra ellas.

Un ejemplo es el trabajo en la industria indumentaria: ropa, calzado y accesorios. El Índice de la Transparencia de la Moda en México 2021 muestra que, a nivel internacional, entre 70 y 80% de la fuerza laboral del sector de las prendas de vestirconfeccionadas en los países productores son mujeres con bajos niveles de educación y, con frecuencia, menores de edad y personas migrantes.

Conforme a este índice, dos de cada tres personas que trabajan en la industria de la moda sin remuneración son mujeres y casi seis de cada diez personas laborando en esta industria bajo una subcontratación abusiva, también son mujeres. A esto se suma que la Cámara Nacional de la Industria del Vestido destaca que en México las mujeres representan 68% de la fuerza de trabajo en la industria de la confección de prendas de vestir.

Otra muestra de la precarización laboral en una actividad ejercida mayoritariamente por mujeres es el trabajo del hogar. Si bien hay avances importantes que se han obtenido gracias al esfuerzo de las trabajadoras de este sector, ésta sigue siendo una actividad feminizada y precarizada. De acuerdo a la Encuesta Sobre Derechos de las Personas Trabajadoras del Hogar, 88% de las personas trabajadoras del hogar son mujeres, 99 de cada 100 trabajan sin contrato y ganan un aproximado de 38 pesos por hora.

Otro ejemplo es el trabajo sexual. De acuerdo con la Alianza Mexicana de Trabajadorxs Sexuales, la clandestinidad en la que se ejerce este trabajo hace que el acceso a la justicia y los derechos laborales sean en muchas ocasiones casi imposible. Además, a nivel social es común que se desconozca la diferencia entre el trabajo sexual y el delito de trata de personas, lo que pone a las trabajadoras sexuales en una situación de vulnerabilidad en la que si no se declaran como víctimas del delito de trata pueden ser acusadas de ser victimarias. Esto además las enfrenta ante un sistema de justicia plagado de estereotipos de género en el que lejos de obtener justicia, sufren revictimización y violencia institucional.

Actualmente en México existen normas jurídicas fortalecidaspara atender las problemáticas que se presentan en el ámbito laboral, incluso desde la perspectiva de género. La reforma en materia laboral en la que se prevé la obligación de los centros de trabajo de contar con protocolos para prevenir, atender y erradicar la violencia laboral en los centros de trabajo y la ratificación del Convenio 190 de la OIT sobre la violencia y el acoso son avances importantísimos para el marco legal que debe proteger a todas las personas trabajadoras en México.

Sin embargo, a pesar de tener normas con los más altos estándares de respeto y protección de los derechos humanos de las mujeres en el área del trabajo, la realidad suele estar alejada de lo que nuestras leyes señalan. Se deben reforzar las acciones implementadas por el Estado y las empresas para mejorar las condiciones laborales, sobre todo de los sectores más precarizados.

Igualmente, se debe seguir trabajando para que el nuevo sistema de justicia laboral sea implementado desde una perspectiva de género, contemplando las interseccionalidades que profundizan la desigualdad. 

Es necesario que lo que hoy está escrito en el marco jurídico se transforme en un contexto de justicia social y en el que el acceso a los derechos laborales sea igual para todas las personas, especialmente de las mujeres.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

EU viola T-MEC al no resolver queja laboral de jornaleras mexicanas, afirman activistas

El gobierno estadounidense incumple el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) al no resolver la queja que solicitaron migrantes mexicanas por discriminación y violencia sexual sistémicas en el programa de empleo temporal H2. Las trabajadoras, acompañadas por activistas del Centro de los Derechos del Migrante (CDM), señalaron lo anterior y exigieron acciones concretas a la administración de Joe Biden.

Previo a la visita a México de Marty Walsh, secretario del Trabajo estadounidense, y aunque uno de los temas de su agenda será la discriminación en el empleo temporal, “vemos preocupante que el gobierno de Estados Unidos no coloca el trabajo de las mujeres migrantes como una prioridad”, dijo Olga Hernández Ávila, coordinadora del T-MEC en el CDM.

“Aplaudimos los esfuerzos que hacen (las autoridades estadounidenses) por fortalecer la libertad y democracia sindical en México, pero el trabajo de las mujeres que migran a Estados Unidos debe ser colocado por ambos gobiernos como una de las prioridades”, puntualizó en conferencia de prensa en línea el pasado jueves.

A pesar de que el gobierno de Estados Unidos “tiene suficiente evidencia de la discriminación por género”, no ha resuelto el problema, lamentó Rachel Micah-Jones, directora ejecutiva del CDM. Lejos de atender la queja, está ampliando el número de visas para este programa, agregó.

“Nos unimos a las trabajadoras migrantes para demandar que el gobierno de Estados Unidos detenga la discriminación de las empresas de una vez por todas”, dijo.

El 23 de marzo de 2021, las trabajadoras migrantes Adarely Ponce y Maritza Pérez solicitaron a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) presentar una queja laboral contra Estados Unidos mediante el T-MEC. Dicho tratado comercial incluye un capítulo para proteger los derechos laborales, así como sanciones para las empresas que los violen.

La STPS aceptó la solicitud e interpuso la queja laboral casi de inmediato. Desde entonces “ha habido consultas regulares, pero acciones significativas no hemos visto”, informó Rachel Micah-Jones.

Y si bien el gobierno de México podría llamar a un panel laboral, “ahora lo que exigimos es que el gobierno de Estados Unidos ponga en la mesa acciones para resolver la queja”, explicó.

Hostigamiento sexual y discriminación

El programa de empleo temporal en Estados Unidos consta de dos tipos, para actividades agrícolas (visa H2A) y para el sector no agrícola de empleo no calificado (visa H2B).

Los puestos para el primer grupo ofrecen mejores prestaciones y salarios, pero sólo el 3.8% de las visas H2A son otorgadas a mujeres. Desde el reclutamiento, los anuncios especifican que el empleo es sólo para hombres. La mayoría de las migrantes son dirigidas a las vacantes de visas H2B. No obstante que ganarán menos, las relegan a las actividades de menor salario, aunque no siempre menor carga de trabajo.

En 2018, después de mucho tiempo de insistir, Maritza Pérez, originaria de Veracruz, obtuvo una visa H2A para la pizca, siembra y empaque de calabaza, pepino y chile en Alabama. Aunque fue de las pocas que consiguió entrar a esa actividad, decidió ser copeticionaria de la queja por la discriminación de género que sufrió trabajando ahí.

“Más del 70% de los que trabajaban eran hombres y les pagaban a mejor precio, aunque hiciéramos las mismas actividades”. Laboraban “sin equipo de protección, mal comidas y sufriendo acoso sexual”. Realizaban “jornadas de más de 12 horas sin recibir el salario mínimo reglamentario. ¿Qué debe ocurrir para que lo anterior se elimine y nos den una respuesta?”, cuestionó.

Maritza Perez fue objeto de hostigamiento sexual “continuo y severo”, según consta en la petición de queja. “Su empleador y supervisor demandaron sexo a cambio de una mejor remuneración y trabajos físicamente menos demandantes. Cuando Pérez rechazó las demandas sexuales, fue castigada y asignada a labores físicamente más demandantes”.

Adarely Ponce, en cambio, nunca ha podido obtener una visa H2A. “Cuento con 11 visas H2B y en 2014 fue el ultimo año que pude acceder a ella porque la compañía redujo el numero de mujeres y nos dejaron sin empleo”, narró.

Ella es originaria de la sierra de Hidalgo. En Molango, donde nació, la mayoría de los hombres migran a Estados Unidos ante la falta de oportunidades laborales en la localidad. “Año con año vemos que se van y las mujeres nos quedamos en una lista de espera”, las pocas ofertas para ellas resultan ser fraude, dijo.

“El año pasado, después de iniciar la queja, entré a una agencia de empleo real, porque hay muchas falsas. Metí mi solicitud en línea, me preguntaban si era hombre o mujer, respondí y pasaron los meses y nunca me llamaron. La vacante era para trabajar en el campo”.

Empresas estadounidenses violan la ley

El CDM presentó nueva evidencia de discriminación por sexo a la STPS. Se trata de testimonios de trabajadoras migrantes a quienes les han negado el trabajo y quienes han enfrentado violencia sexual en el trabajo, informó Rachel Micah-Jones.

“Cada día que el gobierno de Estados Unidos no actúa y no atiende nuestra petición, más mujeres como ellas sufren de manera innecesaria”, advirtió.

“El T-MEC prioriza las obligaciones laborales, las hace plenamente exigibles y las coloca al mismo nivel que las otras obligaciones comerciales en el acuerdo”, dijo la abogada Kristin Greer Love

“Los empleadores que tratan a las trabajadoras de manera diferente por su sexo, género o identidad de género violan la ley de discriminación de Estados Unidos”, agregó. Por supuesto, también aquellos que les pagan menos o las obligan a trabajar en un puesto menos deseable, quienes acosan y quienes lo permitan.

“Exigimos que el gobierno de Estados Unidos responda de manera significativa e inmediata a las demandas de estas valientes mujeres”, señaló.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

Ratificaría el Senado esta semana convenio de la OIT contra acoso laboral

Esta semana se prevé que el Pleno del Senado ratifique el Convenio 190 de la OIT respecto a la Eliminación de la Violencia y el Acoso en el Mundo del Trabajo, adoptado en Ginebra en junio de 2019. A la fecha 10 países ya lo han ratificado. El objetivo de dicho convenio es la eliminación de esos delitos, los cuales reconoce que constituyen una violación a los derechos humanos y que son una amenaza para la igualdad de oportunidades.

Las comisiones dictaminadoras resaltan que en el primer trimestre de 2019, un total de 23 mil 500 personas abandonaron su trabajo por acoso, con una tasa de 43.5 por cada 100 mil ocupadas.

Los senadores destacan en el dictamen que otros estudios muestran la prevalencia y variedad de la violencia laboral que sufren las personas. Por ejemplo, en 2014 el Inegi realizó la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia, a fin de medir, entre otros asuntos, la victimización sufrida por jóvenes que tenían entre 12 y 29 años al momento de la encuesta.

De las personas que dijeron trabajar en ese entonces y que fueron víctimas ese año de distintos delitos y maltratos, un porcentaje sobresaliente reportó como responsables de la violencia a sus compañeros de trabajo, según se indica en ese estudio.

Asimismo, se refiere que 32 por ciento de los hombres y 36.5 por ciento de las mujeres que fueron objeto de burlas, apodos hirientes, rumores o mentiras, además de exclusiones por sus gustos, físico o ropa, señalaron a sus compañeros de trabajo como los agresores.

Éstos también fueron acusados por 20.1 por ciento de las mujeres y 6.2 por ciento de los hombres que fueron víctimas de un encuentro sexual no deseado, así como por 19.6 por ciento de los hombres y 4.4 por ciento de las mujeres que fueron víctimas de una agresión física.

Los compañeros de trabajo, se abunda en el estudio, también fueron señalados como responsables de tocamientos indeseados, daño a objetos personales, robos, extorsiones, chantajes a través de mensajes de texto y amenazas. Estos datos muestran que en el trabajo, y a manos de sus compañeros, las personas sufren diversos tipos de violencia.

El Convenio representa una oportunidad histórica para configurar un futuro del trabajo basado en la dignidad y el respeto para todos. Además, se detalla en el dictamen, dicho convenio se aplica a todos los sectores –público o privado– de la economía tanto formal como informal en zonas urbanas o rurales.

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA

En México, 32 millones de trabajadores en el umbral de la pobreza

En México, hay 32 millones trabajadores con ingresos insuficientes para superar el umbral de pobreza –costo de dos canastas básicas–; 10 millones continúan desempleados y 33 millones laboran en la informalidad, de acuerdo con un reporte de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

En contraste, “hay señales de mejora incipiente” en condiciones laborales para alrededor de 500 mil trabajadores, respecto a la afiliación a la seguridad social, contratación estable y a prestaciones, como resultado de “los primeros impactos positivos” de la reforma que prohibió el outsourcing.

De acuerdo con el 10º reporte del Observatorio de Trabajo Digno de la organización –elaborado con base en datos del Inegi– las personas desempleadas representan 2.6 millones más que antes del inicio de la pandemia en 2020, es decir un incremento de 34 por ciento en comparación con el segundo trimestre de 2021.

La tasa de desempleo es mayor para las mujeres al registrar 5 millones 854 mil, esto es 27 por ciento más que a inicios de 2020. En tanto que los jóvenes aumentó 5 por ciento, pues suman 3 millones 845 mil.

El documento indica que 32 millones de empleados (66 por ciento de las personas ocupadas) carecen de ingresos suficientes para adquirir dos canastas básicas –cuyo costo es alrededor de 7 mil 500 pesos—, que “es lo mínimo indispensable” para que una familia de cuatro personas con dos perceptores de ingreso supere la línea de pobreza.

Del total, 19 millones 339 mil asalariados carecen de remuneración suficiente.

La pandemia también incrementó la subocupación, pues en abril de 2020 se elevó a 11 millones de trabajadores y en mayo subió a 13.1 millones. Actualmente hay 7 millones 332 mil personas laborando a medio tiempo y por tanto ganan menos que antes.

Respecto a la población en el sector informal, si bien registró altos niveles, “hay una leve mejora” respecto a la situación previa a la pandemia. En el primer trimestre de 2020 había 34 millones 248 mil trabajadores sin acceso a seguridad social, ahorro para el retiro u otro derecho laboral; actualmente son 33.7 millones, que representan el 61.5 por ciento del total de la población ocupada.

En los trabajadores asalariados, cuya afiliación es obligatoria, también hay mejoría al pasar de 15.1 millones sin seguridad social, en 2020, a 14.8 millones al segundo trimestre de 2021. En tanto que 12 millones de trabajadores carecen de prestaciones, y 18 millones 331 mil de contrato estable.

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA

Con puesto formal y digno, uno de cada 5 trabajadores en México, destaca estudio

De las 20 millones de personas en edad y condición de trabajar que viven en la región sur-sureste del país, 11 millones laboran en condiciones precarias, sin ingresos suficientes y “marginadas de la seguridad social”, indica un estudio de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la organización, detalló que del total sólo 1.6 millones de personas cuentan con un trabajo formal y digno, con seguridad social e ingresos suficientes para comprar dos canastas básicas (canasta familiar). Esto significa que menos de 10 por ciento de la población en esa zona “tiene condiciones básicas y trabajo para salir de la pobreza”.

En tanto que 7.1 millones “están totalmente excluidas” del mercado laboral. Se trata de personas que están buscando de manera activa y no encuentran trabajo, y otras que no pueden trabajar porque realizan labores sin remuneración en el hogar; en esta zona del país, 97 por ciento de quienes están en esa condición son mujeres.

En videoconferencia de prensa, Gómez Hermosillo dio a conocer los resultados del Semáforo de Trabajo Digno para la región sur-sureste, que comprende los estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán; fue elaborado con base en el análisis de los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.

El estudio revela que, sin contar a estudiantes, pensionados y personas con impedimentos graves, México tiene una población de casi 75 millones de personas en edad y condiciones de trabajar, pero sólo están ocupados 50 millones. Del total, sólo 9 millones tienen un trabajo digno, “esto es menos de la quinta parte de las personas ocupadas en México”, subrayó.

Mientras que 35.3 millones trabajan sin alcanzar un salario suficiente y carecen de seguridad social. En tanto que 24.6 millones quedan fuera del mercado laboral por desempleo o porque realizan “quehaceres de cuidados o del hogar. A nivel nacional, de esta última cifra, 95 por ciento son mujeres. El documento refiere que cada año hay un déficit de cerca de 700 mil empleos.

De los estados antes mencionados, Campeche es de los que cuentan con un menor número de personas con trabajo formal, con 69 mil; seguido de Guerrero, con 105 mil; Tabasco, 134 mil, y Oaxaca, con 172 mil empleos dignos.

“El semáforo del trabajo digno es un llamado de atención, los datos confirman que el mercado laboral sigue siendo una fábrica de pobreza y que las condiciones en el sur del país son las más precarias, las que generan mayor carencia. La correlación entre la mayor pobreza de muchos de los estados del sur-sureste y la precariedad del trabajo es totalmente directa”, expuso Gómez Hermosillo.

CON INFORMACIÓN VÍA LA JORNADA

PERSPECTIVAS_ Más empleos formales, menos ingreso reales

Mientras continúa la tendencia optimista en torno al crecimiento de la economía mexicana en 2021 luego de la caída profunda de 2020, en el mes de mayo se dieron dos datos que representan una metáfora de lo que pasa con el trabajo. Por un lado, en mayo se recuperaron 38 mil 961 empleos formales, lo que representa la cifra más importante para dicho mes en los últimos siete años, según los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En el mismo mes, se dio un retroceso real de 1.45 por ciento en el salario de los trabajadores, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En 2020 se perdieron -debido a la pandemia- cerca de 2 millones de empleos, entre formales e informales. Esto profundizó la crisis de un segmento de la población acostumbrado a vivir en las penurias desde la pobreza, la misma que alcanza a más de la mitad de la población mexicana, en distintos grados que van desde la carencia moderada hasta la imposibilidad de alimentarse mínimamente bien. Cuando se inicia la recuperación económica, que tiene como principal viento a favor el impulso de Estados Unidos y su creciente demanda de productos, los números grandes se muestran muy alentadores en cuanto a producción de riqueza pero no dan muchas certezas en cuanto a la distribución.

Si pensamos el empleo en el contexto del repunte, los datos de la recuperación de puestos de trabajo que se dan al mismo tiempo que el retroceso real del salario nos pintan un problema conocido: la generación de puestos en cantidad permite que muchas personas vuelvan al trabajo pero la falta de calidad de los empleos hace que los ingresos sean insuficientes para atender las necesidades de las personas. Y aunque se trata de números del mes de mayo que sólo representan a los indicadores de dicho mes, en un sentido más amplio parecen una pintura de un mercado laboral que crece en ocupaciones pero no mejora en la misma medida en cuanto a los salarios, el poder adquisitivo y la posibilidad real de que los trabajadores mejoren sus condiciones de vida a partir de lo que perciben.

Mientras que entre noviembre de 2018 y marzo de 2021 hubo una mejora continua del poder adquisitivo de los trabajadores -porque los salarios se incrementaron más que los precios-, durante la pandemia no sólo se perdieron e inactivaron millones de empleos, sino que la precariedad se profundizó, lo que significa que las ocupaciones se volvieron más inestables, más inciertas, con ingresos menos previsibles y todavía lejos de las prestaciones. Y como prueba de esta lucha entre mejorías y retrocesos en el empleo, ahí está la pobreza que alcanza a millones de trabajadores que por más que se esfuercen siguen viviendo con limitaciones.

El reto de fondo en el mercado de trabajo es mejorar la calidad del empleo a un punto tal que los ingresos de los trabajadores les permitan bienestar, seguridad y certeza. Y esto se notará cuando disminuyan la pobreza y la desigualdad. Y cuando el trabajo y los buenos salarios dejen de estar divorciados.

CON INFORMACIÓN VÍA MILENIO

STPS_Día internacional de las personas trabajadores del hogar.

Hoy celebramos el Día Internacional de las Personas #TrabajadorasDelHogar. En la #STPS trabajamos por generar las condiciones que les permitan gozar de un #TrabajoDigno.