La robótica y la inteligencia artificial son dos campos del conocimiento humano que prácticamente han evolucionado juntos. Estamos en un punto en que ambas han avanzado tanto que prácticamente están presentes en todas las industrias de nuestro mundo y eso ha comenzado a notarse, pues hay una empresa tecnológica que busca fundar las primeras fábricas sin humanos.
Se trata de Samsung, la gigante surcoreana tiene entre manos formalizar que sus empleados humanos en las fábricas sean reemplazados por robots. Esto marcará un enorme cambio dentro de una de las empresas de tecnología más importantes de nuestros tiempos. ¿De qué se trata todo esto? A continuación te contamos.
El plan de Samsung
Según un informe de DigiTimes, Samsung implementará un nuevo sensor inteligente que se encargará de monitorear la fabricación de sus microcomponentes y mejorar la producción de sus fábricas. El principal factor a seguir será “la uniformidad del plasma” en las obleas de la fábrica, donde se revisarán procesos como el grabado, deposición y limpieza.
Dicho artilugio será de dimensiones pequeñas, para optimizar el espacio de las naves industriales y será de diseño propio. Esta parece ser una gran noticia para Samsung, pues dicho sensor sólo puede mejorar la producción de sus artículos, pero esto no necesariamente es bueno para sus trabajadores pues, según el mismo informe, este es solo uno de los primeros pasos para concretar un plan que a seis años tiene como misión convertir todas las fábricas de esta empresa en complejos prácticamente sin humanos.
Los riesgos y dudas respecto al avance de la inteligencia artificial son cada vez más tangibles en el mundo real. Samsung Electronics no parece poner las cosas sencillas para los defensores de este campo del conocimiento pues, con más de 270,000 trabajadores en 74 países, dejar sus fábricas sin empleados humanos significaría un duro golpe social.
Si la IA nos sobrepasa
Debate sobre el potencial riesgo de que la inteligencia artificial y la robótica nos deje sin trabajo hay para dar y repartir. De hecho, este problema se ha planteado, aunque no con los mismos conceptos, desde épocas remotas, el mismo Aristóteles plantea algo interesante, en ‘Política’, uno de sus tantos escritos:
Si cada instrumento pudiera realizar su propio trabajo, obedeciendo o anticipándose a la voluntad de otros, como las estatuas de Dédalo, o los trípodes de Hefesto, que, dice el poeta, por su propio acuerdo entraron en la asamblea de los dioses; Si, de igual manera, el aparato tejiera y el plectro tocara la lira sin una mano que los guíe, los jefes de los obreros no querrían siervos, ni los amos esclavos.
En las reflexiones de Aristóteles podemos encontrar dos vías de pensamiento. Primero que nada, que la esclavitud se termine es grandioso, pero no parece ser tan buena idea que los siervos se queden sin trabajo. Esto puede ser potencialmente peligroso en una sociedad como la nuestra, en la cual si desaparece el empleo en el que has invertido años de tu vida puede ser realmente catastrófico, más aún cuando no se asegura protección para las personas en riesgo.
Y es que hay que aceptar una cosa, la tecnología puede ayudarnos de incontables maneras, pero no parece muy probable que Samsung esté intentando automatizar sus fábricas para liberar carga de trabajo a sus empleados, mejorando su bienestar en el trabajo, sino para incrementar sus arcas al optimizar la producción.
Replantear nuestro concepto de trabajo y educación
Estamos en un punto en el que hay que replantear lo que entendemos como trabajo, comenzando por preparar a las futuras juventudes en empleos que serán requeridos en el futuro. No solo se tratará de darles una educación más tecnológica, para que salgan y fabriquen el hardware y software que podrían haber dejado sin empleo a sus padres, sino de centrar esfuerzos en el estudio interno del humano y nuestra interacción con nuestro entorno. Como menciona Stuart Russell en su libro ‘Human Compatible’:
Una mejor comprensión de cómo funcionan las mentes humanas en los niveles cognitivo y emocional, capacitaría una amplia variedad de profesionales, que van desde planificadores de vida, que ayudan a las personas a dar forma a sus trayectorias de vida, a expertos profesionales en temas como el aumento de la curiosidad o resiliencia personal. Basado en ciencia real, estas profesiones no tienen por qué ser menos fascinantes que lo que hoy en día son los diseñadores de puentes o cirujanos.
Reestructurar nuestra sociedad y prepararla para un futuro tecnológico llevará décadas, y el cambio generacional será complicado. La evolución tan rápida dentro del campo de la inteligencia artificial parece ir a un ritmo mucho más veloz que la capacidad de nuestra sociedad para formar personas capaces de afrontar los problemas laborales que pueden surgir en tan solo seis años a la distancia.
El panorama parece complicado, México seguimos con un peligroso problema de rezago educativo que ha orillado a más de 700,000 niños a retrasarse en la escuela o dejarla por completo. Según información de El Universal, el 23.7% de las personas mayores de 16 años tiene la primaria trunca, con casi el 16% de la población entre 3 y 21 años sin asistir a clases. Necesitamos dar un salto abrupto para preparar el futuro nacional, en caso de que la inteligencia artificial y la robótica nos sobrepase, al menos laboralmente hablando.
Y es que para Stephen Hawking en ‘Breves Respuestas a las Grandes Preguntas’, una de sus grandes preocupaciones es que la inteligencia artificial logre, recursivamente, mejorarse a sí misma sin tener “objetivos compatibles con los nuestros“. Pero quizás la verdadera pregunta a plantearnos es ¿cuáles son los verdaderos objetivos que, como humanidad, queremos de la inteligencia artificial? La tecnología debe estar al servicio del bienestar humano, en general, no solo de unas cuantas personas.
CON INFORMACIÓN VÍA XATAKA MÉXICO