By 1. El “año de la huelga”
Más de medio millón de trabajadores estadounidenses abandonaron sus puestos de trabajo este año. En octubre, las empresas perdieron más días de trabajo por huelgas que en cualquier otro mes de los últimos 40 años.
Los 3 grandes trabajadores de la industria automotriz, los escritores y actores de Hollywood, el personal de los hoteles de Las Vegas y Los Ángeles, y los empleados de atención médica de Kaiser Permanente se encontraban entre los que utilizaron las huelgas para obtener grandes victorias en la mesa de negociaciones. Para los conductores de UPS, la mera amenaza de una huelga de los Teamsters fue suficiente para asegurar aumentos salariales históricos y protecciones de seguridad.
Después de renovar los contratos con Ford, GM, Stellantis y UPS, el UAW y los Teamsters redoblaron sus esfuerzos para organizar a los no organizados. Los Teamsters hicieron un piquete frente a 25 almacenes de Amazon, exigiendo un contrato justo para los conductores sindicalizados en un servicio de entrega con sede en California para el minorista notoriamente antisindical. El UAW puso su mirada en las compañías automotrices no sindicalizadas, causando tanta indigestión entre los ejecutivos de Nissan, Toyota, Honda y Hyundai que inmediatamente aumentaron los salarios de sus empleados estadounidenses.
2. Organización de los trabajadores negros en el sur
Para mover la aguja en la tristemente baja tasa de sindicalización del 6 por ciento del país, el movimiento sindical tendrá que hacer incursiones en territorio difícil, particularmente en los estados sureños históricamente antisindicales que han sido imanes para la inversión.
Dos victorias sindicales en 2023 son la prueba más reciente de que este objetivo no es imposible. El sindicato United Steelworkers ganó las elecciones en una fábrica de autobuses Blue Bird en Georgia con casi 1.500 trabajadores predominantemente negros. En tres ciudades de Alabama, los trabajadores de AT&T Mobility en los centros In Home Expert se unieron a Communications Workers of America.
3. Una grieta en el sector tecnológico antisindical
El año pasado también se produjeron avances sindicales en otro territorio históricamente reacio a los sindicatos: el sector tecnológico. A principios de este mes, Microsoft forjó un acuerdo con la AFL-CIO para permanecer neutral en la organización de campañas entre sus trabajadores con sede en Estados Unidos. Esto facilitará la sindicalización de unos 100.000 empleados de Microsoft, con posibles repercusiones en toda la industria.
4. Nuevos estados trifecta (Elecciones estatales)
En Michigan y Minnesota, los legisladores estatales a favor de los trabajadores se pusieron manos a la obra después de que los demócratas ganaran las trifectas estatales en 2022.
Minnesota aprobó una tormenta de reformas a favor de los trabajadores, incluida la licencia por enfermedad pagada para la mayoría de los trabajadores, el salario mínimo y los beneficios para el personal de los hogares de ancianos y las protecciones contra el robo de salarios para los trabajadores de la construcción. Los maestros podrán negociar el tamaño de las clases y las enfermeras tendrán más voz en los niveles de personal. Las nuevas leyes también prohíben los acuerdos de no competencia y las reuniones de “público cautivo” diseñadas para socavar el apoyo sindical.
Este año, Michigan se convirtió en el primer estado en seis décadas en revertir las leyes antisindicales de “derecho al trabajo”. También restauraron una ley de “salario prevaleciente” que requiere que los contratistas de construcción paguen salarios y beneficios sindicales en proyectos financiados por el estado.
5. Las ciudades lideran el camino en la protección de los trabajadores de bajos salarios
El salario mínimo federal para los trabajadores que reciben propinas se ha estancado en $2.13 desde 1991. En ese vacío, los estados y las ciudades están tomando medidas. Este año, los camareros de restaurantes y otros defensores en la capital de la nación rechazaron con éxito los intentos desesperados de la industria de socavar una iniciativa electoral victoriosa de 2022 para eliminar gradualmente el salario local con propinas por debajo del mínimo. Después de una ardua campaña de varios años, los trabajadores que reciben propinas de DC obtuvieron su primer aumento el verano pasado, lo que los puso en camino de ganar el salario mínimo local completo para 2027. El Concejo Municipal de Chicago también aprobó un plan de eliminación gradual de salarios con propinas de cinco años, que comenzará en 2024.
Manifestación en apoyo del plan para eliminar gradualmente el salario inferior al mínimo para los trabajadores que reciben propinas en Washington, D.C. Crédito: One Fair Wage.
Los repartidores basados en aplicaciones en la ciudad de Nueva York tuvieron que luchar en 2023 contra los esfuerzos de Uber, DoorDash y otras corporaciones para bloquear la introducción del primer salario mínimo del país para su ocupación. Las empresas de conciertos finalmente perdieron sus desafíos legales a la regla salarial a fines de noviembre. El salario de los repartidores aumentó a $17.96 por hora el 4 de diciembre y aumentará a $19.96 cuando la legislación entre en vigor en 2025.
6. Los campus universitarios como semilleros laborales
La sindicalización entre los estudiantes de posgrado y medicina siguió aumentando en 2023, con el mayor número de elecciones sindicales entre estos grupos que en cualquier otro año desde la década de 1990. Solo en los primeros cuatro meses de 2023, más de 14,000 estudiantes de posgrado en cinco campus votaron para unirse al sindicato United Electrical, todo por márgenes de más del 80 por ciento. Los campus de todo el país coordinaron los esfuerzos de organización a través de una serie de talleres y otros eventos bajo el lema de Labor Spring, una iniciativa que continuará en 2024.
7. Recompra de acciones
Muchas de las batallas laborales de 2023 ensartaron a los ejecutivos corporativos por pagar menos a los trabajadores mientras gastaban dinero en recompras de acciones, una maniobra financiera que infla artificialmente el salario basado en acciones de los directores ejecutivos. En 2023 también entraron en vigor dos políticas federales que sentaron precedentes para frenar las recompras. Por primera vez, las corporaciones se enfrentaron a un impuesto especial del uno por ciento sobre las recompras. La administración Biden también comenzó a dar a las empresas una ventaja en la competencia por nuevos subsidios a los semiconductores si aceptan renunciar a todas las recompras de acciones durante cinco años. Este importante precedente debería ampliarse a todas las empresas que reciben cualquier forma de fondos públicos.
8. Requisitos de negociación colectiva en proyectos de construcción financiados con fondos federales
Con megamiles de millones en nuevas inversiones públicas que fluyen hacia proyectos de infraestructura, es fundamental que la administración se asegure de que estos dólares de los contribuyentes apoyen buenos empleos. Esta semana, los funcionarios de Biden dieron un importante paso adelante al finalizar las regulaciones que requieren el uso de “acuerdos laborales de proyectos” entre empleadores y trabajadores para grandes proyectos de construcción federales. Los términos de estos acuerdos de negociación colectiva previos a la contratación deben abarcar a todas las partes: contratistas, subcontratistas y sindicatos. Esta importante norma debería ampliarse más allá de la construcción a los contratistas que proporcionan bienes y otros servicios.
9. Tirar a la basura las tarifas “basura”
Los estadounidenses de clase trabajadora desembolsan decenas de miles de millones de dólares cada año en cargos engañosos y ocultos que aumentan el costo de los servicios bancarios y de Internet, conciertos y películas, alquiler de automóviles y apartamentos, y más. En octubre, el presidente Joe Biden anunció un plan para poner estas “tarifas basura” donde pertenecen: en la basura.
Según el plan, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo obligar a las empresas a revelar el precio total de los bienes y servicios por adelantado y a imponer grandes multas a los infractores. Esto significará que no habrá tarifas ocultas y más dinero en los bolsillos de las familias trabajadoras.
10. Resoluciones de la NLRB sobre Amazon y Starbucks
Cualquiera que se pregunte si nuestras leyes laborales necesitan ser arregladas no necesita mirar más allá del hecho de que Starbucks y Amazon han podido salirse con la suya al negarse a negociar con los trabajadores que votaron a favor de sindicalizarse durante más de un año. (Dos años para los pioneros trabajadores de Starbucks de Buffalo, Nueva York). En el lado positivo, los nombramientos de Biden en la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) parecen estar aprovechando al máximo su autoridad y capacidad actuales.
En agosto, la junta laboral emitió un fallo que dificultará la represión sindical en los casos en que la mayoría de los trabajadores hayan firmado tarjetas sindicales, pero el empleador aún exija una elección. Según el fallo, los patrones que incurran en prácticas laborales injustas en estas situaciones ahora se verán obligados a reconocer y negociar con el sindicato sin una elección.
Mientras tanto, la NLRB sigue tratando de responsabilizar a Starbucks y Amazon por las violaciones desenfrenadas de los derechos laborales. La junta tiene 240 cargos abiertos o resueltos contra Amazon en 26 estados y han emitido más de 100 quejas contra Starbucks, que cubren cientos de acusaciones de amenazas o represalias contra los partidarios del sindicato y la falta de negociación de buena fe. Más recientemente, la NLRB ordenó la reapertura de 23 cafeterías Starbucks, alegando que la compañía los había cerrado para suprimir la actividad sindical, en violación de la ley federal.
Reflexionando sobre 2023, el barista de Starbucks y organizador sindical Shep Searl se maravilló de cómo los trabajadores diversos, “desde los camioneros hasta los actores”, demostraron que hay muchas formas de ganar a través de la acción colectiva.
“Todos los días, hemos estado absorbiendo esa información y utilizándola en nuestro plan de movilización y escalada”, dijo Searl a Inequality.org. “No vamos a ir a ninguna parte y mucho de eso está inspirado en las otras campañas. Si nos mantenemos unidos, no hay montaña que no podamos escalar”.
