México será de los pocos países que se beneficien, en el mediano plazo, del llamado nearshoring, es decir, de la relocalización de empresas, consideró el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En entrevista con El Economista, Petya Koeva Brooks, directora adjunta del Departamento de Investigaciones del FMI, explicó que la relocalización va a tener efectos negativos en varios países; no obstante, México será de los ganadores en este suceso.
“Lo que hemos encontrado es que varios países verán un efecto negativo por este fenómeno en lo que se refiere a la Inversión Extranjera Directa (IED), es decir, no muchos países podrán tomar ventaja o se beneficiarán de ello. México será de las pocas naciones que sacarán provecho en el mediano plazo”, dijo.
La relocalización de empresas en México es uno de los grandes temas del cual se ha hablado en los últimos meses. El gobierno Federal ha declarado en múltiples ocasiones los beneficios del nearshoring para el crecimiento del país en el mediano plazo.
En este sentido, Petya Koeva Brooks recordó que el FMI modificó ligeramente al alza su estimado de crecimiento de México para este año, de 1.7 a 1.8%, lo cual se mantiene aún por debajo de lo planeado por el gobierno mexicano de 3 por ciento.
Si bien es una mejora de la proyección por parte del FMI, México se encontraría por debajo del crecimiento que se prevé para los países emergentes este año, de 3.9%, así como el estimado global de 2.8 por ciento.
La economista del FMI explicó que en México, como en el resto del mundo, se han incrementado los riesgos a la baja, algunos de ellos externos.
“Muchos de esos riesgos son externos, relacionados con las más apretadas condiciones financieras así como la posibilidad de menor demanda de socios comerciales y el menor crecimiento mundial”, indicó.
De la parte interna, señaló que el riesgo es la permanencia de la alta inflación, sobre todo la del índice subyacente, ya que además de afectar a los consumidores, haría que las altas tasas de interés permanecieran por un mayor tiempo.
Impulsar el crecimiento
El pronóstico a mediano plazo del FMI es que la economía a nivel mundial crezca alrededor de 3% en el siguiente lustro.
Lo anterior, aseveró la integrante del FMI, supone una situación muy retadora ya que, para el bienestar de las poblaciones, se necesita impulsar el crecimiento.
En este sentido, explicó que los creadores de políticas públicas deberán tener el gran reto de buscar maneras para fomentar e impulsar las tasas de crecimiento para los siguientes años.
El crecer alrededor de 3%, añadió, supone menores ingresos para que las naciones satisfagan sus necesidades de gasto, además de que también tendrá implicaciones en los niveles de la deuda pública y, sobre todo, en el bienestar de la población.
“Es importante hacer todo lo que podemos para incrementar el crecimiento”, aseveró.
Cada vez es más frecuente escuchar conceptos como “ecosistema digital”, “Industria 4.0”, “Plataformas Digitales Enlazadas”, “Cómputo en la Nube”, etcétera, sin que estos conceptos se entiendan a plenitud o se tenga una definición generalizada de lo que significan y, sobre todo, de lo que implican para las actuales redes de telecomunicaciones fijas o móviles y para la conectividad en su conjunto.
Es necesario citar algunos conceptos que se utilizan como indicadores en la clasificación de actividades económicas y del comercio de bienes y servicios digitales.
Por ejemplo, con el objetivo de identificar los efectos económicos de la digitalización en los Sistemas de Cuentas Nacionales, tanto la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han definido el sector digital como el conjunto de productores de los siguientes bienes y servicios:
Plataformas online.
Plataformas digitales facilitadoras de servicios.
Proveedores de bienes y servicios de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
Por otro lado, las transacciones digitales se clasifican en:
Bienes digitalmente adquiridos, lo que se denomina típicamente como “comercio electrónico”, entregado física o digitalmente dependiendo de la naturaleza del bien o del servicio objeto de la transacción.
Adquirido de una contraparte en la transacción que es residente o no residente en una plataforma digital.
Respecto de los productos digitales, éstos se clasifican conforme a lo siguiente:
Bienes de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y que a la vez se subdividen en cuatro grupos:
a. Computadoras y equipos periféricos.
b. Equipos de comunicaciones.
c. Electrodomésticos y electrónicos al consumidor final.
d. Otros bienes y componentes de TIC.
2. Servicios digitales excepto servicios en la Nube y servicios digitales intermedios que incluyen:
a. Servicios para equipos de TIC.
b. Servicios de licenciamiento y software para empresas.
c. Servicios y consultoría para tecnologías de la información.
d. Servicios de telecomunicaciones.
e. Arrendamiento o servicios de equipos para TIC.
f. Otros servicios para TIC.
3. Servicios de Cómputo en la Nube.
4. Servicios digitales intermedios que incluyen aquellos servicios que proveen información que la transacción entre las partes se realiza por medio de una plataforma a cambio de una contraprestación.
La digitalización ha dado lugar a la transformación de industrias preexistentes y al surgimiento de nuevas actividades económicas que se han clasificado conforme a las siguientes categorías:
Industrias digitalmente facilitadoras. Incluyen agentes económicos que facilitan la función del procesamiento de información y comunicaciones por medios electrónicos, por lo que incluyen lo que conocemos como concesionarios de telecomunicaciones, proveedores y desarrolladores de software, manufactura de equipo de cómputo y desarrolladores de sitios web.
Plataformas digitales intermediarias basadas en cobro. Empresas que reciben una contraprestación por facilitar la transacción basada en una plataforma entre dos o más agentes económicos independientes.
Plataformas digitales basadas en publicidad. Empresas cuyo ingreso se deriva de la venta de datos y de espacios de publicidad, por lo que se incluyen los motores de búsqueda, las redes sociales, los desarrolladores de aplicaciones gratuitas y demás plataformas de acceso y uso gratuito.
Empresas dependientes de plataformas digitales intermediarias. Proveedores independientes de servicios que dependen de un tercero que es una plataforma digital.
“E-Tailers” y plataformas digitales intermediarias basadas en tarifas. Son comercios al menudeo o mayoreo que comercian bienes o servicios en reventa que pueden tener su propio inventario o tienen una relación contractual con proveedores independientes.
Fintech (servicios financieros incluidos aseguradoras). Proveedores de servicios bancarios y financieros que operan exclusivamente en forma digital.
Otros servicios digitales, donde se incluyen proveedores de servicios que exclusivamente operan en forma digital como son los oferentes de servicios que son ordenados y entregados digitalmente a sus usuarios o suscriptores.
Una vez identificadas las actividades económicas relativas al entorno digital, podemos definir lo que se debería entender por un”ecosistema digital”, basado en banda ancha móvil y/o fija, o bien ser específicamente basado en cierta tecnología como 5G, como se ha expresado por diversas organizaciones, foros y autores.
Diversos autores definen un “ecosistema digital” como una red que comprende agentes originadores de datos y aquellos que son receptores de datos y que tienen a su vez el atributo de que amplifican el valor de los datos cuando éstos son compartidos dentro de la red del ecosistema.
Tales ecosistemas digitales se caracterizan por economías de escala (costos decrecientes en la originación y procesamiento de datos) y economías de red (valor creciente en el consumo de los datos procesados por el ecosistema a medida que los originadores de datos aumentan).
Su efecto en las estructuras de mercados de industrias tradicionales no necesariamente funciona conforme a lo que típicamente se conoce como competencia perfecta o de mercados con oferentes simétricos y atomizados, modelo que todavía tiene sus fanáticos en editorialistas, reguladores, concesionarios y organizaciones interesadas en el entorno digital y las telecomunicaciones.
Todavía las empresas en los sectores tradicionales de la economía permanecen en la etapa donde los datos que generan son utilizados para los mismos procesos operativos internos que tenían antes de la digitalización de su propia información.
Cabe señalar que tal concepto de digitalización es primitivo al sólo restringirse a la compilación de datos para el diseño de indicadores de desempeño con mayor precisión y exactitud, pero para las mismas decisiones que antes de su digitalización y sistematización.
Las empresas deben amplificar el valor de los datos que generan, es decir, tanto expandir el margen extensivo (originar mayor cantidad de datos dada la conectividad y la introducción del IoT) como el margen intensivo (incrementar el valor de los datos que originan por medio de incorporarse a un ecosistema digital).
Ello implica que los datos que generen sean un factor de ingreso para la empresa, a la vez que incorpora como un insumo con fines de mejorar su posición competitiva en el mercado donde se ubique.
Para ello, es necesario introducir los conceptos de que en un ecosistema digital existen dos ecosistemas inmersos: un ecosistema de producción que es un motor generador de datos y compartidor de datos actual y potencial inmerso en la cadena de valor o de suministro de toda industria típica en una determinada actividad económica.
De igual forma, existe un ecosistema de consumo, una red externa generadora de datos y compartidor actual y potencial de éstos, entre los que se encuentran los consumidores o usuarios de sus productos.
Para cada uno de estos sub-ecosistemas existe un ecosistema de terceras entidades que son los facilitadores y/o proveedores de sensores, almacenadores, procesadores (servicios en la Nube), entre otros, incluidos los proveedores de ciberseguridad.
Todos ellos basados en Inteligencia Artificial o en su etapa previa como Machine Learning.
La organización de tales ecosistemas digitales dará lugar, por incentivos propios del mercado, a “plataformas digitales enlazadas” que tendrán cuatro componentes: i) la conectividad de los productos (IoT), ii) la sustitución de la información del usuario o consumidor que tradicionalmente se realizaba en forma eventual y superficial por encuestas por los datos interactivos que se generan del uso rutinario de los productos, iii) la conectividad y plataformas de los servicios o bienes complementarios al uso del producto y iv) el intercambio de los datos originarios de los componentes anteriores en una plataforma que tenga objetivos de predicción y rediseño de productos, así como recomendaciones diferenciadas a los usuarios.
Es el ámbito donde el IoT se encuentra con los datos en la Nube y el uso de Machine Learning e Inteligencia Artificial.
Los datos que se deriven de los ecosistemas digitales a lo largo de la cadena de valor y generados por cada consumidor de un determinado producto se traducirá en un nuevo frente competitivo o de rivalidad con el resto de sus competidores, sean automóviles, electrodomésticos o equipos y maquinaria en diversas industrias donde la venta de cada unidad conlleva una nueva entidad generadora de datos, que a su vez aumenta el valor de los datos como un todo para cada competidor en el mercado.
Ahora podemos describir ¿cómo es una empresa en una Industria 4.0?
Es una empresa que eleva el retorno del capital invertido al considerar los datos que origina tanto en su operación como a lo largo de sus relaciones verticales “aguas arriba” y de sus usuarios o consumidores finales, de tal forma que no se limita al uso de datos “raw”, sino por medio de la compartición de los datos generados por su cadena de valor o suministro y aquellos de parte de sus distribuidores y por medio de la conectividad de sus productos al ser usados por sus clientes.
La agregación incrementa el valor de los datos originados en forma supra-aditiva, la suma del valor de cada entidad generadora de datos es menor que el valor del conjunto de datos procesados.
Fuente: Wolf, A. (2017, mayo 19). Industry 4.0 – Digitization of manufacturing. Bosch India Blog. Disponible en: https://blog.boschindia.com/iot/industry-4-0-digitisation-of-manufacturing/. Almada-Lobo, F. (2016). The industry 4.0 revolution and the future of manufacturing execution systems (MES). Journal of Innovation Management, 3(4), 16.
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El concepto de Industria 4.0 proviene de su mención como parte de la política industrial alemana en 2010.
En el Foro Económico Mundial de Davos de 2015 la canciller Angela Merkel la definió en los términos siguientes: “debemos, y lo digo como canciller alemán frente a una economía alemana fuerte, abordar rápidamente la fusión del mundo en línea y el mundo de la producción industrial. En Alemania, lo llamamos Industria 4.0″.
¿Cuáles fueron las etapas previas y lo que se espera sean las Industrias 4.0?
La Industria 1.0 fue la transformación de la revolución industrial de fines del siglo XIX, de la manufactura manual al uso de los procesos en serie basados en la máquina de vapor y de la energía hidráulica.
La industria 2.0 fue la transformación de las industrias atribuible a la baja en costos de transporte por el ferrocarril, el costo de las comunicaciones por el telégrafo y el uso de la electricidad.
La industria 3.0 es la transformación atribuible al uso de las telecomunicaciones con la telefonía, el intercambio de datos por equipos electrónicos conectados y la adopción de equipos de cómputo en forma masiva, etapa que no terminamos de superar.
Mientras que la Industria 4.0, la cual no ha iniciado en forma significativa, está basada en la fusión de las actividades productivas con los ecosistemas digitales, y usan en forma intensiva el IoT, Machine Learning y eventualmente la Inteligencia Artificial.
Fuente: S. Pradeep Kumar, S. Selvakumari, S. Praveena, y S. Rajiv, “Deep Learning Enabled Smart Industrial Workers Precaution System Using Single Board Computer (SBC)”, en G. R. Kanagachidambaresan et al. (eds.), Internet of Things for Industry 4.0, EAI/Springer Innovations in Communication and Computing.
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Por ello, la conectividad será parte fundamental de las actuales y próximas actividades económicas, por lo tanto, del crecimiento del ingreso de cada economía.
Para ello, en el caso de México es necesario un cambio en el marco normativo, regulatorio y de políticas públicas para la economía digital y de las telecomunicaciones, sólo de ello depende que superemos la etapa de la Industria 3.0 y dé lugar a una Industria 4.0 en México y América Latina. Después de 30 años de reformas no terminamos de ser emergentes.
Hasta hace unos 40 años, en México habíamos aprendido a sobrevivir en un capitalismo cruel donde el patrón y la empresa apenas tenían contrapesos con un sindicalismo corrupto y extorsionador. Si bien resultaba útil para mantener las condiciones de trabajo a su conveniencia, serias dificultades se fueron presentando en este sistema cerrado, donde el mercado interno disminuía cada vez más. En México y a escala global apareció otro sistema para intentar resolver este problema mundial, como política pública: el neoliberalismo. Expansión global de mercado, menor intervención del Estado en las relaciones económicas y más Estado para blindar esta nueva forma de liberar el comercio y mantener una disciplina férrea, imponiendo una gran limitación de los derechos de los trabajadores.
Fue en el Consenso de Washington donde organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, establecieron normas muy concretas para implementar políticas públicas que facilitaran la circulación global de mercancías y abaratar su costo sin mermar la generación de plusvalía en el proceso de trabajo.
Es de esta manera en que aparecen formas inéditas de traspasar costos de producción y circulación de las mercancías a los consumidores. ¿Quién no ha pagado por un objeto sin construir o ensamblar, con sólo piezas sueltas y un instructivo para armar escritorios, sillas y hasta computadoras? Pagamos para hacer el trabajo nosotros mismos.
Lo mismo sucede en los servicios: subsidiamos al patrón pagando el salario de meseros, gasolineros, empacadores y recamaristas por medio de propinas, asumimos la responsabilidad del patrón, apenas sin darnos cuenta. Si no lo hacemos así, no llega el “chivo” a casa del trabajador.
Entre las formas más crueles de transferir al cliente los costos y evadir responsabilidades laborales está el de los más de 244 mil trabajadores de reparto por aplicación (Didi, Uber, Rappi, entre otras) en México.
Dentro de las condiciones de trabajo lo esencial para las empresas es desconocer la relación laboral con sus empleados, simulando una relación de “socios”, intentando de esta forma evadir su responsabilidad social y económica.
Las condiciones de trabajo son leoninas: los trabajadores financian a las empresas de cada aplicación, a pesar de que de que al menos una de ellas es una entidad financiera (Rappi). Las empresas definen unilateralmente gastos, costos y ganancias del repartidor, imponen deudas y quitas, sin derecho a apelar y con el riesgo de ser dado de baja.
Cuando se tiene que pagar en el sitio de entrega y el cliente canceló el pedido o no se encuentra en la dirección de entrega, el costo va por cuenta del repartidor, quien tuvo que pagar con su dinero en el momento de recibir el encargo de entrega en el local correspondiente.
Las empresas pueden desactivar en cualquier momento la aplicación a cualquier repartidor, impidiéndole laborar.
Los repartidores aportan su propio vehículo, los gastos que éste genere, incluyendo refacciones y combustible.
Son obligados a registrarse en el SAT como si su trabajo subordinado fuera actividad empresarial, con obligaciones fiscales propias de una empresa.
Ganan aproximadamente 2 mil 85 pesos por 46 horas de trabajo a la semana. Celular, mochila y wifi propios.
Cuando están activos reciben llamado de entrega al mismo tiempo que sus compañeros, obligándolos a competir en velocidad de aceptación, aun sin conocer las condiciones de entrega, terminando en una feroz competencia entre ellos.
No obstante, existen rasgos solidarios entre ellos, pues se apoyan con los gastos de comida que obligatoriamente pagan y se tienen que quedar repartiéndosela entre quienes no han comido, o intercambiando con otros que estén en la misma condición.
No sobra insistir en que no cuentan con seguro médico, vacaciones pagadas, aguinaldo, reparto de utilidades, estabilidad laboral, ahorro para el retiro, contrato colectivo de trabajo, ni derecho a Infonavit para adquirir una vivienda.
Tienen que vivir registrados en varias aplicaciones y se mueven conforme las condiciones de mejor pago y demanda de servicio. Esto, en lugar de subir el pago, ha hecho que aumente la demanda de trabajo y que el ingreso por entrega disminuya.
Esta modalidad lleva implementada en México un poco más de 10 años y, si no hay resistencia activa de los propios trabajadores, no dudo que pronto llegue una práctica ya usada en otros países: la de poner en subasta una entrega y la plataforma la otorgue a quien cobre menos por realizar el servicio.
No sólo urge regular las actividades de las empresas y sus apps, además de reconocer el derecho de agruparse sindicalmente a los trabajadores, sino que es inaplazable reconsiderar la figura fiscal a la que están sometidos. Necesitan seguro contra asaltos y salud, requieren establecer condiciones laborales pactadas entre ellos y las empresas, tenemos que dignificar este oficio.
La inflación en las economías más grandes de América Latina se ha disparado en el año y lleva como principal vector el encarecimiento de los alimentos, cuyos precios han aumentado hasta 18 por ciento desde enero de 2020, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre las economías que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México destaca como el quinto país donde más se han encarecido los alimentos. El incremento de 8.4 por ciento que se registra en los precios de la comida, sólo es superado por Rusia, Colombia, Turquía y Argentina.
En un análisis enfocado a América Latina, el FMI detalló que en el primer año de la pandemia la inflación media en Brasil, Chile, Colombia, México y Perú –las economías más grandes de la región– estaba por debajo del promedio de otros mercados emergentes. Sin embargo, en octubre fue más alta, con un promedio interanual de 8 por ciento.
Los principales bancos centrales de la región han elevado sus tasas de interés sin que la actividad económica se haya recuperado por completo. De acuerdo con el Banco de Pagos Internacionales, Brasil es dónde más rígida se ha vuelto la política monetaria, seguido de Chile. México ha ido al contrario porque la pandemia cimbró cuando dicha referencia estaba en 6.5 por ciento.
La carga más pesada
Al final, “la región se enfrenta a difíciles disyuntivas y tiene que encontrar un punto de equilibrio entre las inciertas perspectivas inflacionarias, con niveles de empleo aún muy inferiores a los observados antes de la pandemia, y una recuperación desigual del mercado de trabajo”, detalló el FMI.
La inflación por sí misma es un tema, pero ahora recargada en la comida redobla las preocupaciones. En América Latina los precios de los alimentos representan casi una cuarta parte de la cesta de consumo medio; por ello, en los hogares que se recuperan de la crisis del coronavirus, esta carestía deja menos recursos para gastar en otras necesidades básicas.
Al final, “la carga es más pesada para los hogares de bajo ingreso, que destinan una mayor proporción de sus ingresos a alimentos”.
El análisis del FMI estima que las presiones inflacionarias son temporales y la inflación a mediano plazo probablemente regresará a los niveles fijados como meta por los bancos centrales, pero al final no hay certezas. “El shock de la pandemia es peculiar y resulta difícil determinar su impacto en los precios de las materias primas, los cuellos de botella de la oferta y los crecientes costos de transporte”.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que México está sobrellevando un muy elevado costo humano, social y económico, pues se ha registrado un exceso de mortalidad de más de medio millón de fallecimientos probablemente vinculados con el covid-19, en un contexto en el que os principales problemas siguen siendo el escaso crecimiento de la productividad y los elevados niveles de pobreza.
De acuerdo con el resultado al término de la misión del Artículo IV correspondiente a 2021, el personal técnico del FMI refirió que el subempleo permanece por encima del máximo alcanzado durante la crisis financiera mundial, pues 4.5 millones de personas más están desempleadas, subempleadas o dispuestas a trabajar (la categoría amplia de desempleo) que antes de la pandemia y si de por sí os niveles de pobreza ya eran altos, han aumentado más; además, los jóvenes enfrentan importantes pérdidas en términos de aprendizaje, con efectos potencialmente perjudiciales a largo plazo.
Acciones
Ante este contexto, el organismo internacional aseguró que las prioridades en México consisten en salvaguardar la recuperación, preservar la estabilidad económica y promover un crecimiento inclusivo y sostenible y para esto será necesario vacunar lo más pronto posible a la población apta para recibir la vacuna.
Añadió que dada la holgura en la economía, una posición fiscal acomodaticia a corto plazo ayudaría a mitigar las secuelas a más largo plazo y a afianzar la recuperación, al tiempo que la focalización de este apoyo fiscal en programas bien diseñados de asistencia social, educación, salud y gasto en inversión pública aliviaría las cargas que sobrellevan los miembros más vulnerables de la sociedad y fomentaría un crecimiento más inclusivo.
Reforma fiscal
El FMI apuntó que este mayor gasto por adelantado tendría que combinarse con una reforma fiscal que se adopte gradualmente a mediano plazo, a medida que se afiance la economía, al tiempo que aplicar reformas en el lado de la oferta para mejorar la productividad y enfrentar la informalidad aumentarían la inversión y el crecimiento potencial.
Entre las recomendaciones para una reforma fiscal destacan: ampliar la base impositiva, eliminando una serie de exclusiones y gastos tributarios y ampliar el tramo impositivo superior; actualizar el catastro, mejorar la coordinación entre los distintos niveles de gobierno y simplificar y mejorar el cobro del impuesto vehicular; y reformar el régimen a fin de recaudar más ingresos cuando aumenten las utilidades, minimizando al mismo tiempo las repercusiones en la competitividad.
Asimismo, eliminar la tasa cero excepto para unos pocos alimentos básicos, racionalizar las exenciones, implantar una estrategia integral de cumplimiento de la gestión de riesgos y eliminar las tasas reducidas en la frontera; y adoptar un sistema más de mercado para los precios de la gasolina (dado que la actual fórmula de cálculo del impuesto favorece desproporcionadamente a los ricos).
Pensiones
El organismo resaltó que sobre la base de la reforma del año pasado, se podría considerar en rediseñar la pensión mínima para mitigar los riesgos de la jubilación anticipada (reforzando el vínculo entre la edad de jubilación y las pensiones), armonizar los regímenes especiales de pensiones con el sistema a nivel más general, completar sin demora la transición para dejar atrás el costoso plan de pensiones previo a 1997 y elevar la edad en la que los trabajadores del sector público adquieren derecho a una pensión completa.
También se debería considerar mantener en los próximos años el nivel actual de pensiones sociales (no contributivas), ajustándolas en función de la inflación.
Política monetaria
En materia de política monetaria, el organismo aseveró que una trayectoria gradual de normalización de tal política equilibraría la necesidad de respaldar la economía, a medida que se recupera de la pandemia con la necesidad de garantizar un anclaje firme de las expectativas de inflación a mediano plazo.
Además, una mayor claridad de la evaluación del banco central sobre las perspectivas ayudaría a sortear mejor los retos actuales.
El FMI abundó en que el marco de política monetaria ha resultado eficaz para México; sin embargo, la inflación y las expectativas inflacionarias se han situado históricamente en el extremo superior del rango de variación de la meta de inflación del banco central.
Por tanto, en la revisión podrían evaluarse el desempeño del marco y posibles modificaciones del conjunto de herramientas de política monetaria o de la estrategia de comunicaciones del banco central. La revisión asimismo podría considerar las funciones que cumplen la estabilidad financiera, la inclusión, el empleo y enverdecer el sistema financiero dentro del actual marco jurídico del banco.
En la víspera de la discusión en el Congreso de la reforma en materia de subcontratación, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera, anticipó que el Gobierno federal tendrá que absorber a los empleados que estén en outsourcing con el mismo presupuesto aprobado para este año.
“Cada Secretaría tendrá que hacerlo (absorber) utilizando su presupuesto, es decir, no va a tener costos incrementales”, aseguró en conferencia de prensa presencial con motivo de la terminación de las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El funcionario sostuvo que la contratación de forma directa en la nómina del Gobierno es una obligación no solamente legal sino también ética y moral.
“Si nosotros estamos exigiendo que haya trato justo para trabajadores tercerizados en el sector privado, tenemos que utilizar la misma vara en el sector público”, afirmó.
Herrera dijo que los números que han “corrido” a un par de dependencias arrojaron que con el presupuesto que se aprobó para este 2021 “les va a dar para poder absorberlos sin necesidad de hacer incrementos”.
Las Comisiones Unidas de Hacienda y Trabajo de la Cámara de Diputados prevén discutir el martes el dictamen de la iniciativa que reforma la Ley Federal del Trabajo en materia de subcontratación, con el fin de llevarla, sí es posible, mañana mismo al Pleno.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió el lunes que el recrudecimiento de la pandemia en América Latina amenaza con “frustrar una recuperación que ya es desigual” y que la economía regional retornará a niveles previos a la crisis sanitaria hasta el 2023.
Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, y otros dos economistas advirtieron que “la plena recuperación está aún muy distante”, pese a una mejora en las estimaciones en relación a pronósticos anteriores.
“El producto de la región retornará a los niveles previos a la pandemia en el 2023, y el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita lo hará hasta el 2025, es decir, más tarde que otras regiones del mundo”, indicaron los expertos del FMI.
“En la medida que no vea una reducción en los contagios y sobre todo en las muertes y en el uso de capacidad hospitalaria en América Latina en el segundo trimestre de este año, pero sobre todo en la segunda mitad de este año, obviamente la recuperación que nosotros estamos anticipando estaría en riesgo”, advirtió Werner.
Debate sobre retiro de pensiones
Al mismo tiempo, Werner entró en el debate sobre el retiro de los fondos de pensiones en América Latina, implementados con el fin de estimular la demanda para combatir la crisis de Covid-19, y calificó esta medida de “contraproductiva”.
“Creo que seguir socavando los sistemas al permitir retiros significativos en realidad profundiza los problemas de los sistemas en el mediano plazo, porque entonces las tasas de reemplazo van a ser más bajas”, advirtió.
Para Werner, “un movimiento para permitir retiros indiscriminados es contraproductivo”, en un momento en que Perú y Chile permiten sacar parte de los fondos de capitalización privada ahorrada.
Sin embargo, admitió que en el caso de Chile este retiro ayuda a que crezca la demanda agregada y esto apoya la recuperación de ese país.
Fondo europeo, necesario
Del otro lado del mundo, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dijo que la política monetaria no puede sostener la economía en solitario, sino que los gobiernos europeos también deben hacer su parte. “La política presupuestaria (tanto a nivel nacional como a nivel europeo) continúa siendo crucial para impulsar la recuperación de la zona euro”.
Asimismo, Lagarde pidió mantener las políticas de estímulo presupuestario con el fin de amortiguar el impacto de la pandemia. No obstante, las medidas deben ser “selectivas” y “temporales” y deben tener en cuenta “la sostenibilidad de las cuentas públicas a medio plazo”.
La presidenta, también consideró esencial que el dinero del fondo de reconstrucción de 750,000 millones de euros “se desembolse rápidamente y se use para apoyar reformas estructurales y proyectos de inversión favorables al crecimiento. Debe empezar a ser operativo sin demora”, comentó.
Igualmente, dijo que el fondo anti-Covid debería usarse como inspiración para crear un auténtico presupuesto de la eurozona que sirva para responder a las crisis y reducir las divergencias entre los estados miembros.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó sus expectativas de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos y México, y ahora anticipa que la primera economía del mundo registrará un avance de 5.1% este año.
Esta dinámica prevista para Estados Unidos, impulsada por el estímulo fiscal que planea inyectar el nuevo gobierno de Joe Biden, repercutirá de forma positiva en la actividad de México, a quien anticipan un rebote del Producto de 4.3 por ciento.
Como se recordará, en la Reunión Anual de octubre pasado los economistas del organismo esperaban que el PIB de Estados Unidos registraría este año un crecimiento más mesurado, de 3.1%, y para México anticipaban un arrastre estadístico de 3.5%, resultado de la bajísima base de comparación del 2020.
En su actualización de expectativas para las economías del G-20, los expertos del organismo subrayaron que las políticas de estímulo y la vacunación, son factores positivos para la recuperación mundial.
Sin embargo, acotaron que la situación sanitaria y la eficacia de las vacunas serán determinantes para sostener este panorama por lo que también podría convertirse en un factor de riesgo a la baja.
Matizan desplome esperado
Los especialistas renovaron sus proyecciones sobre el desempeño del 2020, cuando el coronavirus provocó un choque económico tras el cierre sin precedentes de la actividad mundial, resultado de lo que el FMI llamó “El Gran Confinamiento”.
Según el FMI, la contracción del PIB mexicano en 2020 fue de 8.5%, una caída menos pronunciada de la estimada por ellos mismos en octubre, cuando consideraron que podría presentarse una contracción de 9 por ciento.
La estimación oficial del comportamiento del PIB en 2020 será divulgada de forma preliminar por Inegi el viernes 29 de enero. Analistas de Base Casa de Bolsa anticipan que la contracción estará entre 8.3 y 8.7 por ciento.
Para Estados Unidos también presentaron un ajuste en la previsión de la caída del PIB en 2020, para dejarla en 3.4 por ciento. En este momento se encuentra en desarrollo la conferencia para el lanzamiento de la actualización.
El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que los organismos financieros internacionales han respetado las políticas económicas de México y aunque, consideró que vamos bien, llamó a estas instituciones a que ayuden todavía más.
“Tengo que reconocer que nos han respetado, no ha habido ninguna presión”, esto al referirse a la ampliación por un año de la Línea de Crédito Flexible del FMI, aunque no lo mencionó explícitamente.
Dijo que la “reestructura” contiene tasas muy bajas favorables a México e insistió en que “es un trato distinto y qué bien que ellos (el FMI) están buscando un cambio en sus políticas, que resultaron un rotundo fracaso”, enfatizó durante su conferencia de prensa matutina.
López Obrador también resaltó que nuestro país cerrará el año sin problemas económicos, además de que no se han dejado de entregar las participaciones a los estados y se ha pagado a los proveedores.
Incluso, dijo que a pesar de que se presentan situaciones como las de las inundaciones en el sureste, que van a requerir de apoyos económicos adicionales, el país tiene reservas para eso.
“Nosotros vamos bien, pero podrían ayudar todavía más los organismos financieros internacionales. Nosotros no tenemos problemas financieros. Acaban de calificar a México, se mantuvo la misma calificación, tenemos finanzas sanas, están creciendo las reservas en dólares que maneja el Banco de México”, enumeró.
El presidente expresó que ahora los organismos internacionales están buscando un cambio en sus políticas, ya que resultaron un rotundo fracaso durante las crisis económicas cuando recomendaban rescatar primero a los de arriba, política que, añadió, no siguió su gobierno durante la pandemia del Covid-19.
Al referirse a la deuda, consideró que no es posible que en países como el nuestro se tengan que pagar tasas de interés de 4 o 6%, mientras en países europeos se pague 0.5% o en Estados Unidos la tasa que se pague sea de 0.7 o 1 por ciento.
Finalmente, el mandatario no dejó pasar la ocasión sin señalar que, en el pasado, los organismos internacionales no actuaron bien, pues consideró que durante todo el periodo neoliberal en México ellos fueron corresponsables de la crisis del país.
“Sin duda, ellos imponían la política económica. Cuando comenzó a imponerse esa política obligaban al gobierno de México a firmar las llamadas cartas de intención y ahí se establecía lo que tenía hacer el gobierno. Una violación flagrante a la autonomía, a la soberanía de nuestro país”, aseguró.