En México hay 2′239,702 unidades económicas dedicadas al comercio al por menor, según el Directorio de Empresas y Establecimientos elaborado por el Inegi. Sus ventas en 2022 ascendieron a los 498,000 millones de dólares, conforme al Índice Global de Desarrollo Minorista 2023 (The 2023 Global Retail Development Index™), reporte elaborado por la consultoría Kearney y difundido hace un par de días.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad), que agrupa a 93 cadenas comerciales, 24 de autoservicio, trece departamentales y 56 especializadas, las ventas que en 2023 se realizaron en las 48,000 tiendas pertenecientes a sus asociados llegaron a ser de 1.4 billones de pesos (aproximadamente 82,391 millones de dólares). El sector minorista contribuye un porcentaje importante del PIB del País y genera cientos de miles de empleos, desde los que se realizan en las más exclusivas tiendas departamentales y especializadas hasta las que se llevan a cabo en las más humildes tienditas de la esquina.
El reporte anota que el crecimiento económico de México superó las expectativas en 2023, registrando un 3.2%, pero que en 2024 el PIB aumentará sólo un 2.2%. Un factor que explica este crecimiento es el “nearshoring”, por el cual México se está beneficiando de su proximidad geográfica con Estados Unidos. La inversión extranjera directa, que alcanzó los $32.9 mil millones en el tercer trimestre de 2023, subraya este punto.
La economía de México se sitúa, entonces, en un punto de inflexión, sustentada por bases manufactureras sólidas y una estratégica ubicación geográfica. El reporte estima que de 2024 a 2027 el mercado minorista crecerá un 33.3%, para llegar a los 664 mil millones de dólares, lo que es una expansión significativa.
Este crecimiento superará por mucho la tasa de crecimiento de la economía en general, impulsado por una adaptación estratégica ante la inflación a través de una mayor oferta de marcas propias por parte de cadenas importantes de autoservicio.
La transformación digital también juega un papel crucial. El comercio electrónico, con un crecimiento del 25% entre 2017 y 2022, y una proyección de seguir creciendo a un ritmo anual del 26% hasta 2027, ilustra el cambio en el comportamiento del consumidor mexicano. La adopción de estrategias omnicanal por parte de gigantes como Walmart, y la expansión de plataformas como Amazon, Linio y Mercado Libre, son testimonio de este dinamismo. No menos importante es la evolución del paisaje de pagos digitales. La introducción de aplicaciones móviles de pago por parte de los minoristas y la popularización de los servicios BNPL (Buy Now Pay Later o, en español, Compre Ahora y Pague Después), facilitan una inclusión financiera que promueve aún más el crecimiento del e-commerce, particularmente entre aquellos sin acceso tradicional al crédito.
Este estudio de Kearney muestra una economía en la cúspide de un cambio significativo. La combinación de recuperación económica, innovación digital y estrategias adaptativas frente a la inflación coloca a México en una posición privilegiada y lo posiciona no sólo para satisfacer las demandas de su mercado interno sino también para competir en el escenario minorista global.
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