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La jubilación es todo un dilema: Nadie quiere contratar a los boomers

En estos momentos, muchos países del mundo se enfrentan al mismo dilema: los boomers están envejeciendo y pronto tendrán su jubilación.

En los próximos años, el porcentaje de la población en edad de jubilación alcanzará su mayor tamaño y se complicará el pago de pensiones; saturando las casas de retiro del adulto mayor y aumentando la escasez de mano de obra.

Larry Fink, de 71 años y CEO de BlackRock, una de las mayores gestoras de fondos en el mundo, ofreció una solución a la inminente crisis en su carta anual de marzo a los accionistas. 

Para evitar una catástrofe económica, la gente debe ahorrar más dinero y trabajar más tiempo.

«¿Qué pasaría si el gobierno y el sector privado trataran a las personas de más de 60 años como trabajadores con mucho que ofrecer, en lugar de como personas que deben jubilarse?», escribió Fink. 

La actual edad de jubilación de la Seguridad Social es de 67 años en Estados Unidos. En México, la edad de jubilación es de 65 años.

No obstante, tanto en Estados Unidos como en México, muchos abandonan el mercado laboral antes de llegar a la meta, especialmente si cotizaron lo suficiente para cobrar una pensión que les permita vivir, o si tienen suficientes ahorros.

En México, las personas pueden comenzar a jubilarse desde los 60 años, recibiendo 75% de su pensión de cesantía.

Los ‘pros’ y ‘contras’ de las propuestas para mejorar el futuro de los empleados mayores

La solución de Larry Fink es trabajar durante más tiempo. En cierto modo, esta alternativa suena bastante sensata.

Muchas personas de 70 años, sanas, enérgicas y a las que les gusta su trabajo, querrían seguir en el mercado laboral; así que, ¿por qué no animar a más personas a hacer lo mismo?

No obstante, este plan aparentemente tan positivo, pasa por alto varios límites. Por un lado, está la conciliación, ya que muchas personas mayores no pueden trabajar debido a una discapacidad o porque necesitan cuidar de otra persona. Por otro, está el hecho de que muchos de los que sí pueden trabajar, ya no son bienvenidos en el mercado laboral. 

A pesar de que la ley prohíbe discriminar por la edad o cualquier otra razón, es una práctica que sigue vigente.

Con la propuesta de Fink, en lugar de facilitar el ahorro y alargar la edad de jubilación, parece un callejón sin salida. La economía necesita que los empleados mayores trabajen más tiempo; pero muchas empresas no quieren contratarlos.

Los casos de edadismo están aumentando

Daniel Ross, un abogado de Austin, Texas, que representa a personas que han sufrido edadismo (discriminación por su edad) tiene muchos de estos casos y obviamente no es una buena señal.

El experto observó un  aumento de casos de este tipo en los últimos cinco años, especialmente por despido injustificado. «Aquí en Austin tenemos muchos empleos y empresas tecnológicas que buscan darle un aire más joven a sus equipos», explicó. 

En 2023, una encuesta de la Society for Human Resources Management (SHRM) reveló que 30% de los trabajadores fue discriminado por su edad en algún momento de su carrera.

«Esto no es nada bueno cuando nos encontramos en un momento en el que todavía tenemos muchos más puestos de trabajo que cubrir y personas capacitadas para cubrirlos», afirmó Emily Dickens, responsable de asuntos gubernamentales de la SHRM.

‘Tenemos un grupo de personas que, al parecer, solo contratan a su propio grupo de edad. Parecen tener prejuicios tanto con los que son más jóvenes que ellos como más mayores’, explicó Stacie Haller, asesora jefe de carreras profesionales de ResumeBuilder.com.

Según la Cámara de Comercio de Estados Unidos, en el país hay 8.5 millones de puestos de trabajo vacantes y solo 6.5 millones de personas en busca de empleo. 

La escasez afecta a varios sectores: Salud, hostelería, servicios empresariales y contabilidad  encabezan la lista. En el sector tecnológico de Texas, las ofertas de empleo van en aumento. A pesar de la escasez, muchas compañías se niegan a contratar a personas mayores.

Los prejuicios contra las generaciones mayores

Patrick Button, catedrático de Economía de la Universidad de Tulane, realizó numerosas investigaciones sobre la discriminación en el empleo, principalmente a través de lo que se conoce como experimentos de campo de correspondencia de currículums. 

Estos estudios consisten en crear currículums ficticios que varían en algunos aspectos y los utilizan para solicitar ofertas de empleo. El número de llamadas que recibe cada currículum indica la respuesta de la empresa a ese tipo de trabajador.

Uno de los estudios de Button analizó los «empleos puente», trabajos a tiempo parcial en la administración o el comercio minorista que muchas personas utilizan para alcanzar la cotización necesaria para jubilarse.

«La posibilidad de conseguir este tipo de trabajos es uno de los mecanismos que utilizan las personas mayores para trabajar más tiempo y tener una pensión más elevada», explicó Button. 

Él y sus coautores enviaron 40,000 currículums que redactaron para representar a distintos grupos de edad: trabajadores jóvenes de entre 29 y 31 años de mediana edad, de entre 49 y 51 años y mayores, de entre 64 y 66 años. 

Se presentaron a las ofertas de puestos administrativos, de ventas al por menor, de seguridad y de personal de limpieza. Todos ellos eran típicos empleos puente que atraen a solicitantes de todos los grupos demográficos.

Entre las mujeres, descubrieron un descenso de 3 puntos porcentuales en las respuestas en torno a los 50 años, con una disminución significativa alrededor de los 65.

En el caso de los hombres, el descenso aparece a partir de los 65 años. Los resultados son claros: «Existe una importante discriminación por edad a la hora de aceptar estos trabajos, sobre todo contra las mujeres mayores», concluyó Button.

La Gen Z también sufre discriminación, según una encuesta

Otros estudios demuestran un patrón similar: en 2024 ResumeBuilder.com, una web que ayuda a las personas a redactar currículums, hizo una encuesta a 1,000 responsables de contratación.

Los resultados revelaron que más de un tercio de las personas admitía tener prejuicios contra los candidatos mayores de 60 años y los candidatos de la generación Z.

Varias empresas están en el ojo del huracán por acusaciones de edadismo. Una investigación de ProPublica y Mother Jones de 2018 descubrió que IBM llevó a cabo un programa entre 2013 y 2018 para despedir a los trabajadores mayores de 40 años y reemplazarlos por otros más jóvenes. 

La Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo determinó que “había motivos razonables» para creer que IBM discriminaba a ciertos empleados por su edad. El caso sigue en curso actualmente.

El sistema no está diseñado para ayudar a la gente a trabajar más tiempo ni ahorrar suficiente dinero

En 2023, la compañía farmacéutica Lilly fue condenada por la EEOC (Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo, por sus siglas en inglés) a pagar una multa de 2.4 millones de dólares por una estrategia que puso en marcha entre 2017 y 2021 para emplear a vendedores novatos.

Esta incluía incentivos para que los directivos contrataran a menores de 40 años. 

El mismo año, la Clínica Médica Scripps de San Diego, Estados Unidos, fue también condenada a pagar 6.9 millones de dólares por establecer una edad de jubilación obligatoria para los médicos de 70 años, independientemente de su interés o capacidades.

Sin embargo, la discriminación no suele ser tan evidente. 

Ross, el abogado de Texas, señala que la mayoría de sus casos se basan en pruebas circunstanciales. Cuenta que personas a las que nunca se les ocurriría hacer comentarios sobre la raza, el sexo o la religión bromean casualmente sobre la gente mayor, preguntan cuándo se van a jubilar o discriminan a un compañero mayor. Este tipo de comportamientos le ayudan a construir sus casos.

Mantener el sistema de pensiones será cada vez más difícil

La discriminación por edad se produce por muchas razones. Vivimos en una cultura obsesionada con la juventud y las empresas no quieren que su imagen se vea afectada por las canas de sus trabajadores. 

Los empresarios piensan que  los trabajadores mayores tienen problemas de salud y, por tanto, necesitan más tiempo libre, o no están actualizados respecto a la tecnología. Algunos directivos no saben cómo hablar con sus subordinados de más edad.  

Los trabajadores de más edad no se adaptan a las promesas de los directivos por su experiencia y por eso, se les cataloga como «empleados difíciles».

«Las empresas quieren crear una mano de obra más joven. Creo que una de las razones por las que quieren hacerlo es para parecer más jóvenes ellas mismas y empatizar mejor con los potenciales clientes de 40 años más o menos», opinó Ross.

En un mundo ideal, los trabajadores de más edad podrían jubilarse tranquilamente y abandonar la responsabilidad de contribuir al motor económico y pasarle la batuta a las generaciones más jóvenes, mientras ellos disfrutan de un merecido descanso. 

Sin embargo, la pirámide invertida de las poblaciones occidentales nos lleva a pensar que mantener el sistema de pensiones será cada vez más difícil, por no hablar de que muchas personas mayores no han cotizado lo suficiente para vivir dignamente. 

No pueden jubilarse cuando lo desean porque no tienen suficiente dinero ahorrado; pero tampoco pueden seguir trabajando porque las empresas no los necesitan.

Las personas mayores no están preparadas para la jubilación

Larry Fink tiene razón al afirmar que la mayoría de los países industrializados no se han preparado para el impacto económico del envejecimiento de la población. En Estados Unidos y México, la generación silenciosa y los boomers disfrutan de pensiones y prestaciones sanitarias relativamente generosas. Sin embargo, para muchos jubilados, no es suficiente. 

El problema de la solución de Fink es que no es realista. Está pidiendo a la gente que trabaje más tiempo y ahorre más que sus empleados mayores, sin cambiar las barreras sistemáticas para estas opciones. 

A todos nos han dicho eso de que la vida no es justa, pero el sistema no está diseñado para ayudar a la gente a trabajar más tiempo o ahorrar más dinero. Las generaciones más jóvenes ya sienten pánico ante la cantidad de dinero que necesitan ahorrar para jubilarse.

Para Fink y otros miembros de la clase ejecutiva, el dilema es el siguiente: pueden pagar más a los trabajadores y dejarles trabajar más tiempo para que estén mejor preparados para la jubilación o pueden pagar más impuestos para que el gobierno pueda ofrecer mejores prestaciones de jubilación. De esta manera, los empleados dejarían de trabajar cuando lo necesiten.

No se pueden tener ambas cosas. Si ignoran el problema y no hacen nada, dejarán que el ciudadano con un salario básico viva sus años dorados en una mala situación financiera.

Esto provocará un desastre económico para todos.

CON INFORMACIÓN VÍA BUSINESS INSIDER

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