PERSPECTIVAS_ La evolución de las redes móviles

El mundo de los móviles es probablemente el que más ha evolucionado en el mundo tecnológico en los últimos años. En estas alteraciones han influido los diferentes desarrollos de las redes móviles de conexión para este tipo de dispositivos. Desde tener Internet en nuestras manos hasta hacer de la inmediatez algo cotidiano, hemos visto numerosas evoluciones. Por ese motivo, en este artículo vamos a tratar la evolución sufrida en estas redes de datos inalámbricas.

Introducción

En los años 70, cuando salieron al mercado los primeros teléfonos móviles, eran grandes y engorrosos, y sólo podían utilizarse para hablar. Es difícil de comprender ahora, pero cuando los mensajes SMS se integraron en los teléfonos móviles en las redes móviles 2G, obtuvimos un nuevo método de comunicación que acabaría teniendo un enorme efecto en nuestro futuro. El primer gran avance se produjo cuando la primera red nos permitió disponer de un Internet totalmente funcional en nuestros teléfonos móviles, el 3G, que más tarde se convirtió en el 4G y sus velocidades «vertiginosas». Actualmente estamos viviendo la revolución del 5G que parece que vivimos en el futuro, pero en realidad residimos en el presente. El 6G ya está desarrollándose para destronar la tecnología actual, pero eso es el futuro, por ahora…

¿Qué son las G?

Nadie podía imaginar que la revolución conduciría a las redes modernas y al 5G en el pasado. La realidad es que nuestras vidas están de alguna manera controladas por las redes telefónicas y las conexiones móviles a Internet, que han evolucionado con el tiempo hasta la actual tecnología 5G, muy debatida y controvertida.

La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que establece las especificaciones de las redes telefónicas, las supervisa. El comité IMT-Advanced, entre otras cosas, establece los criterios para que una tecnología sea considerada contemporánea.

Las Gs, simplemente es una forma de identificar a la generación de este tipo de tecnologías. La 5G sería la quinta en su generación, por ejemplo.

Red móvil 1G

El área metropolitana de Tokio fue el primer lugar en ofrecer un servicio móvil inalámbrico basado en la tecnología 1G en 1979. En aquella época era todavía un estándar mayoritariamente analógico, lo que provocó la primera revolución tecnológica. Sin embargo, esta tecnología tenía un defecto fundamental: sólo un individuo a la vez podía utilizar una banda de frecuencia específica.

Las redes 1G eran sólo analógicas y capaces de transmitir sólo voz. En aquella época era típica una cobertura estrecha porque esta tecnología era muy primitiva aún. Aunque las normas son en gran medida idénticas en todo el mundo, los estándares de este primer tipo de red móvil no se aplicaron de manera uniforme, porque fueron los primeros de su tipo. En España se utilizó la TMA, mientras que en Francia se usó Radiocomm 200, en Italia la RTMI y en el Reino Unido la TACS, que es una de las tres que existen en Japón, incluyendo la TZ-801, la TZ-802 y la TZ-803.

Red móvil 2G

La primera red digital GSM fue el sistema 2G. Nació con la especificación GSM. Se incrementó el ancho de banda de la red, lo que dio lugar a velocidades más rápidas y a nuevas funciones como los SMS, MMS, y la conexión WAP. Se produjo una transformación sociocultural clave al lanzarse los SMS por primera vez con una red 2G. Los mensajes cortos de 160 caracteres, que alteraron la forma de relacionarnos, fueron de los primeros que enviamos.

La base de esta segunda generación, el GPRS (General Packet Radio Service) se desarrolló en la década de 1980 y sigue en uso. Un salto adelante, aunque su lentitud limita mucho la experiencia. Las velocidades de transferencia de datos varían entre 56 kbps y 114 kbps, lo que lo hace inadecuado para cualquier uso de Internet.

Más tarde llegaría la tecnología EDGE (Enhanced Data Rates for GSM Evolution) o EGPRS (Enhanced GPRS) es una evolución del sistema GPRS anterior. Cuando se introdujo, fue extremadamente vital, ya que permitía realizar los mismos trabajos que el GPRS pero con un mayor nivel de fluidez, gracias a su velocidad de 384 Kbps. Por aquel entonces, ya era factible enviar SMS pesados, ya que se podían abrir con cierta velocidad. La tecnología EDGE se sigue utilizando hoy en día, y puedes reconocerla si miras tu móvil, ya que mostrará junto con la cobertura una E que indica que tiene una conexión EDGE activa.

Además, EDGE allanó el camino a la calidad 3G…

Red móvil 3G

A principios del año 2000, Corea del Sur y Japón fueron las primeras naciones en adoptar la tercera generación de tecnología de Internet móvil, mientras que España fue la primera en adoptarla en 2005. El estándar UMTS (Sistema Universal de Telecomunicaciones Móviles), que evolucionó a partir del CDMA utilizado en las redes de 2G, es la base de esta generación. Se utilizan las bandas de frecuencia de 850, 900, 1800 y 2100 MHz, que ofrecen más ancho de banda. Internet llega a los teléfonos móviles con 3G, que tiene una velocidad de descarga de 21 Mbps.

Con las conexiones 3G, los intercambios de datos son más rápidos y fiables, por lo que pueden utilizarse para más fines, incluidos los archivos multimedia, que antes eran imposibles. Cuando se introdujo, la velocidad de conexión de hasta 2 Mbps supuso un gran avance en este ámbito.

Más tarde llegaría una nueva cobertura bajo la designación «H», que indica que se trata de tecnología 3G+. La tecnología HSPDA era el estándar de la 3G mejorado. Proporcionaba a los usuarios hasta 14,4 Mbps de descarga. Incluso en aquella época, esto era un cambio muy significativo. Hubo otros estándares adicionales: HSUPA y HSPA+ (HSPA+ Evolved). Este último ofrece hasta 84 Mbps de bajada y 22 Mbps de subida. Lo mejor de HSPA+ es que permite subir archivos.

En 2008, se denominó a la tecnología 3G LTE, es decir, Long Term Evolution, término utilizado para indicar la evolución de un estándar de comunicación para mejorar su rendimiento. Lo importante de 3G LTE es la introducción de la tecnología MIMO, Multiple Input, Multiple Output en las redes móviles.

Red móvil 4G

La forma de vivir nuestra vida ha cambiado radicalmente: Ahora podemos enviar correos electrónicos con nuestros dispositivos móviles, descargar aplicaciones de la App Store, hacer videollamadas con Whatsapp e ir más allá de los SMS con la ayuda otras apps de transferencia. Y todo gracias a la nueva 4G LTE. El 27 de junio de 2011 (aunque la tecnología se desarrolló en 2010), día en que se concedió la licencia, comenzó la historia de LTE, la red celular de cuarta generación. Las velocidades son bastante más rápidas que 3G, para adaptarse a las necesidades de la nueva comunicación móvil y el internet de las cosas (IoT) ya son posibles: Transmisión de vídeo en HD y 4K, transmisión de música de alta calidad e IoT, con dispositivos siempre conectados y controlados en cualquier lugar.

Está basada en el estándar 3GPP. En teoría las velocidades entre las que se mueve esta conexión son hasta los 150 Mbps de bajada y los 50 Mbps de subida.

Hay que decir, que al igual que ocurrió con 3G, también hubo un 4G+, es decir, una conexión 4G mejorada. La tecnología 4G+ puede alcanzar velocidades de descarga de 300 Mbps y de subida de 50 Mbps. LTE Advanced, 4.5G, o LTE-A, se introdujo en 2015 para mejorar el rendimiento de 4G. Se utilizan las frecuencias de 700 MHz y 2600 MHz para proporcionar esta conectividad mejorada. Al combinar estas frecuencias se consigue un aumento de velocidad de 100-150 Mbps, lo que supone una mejora del 50% respecto a las conexiones 4G convencionales.

Red móvil 5G

En España ya hay muchas zonas que cuentan con redes inalámbricas 5G, pero el verdadero 5G no se implantará hasta dentro de un tiempo. NSA (Non Standalone) y SA (Standalone) son dos tipos de tecnología 5G actuales. La tecnología NSA no puede funcionar de forma independiente en las redes 5G y, por lo tanto, requiere la infraestructura 4G actual para funcionar. Dicho de otro modo, el nuevo estándar se utiliza para conectar nuestro dispositivo a la antena, pero el estándar 4G se utiliza para conectar las antenas, por eso nunca alcanzaremos las velocidades 5G. Con la tecnología NSA se pueden conseguir hasta 2 Gbps de bajada y hasta 150 Mbps de subida.

La tecnología 5G garantiza una fiabilidad extremadamente alta, una mayor velocidad de conexión, una menor latencia y un mejor rendimiento que LTE al conectar un gran número de dispositivos. Las frecuencias previstas para la transmisión de la señal 5G son: 700 MHz (los televisores utilizan actualmente esta frecuencia), 3600-3800 MHz y 26 GHz (que utilizan ondas electromagnéticas más altas que las actuales).

Con distancias más cortas entre el receptor y el transmisor, los datos pueden transmitirse con mayor rapidez y precisión, siempre que los obstáculos sean un problema menor. Además, el 5G promete llevar la cobertura hasta zonas que hasta ahora eran «paraísos» sin conectividad posible.

La Next Generation Mobile Networks Alliance define «5G» como un estándar capaz de cumplir los siguientes escenarios:

  • Velocidad: se promete que será 100 veces más rápida que la de 4G convencional. La velocidad potencial máxima es de 20 Gbps y esto te permite descargar rápidamente grandes cantidades de datos. Por ejemplo: descargar una película tarda unos segundos. Su velocidad es directamente proporcional al número de clientes que se conectarán a la red, por lo que no todo son ventajas.
  • Consumo de energía: también se sabe que las células 5G tienen un consumo de energía limitado, incluso cuando están bajo carga. Por ello, deberán estar equipadas con un modo de ahorro de energía para cuando estén en estado ocioso.
  • Capacidad: la capacidad de transmisión de datos aumentará, ya que lo hace la velocidad. Por tanto, también habrá nuevas posibilidades ahora no posibles con la actual 4G.
  • Latencia: tiene un intervalo de tiempo entre el envío de la señal y su recepción de 30 a 50 veces menor que 4G, lo que es mucho más rápido. Esto permite controlar dispositivos y aparatos de forma remota y en tiempo real (vehículos autónomos, operaciones quirúrgicas remotas, gestión del tráfico de carreteras, puertos y aeropuertos, dispositivos de IoT, Industria 4.0, monitorización en tiempo real, etc.).
  • Densidad: permite conectar hasta un millón de dispositivos por km2, 100 veces más que la actual 4G, y sin afectar la velocidad de conexión. Es precisamente esta característica la que resulta más interesante para el IoT o Internet de las Cosas. En el futuro, las redes ya no se utilizarán solo para dispositivos móviles, sino también para la comunicación entre objetos, desde electrodomésticos, hasta vehículos conectados, pasando por señales de tráfico, sensores, maquinaria industrial, juguetes, y un largo etc. Esto, ayudado con tecnologías del cloud computing, fog computing y edge computing, habría un sin fin de posibilidades en un futuro.

Se calcula que la 5G estará disponible para el 40% de la población mundial a finales de 2024, y que 1.500 millones de personas estarán suscritas a ella. Las redes 5G serán redes de redes, que emplearán «Small Cells» (una tecnología similar a la MIMO) que proporcionarán una cobertura generalizada en todos los entornos mediante la colocación de diminutas antenas de forma capilar (más antenas con menos emisiones).

Red móvil 6G

Aún no se ha implantado el 5G del todo y ya se está empezando a hablar del 6G. Muchas mentes ya están planificando y desarrollando lo que será el futuro de la conectividad móvil. Se espera que podría llegar para el año 2030, y vendrá cargada de mayor velocidad y también de novedades respecto a la 5G. Pero, por el momento, solo es ciencia ficción.

Entre algunas características que podrían llegar con el 6G destacan:

  • Velocidades de transferencia que se expresarían en Terabytes en vez de gigas.
  • La cobertura será aún mayor que con 5G, lo que ya permite conectar zonas rurales y podría hacer que con el 6G prácticamente todo el planeta esté bajo esta cobertura.
  • Se reducirá el consumo energético respecto a la red 5G, lo que será positivo en muchos aspectos donde la eficiencia importa.
  • La latencia de estas redes 6G será menor al del 5G, lo que significa mayor rapidez en las conexiones que serán casi instantáneas.
  • Podría ser clave para el desarrollo de tecnologías como la IA, la robótica, la Industria 5.0, entre otras.

Red móvil 7G

Pese a que aún no está la 5G en su plenitud y de que se está comenzando a hablar de la 6G, también hay información acerca de lo que podría ser la 7G, el futuro de la conectividad. Por supuesto, tendrá frecuencias más altas, latencias mucho más bajas, y mayor velocidad. Pero también vendrá con otras posibles mejoras muy interesantes.

Por ejemplo, se está hablando de que la infraestructura computacional del 7G será capaz de decidir de forma autónoma el lugar más adecuado para que se produzcan las cosas para hacerlo de la forma más rápida y eficiente.

También se habla de hipotéticas soluciones del 7G como:

  • Detección de amenazas de ciberseguridad.
  • Mayor control.
  • Posibilidades con nuevas interfaces BCI (interfaces cerebro-computadora).
  • Nuevas posibilidades de control de la salud mediante sensores biométricos en tiempo real a cada paciente.
  • Anticipación a catástrofes naturales ayudados de otras tecnologías.
  • Mejoras para la gestión IoT.

Controversias de las redes móviles

Dado que la reciente tecnología de telefonía móvil está avanzando a pasos agigantados, no se han realizado estudios sobre los efectos en la salud, por lo que está dejando que muchas teorías de la conspiración y posibles efectos adversos corran por las redes. Al igual que la propia tecnología, la preocupación por los efectos sobre la salud de las transmisiones inalámbricas no es nada nuevo.

Hasta la fecha, y tras amplios estudios, no hay efectos negativos para la salud que se atribuyan a la exposición inalámbrica de forma causal, aunque no deja de ser una radiación no ionizante a la que hay que limitar su exposición. No hay pruebas en la literatura científica que sugieran que las personas que utilizan teléfonos móviles tengan un mayor riesgo de experimentar efectos adversos para la salud cuando se aplican las directrices de exposición que se recomiendan (los dispositivos deben pasar unas certificaciones para poderse vender).

Por otro lado, hay que tomar la información que llega a través de las redes con precaución, ya que existen muchos intereses detrás, tanto en decir que son perjudiciales como en decir lo contrario. Sin ir más lejos, el 5G ha abierto una guerra geopolítica y tecnológica entre EE.UU. y China, ya que el gigante asiático ha llegado antes a la conquista de esta nueva tecnología.

A pesar del gran número de estudios realizados sobre los efectos de la telefonía móvil en la salud en las últimas dos o tres décadas, no hay pruebas de que el riesgo para la salud aumente con exposiciones a EMF o CEM (Campos ElectroMagnéticos) inferiores a los niveles establecidos por los organismos internacionales. Según las pruebas científicas disponibles, no existe ningún riesgo para la salud asociado a la exposición a los niveles más bajos de CEM de radiofrecuencia a los que están expuestos los seres humanos a través de los teléfonos móviles, las torres de telefonía móvil, las antenas y los dispositivos 5G. Por tanto, en principio, no serían cancerígenos como algunos apuntan.

Si, como hemos visto anteriormente, los niños absorben mayores cantidades de radiación, son más vulnerables a los efectos sobre la salud debido a sus cuerpos en desarrollo, y tendrán una mayor exposición acumulada a lo largo de su vida, porque son nativos digitales. Por este motivo, se siguen realizando estudios y no deja de ser un tema preocupante.

Los efectos fisiológicos de la radiación electromagnética varían en función de la frecuencia, por lo que la llegada de la 5G ha dado lugar a una importante revisión internacional de las directrices de seguridad radiológica pertinentes, en la que se acordó que no había suficientes datos para permitir una evaluación significativa de los riesgos para la salud. Sin embargo, muchos gobiernos están preocupados y siguen encargando estudios a la comunidad científica.

Sin ir más lejos, algunos científicos piden a la Comisión Europea que retrase la expansión de las redes 5G hasta que los posibles riesgos para la salud humana y el medio ambiente sean investigados en su totalidad por científicos independientes de la industria.

Además, muchas personas aseguran que son sensibles a este tipo de radiación electromagnética y que padecen dolencias de diversos tipos cuando se exponen a ellos. No obstante, no es algo que esté catalogado como una enfermedad.

Pese al silencio de muchos al respecto de las nuevas tecnologías de comunicación inalámbrica, ya se ha relacionado con el cáncer, los problemas reproductivos y otros innumerables problemas de salud, la explosión de señales de este tipo. Incluso con la llegada del 5G y las vacunas se ha abierto otra controversia, aunque ésta última sin fundamentos científicos.

Para finalizar, decir que es importante tener estudios independientes, no financiados por gobiernos o por empresas que tienen interés en la implantación de este tipo de tecnologías, ya que ello implica manipular los resultados para obtener la respuesta que ellos buscan, y no la verdad. Por eso, por el momento puedes usar todas las tecnologías con moderación, a la espera de estudios más relevantes…

CON INFORMACIÓN VÍA GUÍA HARDWARE

TENDENCIAS_ Por qué las ciudades serán el desafío futuro de los reguladores TIC

Cuando se habla de temas digitales, es común escuchar que el desafío más apremiante es cerrar brechas y garantizar que las comunidades rurales se conecten a Internet, pues son las principales zonas que carecen de este servicio o donde la calidad es insuficiente.

Y aunque este reto sigue siendo urgente, en el futuro también las ciudades captarán la atención de los reguladores TIC en América Latina. Sergio Martínez Medina, comisionado de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) de Colombia, explicó por qué durante el LATAM ICT Congress 2022.

Para Martínez Medina, algunos de los principales desafíos regulatorios de los próximos años estarán relacionados con las urbes, debido a que las ciudades y territorios buscarán convertirse en ciudades inteligentes.

En Colombia, por ejemplo, el nivel de urbanización ha aumentado cada vez más y se espera que el 80 por ciento del país sea urbano dentro de 25 años, por lo que las ciudades serán “el canal transformador de desarrollo”, afirmó el comisionado.

Con eso en mente, Sergio Martínez destacó que América Latina requiere una agenda regional que promueva una mirada regulatoria conjunta para impulsar el desarrollo de las redes de telecomunicaciones y la revolución digital.

Los desafíos de transformación digital, sobre todo en las alcaldías, regiones o municipios, no podrán resolverse a través de decretos u obligaciones, sino que requiere una colaboración con las comunidades y crear un círculo virtuoso para incentivar a las autoridades a hacer cambios.

El comisionado de la CRC comentó que la institución colombiana ha tratado de promover buenas prácticas en cuanto al despliegue de infraestructura, con el fin de lograr que más localidades eliminen las barreras para que cuenten con un entorno propicio para volverse ciudades o territorios inteligentes.

Asimismo, la Comisión está ejecutando herramientas para fomentar la implementación de infraestructura y mejorar la conectividad, a través de modelos de regulación flexibles e innovadores y armonización normativa.

Durante su intervención en el segundo día del evento, Carlos Lugo Silva, oficial Experto para las Américas de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), explicó los alcances de la Coalición Digital Partner2Connect.

Se trata de un proyecto de la UIT que busca contribuir a alcanzar la conectividad universal de manera asequible, promoviendo que las organizaciones, instituciones y empresas se comprometan a coordinar sus acciones a favor de la transformación digital y el cierre de la brecha digital.

CON INFORMACIÓN VÍA DPL NEWS

37% de la población mundial aún carece de Internet: UIT

Aunque la pandemia de Covid-19 aceleró la adopción de Internet, al brindar la oportunidad de mantener actividades laborales o de educación, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) estima que aún existen 2.9 mil millones de personas sin acceso a esta herramienta, las cuales se componen principalmente por gente en países en vías de desarrollo y en rangos de mayor edad.

Hasta 2021, la UIT estima que 4.9 mil millones de personas en el mundo eran usuarias de Internet, lo que representa un 63 por ciento de la población mundial. La organización destaca que desde 2019 se habrían sumado cerca de 782 millones de personas, impulsadas en parte por el surgimiento de la pandemia y la necesidad de asumir tareas remotas, en educación, salud, información y servicios públicos y gubernamentales.

“Esta es una buena noticia para el desarrollo global. Sin embargo, los datos de la UIT confirman que la capacidad de conexión sigue siendo profundamente desigual”, advierte la organización multilateral.

El fuerte crecimiento desde 2019 fue impulsado en gran medida por aumentos en los países en desarrollo, donde la penetración de Internet aumentó más del 13 por ciento. En los 46 países menos adelantados (PMA) designados por las Naciones Unidas, el aumento medio superó el 20 por ciento.

De los 2.9 mil millones de personas que siguen sin conexión, se estima que 96 por ciento vive en países en desarrollo. La UIT advierte también que aun entre las personas que se identifican como usuarias de Internet, su conexión se realiza con poca frecuencia a través de dispositivos compartidos o utilizando velocidades de conectividad que limitan notablemente la utilidad de su conexión.

“Estas estadísticas muestran un gran progreso hacia la misión de la UIT de conectar el mundo. Pero sigue habiendo un gran ‘abismo de conectividad’ en los PMA, donde casi tres cuartas partes de las personas nunca se han conectado a Internet. Las mujeres en los PMA están particularmente marginadas, y aproximadamente cuatro de cada cinco siguen sin conexión”, dijo Doreen Bogdan-Martin, directora de la Oficina de Desarrollo de las Telecomunicaciones de la UIT. 

Además de la falta de acceso a Internet, la organización indica que muchas de estas personas enfrentan desafíos adicionales como la pobreza, el analfabetismo, el acceso limitado a la electricidad y la falta de habilidades y conocimiento digital.

Por otro lado, el informe también indica que aunque la brecha digital de género se está reduciendo a nivel mundial, persisten grandes brechas en los países más pobres. Mientras que esta brecha prácticamente se ha eliminado en el mundo desarrollado (89% de los hombres y 88% de las mujeres en línea), persisten grandes brechas en los países menos adelantados (31% de los hombres contra 19% de las mujeres) y en los países en desarrollo sin litoral (38% de hombres frente al 27% de las mujeres).

A nivel mundial, una media del 62 por ciento de los hombres utiliza Internet en comparación con el 57 por ciento de las mujeres.

En cuanto a las brechas regionales, a nivel mundial, las personas de las zonas urbanas (76%) tienen el doble de probabilidades de utilizar Internet que las de las zonas rurales (39%).

CON INFORMACIÓN VÍA DPL NEWS

Ven rezago en licitación de espectro para 5G en México y América Latina

La lenta coordinación entre autoridades y particulares, además de los efectos de la pandemia del covid-19, hacen que México y América Latina se encuentren rezagados en la entrega de recursos radioeléctricos de 4G y 5G, reveló un estudio de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

El informe Análisis de las recomendaciones de espectro de la UIT en América Latina, elaborado por el organismo especializado en telecomunicaciones de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), evaluó el panorama de México y la región, en donde se comparó el espectro asignado y el recomendado para los años 2015 y 2020.

“Los atrasos en asignación de espectro radioeléctrico adicional para servicios móviles representan la permanencia de un gran obstáculo para el lanzamiento y buen funcionamiento de redes 5G. Estas redes requieren espectro en bandas bajas, medias y altas para su buen desempeño”, señaló José Otero, vicepresidente para América Latina y Caribe de 5G Américas.

De las 18 naciones consultadas a julio del 2021, el Índice 5G Américas de Espectro Radioeléctrico indica que la cifra de cumplimiento más alto para la sugerencia de 2015 (1.300 MHz) en la región representó apenas 51.5 por ciento de este parámetro y que el promedio regional alcanza sólo se ubicó en 34.2 por ciento.

En el ranking regional, México destacó gracias a la reforma constitucional de telecomunicaciones aplicada en la administración pasada, pues ésta generó la creación de una red de servicios móviles mayoristas. La cantidad de espectro atribuida difiere en los casos y oscila entre 30 y 130 MHz.

Sin embargo, se estima que en México están concesionados 488.7 MHz de espectro para servicios móviles que representan 37.6 por ciento de lo sugerido para 2015 y e24.9 por ciento para 2020, es decir, cifras a la baja en lo que va de la actual administración pública y lo sugerido por la UIT.

Las asignaciones de espectro para servicios móviles produjeron un promedio en América Latina de 406 MHz, un nivel que corresponde al 31.2% de la sugerencia de la UIT para 2015. De los 18 mercados que sigue el índice, ocho están sobre esa marca, incluido México.

Respecto a ello, el reporte sostiene que Argentina asignó un espectro cercano al 30.8 por ciento; Brasil 46.8 por ciento; Chile con 51.5 por ciento; Colombia 37.9 por ciento; Costa Rica en 39.2 por ciento; Nicaragua en 32.3 por ciento; Perú con 40.8 por ciento; y Uruguay 39.6 por ciento.

La falta de planeación de medio y largo plazo para la asignación de espectro suficiente limita el crecimiento de la industria de las telecomunicaciones y con ello se dinamitan los puentes hacia una sociedad digital, hacia el desarrollo de la economía y la transformación digital empresarial”, sostuvo el análisis.

El informe destacó que al cierre del 2020, la penetración de servicios móviles de México fue de 95.6 por ciento, producto de 120.5 millones de accesos móviles y una población de 126 millones de habitantes en un territorio de un millón 964 mil 375 kilómetros cuadrados.

CON INFORMACIÓN VÍA MILENIO

México avanzó 11 lugares en Índice Global de Ciberseguridad de la ITU, pero le falta estrategia y regulación

México subió 11 lugares en el Índice Global de Ciberseguridad de la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Mientras que en 2018, el país ocupó el lugar 63 de 175 países de acuerdo con su nivel de preparación en ciberseguridad, en 2020, México alcanzó el lugar 52 de 194 naciones consideradas en el estudio, con una puntuación de 81.68. 

México dista mucho aún del lugar número 28 que ocupó en el Índice de Ciberseguridad Global que realizó la ITU en 2017, sobre todo porque el país aún falla en los indicadores que miden los avances legales y organizacionales de las instituciones mexicanas. El país con la mejor protección en materia de ciberseguridad, según la ITU, es Estados Unidos, con un puntaje de 100, el máximo posible.

Entre los países que ocupan las primeras posiciones en materia de ciberseguridad en el mundo, de acuerdo con el índice de la ITU, se encuentran Reino Unido, Arabia Saudita, Estonia, la República de Corea, Singapur, España y Rusia; mientras que países como Corea del Norte, Honduras y Afganistán ocupan las últimas posiciones del listado. 

En materia de ciberseguridad, las posiciones en el continente americano también han cambiado desde el último reporte presentado por la ITU. Aunque México conservó el lugar número cuatro entre los países americanos, después de Estados Unidos, Canadá y Brasil; Uruguay, que hace algunos años superó a México como la tercera nación americana con los mejores resultados en ciberseguridad, ahora se posiciona en el lugar número cinco.   

Los puntos débiles de México en materia de ciberseguridad se concentran en el indicador de avances legales, que mide las leyes y regulaciones sobre ciberdelito y ciberseguridad, y el indicador organizacional, que analiza las estrategias y organizaciones nacionales que implementan la ciberseguridad.

Alice Oliva, directora de Legal Tech en la firma de ciberseguridad Optimiti Network, cree que para salvar estas dificultades legales y de organización, México requiere abrir los ojos para voltear a ver al resto del mundo y darse cuenta de que existe un reglamento internacional, como es el Reglamento General de Protección de Datos Personales (GDPR), que fue desarrollado por la Unión Europea, el cual es eficiente, porque permite incluso competir a nivel internacional en materia de datos personales.     

“Las empresas van a poder crecer porque van a cumplir con una ley internacional. México debe entrar en esa competición de conformidad con leyes más internacionales”, dijo Oliva en entrevista.

Con respecto a la capacidad organizativa de las instituciones mexicanas en materia de protección de datos personales, Oliva cree que lo que hace falta es darle mayores atribuciones al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.

CON INFORMACIÓN VÍA EL ECONOMISTA

TENDENCIAS_ ¿Qué tan caro es el Internet fijo en América Latina?

El precio de la banda ancha fija es caro en todos los países de América Latina y el Caribe, y en algunos casos es impagable para la población, si se toma en cuenta el costo de Internet en relación con el ingreso nacional bruto (INB) per cápita.

De acuerdo con el informe Tendencias de Precios de las TIC 2020 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), sólo en Bahamas, Trinidad y Tobago, Costa Rica y Uruguay el costo de la banda ancha fija equivale al 2 por ciento o menos del INB, pero con velocidades muy bajas.

Un servicio de este tipo tiene un buen nivel de asequibilidad si alcanza dicho parámetro de 2 puntos porcentuales, ya que es el objetivo que la Comisión de la Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible se propuso alcanzar para 2025.

Pero la mayoría de las economías latinoamericanas no han logrado conseguir esa meta. México, Chile, Brasil, República Dominicana, Barbados, Perú, Colombia, Panamá, Ecuador y Paraguay están cerca de alcanzarlo. Sin embargo, otras naciones como Jamaica, Cuba, Argentina, Guatemala, Bolivia, El Salvador, Belice, Honduras, Nicaragua y Haití tienen un largo camino por recorrer. 

Al interior de los países, también existe una brecha en el precio de Internet que impide a la población más pobre acceder al servicio. El estudio de la UIT señala que el 20 por ciento de las personas de menores ingresos no puede permitirse pagar la conexión de banda ancha fija en ningún país de las Américas.

Otro 40 por ciento de los ciudadanos más pobres se enfrentan a costos muy altos para sus bolsillos. En un caso extremo, en Honduras ni siquiera el 10 por ciento de la población con mayores recursos puede pagar la banda ancha fija; sólo es accesible para suscriptores comerciales.

En comparación, la banda ancha móvil es más barata en la región: ese es uno de los elementos que han influido en que su penetración sea más alta no sólo en América Latina sino en todo el mundo.

En Bahamas, Canadá, Costa Rica, Chile, Uruguay, Argentina, México, Brasil, Perú, Panamá y Barbados, el precio del servicio móvil de Internet es inferior o igual al 2 por ciento del INB per cápita. Y en la mayoría de los casos, los usuarios reciben entre 2 GB a 5 GB de datos.

Si bien existe un reto importante en la asequibilidad de Internet móvil en la región, la UIT destaca que es aún más preocupante la brecha en la banda ancha fija, pues los costos de esta última son menos asequibles y no han logrado disminuir tan rápidamente como la banda ancha móvil. Además, las redes fijas juegan un papel en el desarrollo digital, porque permiten habilitar conexiones de alta capacidad y cursan una mayor cantidad de tráfico de datos.

CON INFORMACIÓN VÍA DPL NEWS

Niños y jóvenes desconectados: dos de cada tres no tienen Internet en casa

Dos tercios de los niños y jóvenes de 25 años de edad o menos no cuentan con acceso a Internet en su hogar, es decir, 2 mil 200 millones en todo el mundo, así lo advierte un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, en inglés) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

El estudio indica que mil 300 millones del total son niñas y niños entre los 3 y 17 años; en tanto, 768 millones son niños y jóvenes de 15 a 24 años. Todos ellos se encuentran en edad escolar y carecen de acceso al servicio incluso durante la pandemia de Covid-19, que ha obligado a cerrar escuelas en diversos países y a adoptar modelos de aprendizaje a distancia con apoyo de la tecnología.

Además, Unicef y UIT alertaron que el acceso a Internet se hace todavía más bajo al mirar la realidad de las regiones más pobres. Por ejemplo, en África occidental y central, únicamente 5 por ciento de los niños y jóvenes tiene una conexión en casa, en contraste con la media mundial (33%).

La brecha en conectividad también es más profunda según el nivel socioeconómico, la riqueza de las economías y en las zonas rurales. En las naciones de altos ingresos, el 87 por ciento de los niños y jóvenes tienen Internet en el hogar, mientras que sólo 6 por ciento cuenta con el servicio en los países de menores ingresos.

Según el análisis con base en el ámbito de residencia, tres cuartas partes de los niños y jóvenes de las zonas rurales, de 25 años o menos, no tienen Internet, y el 25 por ciento sí disfruta de una conexión. En tanto, en las ciudades 41 por ciento cuenta con el servicio y el resto no.

En América Latina y el Caribe, 73 puntos porcentuales de los niños y jóvenes que habitan en poblados rurales no disponen de acceso a Internet en casa. Por otro lado, el porcentaje de niños o jóvenes que sí tienen el servicio en las ciudades es del 62 por ciento.

Si bien se trata de una problemática que ha persistido por varios años, la falta de conectividad se ha enfatizado durante la propagación del nuevo coronavirus. A lo largo de este año de confinamiento, las tecnologías, incluida Internet, han servido para mantener las actividades educativas, productivas y sociales.

Pero sin acceso a una conexión los niños y jóvenes enfrentan una barrera para continuar su educación, señalan las organizaciones de Naciones Unidas. Al mismo tiempo, los sistemas educativos tienen otros retos que son anteriores a la pandemia, como que uno de cada cinco niños en edad escolar no asistía a una escuela, o que en las instituciones educativas realmente no estaban aprendiendo.

El informe de Unicef y la UIT hace un llamado a atender esas brechas en la educación y, a su vez, ampliar significativamente el acceso a Internet e impulsar el desarrollo de habilidades digitales que serán necesarias para un futuro sostenible.

Con información vía DPL News

UIT estima una inversión de US$ 428.000 millones para achicar la brecha digital antes de 2030

Entre los trabajos en materia de desarrollo social realizados a nivel global por organismos internacionales sobresalen los relacionados a reducir la brecha digital. En ese sentido, además de las diferentes autoridades a nivel global, la Unión Internación de Telecomunicaciones (UIT) trabaja para aumentar la cantidad de habitantes conectados en el globo.

De acuerdo con ese organismo internacional se necesitan alrededor de 428.000 millones de dólares hasta 2030 para conectar a más de 3.000 millones de personas que aún no tienen acceso. La estimación pertenece al estudio «Connecting Humanity – Assessing investment needs of connecting humanity to the Internet by 2030». El informe reconoce que en 2019 casi la mitad de la población adulta mundial no estaba conectada a Internet.

Del monto económico que se estima necesario para poder cerrar la brecha, la mayoría debe ser destinada a la infraestructura, incluyendo unos 104.000 millones de dólares para gastos de capital (Capex) en redes móviles, lo que supone 2,6 millones de radio bases nuevas, y 70.000 millones de dólares en red de transporte (backhaul y backbone de fibra óptica), en total unos 700.000 kilómetros. En tanto que los gastos operativos (Opex) estimados son de 140.000 millones de dólares.

Del total de estas inversiones estimadas por UIT, el 90% deberán ser destinadas directamente a la implantación y mantenimiento de redes. En tanto que el 40% de lo estipulado para el Capex deberá destinarse a redes de última milla para conectar al menos al 90% de la población.

El estudio explica que la región que demandará mayor inversión es Asia Meridional, con 135.000 millones de dólares. En segundo lugar estaría África Subsahariana con 97.000 millones de dólares, seguida por Asia-Pacífico con 83.000 millones, las Américas con 51.000 millones, Europa y Asia Central con 33.000 millones y el Norte de África y Oriente medio con 28.000 millones.

El estudio explica que para que esas inversiones se realicen es necesario que las administraciones de la región propiocien un ambiente regulatorio y de políticas públicas que permita previsibilidad y, como consecuencia, la atracción de inversiones a largo plazo para apoyar la economía digital, en particular en los países de baja renta. Así las cosas, el estudio Connecting Humanity pretende crear una hoja de ruta para que los responsables políticos tengan una guía sobre la cual brindar mejores condiciones para alcanzar servicios digitales más accesibles, asequibles, fiables y seguros.

El estudio también analiza los costos relacionados con infraestructura, marcos normativos y reglamentarios que son más aptos, los conocimientos básicos y la generación de contenido tanto a nivel local como regional. También aborda la forma en que se deben financiar las zonas que hasta el momento no son atendidas por este tipo de redes y servicios.

Otro punto que remarca el informe es la forma en que la pandemia del Covid-19 puso en evidencia las desigualdades que existen en el acceso a banda ancha tanto en la comparación entre países, como dentro de una región o en un mismo país. Fundamentalmente destacan aquellas en materia de la desigualdad de acceso, la asequibilidad y la utilización de Internet. Esta situación se agravó a partir de la gran cantidad de servicios que se llevaron adelante por medio de Internet de banda ancha, desde algunos esenciales como la educación, a otros muy importante para la economía como el comercio electrónico o el teletrabajo.

Por último, el estudio remarca dos brechas: una relacionadas con las personas que viven en lugares remotos y otra de género. En la primera se explica que al menos el 12 por ciento de la población mundial no conectada vive en zonas de difícil acceso, la mayoría de esas personas en África y Asia meridional. En tanto que la brecha de género muestra una marcada diferencia entre las mujeres con acceso (48%) en relación a los hombres (58%).

Con información vía Brecha Cero