La candidata presidencial del oficialismo, Claudia Sheinbaum, acusó en su gira por el estado de Michoacán, que México todavía vive las consecuencias de la guerra que el presidente Felipe Calderón (2006-2012) declaró al narcotráfico en diciembre de 2006.
Tras su toma de posesión, el 10 de diciembre de 2006, Calderón ordenó una avanzada del Ejército mexicano en la región de Tierra Caliente, Michoacán, azotada desde aquellos das por el Cartel de la Familia Michoacana.
A 18 años de aquel momento, Sheinbaum, candidata a la presidencia de México por la Coalición integrada por los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM) llamó a no olvidar los daños que dejaron las decisiones de Calderón y recordó a Genaro García Luna, quien actualmente se encuentra preso en Estados Unidos, estuvo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública.
“Aquí vino un presidente que llegó a la presidencia con un fraude electoral, a decretar una guerra, la guerra contra el narco, Felipe Calderón´, y todavía vivimos las consecuencias de esa decisión absurda, terrible”, dijo Sheinbaum en un mitin en la ciudad de Zamora.
“Además no podemos olvidar, y este es un llamado a todos los ciudadanos de Zamora, que Calderón puso al frente de esa guerra a un narcotraficante que hoy está preso en Estados Unidos, García Luna”, agregó.
Desde aquel tiempo, la violencia y la inseguridad fueron en aumento en Michoacán y en otros estados del país.
En Michoacán, las organizaciones de narcotraficantes se disputan el control de la producción y tráfico de drogas como la metanfetamina, cocaína y marihuana, además de extender sus actividades delictivas a la tala clandestina de bosques, secuestro y cobro de piso, como se le llama en México a la extorsión a comerciantes y empresarios.
En la región de Tierra Caliente, Michoacán, operan las organizaciones criminales autodenominadas como Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), de Los Caballeros Templarios y Cartel de Tepalcatepec, éste último que encabeza el narcotraficante Juan José Farías Álvarez ‘El Abuelo’, identificado como uno de los principales perfiles que infiltraron los civiles grupos de autodefensa que se levantaron en armas en febrero del 2013.
La guerra contra el narco
En enero de 2007, solo unas semanas después de comenzar su mandato y declarar la guerra al narcotráfico, el entonces presidente de México, Felipe Calderón, acudió a una base militar del estado de Michoacán vestido como soldado para felicitarlos por los primeros operativos de la estrategia que marcaría el relato de un país que había sustituido a Colombia como el lugar de los grandes cárteles de la droga.
Así, el 11 de diciembre de 2006 en su estado natal de Michoacán, una región marcada históricamente por el narcotráfico, dio banderazo a una de la etapas más violentas de México y como muestra, los homicidios dolosos subieron de 10,253 en 2007 a un pico de 22,852 en 2011.
La estrategia militar, junto a las cruentas luchas entre cárteles antagónicos, sumergieron a México en un cruce de disparos de fusiles, metralletas y hasta lanzagranadas.
Los criminales minaron el paisaje de cadáveres colgados, decapitados, calcinados y enterrados en fosas clandestinas, mientras los uniformados han sido acusados de cometer torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.
Con información de EFE vía LA OPINIÓN