Por Israel Quiñones
Es momento de hablar sobre la Reforma a la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión que el Senado de la República está analizando por medio de conversatorios moderados por el Senador Javier Corral.
En el marco de esta discusión, han desfilado expertos, organizaciones civiles, universidades, sólo un sindicato de trabajadores del sector y uno que otro despistado que no tenía idea a que se presentaba.
Sin embargo, es necesario que reflexionemos acerca de la importancia que tiene la Reforma del sector. Después casi 12 años de haberse promulgado la Reforma constitucional al artículo 28 y 11 años de la Reforma a la Ley Federal, hemos sido testigos de una cuantiosa serie de anomalías a favor de las Televisoras y sus filiales en el sector de las telecomunicaciones, además, el drama que AT&T ha estado personificando desde que llegó a nuestro país en 2015.
Al tratarse de un sector con una necesidad de constante innovación, se necesita de una gran cantidad en recursos económicos para generar un despliegue de redes e infraestructura de nueva generación que, realmente cuente con las capacidades requeridas para que circule entretenimiento, información, educación, teletrabajo, información y se logré generar innovación, investigación y el sinfín de posibilidades que el acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) puede ofrecer a la sociedad.
El reclamo de los grandes medios corporativos se centró en una idea de que los estaban censurando. Después de que la presidenta anunciara que enviaría una Reforma a la Ley de Telecomunicaciones, esto derivado de la transmisión de propaganda antinmigrantes en canales de Televisa durante partidos de la Liga Mx, La presidenta Sheinbaum fue clara en que este tipo de publicidad pagada por un gobierno extranjero no debía ser transmitida por los medios nacionales.
La polémica se elevó cuando al conocerse el primer dictamen de la Reforma a la Ley, aparecía el hoy desaparecido artículo 109. El cual afirmaba que, se prohibía la difusión de mensajes de gobiernos extranjeros y el bloqueo de plataformas digitales al hacerlo.
Como se podía suponer, este artículo terminó siendo retirado del texto, además de que se abrió la puerta al conversatorio que se está llevando a cabo en la Cámara de Senadores. Sin embargo, las empresas no se han atrevido a dar su nombre al momento de presentar sus argumentos en este ejercicio de parlamento abierto, que no va más allá de legitimar la propuesta del ejecutivo para la modificación de la Ley en la materia. Las empresas y los medios corporativos han sido representados por sus voceros, pero también, con nombres de cámaras de la industria o “expertos” en el sector que después de estar trabajando en la administración pública, dígase, COFETEL o IFT, hoy son abiertos representantes de supuestos Thing Tanks o empresas como AT&T, tal y como siempre fue.
Ante este panorama, vale la pena mencionar que han dejado de lado lo importante, han querido mostrar lo que afecta directamente los intereses de los grande corporativos de la comunicación en materia regulatoria, al tiempo en que no terminan de darse cuenta de que, la crisis que viven es de credibilidad y no de cobertura, por ello, la materia regulatoria en telecomunicaciones en aspectos tales como, la preponderancia, han quedado envueltos en un velo de desconocimiento.
La discusión, que ha tenido sus pinceladas, debería centrarse más en la habilitación de derechos fundamentales como la libre expresión y el derecho a la conectividad. Este 14 de mayo, el titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), José Peña Merino, asistió a la Mañanera del Pueblo para anunciar una serie de modificaciones propuestas por la presidenta Claudia Sheinbaum en el dictamen de Ley. Esto derivado de la escucha de los conversatorios que modera el Senador Corral, ex gobernador de Chihuahua y ex militante del PAN. Sin embargo, los conversatorios no han terminado por completo, aun así, la propuesta ya está lista.
La importancia en materia regulatoria, específicamente en la continuidad de la preponderancia, tal y como se ha venido imponiendo desde 2014, es la que definirá el futuro de la conectividad en nuestro país. No se trata de castigar las compañías de Slim, sino que, se trata de eliminar a los operadores perezosos que se la han pasado en espera de interconexión barata o de preferencia, en tarifa cero. Se trata de mejorar los servicios y conectar a esos 15 millones de mexicanas y mexicanos que el mismo José Merino aceptó no cuentan con capacidad económica y peor aún, de acceso a infraestructura, por lo que, queda claro que un despliegue de redes infraestructura de fibra óptica es más necesario que nunca, que realmente se cumpla con el propósito de dar igualdad en derechos fundamentales y acceso a las TIC.
Los intereses que se han visto reflejados alrededor de esta Reforma son los que, anteriormente se han visto beneficiados por la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión del 2013. Prefieren mantener un país en estado de desconexión, antes de ceder a sus intereses y ganancias, antes de doblarse ante la voluntad social, antes de ser partícipes de un auténtico modelo de competencia efectiva, que aunque se trata de un modelo neoliberal de competencia económica, es más justo para los usuarios, simplemente basta con ver que el único servicio que ha aumentado de precio en 34 por ciento, es el de la televisión de paga, en el cual se recargan los intereses de TV Azteca y Televisa.
Las medidas que adopte el legislativo en materia regulatoria, tanto para radiodifusión o telecomunicaciones, serán las que definan los próximos 10 años en el desarrollo nacional. Ante una inminente revisión del T-MEC y las políticas de carácter unilateral que Estados Unidos ha estado realizando en contra de los intereses mexicanos, resulta ser más importante la necesidad de contar con una soberanía digital en todos los sentidos. Estamos a tiempo de lograrlo.