El 7 de enero pasado, mientras realizaba una gira por Veracruz, estado cerca del golfo de México, el mandatario mexicano dio a conocer que presentaría iniciativas para reformar artículos de la Constitución con el fin de beneficiar a la clase trabajadora, específicamente incrementar el salario mínimo más allá del dato inflacionario y que las pensiones permitan una calidad de vida digna tras dejar el empleo.
“Es una buena iniciativa porque permitirá que más trabajadores tengan la oportunidad de poder retirarse de manera digna, pero también obtendrán mayores ingresos por las cuotas y aportaciones a la Seguridad Social. Es una medida que será benéfica, siempre y cuando esté bien orientada y, sobre todo, que tenga como objetivo beneficiar”, comenta el doctor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Felipe Cruz.
A su vez, si se aprueba junto con el alza al salario mínimo, no solo impulsaría el consumo en la nación latinoamericana, sino que ayudaría a que la recaudación fiscal sea mayor, con lo que los ingresos públicos podrían ser vastos.
Pero uno de los puntos que tiene en contra es que no hay información precisa al respecto, especialmente en materia de pensiones. Lo más que ha mencionado López Obrador es que se buscará que las personas trabajadoras obtengan el 100% de su dinero al finalizar su carrera profesional.
Se prevé que el presidente mexicano dé a conocer los datos íntegros el próximo 5 febrero, fecha en la que anunciará diversas propuestas, entre las que también destaca el recorte a los gastos de campaña de los partidos políticos.
La falta de claridad ha causado que organismos como el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) rechacen la propuesta, argumentando que los ajustes, especialmente en pensiones, implica un retroceso de más de dos décadas debido a los gastos que conlleva, causando severos daños a las finanzas públicas del país.
Ante ello, en una charla para este medio, el economista y politólogo con estudios en la Universidad de Columbia, Mario Campa, asevera que aún es pronto para decir si la reforma es positiva o no para México.
“Lo que sí podemos decir es que, aquellos que aseguran que implica un deterioro de las finanzas públicas se están adelantando demasiado porque no necesariamente vendrá acompañado de un financiamiento público que ponga en peligro a las finanzas [del país]. Hay que esperar, pero si partimos de un diagnóstico, de que las pensiones contributivas en México siguen siendo bajas, y las no contributivas, es decir, que no están relacionadas con [los apoyos] de esos empleados, ha venido aumentando de manera muy importante en estos años; ha crecido más de 400% en los últimos cinco años”, reflexiona.
¿Qué se sabe hasta el momento?
Desde el 9 de enero pasado a la fecha, el mandatario mexicano ha dado algunos detalles sobre las iniciativas para incrementar el salario mínimo y las pensiones de los trabajadores. Entre los aspectos que resaltan está, en primer lugar, que el sueldo mínimo debe ser mayor a la inflación. Si bien esto se ha realizado a lo largo del sexenio de López Obrador, el jefe de Estado quiere elevarlo a rango constitucional, con lo que debería aplicarse aun cuando él deje el Gobierno.
De acuerdo con datos del Gobierno mexicano, durante 2018, el sueldo mínimo general que percibían los mexicanos era de 88,36 pesos (5,11 dólares) al día, con un alza de solo 3,9%. Desde 2019, cuando el Gobierno actual ya estaba en ciernes, los ajustes salariales generales han ocurrido de este modo:
2019: 102,68 pesos diarios (5,94 dólares), con un incremento de 16,2%.
2020: 123,22 pesos diarios (7,12 dólares), con un alza de 20%.
2021: 141,70 pesos diarios (8,19 dólares), con un incremento de 15%.
2022: 172,87 pesos diarios (9,99 dólares), con un alza de 22%.
2023: 207 pesos diarios (11,97 dólares), con un incremento de 20%.
2024: 248,93 pesos diarios (14,42 dólares), con un alza de 20%.
Según el Gobierno mexicano, con el ajuste que se realizó para este año, se estima que, para el cierre, se dé un alza del poder adquisitivo de más de 110% respecto a 2018.
En comparación con otros países latinoamericanos, México está entre los mejores posicionados respecto al salario mínimo, esto con base en datos recopilados por Statista, portal de estadística en línea de origen alemán que agrupa estadísticas oficiales. Quienes ocupan los primeros sitios son Costa Rica, Uruguay, Chile y Ecuador, con sueldos mínimos que oscilan entre 460 y 687 dólares estadounidenses.
En segundo peldaño, el presidente mexicano propone que las pensiones sean mayores a lo que reciben quienes ingresaron al campo laboral después de la reforma impulsada por el exmandatario Ernesto Zedillo (1994-2000), evitando que, al finalizar su vida profesional, la gente pueda obtener cada mes lo mismo que ganaban cuando trabaja.
“Vamos a enviar una iniciativa para que el Gobierno ayude a que se vaya gradualmente corrigiendo esta injusticia, que no se le cargue todo y, desde el primer año, ni al trabajador ni al empresario, sino que el Gobierno aporte para el fondo y que, con el paso del tiempo, ya se normalice y ya el empresario y el trabajador aporten lo que les corresponde”, declaró López Obrador el 17 de enero de este año.
Al respecto, en entrevista para Sputnik, el maestro en economía por el Colegio de México (Colmex), Francisco Rueda, estima que es muy complicado que la propuesta sea viable, ya que, en la actualidad, ninguna nación del mundo logra cubrir al 100% el dinero que las personas reciben cuando dejan de laborar. La tasa de reemplazo actual para los trabajadores mexicanos es, en promedio, de 72%.
“Es muy difícil por varios factores, entre ellos, de orden demográfico (…). La población mexicana sigue creciendo, pero no lo hará por mucho tiempo más. Las proyecciones indican que el avance se irá moderando porque, al igual que en otros países, habrá menos nacimientos y eso implica que haya un menor número de población joven y un gran grupo de personas adultas mayores”, expone.
Asimismo, Rueda reconoce que un paso atinado del sexenio de López Obrador fue la reforma de pensiones impulsada en 2020, donde se buscó incrementar gradualmente este beneficio.
“Bajo este programa, el empleador está obligado a aportar más para la pensión, pero es poco a poco, se hace anualmente (…). Más allá de la nueva iniciativa [que lanzará AMLO], quizá algo que permitiría mejorar el sistema de pensiones y hacerlo más sostenible es aumentar la parte que el trabajador mismo contribuye” a su prestación, ya que, en la actualidad, es de solamente 1,1%, abunda el experto.
De acuerdo con Cruz, quien también es docente en la UNAM, si bien esencial el entendimiento entre el Gobierno y el sector obrero-patronal, también se requiere laboral codo a codo con organismos como el Banco de México (Banxico).
Lo ideal es que ambos proyectos “no queden solo en iniciativas y buenas intenciones, sino que esté perfectamente estudiado, trabajado y coordinado con todos los sectores de la población y de la economía, como Banxico, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el aparato estatal en general”, acota.
Además, se debe analizar cuántas personas en el campo laboral están en esquemas como el outsourcing, que a pesar de que se han hecho reformas al respecto, no se han logrado mejorar totalmente las condiciones de quienes se encuentran en esa situación.
Dentro del asunto del salario mínimo y las pensiones, “hay muchas cuestiones, por lo que se debe estudiar de manera integral donde, incluso, haya una mejora a los sistemas de salud, con una política laboral que permita también una mayor generación de empleos, ya que las cifras nos muestran que el sector informal ha crecido bastante (…)”, rescata el experto.
Para aumentar el dinero destinado a las pensiones, Campa señala que hay tres maneras de hacerlo: con más contribuciones de las empresas, de los trabajadores o del Estado.
“Digamos que es tripartito el fondeo, esto dependiendo del tipo de reforma que se quiera hacer. Por ejemplo, puede ser a partes iguales (…). Hay distintas formas de establecer los porcentajes que tienen que contribuirse para que esas pensiones vayan elevándose”, pero todo dependerá de cómo se planteen las iniciativas.
Otras estrategias que pueden ayudar a un mejor futuro de la clase trabajadora mexicana, esto en línea con las propuestas de AMLO, es impulsando la contribución voluntaria de la clase laboral y que los montos alcancen a cubrir la canasta de pobreza urbana y rural.
“Una opción es pensar qué sistema le conviene más a México, si uno mixto o cuentas individuales o terminar con las cuentas individuales” respecto a las pensiones, agrega Campa.
Perspectivas para los próximos años
En caso de que las iniciativas planteadas por el presidente mexicano en materia de pensiones y salario mínimo sean aprobadas, el doctor en economía por la UNAM puntualiza que el sector privado y el Gobierno requieren limar asperezas y colaborar conjuntamente, en pos de un mejor futuro para ellos y para la población.
“Desafortunadamente, en nuestro país solo ciertos grupos de empresarios han tenido la oportunidad de crecer, lo cual ha sido algo desfavorable y la causa por la que muchas reformas no prosperaron de la mejor manera. Es necesaria la participación de la inversión privada, ya que el gobierno no tiene todos los recursos para invertir en los sectores de la economía”, asevera.
Para que esto se logre de una manera positiva, el especialista sugiere que la Administración federal realice supervisiones sobre cómo y en qué se destinan las inversiones.
“Hemos visto que, por ejemplo, durante este sexenio se gastó mucho dinero para rescatar al sector energético y promover los programas sociales. Eso no es malo, pero no hay que olvidar que no se están generando empleos y que, por mucha ayuda pública que se dé, puede llegar el momento en que el Estado no tenga ingresos suficientes para apoyar a los mexicanos”, indica.
CON INFORMACIÓN VÍA SPUTNIK NEWS