Aunque en América Latina la cuestión tecnológica, de conectividad y cobertura parece estar resuelta, aún persisten ciertas brechas por resolver, pero sobre todo falta encontrar la forma de que el acceso al mundo digital y tecnológico sea mucho más productivo, que se tenga conciencia de la importancia de la ciberseguridad, es decir, integrar a la ciudadanía a una nueva educación y cultura digital.
La transformación digital en la mayoría de los países de la región presenta avances importantes en mayor o menor grado, persisten brechas por resolver, pero en paralelo es importante avanzar en conceptos como ciudadanía digital. Hoy estamos una gran parte del día conectados por ello es importante establecer una educación digital, diferente al modelo de educación tradicional, un nuevo esquema que englobe lo tecnológico y sume el tradicional acceso al conocimiento.
“Esto es necesario entre la población más segregada, lamentablemente relacionada con temas de pobreza, así como en los barrios marginales urbanos que hay en todos los países de la región, esas comunidades es necesario integrarlas a una cultura digital, igual que lo que se hizo en el pasado con cívica, donde se nos decía cómo comportarnos”, destacó Vianna Maino, consultora en Telecomunicaciones.
Hoy con el gran cúmulo de horas que las personas permanecen conectadas desde pequeñas, se hace obligado saber qué hacer en el mundo on line, con las apps, web site, cookies, protección, amigos, contactos, preferencias, shopping y cuidados financieros en línea, hoy todo esto es necesario conocer, por lo que se debe iniciar con una “cultura digital”, desde las escuelas, como materia obligada.
“Esto cobra mayor importancia si se considera que estudios de la UNESCO han detectado que cada 36 meses los recursos digitales educativos sufren un importante cambio, un nivel de actualización que por parte del estado es muy difícil de seguir”, precisó al participar en el Wireless Technology Summit (WTS) 2024 organizado por 5G Americas.
Por su parte Diana Celis, directora de DCM Consulting, destacó que en América Latina, todavía se está lejos de alcanzar una “cobertura para la productividad”, hay cobertura sí, “pero todavía no se le da el uso que todos esperamos, es decir, que sea productiva”.
“En la medida en que van llegando a países de la región otras tecnologías como la 5G, y que va creciendo su cobertura en las áreas urbanas, creo que la brecha rural se va ampliando y la tecnología en lugar de cerrar brechas las puede estar agrandando, sobre todo en temas como educación o acceso a la salud”, aseguró.
Al participar en el foro, destacó que aunque ya se hable de soluciones de Inteligencia Artificial (IA) es importante antes hablar de cómo se pueden cerrar las brechas de conectividad en América Latina y como se puede seguir avanzando “todos en una misma dirección”.
Aseguró que desde su punto de vista existen dos grupos poblacionales donde se debe de enfocar la integración de una nueva cultura digital: desde los estudiantes, pero también las MiPymes, dos grandes pilares de la sociedad latinoamericana.
Sería pertinente garantizar el acceso a la tecnología desde las aulas, no sólo en las grandes urbes, sino también a nivel rural, desde ahí se podría lograr mucho de lo que no se ha alcanzado en materia de educación y cultura digital, pero también muy importante llevarlo a cabo entre los maestros, donde tampoco se ha logrado interiorizar como la tecnología puede ser de utilidad para realizar mejor el trabajo docente.
“Desde los gobiernos centrales se están enviando, dispositivos, tableros digitales, tabletas para los niños, pero se deja de lado la capacitación de los maestros para que no se sientan relegados, y entonces se contribuye a crecer esa bola de la brecha, porque no se usa la tecnología de una manera productiva”.
Las MiPymes también deberían estar involucradas en la transformación digital en los procesos productivos, para mejorar y acortar las cadenas de producción. Mucha de la experiencia que aportan países como Corea, es que no hay que dispersar tanto los recursos públicos al intentar mayor integración tecnológica, sino enfocarse en ”Acceso, Educación y Productividad”, para superar las brechas digitales.
Nannete Martínez, directora de Onboard Cyber dijo que en Puerto Rico hay muchas similitudes sobre lo expresado en materia de brechas digitales, a lo que se debe sumar la conciencia en la importancia de la ciberseguridad.
El uso de banda ancha en las urbes hay una buena oferta con velocidades apreciables, así como distintas opciones de servicio a diferencia de lo que sucede en el ámbito rural, de una población de 2.8 millones de habitantes, la mayoría en la isla tiene acceso a internet y 95 por ciento tiene acceso a un smartphone.
Ahora es motivo de análisis, cuál es el uso que se le está dando a los servicios de conectividad. “Comercialmente creo que tenemos un ecosistema hiperconectado”, y por ello se impulsa mucho la conciencia, la importancia que tiene el tener adecuados controles de ciberseguridad, tanto en el sector público como en el privado.
Coincidió en la necesidad de integrar a la población desde temprana edad al cumplimiento de las las normas y protocolos de ciberseguridad ya establecidos, pues mientras la ciudadanía esté dispuesta a compartir mucha información sensible, incluso de su propia familia, de poco servirán los esquemas de seguridad que proponen las empresas desarrolladores de software, es “necesario fijar un compromiso social” por parte de los usuarios.
Vianna Maino, ex-Ministra de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información en Ecuador, al intervenir en el mismo panel, “Elementos Claves para la Conectividad en el Siglo XXI” , indicó que en el informe de la ONU, “Nivel de Preparación Digital de los países” se estableció una medida de 1 a 5, para calificar la penetración tecnológica en la región.
América Latina fue ubicada en un nivel 3, Ecuador con 18 millones de habitantes alcanzó 3.5 de calificación, al lograr disminuir el analfabetismo digital en un 12 por ciento, y alcanzar una penetración de 74 por ciento en materia de internet.
Indicó que si bien se ha invertido, -dinámica que debe de mantenerse-, la conectividad aumenta más en las ciudades, donde también ya se usan nuevas tecnologías como 5G, o el Internet de las Cosas (IoT), sin embargo, en la parte agrícola, aunque la conectividad gradualmente llegó a 6 millones de personas rurales, aún hay mucho que hacer en materia de cultura y ciudadanía digital.
“Tenemos las smart cities, pero ¿todas las personas tienen el acceso a un plan óptimo, tienen el dispositivo para hacerlo?… estoy impactada por la similitud que hay entre la marginación social y la marginación tecnológica, tal como lo marcan las estadísticas oficiales”.
En su opinión el acceso a la tecnología no debe medir solo por la disponibilidad de conectividad o uso de dispositivo, sino también si la población sabe navegar en modo privado, protección de datos, compartir o no información, cómo manejarse en el mundo digital, porque la digitalización no sólo es usar redes sociales, un punto en el cual “debe centrarse el objetivo regulatorio, sobre el óptimo uso de la conectividad y de la tecnología”.
CON INFORMACIÓN VÍA CONSUMO TIC